Crisis y ruina de la Cristiandad

Este es un resumen de la ponencia que- con el nombre de “autoridad y poder desde el Renacimiento hasta nuestros días”- presenté como panelista de la mesa redonda “Autoridad y poder en la historia”, dentro de los cursos del XVII Foro “Alfonso Carlos” de pensamiento tradicionalista, celebrado los días 18 a 20 de septiembre de 2015 en la localidad de Líria (Valencia).

Cristiandad

En definición clásica, la Autoridad es la primacía que se reconoce a la influencia, asociada al prestigio de una persona o institución, como fuente de derecho. La Potestad hace alusión a capacidad de fuerza para ser fuente de legislación, y hacer cumplir sus dictámenes.

Basándose en san Agustín, la Iglesia enseñó que la Autoridad está fundada en Dios (Señor de toda la Creación) y su fin es asegurar el Bien Común. La Potestad puede encarnarse de maneras diversas, y es legítima cuando coopera con la autoridad al Bien Común de acuerdo al derecho divino, al derecho natural y a la recta razón. El reconocimiento de la Potestad (legitimidad de origen) es perfecto cuando proviene de la Autoridad, e imperfecto cuando proviene de otras fuentes (la ley, la sucesión, la voluntad general o nacional), y merece acatamiento. Cuando incurre en ilegitmidad de ejercicio (faltando a alguna de sus cualidades o su fin) es lícito resistirla.

En base a estos postulados se construyó la Cristiandad, inicialmente de corte romano y cesaropapista, en el que la autoridad civil (César) cristiano estaba por encima de la eclesiástica. El fracaso del Imperio en Occidente y el aluvión de reinos germanos cristianizados dio paso a una característica Cristiandad latina a partir del año 800, con la coronación de Carlomagno como emperador por el papa. Basándose en la teoría agustiniana de las dos espadas, se constituyó la distinción del poder temporal y el espiritual. El primero recibía la soberanía por la Gracia de Dios (autoridad y potestad como delegación y en cuanto acatamiento del poder de Dios). Por ello, el primado de la Iglesia ejercía de autoridad espiritual por encima del emperador (autoridad temporal), primado con respecto a otros reyes cristianos.

La sociedad se concibe como un cuerpo orgánico, del que Cristo es la cabeza, y el papa su vicario, y en el que cada hombre ocupa un lugar distinto con diversa función, pero todas ellas necesarias. A semejanza con un árbol, donde raíz, tronco, ramas, hojas, frutos o flores son accidentalmente diferentes pero esencialmente iguales (todos son árbol), formando una unidad en la que las jerarquías naturales sirven a la armonía y la justicia. Otra comparación situaba al poder espiritual como el pastor y al poder temporal como el perro que- a sus órdenes- guiaba y defendía al rebaño de fieles.

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Secularización y decadencia de la Cristiandad. El nominalismo

Precisamente la comparación con el predominio del poder civil en el Imperio romano que subsiste en Oriente lleva a los emperadores occidentales a cuestionarse el modelo a partir del siglo XII con la controversia de las investiduras. El primer desgarro se produce con el emperador Luis IV (a partir de 1328), precoz aplicador en su derivada política del nominalismo de Guillermo de Occam, que establece la independencia del derecho positivo elaborado por la potestad (pues es el único objetivable) sobre el derecho natural. El poder espiritual y temporal ya no están simplemente diferenciados, sino separados, y este es superior a aquel.

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La primera ruptura. El protestantismo y el absolutismo

Las conclusiones políticas de la teología de Lutero y Calvino a partir de 1516 llevan a la secularización del mundo. La fe y la razón son dos vías distintas para conocer la Verdad, y como el hombre sólo es libre para el mal, la razón dañada no puede conocer el derecho natural; el divino únicamente obra para la salvación y es inaprehensible para el hombre. Por tanto, el derecho positivo es el único válido para este mundo. El mundo trascendente se convierte en algo ajeno: Dios ha dejado el mundo temporal tras la Revelación y salvará únicamente a los predestinados. El Hombre está sólo.

Como réplica, el francés Bodin (segunda mitad del siglo XVI) defiende la capacidad de la razón (obra de Dios) para hallar el derecho natural, pero lo hace a costa del derecho divino, que ya es innecesario para la acción temporal (por ello postula la tolerancia religiosa y el materialismo-mercantilismo). Ahora la Autoridad y la Potestad se reúnen en el poder temporal, al que llama Soberano, y al que considera ilimitado, indivisible y permanente. Ha nacido el absolutismo. Los soberanos absolutistas introducen el derecho divino de los reyes: el monarca, elegido por Dios, ya no responde ante ninguna autoridad espiritual (el papa).

Dividida entre los principados protestantes seculares y las monarquías absolutistas católicas, la Cristiandad recibe la herida de muerte.

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La segunda ruptura. El liberalismo

A partir de Descartes (mediados del siglo XVII), los filósofos liberales profundizan en la segregación entre fe y razón luterana, para proclamar la preeminencia de la razón, apareciendo el racionalismo. Por ella deducen las llamadas tres autosuficiencias (o autonomías): la autosuficiencia del mundo temporal (y la Potestad) respecto del mundo sobrenatural (y espiritual); la autosuficiencia de la razón con respecto al orden revelado; la autosuficiencia de la conciencia moral con respecto a las ley divina.

Los filósofos liberales enseñan que no hay necesidad de considerar a Dios como causa eficiente del mundo: la Luz de la Razón (iluminismo, ilustración) lo explicará (por oposición a la “oscuridad” del asentimiento de la fe a las verdades reveladas). Se destierra la organicidad de la comunidad humana, y para justificar la sociabilidad del hombre se crea un hipotético “estado de naturaleza” pre-social en el que cada ser humano es un individo aislado (individualismo) en posesión de todos sus derechos, que abandona por un acto libre de la voluntad (voluntarismo) por medio de un “contrato social”, por el cual se crea la Sociedad civil, de la cual el Estado es su entramado institucional.

Al teísmo católico se opone la autonomía del mundo en tres manifestaciones o grados: el ateísmo, que niega de plano a Dios, el deísmo (gnosticismo filosófico), que cree en un Demiurgo o Gran Arquitecto que ha puesto en marcha el mundo sin acción ulterior, y el teísmo protestante, que cree que el Dios cristiano se ha apartado del mundo tras la Revelación.

Los dos principales conceptos que se modifican son la libertad y la igualdad. La Libertad católica tiene dos componentes: el de ejercicio (obrar o no obrar) y el de efecto (obrar de un modo u otro). En base a la autonomía de la moral, el liberalismo sólo conserva la libertad de ejercicio, eliminando la de efecto, así como el fin último tendente al Bien. La Igualdad católica enseña que los hombres son iguales en su sustancia (como hijos de Dios) y desiguales en su accidente (cada uno tiene cualidades y defectos diversos, y ello hace nacer- de hecho- el concepto de autoridad). El liberalismo elimina la distinción, proclamando el igualitarismo como si fuese igualdad.

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El liberalismo racionalista y la crítica empirista

Los racionalistas van a proponer diversas soluciones a las razones del abandono del hombre del estado de naturaleza para formar la sociedad civil por medio del contrato social, que se pueden dividir según la bondad o su ausencia en el hombre en estado natural.

Son pesimistas los primeros, Hobbes (1588-1679) y Spinoza (1632-1677), que niegan el derecho natural. Enseñan que el hombre es egoísta, únicamente movido por la pasión (e intereses), y el derecho es la fuerza. Es la Razón la que hace a los hombres renunciar a parte de ese poder para formar la sociedad civil por motivos de utilidad (tanto más útil cuanto más racional). Su encarnación en forma de Estado es la Potestad y equivale a la soberanía. Hobbes es partidario del absolutismo de la soberanía, mientras Spinoza propone la democracia como Estado.

