(158) Inconveniencias eclesiales, XII: el principio situacionista de implenitud y su rechazo en la Veritatis splendor
El prestigio que posee el principio situacionista de implenitud (o incompletitud) de la ley moral en la teología moral católica, supone para la Iglesia un tremendo mal, y es causa de innumerables errores, desviaciones y ambigüedades doctrinales.
Sabiamente, San Juan Pablo II alude al error contenido en este principio fundacional de la moral de situación en la carta encíclica Veritatis splendor, resumiéndolo así: busqueda de «una libertad ilusoria FUERA de la verdad misma.»
Como vimos en anteriores posts, la moral de situación está sustentada en este principio, que nosotros, para facilitar su certero y rápido diagnóstico, hemos denominado así: principio situacionista de implenitud de la ley moral:
principio situacionista: porque es el fundamento de la teología moral de situación y otras teologías heterodoxas derivadas de ella, y
de implenitud (o incompletitud): porque este fundamento está localizado FUERA de la ley moral. O como dice Pío XII, ha sido desplazado del centro a la periferia.
Pero, ¿con qué excusa se pone el fundamento de una nueva teología moral fuera de la ley moral? Pues con la excusa de la supuesta insuficiencia de la ley moral para abarcar TODOS los casos particulares.
Es decir, según este principio erróneo de la nueva moral, la ley natural no puede abarcar todos los casos particulares.
—La exhortación apostólica Amoris lætitia, inconvenientemente, asume este principio situacionista de forma explícita en el punto 304, en una especie de hipérbaton conceptual:
«Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano.»
Según esta afirmación, tan desordenadamente expresada, no se debe referir el caso concreto a la ley moral, porque esto no basta para discernir si con esa acción la persona es fiel o no es fiel a Dios. Se está, de esta manera, enseñando que con una transgresión de la ley moral se puede agradar a Dios, puesto que se le puede ser fiel más allá del cumplimiento o incumplimiento de la ley moral.
Esta afirmación de implenitud por desgracia se había expresado ya en Amoris lætitia en el punto anterior, el 303, de nuevo envuelta como en una perífrasis eufemística que mitiga su expresión, y disimula de alguna manera la gravedad de lo expresado:
«Pero esa conciencia puede reconocer no sólo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo.»
El eufemismo consiste en ocultar que el acto adúltero contradice la ley moral, y decir tan sólo que no es el ideal. Y que, aun sin ser el ideal, es lo que Dios quiere que haga en ese momento de su vida o desarrollo espiritual, la respuesta que le reclama en medio de esta etapa de su itinerario existencial.
En primer lugar, lo condena claramente Pío XII en su extraordinario discurso sobre la moral de situación: afirmando lo contrario, es decir, el PRINCIPIO CATÓLICO DE PLENITUD DE LA LEY MORAL, que Pío XII expone con meridiana exactitud:
«9. Se preguntará de qué modo puede la ley moral, que es universal, bastar e incluso ser obligatoria en un caso particular, el cual, en su situación concreta, es siempre único y de una vez. Ella lo puede y ella lo hace, porque, precisamente a causa de su universalidad, la ley moral comprende necesaria e intencionalmente todos los casos particulares, en los que se verifican sus conceptos. Y en estos casos, muy numerosos, ella lo hace con una lógica tan concluyente, que aun la conciencia del simple fiel percibe inmediatamente y con plena certeza la decisión que se debe tomar. »
Ignorando este principio católico, se afirma lo contrario en el punto 304 de Amoris lætitia, es decir, que la ley moral no basta.
Y es que consciente de la gravedad del principio de implenitud, esencia de todas las modernas y posmodernas constestaciones contrarias a la moral de la Iglesia, San Juan Pablo II en la carta encíclica Veritatis splendor incide en él como uno de los errores fundamentales, que están en la base del rechazo de la moral cristiana:
«En la base se encuentra el influjo, más o menos velado, de corrientes de pensamiento que terminan por erradicar la libertad humana de su relación esencial y constitutiva con la verdad. Y así, se rechaza la doctrina tradicional sobre la ley natural y sobre la universalidad y permanente validez de sus preceptos; se consideran simplemente inaceptables algunas enseñanzas morales de la Iglesia; se opina que el mismo Magisterio no debe intervenir en cuestiones morales más que para “exhortar a las conciencias” y “proponer los valores” en los que cada uno basará después autónomamente sus decisiones y opciones de vida.» (Veritatis splendor, 4)
—REPETIMOS: El principio de implenitud situacionista, que consiste en rechazar la universalidad de los preceptos de la ley moral y su capacidad para ser aplicados a todos los casos, es el grave error que, según la Veritatis splendor, ESTÁ EN LA BASE de la resistencia actual a la moral católica.
Es por eso profundamente inconveniente que Amoris lætitia ignore en sus páginas la existencia de esta enseñanza importantísima de la Veritatis splendor. Es por ello, repetimos, profundamente inconveniente que en Amoris lætitia no se exponga esta enseñanza de la Veritatis splendor y se enseñe lo contrario.
Si se acepta el principio situacionista de implenitud, entonces como consecuencia CAMBIA la doctrina de la Iglesia sobre los actos intrínsecamente malos. La razón es clara: si la ley moral, como afirma el situacionismo, no abarca todos los casos y situaciones, entonces son posibles la excepciones. (Como propone confusamente Amoris laetitia)
POR CONTRA, la enseñanza moral de la Iglesia, magistralmente sintetizada en la Veritatis splendor 52, rechaza este principio y su consecuencia, afirmando claramente la verdad católica:
«Estas leyes universales y permanentes corresponden a conocimientos de la razón práctica y se aplican a los actos particulares mediante el juicio de la conciencia. El sujeto que actúa asimila personalmente la verdad contenida en la ley; se apropia y hace suya esta verdad de su ser mediante los actos y las correspondientes virtudes. Los preceptos negativos de la ley natural son universalmente válidos: obligan a todos y cada uno, siempre y en toda circunstancia. En efecto, se trata de prohibiciones que vedan una determinada acción “semper et pro semper”, sin excepciones»
Esta contradicción fue señalada desde el primer momento por el filósofo Robert Spaemann, tal y como publicamos en infocatólica. Nosotros alertamos desde aquí, con espíritu filial y vocación de servicio a la Iglesia y a su Magisterio, de los graves problemas que se deducen de todo ello.
60 comentarios
Hay un problema de base a nivel de cosmovisión que está lacerando a la Iglesia hasta, incluso, alcanzar a sus mas altos responsables: el modelo CÓSMICO-REALISTA va siendo sustituido poco a poco por el ACÓSMICO-IDEALISTA de base hegeliana. Suena, aparentemente, muy filosófico pero, a mi entender, ésta es la causa fundamental de la crisis de verdad, libertad y conciencia en la Iglesia. Además, poco a poco, se va deslizando la idea funesta de que la gracia no hace posible que la naturaleza humana alcance lo que exige la Ley Natural y la Ley de Dios. Ésto último es de influencia de la perversion de la "Reforma" protestante.
Gracias, Alonso!
Es verdad, en la mente occidental el modelo realista (aristotélico-tomista), (que ha fundado la mente europea), está siendo sustituido, (desde el nominalismo semipelagiano), por el modelo mentalista, idealista, irrealista, "acósmico", como ud dice.
Sin duda consecuencia de ello es la difusión de un espíritu proluterano que nubla las mentes, y que es una grave toxina en multitud de ambientes eclesiales.
