Un amigo de Lolo - Decálogo del periodista -1-

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Manuel Lozano Garrido

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Por otra parte, el Decálogo del periodista que escribió Lolo nos informa, a todas aquellas personas que, de una u otra forma, nos dirigimos a los lectores, que hay una forma cristiana de comportarse y aunque a veces podamos incurrir en ciertas extralimitaciones, la intención final ha de ser la que refiere el beato Manuel Lozano Garrido.

Decálogo del periodista según Manuel Lozano Garrido, Lolo

1. Da gracias al ángel que clavó en tu frente el lucero de la verdad y lo bruñe a todas horas.

Proceden de Dios los dones que cada hijo suyo tiene. Por eso hacerlos rendir es lo menos que podemos hacer aquellos que nos sabemos descendencia suya. Por eso San Marcos, en su Evangelio nos (4, 1-20) pone el ejemplo de la Parábola del sembrador que Jesús enseñó estando a orillas del mar. Si somos buena semilla podemos rendir hasta el cien por cien de lo que se nos sembrado pues, al fin y al cabo, como decía William Shakespeare, el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

A tal respecto del hacer rendir los talentos que Dios nos ha dado, Santa Teresa de Jesús, en su Libro de la vida (cap. 15,5) nos dice “Esme gran lástima, porque conozco muchas almas que llegan aquí, y (…) querríalas mucho avisar que miren no escondan el talento, pues quiere Dios escogerlas para provecho de otras muchas, en especial en estos tiempos que son menester amigos fuertes de Dios para sustentar los flacos. Y los que esta merced conocieren en sí, ténganse por tales, si saben responder con las leyes que aun la buena amistad del mundo pide; y si no -como he dicho-, teman y hayan miedo no se hagan a sí mal y ¡plega a Dios sea a sí solos!”.

En realidad, dar gracias a Dios por habernos dado unos talentos que hacer rendir debería entrar dentro del ordinario comportamiento de un hijo suyo. Si de lo que se trata es de agradecer el hecho mismo de poder comunicar lo que uno cree que es importante y de sostener lo que entiende que es verdad, más aún se debe manifestar gratitud a Dios por eso mismo.

Dice el beato Lolo que hay que dar gracias. Eso lo tenemos asumido porque, además, de no hacerlo, seríamos unos hijos desagradecidos para con nuestro Creador. Sin embargo, abunda en algo que no es de menor importancia como es el hecho de que las gracias hay que darlas siempre y no dejarse llevar por el arrebato del sentimiento espontáneo porque bien dice el beato jienense que además de ser una donación de Dios la misma no se ha agotado con haberla hecho el Todopoderoso sino quelo bruñe a todas horas”.

Bruñir es, en esencia, sacar lustre. Si bien se suele aplicar a un metal o a una piedra no es poco cierto que, en este muy particular caso, bien lo podemos entender como aplicable a lo que más brilla en la existencia del ser humano y que no es otra cosa que la verdad. La misma ha de ser compañera inseparable de quien se dirige a otras personas manifestándola en lo que escribe. Y de ella Dios se vale y se sirve para que a todas horas se nos recuerde, en nuestro corazón, que estamos para servir a la verdad y que, por eso mismo, no valen las componendas con el Mal ni con sus discípulos.

La frente, a nivel simbólico religioso, se tiene por la mente. Así, cuando se dice que hay cristianos que llevan la marca de la Bestia en la frente y en la mano se quiere poner en evidencia que tanto a nivel de pensamiento como de acto hay hijos de Dios que se han dejado dominar por el Mal. Y eso es lo que nos deja como regalo lo escrito por el beato Manuel Lozano Garrido, Lolo: en nuestra mente llevamos una marca muy especial que nos impele, con las correspondientes faltas de capacidad personales en las que podamos incurrir, ir tras la verdad aunque eso nos pueda costar dimes y diretes. Pero es obligación grave de nuestra parte y, por eso mismo, no podemos dejarla escondida debajo del celemín porque hay celemines que, además de tapar lo que no se quiere que se vea atestiguan ciertas cobardías y ciertas malas razones.

Demos, pues, gracias a Dios por este impagable regalo.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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1 comentario

  
Proby
Muy buen artículo, don Eleuterio, pero, con el debido respeto, es "infligían" y no "infringían". No es lo mismo "infligir" que "infringir".

EFG

Muchas gracias por el aviso. Ya está corregido.
15/08/22 4:54 PM

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