La reacción optimista viene de mano de Locke (1632-1704), que cree al hombre esencialmente bueno en su estado natural, regulado por el derecho natural (vida, libertad, igualdad y propiedad), aprehensible por la razón. La formación de la Sociedad civil se lleva a cabo también por utilidad, renunciando a algunos derechos naturales para mejor defender los más importantes (principalmente la libertad). Fundidas Autoridad y Potestad, se divide esta última entre príncipe y asamblea (teoría de la doble soberanía) que se controlan entre sí. Se le considera el padre del liberalismo anglosajón.

También optimista es Montesquieu (1689-1755), que cree que la bondad innata del hombre, regido por los derechos naturales (igualdad, paz, necesidades, conocimiento, vida social) proviene de la razón y es obnubilada por la pasión, que los viola. El contrato social se lleva a cabo por utilidad, pero la formación de la Sociedad civil hace desaparecer el temor, provocando un “estado de guerra”. El Estado lo resuelve con una ley positiva que establezca un ideal de comportamiento humano (la Fraternidad revolucionaria, afecto abstracto a la Humanidad que sustituye al Amor cristiano al prójimo concreto) que reponga el estado de naturaleza bueno. Para controlar al soberano propone dividir los tres poderes: legislativo (asamblea), ejecutivo (príncipe) y judicial. Es el padre del liberalismo continental o francés.

Sólo una voz se levanta en contra: el padre el empirismo moderno, Hume (1711-1776) niega todo el entramado del estado de naturaleza y el contrato social por ser ficciones indemostrables. Admite la sociabilidad innata en el hombre, pero agnóstico como es, considera que la Sociedad civil es producto de una convención (no un contrato) que todos aceptan por su utilidad (utilitarismo radical), principalmente en la defensa de la propiedad privada, y no por la tendencia a un fin bueno. Es el principal referente del positivismo naturalista en política.

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La Revolución liberal en Francia

Discípulo de Montesquieu es Rousseau (1712-1778), que considera al hombre bueno en su estado natural, regido por el derecho natural (libertad e igualdad), que crea la Sociedad civil por su utilidad. En ese momento, la aparición de la propiedad privada provoca el despertar de las pasiones y el “estado de guerra”. El Estado y la ley positiva (lejos de restaurar la bondad del estado de naturaleza) únicamente consolidan el estado de guerra por medio de la coerción. Para resolverlo, propone un Nuevo Contrato social, por el cual todos los individuos se disuelven literalmente en una nueva Sociedad civil que se manifiesta a través de la voluntad general (concepto abstracto) o Pueblo que a todos obliga por igual (Igualitarismo radical). Se expresa por medio de la Asamblea, que es legislativo y somete al ejecutivo como Potestad absoluta (soberanía popular), rechazando la división de poderes de su maestro. Es el precursor del liberalismo continental exaltado o progresista.

Sieyes (1748-1836) es un roussoniano pragmático que extrae de las lecciones de la Revolución francesa dos enseñanzas: la sustitución de la voluntad general (de imposible plasmación práctica) por la voluntad parlamentaria expresada por medio de los partidos (sufragismo democrático), y el concepto de Estado no como representación de una Nueva sociedad civil abstracta, sino de una Nación concreta, instituyendo la soberanía nacional frente a la soberanía popular. Sus ideas son la fuente del liberalismo continental moderado o conservador.

El Reino Unido rechaza la Ilustración y la revolución continental por medio de Burke (1729-1797) que sustituye la acción de la ley divina por un Providencialismo que ha predestinado a las sociedades, de modo que la experiencia de la historia ha creado la mejor Sociedad civil y el mejor Estado. Como Locke, defiende la teoría de la doble soberanía. Es antecesor del liberalismo conservador británico.

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Los idealistas alemanes

Francia y Gran Bretaña ceden su protagonismo a la escuela alemana a partir de principios del siglo XIX. El inmanentismo de Kant postulaba el impulso interno de toda la historia, y pronto fue aplicada en política por Hegel (1770-1831), padre del idealismo y creador de la llamada dialéctica hegeliana (aproximación a la Verdad por medio de la elaboración de una tesis, su antítesis y la conclusión de una síntesis), que consideraba la razón un instrumento para acercarnos a la realidad por medio de ideas-concepto cada vez más precisas. Para Hegel, la sociedad se construye progresivamente a partir de la familia y conforme se hace compleja hace aparecer el egoísmo y el “estado de guerra”. Sigue a Rousseau al creer en la voluntad general, pero cree que el Estado en que se plasma no es sino una idea-concepto de la sociedad. Sus leyes positivas deben garantizar la libertad y elaborar una moral social. Dicho Estado debe poseer la soberanía absoluta, regulando las relaciones de sus miembros en aras a la voluntad general. Su teoría es la base del totalitarismo monárquico del reino de Prusia.

Marx (1818-1883) profundiza en el pensamiento de Hegel, pero influido por el naturalismo empírico, crea el concepto de materialismo histórico (que interpreta la historia únicamente desde el punto de vista material) y la dialéctica de la lucha de clases, que considera que la sociedad civil está separada del Estado burgués (o liberal), cuyas leyes protegen a los fuertes (dictadura de la burguesía). Identifica la Sociedad civil con la clase trabajadora, que sería liberada por el futuro Estado socialista tras una etapa de dictadura del proletariado. Es el precursor del totalitarismo comunista.

Posteriormente, Weber (1864-1920), Nietzsche (1844-1900) y Heidegger (1889-1976) desarrollan el inmanentismo idealista en un sentido de totalitarismo de Estado (en el caso del primero), de individualismo darwinista (en el caso del segundo) o de existencialismo neopagano (en el caso del tercero), cada uno progresivamente más oscuro e irracionalista, que influirían en la aparición del nacionalismo romántico y del totalitarismo nacional-socialista.

42 comentarios

  
gringo
Más bien sería crisis y ruina del cristianismo como ideología política.
La cristiandad creo que es otra cosa y no va a estar en crisis porque ya no nos gobiernen reyes consagrados por obispos.
Por cierto que el mundo estaría mejor si el islam viviera una evolución semejante, y sus sociedades separaran poder temporal y espiritual.

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LA

En este artículo el concepto de Cristiandad no hace alusión a la comunidad de creyentes, sino a la llamada Civilización Cristiana, antepasado directo del concepto de "Europa" (que surge como reacción, opuesto y sustituto de aquella). Se vio dividida, como el imperio romano, en occidental, católica o latina, y oriental, ortodoxa o griega, a partir del siglo XI. La latina a su vez sufrió la escisión teológica del protestantismo y su supresión por el liberalismo, mientras la oriental fue acabada por los invasores políticos, sobre todo musulmanes, y más recientemente marxistas.

Una ideología es un conjunto de ideas sobre la realidad, proveniente de un sistema de pensamiento teórico. Como tal, las ideologías nacen con el liberalismo. La Cristiandad, como anterior que es, no se puede considerar ideología, sino simple organización social en base a una fe y las reglas morales y sociales derivadas de aquella.