Espíritu proluterano que, como dicen Luis Fernando Pérez Bustamente y otros blogueros, no vamos a celebrar de ningún modo
Tres libros recientes que confirman la oficialidad tanto de la moral de situación como de la participación eclesial, absolución, comunión y extremaunción de los adúlteros sin continencia (prohibido por el numeral 1650 Catecismo).
1. Eugenio Alburquerque. "25 Preguntas. Matrimonio y Familia". Pregunta 21, página 74, ¿Aplicar la ley o discernir situaciones concretas?
2. Cardenal Luis María Sistach (Arzobispo emérito de Barcelona). "Cómo aplicar la Amoris laetitia".
Incluye en el Anexo final del libro, página 81, los "Criterios básicos para la aplicación del Capítulo VIII de Amoris laetitia" de los obispos de la Región de Buenos Aires, del 5 de septiembre del 2016, que fueron aprobados por la carta privada que el papa Francisco escribió a Mons. Sergio Alfredo Fenoy, Delegado de la Región Pastoral de Buenos Aires, para que la hiciera llegar a los obispos aprobantes.
Por otro lado, afirma que cada Conferencia Episcopal puede regular autónomamente los criterios de comunión de los adúlteros.
3. Cardenal Fernando Sebastián Aguilar. "10 cosas que el Papa Francisco quiere que sepas sobre la Familia". Página 153 y ss. en el apartado "Las circunstancias atenuantes".
Libro que da dos sorpresas:
a) Establece un Algoritmo para absolver y comulgar a favor de adúlteros sin continencia. Se trata de "discernir" los supuestos de la moral de situación:
- Divorciado recasado, no puede pedir la nulidad ordinaria o abreviada, no puede reconstituir la convivencia con el primer cónyuge, no puede desentenderse de los compromisos de la segunda familia y matrimonio actual, vive en una situación objetiva de pecado (sin continencia) por imposibilidad de cumplirlo, arrepentido sinceramente del pecado, sinceridad de deseo, libertad limitada, vivir en gracia de Dios, examen en conciencia para saber si Dios se lo permite en su situación concreta.
b) Va más lejos y propone la dispensa petrina de impedimento de vínculo o ligamen, es decir, que prevee una pronta aprobación futura del divorcio eclesiástico como sí permiten diversas Iglesias Orientales:
i) Primer matrimonio válido
ii) Quebrantado irremisiblemente
iii) Validez del 2º matrimonio constante la validez del 1º (no hace falta nulidad canónica)
iv) Circunstancias concretas indispensables:
- primer matrimonio de convivencia irrrecuperable
- arrepentimiento sincero del pecado cometido
II. CONCLUSIONES
En mi opinión, estos tres libros demuestran fehacientemente, sin lugar a dudas, lo siguiente:
1. Que Amoris laetitia no es ambigua ni confusa, sino que aprueba efectivamente tanto la moral de situación como la participación eclesial, absolución, comunión y extremaunción de los adúlteros sin continencia, en su Capítulo VIII y en sus notas 336 y 351. Así, pueden participar como lector, padrino, testigo matrimonial, ministro extraordinario de la Eucaristía, profesor de Religión, catequista de 1ª comunión y confirmación, miembro de consejo parroquial o diocesano.
2. Que hay cardenales, obispos y laicos que así lo afirman claramente de forma pública y notoria.
3. Que hay obispos que lo aplican jurídicamente en sus diócesis.
4. Que se rompe la unidad doctrinal y pastoral de la Iglesia, al afirmar la posibilidad de que cada obispo o cada Conferencia Episcopal, pueda dictar normas propias e independientes sobre la participación en cargos y sacramentos de adúlteros sin continencia.
5. Que Amoris laetitia no menciona la doctrina de los actos malus per se, intrinsece malum, que afecta al adulterio, enseñado en la sana y recta doctrina: Catecismo 1753-56; Reconciliatio et paenitentia 17; Veritatis splendor: 54-64; 79-83; 48; 67; 90; 95; 115.
6. Que quien autoriza oficialmente la participación eclesial y la absolución, comunión y extremaunción de los adúlteros sin continencia, violando la única enseñanza oficial de la Iglesia (Catecismo, 1650), comete herejía, es excomunicado latae sententiae, y pierde automáticamente el munus episcopal y presbiterial. Tarjeta roja y expulsión.
7. Que todo sacerdote, diácono o ministro extraordinario de la Eucaristía, debe de desobedecer a cualquier mandato episcopal de dar la comunión a los adúlteros, y lo debe de asumir hasta las últimas consecuencias.
8. Los dubia deben de ser contestados urgentemente, ya. Sólo puede contestarse sí sí, no no, desde la sana y recta doctrina. Su no contestación debe dar lugar inmediatamente a la celebración de la corrección formal de errores.
9. Como sugiere "El debate de «Amoris Laetitia»: una mirada al futuro, Raymond J. de Souza", hay indicios de que Amoris laetitia ya estuvo redactada durante la celebración del Sínodo de las Familias.
No he leído ninguno de esos libros, así que no puedo emitir una opinión sobre ellos. Tampoco sé nada sobre el punto 9.
Coincido con que la Dubia debe ser respondida urgentemente y con claridad.
En este blog hemos pedido muchas veces la clarificación y corrección de AL, que sí que es oscura y confusa, y ambigua, como he demostrado en numerosos posts. No olvide que, por ejemplo, el uso sistemático del hipérbaton o de la retorsión es, de por sí, un recurso literario que confiere ambiguedad y oscuridad, rompiendo la unidad entre el significante y el significado. Lo expliqué en su día.
“Veritatis Splendor. Esta Encíclica (1993) de San Juan Pablo II es un elemento fundacional de la doctrina moral católica”
El mismo Cristo, cuando quiso hacer una excepción la hizo, y así, cuando declara con contundencia que un hombre o una mujer casados no pueden tener relaciones con un tercero porque estarían cayendo en el pecado mortal de adulterio reconoce expresamente que este pecado no existe cuando no hubo un matrimonio previo (es decir, en los casos de porneia). ¿Y por qué Cristo no hacía excepciones ni tenía una conciencia creativa en relación con las leyes morales universales, que no otra cosa son los mandamientos de Dios? Pues porque sabe que su gracia es suficiente A CUALQUIER HOMBRE O MUJER para cumplirlos. Eso sí, la gracia no enerva el sacrificio y el esfuerzo humano que implica seguir a Cristo, que es, posiblemente, lo que se pretende cuando se dice que la norma moral es sólo un ideal: quitarse la Cruz.
Entiendo que en ese buen artículo el P. Raymond J. de Souza se refiere a la relevancia que para la doctrina católica posee la Veritatis splendor, documento que sintetiza los fundamentos de la moral católica, y además, lo hace magistralmente.
Si se entiende que se refiere a que "funda" o crea la moral católica, obviamente se le malentiende. Se refiere, entiendo yo, a que la doctrina moral católica debe mucho a este excelente documento, lo cual es cierto.
Si tiene intención rupturista no puedo evaluarlo expresamente, sólo digo en mis posts que lo parece, pues que no lo dice ni lo afirma. Por eso, como he explicado anteriormente, se produce una quiebra de la comunicación entre el texto y el lector. Lo más grave, a mi juicio, es la emisión del principio de inmplenitud, que vuelve inconsistente la ley moral.
No sé hasta qué punto es intencionada la afirmación de tu post sobre que el Papa Francisco en Amoris laetitia está negando la doctrina católica sobre la ley moral.
