Otra vez el Opus Dei: ¡Lo que hay que oír!

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Hay veces que, francamente, es mejor callar lo que se piensa y no ponerse, según qué personas píen según qué cosas para que no se note demasiado el nivel de analfabetismo funcional que se tiene.

Yo, a este individuo, con mucho gusto lo hubiera encasillado en la categoría “Tontos de capirote” que tiene este blog pero, lo digo como lo pienso, ni siquiera llega a ser eso sino, simplemente, un tontuelo de verano, un don nadie sociata, una corriente de humo de izquierdas o, en fin, un cero a la izquierda que es lo suyo.

Aunque hace ya unos cuantos días que de la boca de este insigne Tomasito salieron unos vocablos que, con intención de regurgitar algún pensamiento bilioso que debe tener el bueno hombre en su corazón izquierdoso, quiso hacer algo de daño, lo bien cierto es que no quiero dejar pasar este cabestro (decir toro sería insultar a tan digna especie de cornudos) sin ponerle alguna banderilla, pues no vaya a creerse que en determinadas plazas va a salir indultado sino, si eso es posible, perdiendo, metafóricamente hablando, algún que otro apéndice.

En InfoCatólica hay otras personas que ya han escrito sobre el tema pero como cada cual es cada cual y la corrida cada uno la torea como sabe, no quería yo no decir nada. Y vaya si lo voy a decir y, aunque estoy más que seguro que algún lector pensará que voy a escribir con trazo grueso y algo brusco… pues está más que en lo cierto. Cada uno merece lo que merece.

Pues resulta que Tomás Gómez, socialista madrileño ha dicho lo que todos saben y que lo califica, como poco, como persona ignorante a la que se le debería nombrar un tutor hasta para ir al cuarto de baño. Ha dicho esto, muy propio de quien lo ha dicho:

“El Opus es prácticamente una secta, es una pseudosecta. En este país habría que hacer una reflexión, creo que habría que hacerla en el Congreso de los Diputados y elevar a rango de ley que personas que pertenezcan a pseudosectas, como el Opus Dei, no puedan ocupar responsabilidades públicas”.

¿Qué ha querido decir? (con este señor nunca estamos seguros que entienda lo que dice)

Pues algunas cosas como, por ejemplo, que el Opus Dei es una secta. Bueno, que es casi una secta porque le debe faltar algún detalle para incluirlo en grupos como los mormones, los testigos de Jehová y toda esa piltrafilla pseudoespiritual que por el mundo anda y camina engañando al personal.

Esto no es que sea ridículo sino que es propio de que haya sido dicho por un sectario socialista que sólo tiene en mente sus abortos y sus educaciones para la borreguería. Y de un sectario como Tomasete Gómez, perdedor continuado de elecciones varias donde demuestra que es cómo es… nada mejor puede esperarse.

Pero es que es tan torpe, torpe, torpe, que se permite el lujo de decir en asnada voz alta que hay que hacer una Ley para que determinado grupo de personas (ahora el Opus Dei y luego el que no convenga a este amante de la checa) no pueda ocupar, dice, responsabilidades públicas.

Pues bien, a mí me gustaría que hiciera lo mismo, por los efectos que tienen cada vez que ocupan responsabilidades públicas, con los grupos que

1.-Generan ruina económica cuando ocupan cargos públicos.

2.-Siembran el miedo y la zozobra en la población con sus políticas.

3.-Procuran la muerte ajena fomentando el aborto.

4.-Tratan de adoctrinar todo lo que pueden con sus política educativa.

5.-Persiguen a la religión y si es católica, mucho más.

6.-Hacen lo posible para destruir a la familia.

7.-Establecen un sistema de vida basado en el nihilismo y lo políticamente correcto.

Y así podríamos estar un buen rato. A este tipo de grupos no se les debería permitir existir siquiera porque han demostrado que cada vez que han abusado del poder (que ha sido siempre) que las elecciones les ha procurado, han sembrado de desgracia a la nación donde han caído, por mala sombra, sus manos ansiosas de llevar a sus bolsillos lo que no es suyo (una ministra socialista de Zapatero dijo que “el dinero público no es de nadie” por ejemplo)

El problema es que, entonces, el grupo que debería ser ilegalizado por peligrosidad pública demostrada debería ser el mismo partido político al que pertenece este bocazas y que no es otro que el Partido Socialista Obrero Español con el que se cumple, único caso que se sepa, que su nombre en nada coincide con la realidad porque ni es partido sino partida, no es socialista sino nacionalsocialista, no es obrero sino que defiende, siempre, a las élites políticas y, por supuesto, no es español porque está formado por multitud de grupillos algunos de los cuales se siente poco o nada español.

Pues, entonces, que empiece por no dejar que ninguno de los suyos ocupe ningún cargo público.

Pero eso, ¡Ay!, es sólo un sueño de verano… como su verborrea.

Eleuterio Fernández Guzmán

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