29/11/15 8:26 PM
  
cos
Otro gran articulo. Yo añadiría otra cosa esencial del pensamiento tradicionalista y es el concepto de pueblo. La unidad de personas sobre la que se establece la potestas. En la Edad Media esta unidad surge de un orden que podríamos llamar natural, y con el influjo de la autoridad cristiana. En ello radica su fuerza y su verdad.
El liberalismo triunfo consiguiendo que la gente olvidase las cuestiones basicas. La idea de un contrato social es simplemente absurda. Peor, es mentira. No existe ningún contrato. No hay ninguna razón por la cual una persona deba de someterse a la voluntad del gobernante de turno mas allá del poder coercitivo de este. Una vez eliminada la fuerza generadora de la autoridad legitima y una vez eliminado el pueblo como comunidad natural (una comunidad no es una simple reunión temporal de individuos sino un cuerpo que se desarrolla a través del tiempo, o sea a través de las generaciones), nos damos cuenta de que el rey esta desnudo. El rey del liberalismo, por supuesto.
29/11/15 11:48 PM
  
Juan Mariner
El liberalismo, gran tiunfador de las luchas ideológicas seculares, se basa en tres pilares del cristianismo católico (adulterados) que la jerarquía, por sus servidumbres políticas, económicas, sociales o culturales, se ha negado a reconocer o las ha puesto muy en un segundo término. LIBERTAD: el Hombre o la persona humana es creada libre por Dios (su Salvación depende se sí mismo, sin predestinaciones); IGUALDAD: todos los Hombres son iguales ante Dios, el rico y el inteligente responderán igual en última instancia que el pobre y el ignorante según su Fe y sus actos); FRATERNIDAD: el hombre debe amar a su prójimo como a sí mismo. Amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestros hermanos tal como Él nos ha amado.

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LA

Se dice que la triada clásica masónica (adoptada por los liberales) de Libertad-Igualdad-Fraternidad, es la réplica a las tres virtudes teologales, Fe-Esperanza-Caridad.

En el texto ya comento que la libertad liberal se queda con la libertad de ejercicio de la teología cristiana y elimina la libertad de efecto. Asimismo, la igualdad liberal no corresponde a la igualdad esencial y desigualdad accidental del realismo filosófico cristiano, sino que tiende mucho más al igualitarismo.

En cuanto a la fraternidad, es la obvia sustituta (teórica y abstracta para "la Humanidad") de la caridad cristiana, que es concreta y práctica para el prójimo.

Yo diría que de los tres lemas liberales, el último es el más artificial y el de menos recorrido (apenas lo reivindica ningún liberal fuera de alguna declaración grandilocuente). Es coherente con el hecho de que, en cambio, como dice san Pablo, de las tres virtudes, la Caridad es la más importante.
Lógico, porque la civilización cristiana es la del Amor (con mayúsculas), mientras la liberal es la opuesta.
30/11/15 11:20 AM
  
gringo
Entonces el islam que es anterior al liberalismo tampoco es una ideología?

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LA

No. Es una religión.

El salafismo jihadista, que en su versión moderna no tiene ni cien años, sí es una ideología. Aunque no exactamente como pueda serlo una liberal. Pero se acerca.
30/11/15 6:04 PM
  
Juan Gabriel Caro Rivera
Me gustaría mucho conocer la ponencia en su totalidad, de verdad muy reveladora.

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LA

La ponencia fue oral y, hasta donde yo sé, no se grabó. Esto es un desarrollo más o menos literario del guión.

Hubo otras ponencias y conferencias verdaderamente brillantes. Todo el foro giró en torno a "Autoridad y Potestad", y fue muy ilustrativo. Bueno para la formación social y política de un cristiano, que hoy en día la Iglesia tiene completamente descuidada. Normalmente la arrienda, bien a liberales conservadores, bien a marxistas. Y no sé que es peor.
30/11/15 6:52 PM
  
cos
Además para que haya fraternidad debe de haber una filiación común. Ese pequeño detalle. Cosa que el liberalismo niega en esencia. Bueno, a no ser que tengamos en cuenta a la mona Lucy claro.
30/11/15 7:14 PM
  
manuel
Sr. Amoros:
FINAL DE CUENTAS; siguen gobernando los que se apoderan por las buenas o las malas de las riquezas, el poder y la fama, en todas las
épocas, covenciendo al resto de la población con sutilezas de que les
sirva a ellos y no ha DIOS. Ya decía un compañero de la universidad,
que no hay forma de cambiar a las grandes potencias hoy en día, pues gran parte de la población es pro imperialista, capitalista, libertina, etc..........FINAL DE CUENTAS; solo DIOS salva al hombre y a la mujer de buena fé y que quieren ser JUSTOS.

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LA

El pesimismo es ajeno a la doctrina católica. Conduce al puritanismo y el pensamiento antisocial. Es, en buena medida, un agente eficaz para dejar el campo libre al gobierno de los impíos.

En todas las épocas han habido poderosos y débiles, egoístas y generosos, honrados y corruptos, justos e injustos. La perenne lucha entre el bien y el mal seguirá hasta el fin de los tiempos. No tenemos derecho a desesperar, porque nuestra época no tiene vicios diferentes a otras.

También hay enseñanza social y política en el Magisterio de la Iglesia. También los pueblos y naciones, y no sólo las personas, se pueden salvar y condenar (Sal 86, 9; Ap 15, 4; Mt 25, 31), y por tanto son también objeto de misión.

Toda sociedad se articula en forma de comunidad política. Desde el mismo momento en que cualquier persona cruza la puerta de su casa y se relaciona con otra, ya hay sociedad y ya hay política. Las comunidades políticas se han de organizar por fuerza de algún modo, o no subsisten.

Si no se organizan según la ley natural, y/o la ley cristiana, se organizan contra ellas. No hay alternativa ni término medio. Por tanto, no se puede dejar ese campo sin sembrar también.

Nada de desesperanza, que es instrumento del demonio. Sursum corda.
Un abrazo en Cristo.
01/12/15 5:56 PM
  
Juan Gabriel Caro Rivera
Muchas gracias por su respuesta. Me gustaría saber qué puedo leer para poder introducirme en una lectura católica que disecciona la filosofía política de la modernidad, tal y como esta expuesto en este resumen tan útil que nos ha presentado. Es decir, ¿qué autores o bibliografía debería tener en cuenta para contratacar los argumentos de liberales y marxistas en contra del cristianismo y su relación con la política? Y es verdad, es necesaria una formación política y educativa cristiana, de lo contrario ese espacio es llenado por cualquier ideología totalitaria o doctrina política que obedezca a la moda, al orgullo o a la voluntad de poder de un grupo determinado con su propia agenda política.

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LA

Básicamente, es el neotomismo, o el realismo cristiano, las filosofías que informan la doctrina social católica (la auténtica,no los sucedáneos que se venden con frecuencia por ahí).

Hay muchos autores. Yo, particularmente, soy deudor del cristianismo político tradicional hispano; el de Elías de Tejada, Canals, Álvaro D´Ors o Gambra. Sus libros, sin duda, los recomiendo.
Sé positivamente que también hay otros autores interesantes en este campo. Tal vez otros comentaristas quieran citarlos, con mejor conocimiento que el mío.
01/12/15 10:44 PM
  
manuel
Sr. Luis Amoros:
Una sutileza de la Revolución Francesa que nos afecta hasta el día de hoy; le exclusión de los enunciados revolucionarios de un término tan sustancial como es el de JUSTICIA, acuerdese que solo son, Libertad, igualdad y fraternidad. ¿ Cuantos han comido de ese cuento?
Una sutileza actual, pero se la voy a preguntar,¿ cual frase es correcta, de las que le escribo abajo?

1- "Deus Caritas est"

2- "Unicus Deus Caritas est"

Luis, yo no desespero, yo espero, angustiado sí, pero espero.

Dios te guarde.

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LA

No soy fuerte en latín, pero si no entiendo mal, las dos frases son "Dios es amor (caridad)" y "El único Dios es amor".
Mi pregunta es ¿por qué una de las dos ha de ser errónea?