Según tu post, ya no es simplemente que Amoris laetitia pueda ser mal interpretada, o que sea ambigua o poco clara. Según este post, Amoris laetitia enseña que con una transgresión de la ley moral se puede agradar a Dios.
Aunque en algunas expresiones utilizas adjetivos como "inadecuado" o "inconveniente" en realidad no son pertinentes según tu análisis, porque contradecir esencialmente la enseñanza de Veritatis splendor parece que ha de calificarse como algo más que "inadecuado" o "inconveniente"
Me parece que te has equivocado también en la calificación de la figura retórica de hipérbaton, pues ésta se refiere al orden sintáctico y en el texto que citas no hay ningún hipérbaton.
Pero dejando esta observación al margen, concluir como haces, afirmando que en consecuencia Amoris laetitia CAMBIA la doctrina de la Iglesia sobre los actos intrínsecamente malos. No sé por qué después de hacer una afirmación tan contundente parece que quieres atemperarla diciendo entre paréntesis que Amoris laatitia lo propone confusamente.
Me parece que deberías ser tan claro y directo como le pides a Amoris laetitia y decir sin ambigüedades que el Papa está enseñando contra el Magisterio de la Iglesia y se está equivocando en una cuestión esencial de la moral católica. Esa es tu conclusión. ¿Por qué no lo dices claramente y andas con paños calientes (inadecuado, inconveniente...)?
No tengo aquí espacio, ni me parece el lugar adecuado para exponer el error que cometes atribuyendo equivocadamente a Amoris laetitia lo que no dice. Es el mismo error que comete Spaemann, gran filósofo al que conozco y aprecio, pero lamentablemente él tampoco ha comprendido y se equivoca también atribuyendo a Amoris laetitia lo que no dice. Sus argumentos, igual que los tuyos son válidos. Lo que ocurre es que no son de aplicación al texto de Amoris laetitia.
Admito que se pueda afirmar que Amoris laetitia es ambigua, poco clara, que se pueda prestar a confusión, que pueda dar la impresión de que admite planteamientos situacionistas, etc. Pero decir que contradice y que enseña equivocadamente lo que el Magisterio a afirmado siempre y últimamente en Veritatis splendor es un disparate. Y además hace mucho daño y genera más confusión.
Por mucho espíritu filial y vocación de servicio a la Iglesia que invoques te aseguro que no estás contribuyendo en nada a la unidad y al bien de la Iglesia. Me dirás que entonces tampoco lo están haciendo todos los obispos y cardenales que adoptan esta postura. Y te respondo que según mi parecer también están haciendo daño. Sin juzgar sus intenciones, que no somos quienes para hacerlo, el hecho, según mi parecer es que no están haciendo bien.
Un saludo.
Jordi:
No he leído ninguno de esos libros, así que no puedo emitir una opinión sobre ellos. Tampoco sé nada sobre el punto 9."
Los libros los he leído hoy en una librería religiosa de Barcelona, y son muy recientes, y uno de ellos, propio de Barcelona (el de Sistach).
Sería interesante saber si proponer la moral de situación y la participación, comunión, absolución y extramaunción de los adúlteros sin continencia es una proposición herética.
Luego, sería interesante saber qué pasa al consagrado que sólo la enseña y al consagrado que la autoriza de modo oficial y público.
Quizás sería una herejía formal, externa, manifiesta por publicidad.
Pero sería interesante saber si es necesario la contumacia y la amonestación, tanto al consagrado que la enseña como al consagrado que la autoriza oficialmente.
Ello es debido a que todo consagrado, y más si tiene jerarquía, conoce las verdades de fe y moral por razón del cargo, y nunca puede alegar ignorancia insalvable no culpable.
Sabe cuáles son las verdades, si dudar o negarlas es herejía, y que tienen la pena de excomunión.
Sería interesante también saber si tienen excomunión latae sententiae, automática, sin necesidad de declaración, es decir, de resolución expresa, motivada y publicada. La tiene por el simple hecho de enseñar o de aprobar una proposición herética.
También está el tema del sensus fidei: todo fiel, por razón de la indefectibilidad de la Iglesia, tiene infalibilidad para defender y conservar el depósito de la fe, en virtud de su bautismo y confirmación, y por la gracia del Espíritu Santo.
Así pasó con la herejía arriana del siglo IV, cuando los fieles, en virtud de dicha infalibilidad en la conservación y defensa de la fe, desobedecieron a todos los obispos, presbíteros y diáconos arrianos, aunque dichos católicos fieles fueran una ultraminoría, pues la Verdad no conoce de mayorías estadísticas ni de autoridades, sino de la adecuación a la verdadera Fé Católica.
creo que la tesis que expongo aquí es verdad, y la he expuesto con claridad. Y si es verdad, puede contribuir a clarificar el asunto y ayudar a la Iglesia. Si estuviera equivocado, pues me alegraría, porque sería bueno que A.L. en realidad estuviera sustentada en las enseñanzas de Veritatis splendor y se apoyara explícitamente en ella, en contra de lo que yo afirmo. No me importaría equivocarme, porque yo en verdad no importo, jeje, no soy nadie.
Y si afirmo que AL contradice Veritatis splendor, es porque AL afirma el principio de implenitud: que la ley no basta para discernir todos los casos, y por eso se pueden permitir excepciones. Es un hecho que enseña esto, aunque envuelto en eufemismos, rodeos, desórdenes discursivos y demás figuras que hacen ambiguo y oscuro su lenguaje.
Respecto a lo del hipérbaton, lo decía yo por el desorden de los elementos de los parágrafos de AL, que vuelven oscuro su lenguaje: "«Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano.» etc. Paréceme que sí que hay hipérbaton, una alteración retorica del orden de los elementos discursivos: por ejemplo, poner "es mezquino" en primer lugar que todo lo demás.
Además de este desorden, al decir con tanto rodeo de la transgresión de la ley que no es el ideal, se está usando un potente eufemismo. O en general una perífrasis, por los rodeos que da para evitar decir claramente las cosas. Lo he precisado. Gracias.
Respecto a los cardenales que han presentado la Dubia, creo que están haciendo un gran bien a la Iglesia.
Siento no valores positivamente el post.
Un saludo
/EDIT/ Repito que es Cristo mismo quien afirma esto. Quizás nuestros oídos contemporáneos no están acostumbrados a este lenguaje tan duro. Pero Dios es así, justo y rotundo. También los fariseos se le alejaron diciendo "Dura doctrina es ésta".
Si donde había claridad (Familiaris Consorcio, Veritatis Splendor, etc.) se introduce deliberadamente confusión, parece claro a los ojos de cualquier católico avezado que se pretende contradecir lo que era cierto y pacífico, oscurecer lo que era nítido y transparente. Y en ello no hay un juicio de intenciones por parte de Alonso o de los filósofos católicos, cardenales, obispos, sacerdotes y laicos que estamos denunciándolo. Es, simplemente, una descripción de los hechos y una denuncia del error, como siempre hizo la Iglesia.
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A.G.:
Gracias Rexjhs, como bien dices, sí sí no no es la forma de hablar propia de Cristo, y ha de ser la misma forma de hablar del Magisterio.
Un frase demasiado potente te la edito, disculpa que lo haga otra vez, jeje
Donde traducen: “Esta Encíclica (1993) de San Juan Pablo II es un elemento fundacional de la doctrina moral católica y el principal documento magisterial sobre la vida moral desde el Concilio de Trento.”