Dios le guarde.
02/12/15 3:07 AM
  
gringo
Luis y no crees que san Agustín desarrolló una ideología política basada en el cristianismo y que perduró hasta la revolución francesa? .


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LA

Tal vez sea una cuestión de terminología. Se supone que ideología es la ciencia de las ideas, pero dado que el término no se empieza a emplear hasta el siglo XVIII, comúnmente se ha considerado un sistema de pensamiento teórico, en cierto modo autónomo de la realidad, sobre la que pretende actuar sin necesariamente basarse en ella. Muy ligado al racionalismo en su origen. En ese sentido, hablar de ideologías antes del siglo XVIII es proyectar un término bastante moderno a realidades muy anteriores. Resulta anacrónico.

San Agustín propuso un actuar concreto en política basado en la filosofía cristiana. Como es lógico, no derivaba de un puro ejercicio de la Razón, sino de una ley revelada, con lo que todo su sistema de ideas se liga a algo externo (a Dios, en este caso).

Como explico en el artículo, la Cristiandad agustiniana (y tomista), en realidad se empieza a romper con el protestantismo y el absolutismo (probablemente ya con el humanismo renacentista, que aunque cristiano, se ha hecho ya antropocentrista). La revolución liberal (antes en EEUU que en Francia) no hace sino darle la última puntilla.
02/12/15 10:46 AM
  
gringo
Pues existir una Cristiandad democrática?.
Por ejemplo qué opinas de la república helvética medieval?.

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LA

Si entendemos democracia como participación del pueblo en la elección de cargos, en la ostentación de los mismos o en la elaboración de leyes, sin duda puede haber una democracia cristiana.

El Magisterio de la Iglesia dice que todo gobierno debe orientarse al Bien Común (entendido según la enseñanza cristiana, claro está). La forma de organizar, elegir o controlar a ese gobierno, es privativa de cada comunidad política. Y de hecho, con frecuencia, autores cristianos han opinado a lo largo de la historia que cada pueblo tiene un "temple" diferente, y que las soluciones válidas para uno pueden no serlo para otro.
Lo que les deslegitima es dejar de buscar el Bien Común, no tanto el mecanismo por el que se alcanza o conserva el gobierno.

Es cierto que la unidad de poder (que no de autoridad y poder) ha sido preferida en general por los autores cristianos (esto ya no es Magisterio, sino opinión), por lo que con frecuencia se ha ligado a la catolicidad con la monarquía, pero también es cierto que el principio de subsidiariedad, que está en el Catecismo (número 1883, pero se puede ver toda la sección 1878-1885) sugiere que, al menos en comunidades pequeñas o medianas, el asamblearismo y las entidades sociales espontáneas y articuladas son probablemente la opción más conveniente.
Por ejemplo, hubo repúblicas cristianas, como Venecia, Florencia o Génova. O la confederación helvética que has citado, que lo era plenamente hasta el advenimiento del protestantismo.

En resumen, no es problema de democracia o no democracia, sino de moralidad pública en un sentido u otro (o su ausencia). Eso es lo que la diferencia del liberalismo o el socialismo, que ponen a la democracia en el lugar que el Bien ocupa en el pensamiento cristiano.
Un ejemplo lo vemos en la actual secesión de Cataluña: sus promotores apelan como argumento fuerte que eso es lo que quiere democráticamente la mayoría de diputados electos al parlamento que la ha proclamado. Una apelación mayoritaria se convierte automáticamente en buena en la dialéctica liberal.

Para mí, el mejor resumen lo hace san Agustín de Hipona con esta frase de su "Tratado del libre albedrío": “si un pueblo es razonable, serio, muy vigilante en la defensa del bien común, es bueno promulgar una ley que permita a ese pueblo darse a sí mismo sus propios magistrados para administrar los asuntos públicos. Con todo, si ese pueblo poco a poco se degrada, si su sufragio se convierte en algo venal, si le da el gobierno a personas escandalosas y criminales, entonces resulta conveniente quitarle la facultad de conferir honores y volver al juicio de un pequeño grupo de hombres de bien”.

un saludo.
03/12/15 11:50 AM
  
Ramontxu
En realidad, la conclusión que se saca, tanto del artículo como de las respuestas a los comentarios, es que "cristiandad democrática" es una contradictio in terminis. Y no sólo eso: también es contradictoria una dictadura cristiana o una monarquia cristiana.

Efectivamente, en una democracia, es el pueblo el que decide (en mayor o menor medida). En una dictadura es el dictador y en una monarquía, el rey. Sin embargo, aquí se nos explica que, para que cualquiera de esos sistemas de gobierno pueda llamarse "cristiano", la condición es que sus decisiones se ajusten, no a la voluntad del pueblo, del dictador o del monarca, sino a la voluntad de Dios (o al bien común, entendido como voluntad de Dios).

En ese esquema, los diferentes sistemas de gobierno (si han de poderse llamar cristianos) son meras herramientas para la ejecución de la voluntad divina, meros vehículos de unas decisiones que no son suyas, sino de Dios.

En definitiva cualquier tipo de "gobierno cristiano" es un eufemismo de "teocracia".

Y es que la existencia de Dios es tan incompatible con la libertad humana como con la potestad de cualquier sistema de gobierno humano. Y por las mismas razones.

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LA

Ibas bien hasta "la ejecución de la voluntad divina, meros vehículos de unas decisiones que no son suyas, sino de Dios".

Las leyes de Dios son conforme a la naturaleza y al hombre. Por tanto, cuanto más se acercan las leyes positivas a las de Dios, tanto más humanas son. Descubrir eso es el auténtico y único descubrimiento de valía que puede hacer una persona en filosofía política.
Y eso es lo que la Iglesia enseña.

Y precisamente cuando el hombre obra, tanto en su vida personal como comunitaria, con arreglo a lo que Dios manda, tanto mayor bien obra y tanto más plena es su libertad. Pues la libertad es fructífera cuando nos permite obrar lo bueno, y no lo malo.

Cuando uno toma la decisión menos humana, menos social, o menos generosa, no está siendo más libre, sino menos.

03/12/15 5:02 PM
  
Ramontxu
Si la voluntad de Dios y la "verdadera naturaleza del hombre" coinciden (cosa con la que no estoy de acuerdo pero que concedo ahora por mor del debate), las decisiones políticas que se ajusten a dicha voluntad serán "mejores", "más acertadas" o incluso "más humanas", pero no se puede decir que en ese caso el monarca tenga mayor potestad, sino menos.

Lo mismo ocurre con la libertad. Ese mantra paradójico que dice que "cuanto más se ajustan tus decisiones a la voluntad de Dios, más libre eres", no por mucho repetirlo deja de ser paradójico ni se convierte en cierto. La libertad es, como mínimo, la capacidad de decidir lo que se quiera, sea bueno o malo, acertado o equivocado, conforme, o no, a la voluntad de Dios.

Y la potestad es la capacidad de emitir las leyes y decretos que el gobernante quiera, buenos o malos. El gobernante cuyas decisiones se ajusten a la voluntad divina será un buen gobernante, pero no tendrá más potestad por ello.

Precisamente por eso dices que lo importante no es el sistema de gobierno, sino si ese gobierno actúa bien (como Dios quiere) o no. No es una cuestión de potestad, sino de bondad. Y lo ideal para un cristiano sería que el gobernante fuera un mero altavoz de Dios, dictando siempre las leyes perfectas que Dios quiere. Es decir, que el gobernante no tuviera potestad alguna para decidir en contra de Dios, que es en lo que consiste la verdadera potestad.