Deberían decir algo así: "La encíclica de San Juan Pablo II de 1993 sobre los fundamentos de la enseñanza moral católica es el principal documento magistral sobre la vida moral desde el Concilio de Trento".
Por lo que la pregunta ya carece de sentido. Y su presunción era acertada.
Me parece que deberías ser tan claro y directo como le pides a Amoris laetitia y decir sin ambigüedades que el Papa está enseñando contra el Magisterio de la Iglesia y se está equivocando en una cuestión esencial de la moral católica.
LF:
Es exactamente lo que pienso yo. Pero ni siquiera lo hace claramente, sino dando rodeos.
Debería tener al menos el valor de responder a las dubia con lo que de verdad piensa y cree. Y entonces, ya veremos lo que hace la Iglesia al respecto.
En todo caso, no se preocupe. Lo que yo piense o deje de pensar no tiene la menor importancia.
Una visión así le digo al amigo (Iosep) uno se da duro, porque la verdad ni Pilatos la pudo detener cuando le pregunto ante la afirmación de Jesus “todo el que es de la verdad escucha mi voz” y "que es la verdad” Juan 18. La tenia ahí en frente y se reusaba, y uno se da duro, porque la verdad esta tambien en el/la cónyuge en frente a quien vive sacramentalmente en cristo y lo demás es fantasía es una cadena de pecados que lo hacen a uno mas y mas lejos de aquella verdad, y consolidar (sin continencia) la segunda relación diciéndole irregular o que es imposible la continencia por X o Y razón es profundizar ese abismo oscuro mas y arrastrar otro poco de almas a las espaladas de las que le pedirán cuentas. Es como si cada una desde el día uno, fuera contada una por una en la espalta de la caida libre. La preocupacion es la velocidad de arrastre, es una pesca de rebolturas que al sacarla no se sabra que vendra.
Ni siquiera los cuatro cardenales que han presentado las Dubia, han dicho que Amoris laetitia está enseñando contra el Magisterio de la Iglesia y se está equivocando en una cuestión esencial de la moral católica. Lo que piden es una respuesta que aclare las erradas interpretaciones que se están haciendo por parte de no pocos.
Insisto en que Amoris laetitia no enseña otra doctrina distinta de Veritatis splendor aunque no la cite en ningún momento. El Papa no ha querido, ni quiere, ni puede enseñar otra cosa distinta.
Obispos de Buenos Aires:
6) En otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible. No obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento. Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad (cf. 301-302), particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, Amoris laetítía abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. notas 336 y 351). Estos a su vez disponen a la persona a seguir madurando y creciendo con la fuerza de la gracia.
Carta del Papa a esos obispos:
Recibí el escrito de la Región Pastoral Buenos Aires «Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris laetítia». Muchas gracias por habérmelo enviado; y los felicito por el trabajo que se han tomado: un verdadero ejemplo de acompañamiento a los sacerdotes... y todos sabemos cuánto es necesaria esta cercanía del obispo con su clero y del clero con el obispo . El prójimo «más prójimo» del obispo es el sacerdote, y el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo comienza para nosotros obispos precisamente con nuestros curas.
El escrito es muy bueno y explícita cabalmente el sentido del capitulo VIII de Amoris laetitia . No hay otras interpretaciones. Y estoy seguro de que hará mucho bien. Que el Señor les retribuya este esfuerzo de caridad pastoral.
Y compare con:
El fiel que está conviviendo habitualmente «more uxorio» con una persona que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión eucarística. En el caso de que él lo juzgara posible, los pastores y los confesores, dada la gravedad de la materia y las exigencias del bien espiritual de la persona y del bien común de la Iglesia, tienen el grave deber de advertirle que dicho juicio de conciencia riñe abiertamente con la doctrina de la Iglesia. También tienen que recordar esta doctrina cuando enseñan a todos los fieles que les han sido encomendados.
Las cosas son como son.
«Si se tiene en cuenta la innumerable diversidad de situaciones concretas, como las que mencionamos antes, puede comprenderse que no debía esperarse del Sínodo o de esta Exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos. AL 300)
«Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano. (AL 304)
«Es verdad que las normas generales presentan un bien que nunca se debe desatender ni descuidar, pero en su formulación no pueden abarcar absolutamente todas las situaciones particulares.» (AL 304)
Ahora, el principio católico de plenitud de la ley moral:
«9. Se preguntará de qué modo puede la ley moral, que es universal, bastar e incluso ser obligatoria en un caso particular, el cual, en su situación concreta, es siempre único y de una vez. Ella lo puede y ella lo hace, porque, precisamente a causa de su universalidad, la ley moral comprende necesaria e intencionalmente todos los casos particulares, en los que se verifican sus conceptos. Y en estos casos, muy numerosos, ella lo hace con una lógica tan concluyente, que aun la conciencia del simple fiel percibe inmediatamente y con plena certeza la decisión que se debe tornar.» (Pío XII, discurso sobre la moral de situación)
«en caso de conflicto (con la ley moral), dejar a la conciencia seria y recta de los cónyuges, según las exigencias de las situaciones concretas, la facultad de (decidir). Los juicios de una conciencia de esta naturaleza, por muy contrarios que a primera vista parezcan a los preceptos divinos, valdrían, sin embargo, delante de Dios; porque, se dice, la conciencia sincera, seriamente formada, es más importante delante de Dios mismo que el precepto y que la ley.»
Veamos si este error situacionista que describe tan claramente Pïo XII, y que analiza muy bien la Veritatis splendor, se parece o no se parece en nada a este párrafo de Amoris laetitia:
«A partir del reconocimiento del peso de los condicionamientos concretos, podemos agregar que la conciencia de las personas debe ser mejor incorporada en la praxis de la Iglesia en algunas situaciones que no realizan objetivamente nuestra concepción del matrimonio. Ciertamente, que hay que alentar la maduración de una conciencia iluminada, formada y acompañada por el discernimiento responsable y serio del pastor, y proponer una confianza cada vez mayor en la gracia. Pero esa conciencia puede reconocer no sólo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo. De todos modos, recordemos que este discernimiento es dinámico y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena.
Paréceme a mí que la idea rechazada por Pío XII y explicada en Veritatis splendor, es la misma que enseña desordenadamente AL.
«Esta visión personal (de la moral de situación) ahorra al hombre tener que medir en cada momento si la decisión que se ha de tomar corresponde a los artículos de la ley o a los cánones de normas y reglas abstractas; ella le preserva de la hipocresía de una fidelidad farisaica a las leyes; ella le preserva tanto del escrúpulo patológico como de la ligereza o de la falta de conciencia, porque hace recaer personalmente sobre el cristiano la responsabilidad total ante Dios. Así hablan los que predican la moral nueva.»
Juzgue el lector si se parece o no se parece a lo que se enseña en AL, por ej. aquí:
«Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano.AL 304)
«Por ello, un pastor no puede sentirse satisfecho sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones «irregulares», como si fueran piedras que se lanzan sobre la vida de las personas. (AL 305)
Pero los preceptos morales negativos, es decir, los que prohiben algunos actos o comportamientos concretos como intrínsecamente malos, no admiten ninguna excepción legítima; no dejan ningún espacio moralmente aceptable para la creatividad de alguna determinación contraria. Una vez reconocida concretamente la especie moral de una acción prohibida por una norma universal, el acto moralmente bueno es sólo aquel que obedece a la ley moral y se abstiene de la acción que dicha ley prohíbe.»
68. Con todo, es necesario añadir una importante consideración pastoral. En la lógica de las teorías [situacionistas] mencionadas anteriormente, el hombre, en virtud de una opción fundamental, podría permanecer fiel a Dios independientemente de la mayor o menor conformidad de algunas de sus elecciones y de sus actos concretos con las normas o reglas morales específicas. En virtud de una opción primordial por la caridad, el hombre —según estas corrientes— podría mantenerse moralmente bueno, perseverar en la gracia de Dios, alcanzar la propia salvación, aunque algunos de sus comportamientos concretos sean contrarios deliberada y gravemente a los mandamientos de Dios.
En realidad, el hombre no va a la perdición solamente por la infidelidad a la opción fundamental, según la cual se ha entregado «entera y libremente a Dios» 113. Con cualquier pecado mortal cometido deliberadamente, el hombre ofende a Dios que ha dado la ley y, por tanto, se hace culpable frente a toda la ley (cf. St 2, 8-11); a pesar de conservar la fe, pierde la «gracia santificante», la «caridad» y la «bienaventuranza eterna» 114. «La gracia de la justificación que se ha recibido —enseña el concilio de Trento— no sólo se pierde por la infidelidad, por la cual se pierde incluso la fe, sino por cualquier otro pecado mortal»
Sin embargo, Amoris laetitia afirma que es mezquino confrontar los actos con la ley moral, porque eso no basta para discernir la fidelidad del hombre a Dios.
¿Enseña lo mismo en Veritatis splendor/Pío XII, y AL?
Y podríamos seguir y citar.
«De este modo, un acto que, oponiéndose a normas universales negativas viola directamente bienes considerados como pre-morales, podría ser calificado como moralmente admisible si la intención del sujeto se concentra, según una responsable ponderación de los bienes implicados en la acción concreta, sobre el valor moral considerado decisivo en la circunstancia. La valoración de las consecuencias de la acción, en virtud de la proporción del acto con sus efectos y de los efectos entre sí, sólo afectaría al orden pre-moral. Sobre la especificidad moral de los actos, esto es, sobre su bondad o maldad, decidiría exclusivamente la fidelidad de la persona a los valores más altos de la caridad y de la prudencia, sin que esta fidelidad sea incompatible necesariamente con decisiones contrarias a ciertos preceptos morales particulares. Incluso en materia grave, estos últimos deberán ser considerados como normas operativas siempre relativas y susceptibles de excepciones. En esta perspectiva, el consentimiento otorgado a ciertos comportamientos declarados ilícitos por la moral tradicional no implicaría una malicia moral objetiva.»
¿Puede alguien decir honestamente que Amoris laetitia no enseña esto que rechaza la Veritatis splendor 75?
Veamos qué enseña AL:
«A partir del reconocimiento del peso de los condicionamientos concretos, podemos agregar que la conciencia de las personas debe ser mejor incorporada en la praxis de la Iglesia en algunas situaciones que no realizan objetivamente nuestra concepción del matrimonio. Ciertamente, que hay que alentar la maduración de una conciencia iluminada, formada y acompañada por el discernimiento responsable y serio del pastor, y proponer una confianza cada vez mayor en la gracia. Pero esa conciencia puede reconocer no sólo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo. De todos modos, recordemos que este discernimiento es dinámico y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena.» (AL 303)
Lo repito:
Situacionismo según Veritatis splendor:Sobre la especificidad moral de los actos, esto es, sobre su bondad o maldad, decidiría exclusivamente la fidelidad de la persona a los valores más altos de la caridad y de la prudencia, sin que esta fidelidad sea incompatible necesariamente con decisiones contrarias a ciertos preceptos morales
Enseñanza de AL: Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano.
Como puede verse, Veritatis splendor y AL enseñan lo contrario. Veritais splendor enseña que es situacionismo lo que enseña AL. No parece que sea un disparate afirmar que no enseñan lo mismo.
1. Moral de situación
2. Comunión de adúlteros sin continencia
3. Sinodalismo
El sinodalismo consiste en que los obispos den doctrina pastoral propia y autónoma, en materia de comunión de adúlteros sin continencia, diferente a la de otros obispos, y rompiendo así la unidad doctrinal y pastoral.
O sea, niega las normas generales, pero luego contradictoriamente las reafirma a través de la enseñanza de la Iglesia, y luego rompe la unidad doctrinal y pastoral de la Iglesia al introducir, desde el mismo Papado, una especie de galicanismo sinodalista o particularidad Episcopal, por el cual, cada obispo puede imponer sus propias reglas generales bajo el eufemismo de orientaciones.
Incoherente.
"La verdad del cristianismo es tan sencilla, tan profunda, tan pegada a la más estricta realidad del hombre que vale para todos, siempre y en todas partes. Es siempre actual por sí misma, no necesita actualización, basta con que quien la anuncia le deje brillar en su belleza original. La fuerza cautivadora y la virtud sanadora del cristianismo, no están en quien lo anuncia sino en la palabra misma del evangelio, tanto más cuanto más limpia y desnudamente es anunciada. Es Jesús, presente y operante en su palabra, por la fuerza del Espíritu Santo, quien ilumina las mentes y cautiva los corazones".
+Fernando Sebastián Aguilar,
Arzobispo emérito de Pamplona-Tudela
Hay una confusión al considerar que la ley universalmente válida no requiere en su aplicación al caso concreto de un juicio de discernimiento, según la situación. Un ejemplo clásico. No matarás, ley universal sin excepciones. El cazador que dispara a lo que se mueve detrás del matorral y resulta que mata a un hombre. Si sabía que era un hombre es un pecado, si estaba seguro que era una pieza de caza no lo es. Hay una graduación de posibles situaciones intermedias. Desde la absoluta imprevisibilidad de que el bulto fuera un hombre hasta la posibilidad cierta de que lo fuera. El juicio moral depende de la subjetividad del cazador, de lo que podía y debía conocer. Si creía seguro que no era un hombre, y no había motivos para pensar otra cosa, no atenta contra el precepto del decálogo, pese a haber matado a un hombre.
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A.G.:
Tergiversa ud lo que enseña Familiaris consortio. Se lo he explicado varias veces y vuelve a la mismo.
Lo que enseña la ley moral es que nunca son lícitos los actos adúlteros. Familiaris consortio lo que dice es que SI NO HAY ACTOS ADÚLTEROS, es decir, si se vive como HERMANOS, entonces estas personas (arrepentidas de su pecado) pueden comulgar. Porque NO cometen adulterio si se abstienen por completo de los actos que prohibe la ley moral. No hay contradicción con la Veritatis splendor.
El cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha asegurado que en este momento no es posible que se realice una “corrección fraterna” al Papa Francisco en el programa “Stanze Vaticane” del canal italiano Tgcom24.
“Una posible corrección fraterna al Papa me parece muy lejana, en este momento no es posible porque no hay peligro para la fe”, ha asegurado Müller, al tiempo que ha señalado que supone “un daño para la Iglesia hablar de estas cosas públicamente”.
El cardenal Müller ha defendido en esta entrevista que “Amoris Laetitia es muy clara en su doctrina” y ha explicado que el Papa Francisco invita a discernir la situación de las personas que viven una unión no regular y pide ayudar a estas personas a encontrar un camino para una nueva integración en la Iglesia según las condiciones de los sacramentos.