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LA

Todo acto de gobierno se rige según una moral. Y todo acto de gobierno trata de tomar la decisión más "acertada", "mejor" o "más humana". Al menos, es lo que se supone que intentan todos.
Como es lógico, los cristianos defendemos que ese ideal moral es el enseñado por Cristo, pero me concederás que el resto de opciones de gobierno persiguen otros ideales morales.

Más que nada, porque si no hay un ideal moral social, entonces la viabilidad de esa comunidad política está en entredicho. La anomía moral no conduce a la libertad, sino a la desintegración.

Si lo prefieres, saca a Dios del debate: sigues necesitando un Bien y un Mal que sean guía de la actuación política, más allá del tipo de gobierno o de representación política.

En cuanto a la Autoridad y la Potestad, existen en toda sociedad humana, desde siempre. Son inherentes. Habrá que ver cómo es su relación, cuáles son sus límites o controles, etc. Pero ese ya es un debate diverso al que has comentado en tu primer mensaje.

Naturalmente, que tú consideres que si no se puede legislar contra Dios no existe verdadera potestad (o libertad de Poder) es el quid de la cuestión, La raíz del problema nos retrotrae a la discusión abierta por los primeros autores liberales de la autonomía del mundo temporal con respecto al sobrenatural. Como decía Donoso Cortés, detrás de cada controversia política hay una controversia teológica. Ese es el punto en el que creyentes y ateos no nos pondremos de acuerdo. Pero, bueno, no por eso vamos a dejar de debatir.

Por último, si consideras teocracia la soberanía de Dios sobre el mundo creado (es decir, no se puede legislar fuera de los límites del buen obrar que enseña Dios), lógicamente el Magisterio católico es teocrático.
Si consideras que teocracia (y ese es el sentido más común entendido hoy en día) es que una clase clerical o sacerdotal ejerza un poder temporal, entonces la enseñanza católica no es teocrática (con la excepción lógica del pequeño estado de la Ciudad del Vaticano, por razones obvias).

Un saludo.
03/12/15 7:28 PM
  
Ramontxu
Yo no veo tan claro que se necesite un Bien y un Mal para gobernar o para tomar decisiones políticas. Quizá eso era cierto en una era de las ideologías que está llegando a su fin, pero ahora sólo hay bienes y males con minúscula, no universales, contingentes y cambiantes.

La política es, cada vez más, una cuestión técnica, de científicos, economistas, sociólogos y negociadores en la que ni las ideologías ni las religiones tienen apenas nada que decir, aparte de algunos principios generales sin aplicación práctica real. Hace poco se nos decía en otro blog de Infocatólica que, en relación con el cambio climático, los cristianos lo que tienen que hacer es estar calladitos, que el cristianismo sólo da unos principios generales (que hay que proteger la naturaleza, etc.) pero que las medidas concretas han de decidirlas los científicos. Estoy de acuerdo con eso y creo que sirve de ejemplo para casi cualquier otro tema. En efecto, ¿qué puede decir el cristianismo sobre lo adecuado, o no, de una acción militar concreta o de unas medidas económicas concretas? Nada. Sólo puede dar principios generales, hablar del Bien y del Mal, pero no puede decir si esa acción concreta, en esta circunstacia concreta, en ese lugar concreto, es buena o mala con minúscula.

Hoy en día, el cristianismo apenas tiene nada que decir en política y, de hecho, cada vez lo intenta menos, aparte de ponerse a favor o en contra de leyes relativas a cuatro cuestiones de moral privada, como el divorcio o el aborto.

Esta evolución en la política que, cada vez es menos una cuestión ideológica y más una cuestión técnica, hace que el quid de la cuestión haya dejado de ser el principio último (una religión, o una ideología, o el Bien) y lo importante haya pasado a ser el sistema mismo de toma de decisiones políticas. Lo importante ahora no es si los políticos tienen una u otra ideología, sino si son buenos gestores. Ya no se considera que tengan potestad, sino una función. A la hora de elegirlos, lo importante es su currículo en relación con la función que van a desempeñar, no su ideología.

Y, en cuestiones menos científicas y más opinables, tampoco se busca la adecuacion al Bien, sino la libertad, limitada sólo por el respeto a la libertad de los demás y, cuando no queda más remedio que tomar una decisión en uno u otro sentido, el consenso o, como último recurso, la opinión de la mayoría. También aquí, lo que importa ahora es el sistema y no la ideología ni la Bondad.

En esta situación, si el cristianismo sigue haciendo hincapié en la supremacía del Bien y en los principios generales y renuncia a tomar opciones y manifestarse sobre el modelo político, lo único que conseguirá es ser cada vez más irrelevante. Quizá, dada la esencia del cristianismo, no pueda ser de otra manera.


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LA

El tecnicismo es primo hermano del ciencismo. Y, como él, está equivocado.
Tanto la ciencia como la tecnología son herramientas. El modo de usarlas es la clave, y ahí entra la moral. Un martillo puede servir para construir casas o para quitar una vida. La energía nuclear puede dar luz y calor o destruir una ciudad.

Soy científico aplicado, y tengo muy claro que la tecnología o la ciencia no dan respuesta a las preguntas verdaderamente importantes. Detrás hay una decisión que hay que tomar en base a una ética. Una elección (libertad de elección) que habrá que basar en un Bien que se persigue (libertad de efecto).
La economía es un buen ejemplo: hay magníficos y sabios expertos en economía partidarios del mercado libérrimo y hay magníficos y sabios expertos en economía partidarios del control estatal absoluto del mercado.

De hecho, el currículum es importante, pero no es opuesto ni excluyente con tener una postura moral clara y social.

La opción moral (con "minúsculas") que pareces postular: "ahora sólo hay bienes y males con minúscula, no universales, contingentes y cambiantes", sugiere relativismo moral. La enseñanza cristiana enseña que hay cosas principales y otras secundarias. Sobre las principales (como el derecho a la vida), no hay nada cambiante ni contingente desde que el hombre es hombre.
En mi experiencia personal, el relativismo conduce indefectiblemente al egoísmo social. A medio plazo, al conflicto.

Por último, el pensamiento libertario "en cuestiones menos científicas y más opinables, tampoco se busca la adecuacion al Bien, sino la libertad, limitada sólo por el respeto a la libertad de los demás" y el sofisma populista "cuando no queda más remedio que tomar una decisión en uno u otro sentido, el consenso o, como último recurso, la opinión de la mayoría" son característicos de una sociedad postliberal. Los primeros liberales creían o no en Dios, pero todos creían en la ley natural. Actualmente ya no se reconoce la ley natural, y por tanto no hay referencia externa o superior.

Los dos pensamientos políticos que se derivan de esa forma de pensar son el liberalismo libertario o anarcoliberalismo (por cierto, que lo más parecido que hay hoy en día en España entre los partidos de masas es el partido Ciudadanos, aunque la gran mayoría de sus votantes lo desconozcan) y el anarquismo libertario clásico o comunista. A mi juicio, son los llamados a crecer con la base moral (o más bien su ausencia) que tienen las generaciones más jóvenes. Yo diría que tu te sitúas en uno de estos dos.

Sospecho que poner en práctica el libertarianismo de cualquier tipo, siempre conduce al egoísmo extremo. Esto es opinión, pero basada en mi experiencia personal con personas libertarias (en mi caso, liberales).

Ese pensamiento antimoralista es hijo de la postmodernidad. Sus partidarios piensan que es el paso siguiente en la evolución de la Humanidad y las sociedades. Yo pienso que es el síntoma principal de la descomposición de las sociedades que la practican, y la antesala de su disolución. Por pura lógica, serán sustituidas por sociedades con un componente comunitario fuerte. Las sociedades perduran yendo al unísono. Todo reino dividido y en guerra civil, perece.