Asimismo, el prelado ha negado que exista una contraposición: “Por un lado tenemos la doctrina clara sobre el matrimonio, por otro, la obligación de la Iglesia de preocuparse por aquellas personas en dificultad”.
En relación con la publicación de las “dubia” de los cuatro cardenales, Müller ha declarado que “todo el mundo, especialmente los cardenales de la Iglesia romana, tienen derecho a escribir una carta al Papa”. Sin embargo, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe se ha mostrado sorprendido por el hecho de que la carta se hiciera pública. “Me sorprendió porque esta se hizo pública, casi obligando al Papa a decir sí o no. No me gusta”, ha manifestado Müller.
Para mí, todos ya están en incomunicación con la Iglesia, como fase previa a la excomunión formal, ahora no son católicos, y no consagran en sus misas, por lo que no hay que ir a sus celebraciones.
Estamos en la fase previa a una gran confusión, en donde no sabremos quién consagra válidamente, y por ello, a una suspensión cautelar de la Eucaristía para evitar "confusiones".
No coincido con lo que dice Müller, y cuesta entender su cambio de parecer.
La cuestión, sin embargo, no es lo que dice u opina Müller. Porque el principio de autoridad no puede invocarse para contradecir la doctrina apostólica o para darle vistobueno a esa contradicción.
El cristiano se debe a la Palabra de Dios, no a ninguna opinión concreta. Se debe al Magisterio en su conjunto. La opinión de Müller no alcanza a dar claridad a lo que no la tiene.
Y por cierto, su afirmación de que Amoris Laetitia es muy clara es un insulto a la inteligencia. Que cambie de opinión lo que le venga en gana, pero que no nos tome el pelo. Por lo menos que no nos tome el pelo. Que muchos ya estamos hartos. Muy hartos.
Si ni tan siquiera los cuatro cardenales que han planteado las Dubia, afirman que el Papa enseñe contra la doctrina de siempre y lo que dice Veritatis spelendor, sino que afirman que Amoris laetitia está dando lugar a interpretaciones erradas, ¿cómo hay quienes acusan al Papa de estar enseñando contra la doctrina de Veritatis splendor?
Repito lo que ya dije en un comentario anterior. Admito que se pueda decir que Amoris laetitia es confusa, ambigua, poco clara, susceptible de ser malinterpretada... Pero que enseñe contra la doctrina moral es un disparate. Y no me salga nadie con el manido tema del Papa Honorio, por favor.
¿Acaso no es eficaz la oración de Cristo por la fe de Pedro? "Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca". El Papa no puede enseñar algo contrario a la fe o la moral. No es posible que el Papa pueda equivocarse sobre cuestiones de fe o moral cuando está ejerciendo su ministerio.
Además, la fe de cada uno, está fundada sobre la piedra sobre la que Cristo edificó su Iglesia, sobre Pedro. ¿Quién puede juzgar al Papa? ¿Quién puede decir que el Papa se equivoca sobre la fe o la moral? ¿A quién le ha dado Cristo la autoridad para juzgar al Papa? ¿A quién le ha dado Cristo la autoridad para enseñar al margen del Papa? El criterio de la enseñanza auténtica de la fe, aunque está también sobre los obispos, nunca es independiente del Papa, sino de los obispos en comunión con el Papa.
Me parece asombroso que ningún cardenal, ¡ninguno!, haya dicho que el Papa está enseñando contra la doctrina y enseñanza tradicional de la Iglesia y que pululen "entendidos" que se han dado cuenta de que sí, que resulta que el Papa no solo se equivoca, sino que está enseñando contra la fe y la moral. Increíble.
Me parece que ya, después de esto, no voy a intervenir más sobre la cuestión. Pero sí que le pido a Dios que nos ilumine a todos y que procuremos no agravar la situación y la división. Se han mezclado cuestiones ajenas al verdadero propósito de buscar la verdad porque se han mezclado rencillas personales, envidias, vanidad, orgullo y soberbia. Y todo eso ciega. Y cuanto más alto se está, mayor es el peligro de caer en todas esas pasiones que distorsionan y dañan tanto.
se trata, simplemente, de que el Papa no SIEMPRE es infalible, puede equivocarse, puede interferir, puede meter la pata, sencillamente porque es humano, no es una máquina todopoderosa de decir verdades. No siempre en todo lo que dice y hace habla ex cátedra. Y como sabe, la oración por otros no es necesariamente infalible. Uno puede orar por sus pastores, pero eso no garantiza que la oración será eficaz, existen resistencias a la gracia, también por parte de los pastores, porque el simple hecho de que ser Papa no le convierte en santo.
Lo que pasa es que lo que ha venido después de Amoris Laetitia no se puede ignorar (directiva de Buenos Aires, directiva de Roma, interpretaciones de la gente cercana a Su Santidad, etc.). No se puede hacer una lectura benévola de Amoris Laetitia sin ponerla en el contexto con lo que ha venido después de ella, posturas autorizadas por el Papa.
En cuanto al Cardenal Müller, hay que leer sus declaraciones teniendo en cuenta que NO ACEPTA una lectura de Amoris Laetitia que permita la Comunión a los divorciados vueltos a casar, como ha recordado en innumerables ocasiones. En ese contexto, sus declaraciones son perfectamente válidas. Ahora bien, habría que ver que piensa de la directiva de Buenos Aires y su interpretación de AL. Cuando diga que no hay ningún problema y que es una aplicación ortodoxa de AL, podremos decir que ha cambiado de parecer.
Yo creo que desde su puesto en la CDF está intentando evitar un cisma que está a la vuelta de la esquina si no cambian las cosas.
Como ioseph, se decanta por quedarse con una interpretación ortodoxa de AL e ignora lo demás (de momento). Creo que esto no se quedará así por su parte, veo una buena motivación detrás. Dejar el trabajo sucio a los cardenales denostados y él a hacer equilibrios para no llevar a la Iglesia al cisma.
En cuanto a si según el PCF (Muller) dice ahora que todo bien no pasa nada, le informamos que la revelación ya ha sido completada: Hebreos 1 “En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo.” Y si el Hijo dijo: Mar 1 “«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» El único apañamiento que nos pide Jesús es "la conversión". AL CVIII NO explicita NI hace comprender (CIC#66) la pastoral de Jesús “vete y no peques mas” “adora a Dios en espíritu verdad” y Juan 8Juan 5:14 “Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.» en lugar a ello busca consolidad el PECADO, dice "fiel en la segunda relacion" (que significa esto para Ioseph), que significara para ellos la palabra del supremonPastor Jesus: "algo peor" Jn5:14. Preguntece: Como puedo ser fiel engañando a mi esposa, la que aun vive? (Acostandome con otra y publicamente pasarala por el altar) esto es directo al alma, sin ambiguedad, esto es directo al sacramento... (lo imposible para el hombre supero la potencia de Dios) esto no es cosa de: apaga la luz y vamonos...
La Fe en las palabras de Jesús son necesarias para ir iluminando nuestra oscuridad, necesitamos hacernos niños de pesebre y por el contrario lo que han construido ahí, no es el acompañamiento que el pecador necesita (lo que necesitamos), sino que lo han hecho para desvirtuar el podre del E.S. Pero insistimos que aunque jamás respondan y hagan mil votaciones y tomen control de los muros y puestos jamás podrán cambiar una sola letra de la revelación y las respuesta a su búsqueda mundana de esas “segunda tercera, cuarta… relaciones, DV y reVC”: la tendrán, seguro que la tendrán al final del viaje. La formula que han tirado en 2016 el día de San José, (el esposo fiel y casto célibe que dejo todo confiado de la palabra en su sueño, y mantubo con una esposa ya embrasada), serán respondida en su momento por Dios y lo que han buscado lo encontraran. Se habla de una pastoral distina que incide en la praxis de los sacramentos por lo que la gravedad y el escandolo solo puede ser humananmente convatida con un "testimonio firme de fidelidad al sacramento mas que a los Hombres" orando por la fidelidad a la palabra eterna.
“Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido.”
“Discernir bien las situaciones” “Hay diferencias entre…”
No lo dice la AL, ni Häring, lo dice Juan Pablo II en la FC. Si es coherente tendrá que tacharle de situacionista.
Y a la norma general de que no puede haber una nueva unión de los ya casados, establece el caso particular de ”La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que…(el caso conocido)”
“Únicamente a los que”
Y el matrimonio no son solamente las relaciones sexuales. La Iglesia no permite la convivencia matrimonial sin matrimonio y sin relaciones sexuales. Sería un engendro anti matrimonio.
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A.G.:
Le ruego no tergiverse mis palabras. Dice ud:
"Pretende que la Veritatis Splendor dice que hay una ley universal genérica para todos los casos que no necesita del discernimiento del caso particular para ser aplicada".
Yo no pretendo eso, ni digo nada de eso. Si ha leído ud todo lo que he escrito en este post, y en el anterior, verá que explico que el papel de la conciencia es aplicar la ley universal al caso. Es la dotrina de la Veritatis splendor y de Familiaris consortio.
Otra cosa muy diferente es MODIFICAR O CAMBIAR LA LEY o defender que pueda ser transgredida excepcionalmente atendiendo al caso particular o a la situación. Eso es un grave error. Esta es la propuesta del situacionismo.
Discernir las situaciones, bien entendido, se trata de comprender cada caso, nada más. Pero este comprender no implica establecer excepciones. Porque, se lo vuelvo a repetir, es doctrina de la Iglesia que los actos intrínsecamente malos JAMÁS en ningún caso ni situación son lícitos.
No vuelva a insistir con que Familiaris consortio establece excepciones discerniendo situaciones, porque esa NO es la doctrina de Familiaris consortio.
La moral cristiana es moral de vida, de vida humana. No frías normas imperativas que se aplican mecánicamente, con absoluta seguridad preestablecida, con un sí o un no. Buscando esto, la absoluta seguridad que garantiza la salvación, se cae en el formalismo. Ahí sí que todo se reduce a un sí o un no. Es la ética formal kantiana con su imperativo categórico, que responde a todo con un sí o no. Afectando un rigorismo extremo es la destrucción de toda moral, que se queda vacía, y al final sólo queda el dictado del poder. Que se nota es lo que buscaba el protestante Kant, a lo que llega con sus encadenados silogismos abiertamente sofistas, mientras celebraba la guillotina como acontecimiento iluminador de la humanidad.
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A.G.:
Lo que ud entiende por moral cristiana no lo es. Nunca es lícito quebrantar la ley moral.Eso se llama pecado. Está mal mentir, está mal abortar, esta mal engañar, está mal asesinar, está mal adulterar, fornicar, violar, etc., etc., etc Sí al bien, no al mal.
No se pueden incumplir los mandamientos. Sí sí no no, dice el Señor, todo hablar que no sea así procede del diablo. (Mt 5, 37)
Que, por otro lado, es debida sin necesidad de acudir a los propios argumentos generalistas de los de la dubia.
No vale que cuando uno quiera no haya casos particulares a examinar y cuando quiera sí. Eso es doble moral.
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A.G.:
Dice ud:
"No vale que cuando uno quiera no haya casos particulares a examinar y cuando quiera sí"
Se lo repito: el papel de la conciencia, como he explicado en numerosos posts, es APLICAR LA LEY UNIVERSAL AL CASO. Puede estudiarlo en la Veritatis splendor. Aplicar la ley al caso NO ES encontrar excepciones, que NO EXISTEN para los actos intrinsecmente malos. Por eso Familiaris consortio enseña que los divorciados vueltos a casar sólo pueden comulgar si arrepentidos viven como hermanos absteniéndose por completo de los actos adúlteros. La doctrina de la Iglesia no enseña que se puedan hacer excepciones a los actos intrínsecamente malos como los actos adúlteros. El Papa NO TIENE AUTORIDAD para hacer excepciones a este tipo de pecados. Y si lo ordenara o permitiera, habría que desobedecerle.
Crear excepciones. Esto no es aplicar la ley al caso, sino saltarse la ley. No hay doble moral. Expongo con claridad la doctrina de la Iglesia.
Dice ud: "La interpretación que hace de la Veritatis Splendor, confundiendo juicio en la situación concreta con arbitrariedad de juicio"
No sé de qué me está hablando, no le comprendo. Le ruego no insista por este camino, porque en ese caso no le podré publicar más.
La obediencia al Papa NO está por encima de la obediencia a Dios. Si algún Papa, cualquiera, declarara que es lícito hacer excepciones a los actos intrínsecamente malos, habría que DESOBEDECERLE, porque el Papa no es Dios, no es dueño del bien y del mal, no puede legitimar el incumplimiento de la ley moral, no tiene autoridad para eso.
La obediencia a Dios y a su ley moral, que es su propia sabiduría, está evidentemente por encima de cualquier autoridad humana. La obediencia a la ley moral ha de ser tan firme, que si se precisa dar la vida con tal de desobedecer a quien ordena el pecado, será preciso derramar la sangre, con tal de no incumplir la ley moral y rechazar a su Divino Legislador. Antes morir que pecar.
Leo todos los post y todos los comentarios.
Tiene un aguante... una paciencia... Los dones y frutos cristianos sin duda.
Como digo, leo y releo para enterarme bien porque me interesa muchísimo.
Ni soy teóloga ni filósofa, hice cou y primero de Historia, sigo leyendo, asistiendo a cursos y conferencias y sin ánimo de adularle le digo que es una gran persona que enseña, atiende, repite y ayuda como un profesor extraordinario y envidiable.
Si yo entiendo y me aprovechan todas sus explicaciones, creo que las pueden entender cualquiera.
La Palabra es sencilla para los sencillos, los cristianos de a pie recibimos mucha ayuda por muchos medios para tener claro lo que es y lo que no es de Dios, pero tenemos que estar abiertos para recibir la revelación y el conocimiento que Dios nos da según necesitamos.
Gracias de nuevo por ser un "siervo inútil" del Señor tan conveniente para que nos llegue la verdad cristiana tan limpia de pólvo y paja. Que Dios le bendiga y le de larga vida. Necesitamos que siga colaborando como lo hace.
Familiaris Consortio 84 cuarto párrafo que es desaparecido por no decir tapado en tierra por AL Capt VIII preciso leerlo:
FC84"La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio."
Algo más claro que eso no puede existir.
Creo que lo que se intenta jugar al excluir este párrafo al punto de contradecirlo en AL es una MALADAD a esas personas, a los matrimonios que luchan, a las personas que han mantenido su voto aun en separación por años y que incluso han muerto mirando el mandato divino profundizado en la doctrina y tradicion, esperanzado a ello ("amaras a Dios sobre todas las COSAS" "con toda tu alma, corazon y fuerzas").