En cuanto al cristianismo, si fuera cierto que "apenas tiene nada que decir en política y, de hecho, cada vez lo intenta menos, aparte de ponerse a favor o en contra de leyes relativas a cuatro cuestiones de moral privada, como el divorcio o el aborto" estaría haciendo mal [inciso: pensar que el divorcio o el aborto son asuntos de moral únicamente privada ya es indicativo de pensamiento poco social]. El cristianismo tiene tanto que decir a las sociedades como a las personas. De hecho, si renuncia a enseñar a las sociedades, ya está amputando su mensaje y faltando a su misión.
Probablemente lo esté haciendo, y eso es lo que tu notas. Pero eso no es sino signo de deficiencia en el cumplimiento de su obligación en la Iglesia.
En las sociedades mayoritariamente cristianas, como era la española hasta hace 30 años, es función de la Iglesia enseñar. En las sociedades mayoritariamente agnósticas o apóstatas, como la actual española, es su misión ser profética.

Un saludo.
04/12/15 12:38 PM
  
gringo
Luis has definido la Cristiandad como "Simple organización social en base a una fe y las reglas morales y sociales derivadas de aquella".
Puesclo que yo veo es que en la Cristiandad el gobierno de un país lo solía ejercer de forma vitalicia un solo hombre con bastante poder. Tal vez limitado solo por el poder local de los aristócratas en sus feudos, y por la influencia de la Iglesia.
Y generalmente ese hombre para acceder al trono había ganado alguna guerra o simplemente lo había heredado. Esos eran sus méritos.
Aunque había monarquías electivas pero igualmente era un aristócrata el elegido.
Incluso en las democracias de la Cristiandad solo ejercían el voto los varones libres con determinada renta. Ni los siervos ni las mujeres contaban para nada.
Así que me parece que nuestro actual sistema liberal es mejor. Al menos si entedemos como mejor que la gente haya dejado de ser súbditos para ser ciudadanos, que ya no hay servidumbre ni esclavitud, y que las mujeres tienen nuestros mismos derechos.
Que elegimos a nuestros gobernantes y que si no nos gustan los quitamos, y que hay separación de poderes.


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LA

También en la época de la Cristiandad las cortes le podían negar al rey el subsidio que pedía y jorobarle bien, porque los impuestos regulares que percibían eran insuficientes. También era la época en que el tiranicidio estaba considerado admisible según la escuela filosófica de Salamanca (hoy en día es horror). También era la época en que el papa excomulgaba al rey por cometer pecado público y sus súbditos no estaban obligados a obedecerle (inténtalo ahora con un estado contemporáneo).

No es tan simple como eso. Me parece bien que defiendas tus ideas, pero no a brochazo gordo de "que buenos ahora y que malos los antiguos". Cada época tiene sus circunstancias, y ya te he explicado que la Iglesia no es necesariamente monárquica (ni mucho menos necesariamente feudo-vasallática o necesariamente esclavista).

Un saludo.
04/12/15 3:46 PM
  
Jaime Fernández de Córdoba
El otro día nos pusieron un vídeo para comentar en clase de inglés: "El futuro según Microsoft" (disponible en YouTube), que me hizo gracia precisamente porque presenta el futuro (2019) como el Paraíso en la Tierra, con una fe milenarista que me río yo de los marxistas clásicos.

Por otra parte, en 1303 ya el canciller de Francia y la familia Colonna se atrevieron a secuestrar al Papa, lo que parece un adelanto de la Modernidad, tantas veces identificada con el laicismo.

Un saludo a todos.
04/12/15 3:55 PM
  
Ramontxu
Uno de los principales puntos de mi último comentario, si no el principal, es la afirmación de que la era de las ideologías (y de las religiones) está tocando a su fin. Tu, sin embargo dedicas casi toda tu respuesta a poner a cada una de mis frases una etiqueta acabada en "ismo". Incluso tratas de afiliarme a partidos políticos concretos. Claramente, perteneces a la era que se acaba. Ahora, garantizar y respetar la libertad es más importante que el uso que se haga de esa libertad. Garantizar un sistema político en el que todas las posturas y opciones tengan cabida es más importante que cualquiera de esas opciones.

Un acto no es más humano cuanto más se ajuste a la voluntad de Dios, o al Bien, o a la ley natural. Un acto es más humano cuanto más libre sea. Porque la libertad es lo que diferencia al hombre de los animales.

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LA

Bueno, si te catalogo como libertario es por frases como "garantizar y respetar la libertad es más importante que el uso que se haga de esa libertad". A fin de cuentas, también tú eres un ser pensante y tienes un sistema de pensamiento. Si no te sientes identificado con lo que te he considerado, estás en tu derecho.

Para mí esa negación de la libertad de efecto (es decir, de escoger entre una u otra opción), como la que expresas en la frase "Garantizar un sistema político en el que todas las posturas y opciones tengan cabida es más importante que cualquiera de esas opciones" te puede llevar a contradicciones como poner en pie de igualdad el liberalismo conservador y el salafismo yihadista, la democracia cristiana y el marxismo-leninismo, o al liberal progresismo y el nacionalsocialismo.
Si realmente crees que todas estas posturas deben tener igual cabida y respeto, te pediría que me explicaras por qué.

Es la exigencia de una pauta moral para calificar las decisiones, y por tanto el uso de la libertad de ejercicio lo que nos distingue.

"Porque la libertad es lo que diferencia al hombre de los animales."
Si, pero no es lo único. También nos distingue la metafísica, la trascendencia, la búsqueda del concepto de Verdad, el sentido de justicia... el Amor.

La negación de la existencia de un Bien que anhelar (que en mi observación es común a todo hombre, independientemente de sus creencias religiosas) convierte al instrumento (la libertad) en el objeto (que debería ser el Bien). Sobre esto escribí hace poco este artículo.

Un saludo.
04/12/15 5:04 PM
  
Cos
El comentario de Ramontxu parece sacado de una novela distópica. La palabra clave es "libertad", el gran totem y el último tabú. El arqué, la razón última, lo que siempre ha existido. Eso si, no se sabe lo que es ni cual pueda ser el principio de su justificación como ser que es. La libertad nos envuelve, nos justifica, es sagrada. Pero resulta que el universo no es así, no funciona así, es puro pensamiento supersticioso. Al final la libertad resulta ser no mas que el puro emotivismo, y el emotivismo tiene su fundamento -en todo caso- en razones de orden biológico. Es una contradición. Si se desarrolla esa idea nos lleva a la necesidad de formular una teoría de la ley natural. Lo que él intenta decir es: No hay ley natural. Sí, necesitamos comer y dormir, o sentirnos amados y esas cosas, pero cada uno a su manera y dependiendo de las circunstancias, etc. Eso no cambia nada, no cambia el hecho de que hay un orden ontológico. Complicar algo no es anularlo.
Además, como pensamiento supersticioso que es, da por asentadas cosas sin la necesidad de tener que justificarlas. Por ejemplo, que la naturaleza humana se ajusta a su modelo. Si fuese así, lo primero que cabría esperar es que el colegio de psicólogos acabase por decretar el cierre en bloque de todas las clínicas terapéuticas. Yo le preguntaría ¿por qué presupone, como justifica la opinión de que no existen modelos referenciales que permiten profundizar y potencializar esa naturaleza?
La realidad cotidiana es que no hay nadie hoy en día -bueno, algunos si que hay-, por mas liberal que se haya vuelto la gente, que de por bueno, yo que se, el que alguien se vuelva adicto a la heroína o al cristal. Lo primero por los problemas de convivencia que se derivan de ello, y lo segundo porque la piedad, mal que bien, aún tiene su espacio en las conciencias.
El relativismo, o sea la amoralidad, no es mas que fruto de la descomposición del pensamiento.

"lo que importa ahora es el sistema y no la ideología ni la Bondad". Si es que da miedo :S. Parecen palabras de algún personaje de esos de la ciencia ficción enfundandos en un mono plateado y hablando con el sonido metálico de las computadoras. :D

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LA

Supongo que lo que quiere decir en realidad es que el valor supremo es la autonomía total de la conciencia y del obrar del individuo (más que la libertad, que aunque palabra tótem me parece que no está empleada de modo completamente correcto) más allá de reglas morales impuestas.

La autonomía a ultranza del individuo- sin un fin superior que justifique para qué se va a usar esa autonomía- nos conduce indefectiblemente al egoísmo. Al anteponer en cualquier caso el individuo a la comunidad, es- de hecho- antisocial. Insisto: toma como fin a la herramienta.

Por otra parte, me parece poco racional y poco razonable. En efecto, niega la ley natural.
Yo diría que detrás de toda esta forma de pensamiento postmoderno hay una especie de darwinismo aplicado, una lucha continua del hombre contra la naturaleza y contra el resto de seres humanos en pos de la realización plena de sus aspiraciones por encima de todo. Esa realización, por desgracia, es cada vez más una simple mezcla de apetitos e intereses.
05/12/15 12:32 AM
  
Palas Atenea
Un mal y un bien contingente y cambiante no existe, en todo caso lo correcto sería decir que el mal es lo que no conviene en un momento dado y el bien lo que es conveniente según expertos sociólogos. Con lo cual no habría contradicción en los términos: matar sería bueno si en el momento solucionara algún problema económico (cárceles demasiado repletas con personas con condenas largas) o malo si la sociedad se puede permitir pagar el sistema penitenciario; el aborto sería bueno si la libertad de la mujer no conlleva costo ninguno y malo si el descenso de la natalidad nos trae problemas con las futuras pensiones, y así hasta el infinito. Tal cosa destruye la moral y cualquier tipo de posicionamiento teórico. El abuelo haría una cosa, el hijo haría lo contrario y el nieto volvería a hacer lo que hizo el abuelo sin que ninguno de ellos se planteara el absurdo de tal situación. La educación sería, por lo tanto, totalmente innecesaria dado que el progenitor no puede prever contingencias futuras tampoco puede hablar con su hijo más que del presente y, naturalmente, procurando que éste se ciña a lo más baladí. Los técnicos al poder y el resto de las personas con encefalograma plano.
05/12/15 2:52 PM
  
Ramontxu
Tu pregunta sobre las distintas posturas y opciones me demuestra que sigues sin entenderlo. Cada uno de esos "ismos" sobre los que preguntas mi opinión tendrá partes con las que estaré de acuerdo, otras con las que no estaré de acuerdo pero podré tolerar y otras que no podré tolerar. Las que no puedo tolerar son, única y exclusivamente, las partes que son ellas mismas intolerantes, las que no respetan la libertad de los demás. Mientras respete la libertad de los demás, todo es aceptable, aunque personalmente no esté de acuerdo con ello.

También me pides la razón. Es muy sencillo: si alguien tiene esa opinión, yo le reconozco el derecho a tenerla, expresarla públicamente, defenderla y tratar de buscarle adeptos. Siempre, con la única condición que he expuesto más arriba.

Otra cosa es el respeto, por el que también preguntas. Las ideas no son objeto de respeto. Sólo las personas (sean cuales sean sus ideas),lo son. Las ideas merecen el respeto que tu les quieras dar.

Sigo mañana con otros temas.
05/12/15 4:09 PM
  
Ramontxu
"La metafísica, la trascendencia, la verdad, la justicia...". Si, por supuesto, pero ninguna de ellas existe sin la libertad. Sin la libertad no existen ni el bien ni el mal.

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LA

La libertad es muy importante, pero no creo correcto absolutizarla: la búsqueda de la verdad es anterior al ejercicio de la libertad. El objeto de la vida humana (por qué y para qué vivimos) es más importante que el modo en que tomamos las decisiones para alcanzar ese objetivo.
05/12/15 5:52 PM
  
Ramontxu
Sobre el instrumento y el objeto...: El objeto es el bien, no la libertad. Pero cuando "bien" se escribe con minúscula, el objeto de un sistema político (que es de lo que estamos hablando), es garantizar la libertad para que cada uno pueda perseguir su bien.

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LA

Poner el valor de la acción (la libertad con mayúsculas) por encima de el del objeto de la misma (el bien con minúsculas) nos conduce a lo que considero un absurdo irracional. Es tanto como decir que lo importante es andar, y que a dónde vayamos no es relevante. Precisamente la accion nace como consecuencia de que el objeto nos es apetecible. El objeto antecede a la acción, y no al revés. Por tanto, es más importante.
05/12/15 5:59 PM
  
Ramontxu
"Supongo que lo que quiere decir es que el valor supremo es la autonomía total..."

No. Lo que digo es que no hay ningún valor supremo.

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LA

Yo diría por tus últimos comentarios que tu valor supremo es la libertad.
05/12/15 6:04 PM
  
Ramontxu
"La autonomía del individuo... nos conduce al egoísmo"

Esa es una afirmación gratuita.

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LA

Sí el individuo no tiene ningún condicionante por encima de la autonomía de su voluntad, lo lógico es que su voluntad atienda primeramente a sus propias necesidades, intereses y apetitos. ¿Por qué razón iba a preferir tomar decisiones que beneficiaran antes a otros individuos o a la comunidad?
05/12/15 6:07 PM
  
Ramontxu
"Detrás de toda esta forma de pensamiento... hay una especie de darwinismo"

Aparte de que tendrías que aprender a hablar con razonamientos, en vez de etiquetas, ésta es otra afirmación gratuita.

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LA

El libertarianismo conduce al egoísmo social por lo que antes te comento. El egoísmo social conduce a la lucha por la supervivencia de los más aptos o fuertes.

Sí el bien es con minúsculas, no se entiende por qué en el ejercicio de mi libertad yo debería velar ante todo por los más débiles. No tengo obligación superior a ello. Mi conciencia es la única juez, y nadie tiene derecho a decirle qué debe hacer. Por tanto, lo lógico es ocuparse en primer lugar de uno mismo y sus propias necesidades. El que mejor lo hace, pervive y medra.
05/12/15 6:11 PM
  
Ramontxu
Cos, ordena tus ideas. La moral y la política no son lo mismo, aunque estén relacionadas.

Y, si quieres que hablemos, empieza por leerte con atención lo que escribo y no insinúes que he dicho lo que, en realidad, no he dicho.
05/12/15 6:19 PM
  
gringo
Con brocha gorda o sin ella la Cristiandad, se llame ideología o simple organización social, excluía de la vida política a las mujeres y a la mayoría de los hombres.
Esas cortes que podían negarle al rey los subsidios estaban formadas por burgueses, nobles y clero, y elegidas por varones de determinada renta.
Incluso cuando gobernaba una mujer era porque no había mejor candidato varón al trono.
Además como lo ideal era que príncipe y súbditos compartieran fe, las minorías como mucho estaban consentidas y apartadas, o eran ciudadanos de segunda (como los católicos en Inglaterra hasta el s.XIX).
Por lo tanto cuando se supone que mejor organizada estaba la sociedad, al menos desde cierto punto de vista que considera que en aquella época se tenía en cuenta la ley natural y los mandatos de Dios, pues resulta que en ese orden muchos pintaban muy poco.
Curiosamente en la Cristiandad, la judería y la morería, cuanto más se aparta Dios del núcleo de la política, más se centran las mujeres y los hombres con menos recursos, así como las minorías.