Por eso sabiamente el documento ALERTA DE LA SERIEDAD DEL CASO al decir; “fieles serían inducidos a error y confusión” esto es lo grave porque no solos los que están en esa condición sino todo aquel que ve en ello un posible boquete, haciendo de todoas las familias una especie de rueda de la fortuna.
Preferiblemente morir antes que perder un hermano.!!! siempre.
Esto sólo puede ser posible si rechazamos la doctrina católica sobre el pecado y sus efectos. El Catecismo nos enseña;
1865 El pecado crea una facilidad para el pecado, engendra el vicio por la repetición de actos. De ahí resultan inclinaciones desviadas que oscurecen la conciencia y corrompen la valoración concreta del bien y del mal. Así el pecado tiende a reproducirse y a reforzarse, pero no puede destruir el sentido moral hasta su raíz.
Es decir, se propone ir formando la conciencia mientras seguimos pecando hasta una eventual aceptación de los "valores inherentes a la norma", cuando en realidad lo que se consigue es lo contrario, el oscurecimiento de la conciencia y la creación de vicios. ¿O es que algunos ya no creen que el pecado tiene un efecto real y lo reducen todo a la culpabilidad?
No hay por donde coger esta pastoral, cuanto más se analiza más se ven sus errores. Como dicen algunos, se derrumban todos los cimientos de la Fe.
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A.G.:
Le ruego no vuelva a lo mismo. Se lo he explicado en varias ocasiones, le he expuesto la verdadera doctrina de Familiaris consortio. No puedo publicarle más repeticiones o variaciones de la misma opinión suya, que ha quedado ya de sobra expuesta y rebatida.
Tan cierto es lo que usted cita de la Familiaris Consortio /EDITADO/
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A.G.:
Rafael, como ya le dije, no le publico más comentarios donde interprete que la Familiaris consortio enseña cosas que no enseña, o insinúe que en este blog se la contradice de alguna manera.
Es un tema que le he explicado varias veces, pero persiste en la misma línea.
De la Cigoña, quizás el más ardiente defensor público de la dubia y las críticas al Papa, rápidamente se ha hecho eco de esa nueva información. La sigue y acepta. Y con esa sola información dice que las aguas de la dubia “bajan con menos fuerza”.Añade, sorprendentemente para tan enardecido defensor de la dubia, que “ Siempre he sostenido, tal vez equivocado, que era posible la comunión de divorciados”
Aunque anuncian que a este debate, de cierta altura de teología moral, le sustituirá algo de bajura, con anuncio de dos libros escandalosos, de Fittipaldi y la Chaouiqui, condenada esta con Vallejo Balda.
Le agradezco mucho sus bellas palabras, que me ayudan a continuar la labor. Como bien dice, hay que estar abiertos a la Revelación, custodiada y enseñada por la Iglesia de Cristo Y este estar abierto es obra principal de la gracia.
Laus Deo Virginique Matri.
Poco o nada puedo añadir a lo que vd y otros comentaristas en comunión con la Iglesia han expresado. Sólo subrayar que, como recuerda Veritatis splendor, una adecuada comprensión de la ley moral no puede disociarse de dos conceptos clave: la libertad y la verdad. "La verdad os hará libres", dice el Señor. Es imposible separar la ley moral de la verdad sobre nuestra naturaleza creada, sobre nuestra condición y la dignidad de ser imagen de Dios, que no cambia nunca, que es eternamente inmutable. Si, siguiendo los postulados de la implenitud situacionista, se niega el valor universal de la ley moral, implícitamente se incurre en la negación de la dignidad de nuestra naturaleza. Y negando esta verdad se anula también nuestra libertad.
Creo poder afirmar que Veritatis splendor es uno de los textos magisteriales más grandes de la Historia de la Iglesia. A San Juan Pablo II se le ha reconocido justamente como Grande, Magno, 'Pastor Magnificus', y entre las razones que justifican ese título está el haber escrito esta encíclica. Pidámosle por su sucesor Francisco, a quien debemos amar y por quien debemos ofrecer plegarias, sacrificios privaciones. Gracias, Alonso, por no permitir referencias irrespetuosas a nuestro Santo Padre Francisco. Un abrazo y bendiciones de Cristo el Señor y de María Inmaculada
Repite y repite: No pasa nada la verdad se muere!, así dice el ángel caído y los otros repiten poseídos y porque Jesús no se ocupa de estos ángeles (Heb 2,16), y no lo deja ni hablar, Jesús los distingue, sigue, Ora y se va. Jesús además de expulsarlo, no pierde tiempo en “este ángel caído”!, Jesús enseña cuál es su ministerio, la verdad NO es alcahuetería y ponerse en parentela con demonio alguno como una pastoralilla de moda. Jesús está preocupado por “el Ser” y el demonio esta preocupado por el “Poseer a la Verdad”, el demonio quiere ser más que la verdad y así ser aparentemente inimputable y luego con ella, que se pierda el alma para siempre, le vende la idea de tener la eternidad ganada, tener sobre sí mismo el juicio definitivo sobre las cosas, tener conocimiento de Dios, busca dividir lo que Dios a unido, busca romper su proyecto y lo falsea. El demonio siempre falsea el proyecto de amor, de “Dos que serán UNO”.
Al final su propósito es anular las conciencias y así dominarlas para su perdición. Pero Jesús libera (no es la teoría de la liberación esa) dice el evangelio, nos hace libres y esa libertad es la que hace a la gente concretamente feliz y que puedan adorar en verdad y espíritu o sea lo que le pedía a la mujer del pozo Juan 8.
Dios nos libre de esta tentación.
Gracias Don Alonso! por darnos espacio.
Con las declaraciones de ayer del cardenal Burke, bastante silenciadas, creo que se puede dar por finiquitada la dubia en su intención última. Me parece gran noticia para todos, comprendo que para otros no lo sea.
Lo dicho, un placer el diálogo mientras duró. Un abrazo.
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A.G.:
No procede hablar de censura, porque ud ha expuesto aquí su tesis repetidas veces, y yo y otros comentaristas la hemos comentado y debatido. Todo el mundo ha visto cómo daba su opinión. Tanto ha repetido la misma idea que he considerado oportuno moderarle.
No vuelvo a comentarle otra vez su idea, porque ya lo he hecho en numerosas ocasiones. Si quiere exponer otra cosa distinta, adelante, pero no vuelva con lo mismo.
Saludos
Alonso, creo que en este párrafo corresponde reordenar un poco la primer oración. Quedaría así:
«El eufemismo NO consiste en decir etc...» en lugar de «El eufemismo consiste en NO decir etc....». De lo contrario no se entiende el "sino" luego de la coma.
Como siempre, muy enriquecedores tus post. Dios te lo pague.
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A.G.:
Es verdad Andrés, estaba raro el párrafo, lo he corregido. ¡Gracias!
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A.G.:
En efecto, Andrés, muchas gracias, lo he arreglado.
Cualquiera con sentido común ve claramente que Rafael tiene un serio conflicto interpretativo, una especia de dislexia aguda que se traslada de las letras y palabras a las frases. Alonso, no te elogio para preservarte de la soberbia.
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A.G:
Víctor, como bien, muy bien dice:
«El adulterio es una transgresión gravísima del orden moral natural, condenado con frecuencia y de modo expreso en las Sagradas Escrituras».
Y además, no lo olvide, por la Tradición, que es la segunda fuente de la Revelación, junto a la Escritura. Y todo ello, interpretado por el Magisterio. Los tres son inseparables.
Saludos
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