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LA

Gringo, confundes costumbres o defectos de una época (lo que reprochas a la Cristiandad era común en todo el mundo y todas las culturas) con un modelo político. Mezclas lo sustancial con lo contingente.

Cuanto más se aleja Dios del centro de la política, más se deshumaniza esta. Los regímenes marxistas-leninistas, los más formalmente ateos, han sido los que más han considerado al ser humano como número de estadística o como pieza de una máquina.
05/12/15 11:39 PM
  
Palas Atenea
La libertad personal está más que recortada por un aluvión de leyes. Las leyes humanas, al contrario que las de Dios, no son voluntarias sino preceptivas. El pecador puede tener la esperanza de un arrepentimiento tardío y el perdón Divino pero al infractor de la ley humana le cae la del pulpo. Así que Dios garantiza mucho más la libertad que el estado. Y si no probad a no pagar los impuestos o a fumar en un lugar prohibido, la respuesta será inmediata.
06/12/15 9:40 AM
  
Ramontxu
La libertad no es un valor. Es la condición básica para que el hombre se pueda realizar como tal, para que se pueda desarrollar la moral, para que haya bien y mal. Un Bien y un Mal predeterminados no son más que una ley más de la naturaleza, no son humanos ni tienen nada que ver con una moral humana.

Efectivamente, andar es más importante que el destino al que te dirijas. La vida es para vivirla, no un trámite para ir al cielo.

Tienes una opinión muy pobre de la humanidad si dices que la libertad conduce irremediablemente al egoísmo. Supongo, entonces que, después de todo, el sistema de gobierno que propugnas (el que propugna el cristianismo) es una dictadura de hombres buenos (buenos cristianos) que nos aten corto a los demás. Cómo se llamaba eso? Ah, si, teocracia.

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LA

Ahora eres tú el que interpreta equivocadamente mis palabras. El bien y el mal, la moral, no es algo equivalente a religión. La moral es plenamente humana y han hablado sobre ella los filósofos clásicos, que no eran cristianos, y algunos de ellos ni siquiera creían en Dios. Y los filósofos liberales, sustancialmente anticatólicos, hablaron largo y tendido sobre la moral. Tanto personal como social.

Por tanto, tu libertad no tiene únicamente por objeto el cielo, sino primariamente el sentido de la propia existencia.

Por último, tergiversas mis palabras. Yo no he afirmado que la libertad conduce al egoísmo, sino que la libertad sin valor superior al que encaminarla conduce al egoísmo, lo cual es sustancialmente diferente. Yo ya he dado mis argumentos y razones para sostenerlo.

Hace muchos mensajes que no aporto argumentos religiosos a mi diálogo contigo. Entiendo que a quien no tiene el don de la fe no le digan mucho. Por ello empleo los filosóficos, que es lenguaje común al que todos tenemos acceso. El que tu saques otra vez a relucir la religión, supongo que porque el anticristianismo es un terreno donde te mueves mas cómodamente, me hace sospechar que eludes el debate filosófico.

Un saludo.
06/12/15 10:08 AM
  
¡Bah...!
Hola Luis:

¡Vaya, pues en mi opinión es justamente al contrario!. Precisamente por ser libre, tengo responsabilidad y deberes, entre los que se encuentran velar por los más débiles. Y de hecho, creo que no se pueden separar libertad, conciencia, responsabilidad y deber. ¡Ya quisiera yo ser tan "libre" como un pájaro!. Además, me sorprende lo que señala usted, ya que precisamente la libertad está en la base del cristianismo (otra cosa, son los desarrollos mundanos posteriores).

Cordiales Saludos.

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LA

Exactamente, ¿que es lo que le sorprende de lo que yo he dicho?

Por otra parte, decir que la libertad va asociada a responsabilidad, a derechos y deberes, es en sí mismo afirmación de que la libertad no es el valor supremo. Ningún valor supremo, como el bien o la verdad, va asociado a otros que lo limitan, sino que es quién los limita a ellos.
Con eso no puedo estar sino de acuerdo.

Cordiales saludos.
06/12/15 10:32 AM
  
Ramontxu
Moral no es lo mismo que religión, pero cuando se habla de un bien superior, de un Bien con mayúscula, etc., estamos hablando de religión o de una ideología de fondo irracional y dogmático equivalente a una religión.

La moral también tiene que afectar a la política, pero no desde arriba sino desde abajo, como resultado de la actividad y de las decisiones libres de los miembros de esa sociedad.

Si pretendes crear un sistema político que incluya desde el principio un sistema de valores morales, lo estás construyendo sobre una base dogmática, aunque no nombres a Dios, aunque lo llames filosofía o algo-ismo o ley natural. De hecho, esa nomenclatura, especialmente el nombre de "ley natural" no es mas que un subterfugio para imponer a toda la sociedad un modelo de moral concreto.

Frente a esa manera de pensar, lo que yo propongo es un sistema político que no tenga moral propia, sino que sirva de marco en el que se desarrolle la moral de la sociedad que es plural y cambiante.

Es cierto que por ese medio se puede llegar a malos resultados, porque en el hombre hay un componente de egoísmo, pero siempre será menor ese peligro que en el caso de un sistema en el que un hombre o un grupo, o incluso un partido político elegido democráticamente ostenta potestad. Porque ahí funciona el mismo componente egoísta pero, además, exacerbado por el poder y por la corrupción que del poder nace.

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LA

Es curioso, porque los filósofos que crearon las ideologías lo hicieron precisamente en nombre de la razón y contra lo que llamaban la irracionalidad de "la religión y la superstición". No les hubiese gustado que les pusieran juntos.

Naturalmente, estoy en contra de imponer ideología, y desde luego no pocas de ellas lo fueron desde el poder, como la historia enseña. La cristiandad fue una teoría de filosofía política, instaurada en una época en la que mayoritariamente Europa ya era cristiana, y se centraba en la forma de gobierno. La gente de a pie vivía según costumbres y tradiciones centenarias.

El principio según el cual la moral social es cambiante presupone que existe una moral objetiva y precisa una explicación sobre la fuente de dicha moral.
06/12/15 1:59 PM
  
¡Bah...!
Le había entendido y sin ánimo de tergiversar sus palabras, que la libertad conduce indefectiblemente al egoísmo y al darwinismo social.

De todas formas, en el libro del Génesis verá usted que sin Libertad no existiría ni Bien ni Mal ni Verdad; de hecho, si Dios prohíbe comer del árbol del Bien y del Mal, se lo prohíbe a seres libres. Sería absurdo prohibir hacer algo a quien no tiene capacidad de elección, a quien no es responsable (por eso digo que libertad y responsabilidad van de la mano, pero también con la verdad y el bien); así que la libertad es algo intrínseco al ser humano, algo dado por Dios a quienes a creado a Su imagen y semejanza, por lo que nada ni nadie puede ir en contra de ese don.

Mire Luis, sin libertad no seríamos seres humanos, seríamos animales (otra cosa son las personas que por enfermedad no pueden ejercerla, a los que por cierto ningún tribunal humano puede juzgar y, me atrevo a decir, tampoco Dios ya que son inocentes). Y no existiría moral de ningún tipo, ni verdad, ni nada.

Cordiales Saludos


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LA

En el génesis el árbol de la ciencia del bien y del mal antecede al pecado original. La libre elección de Adán y Eva tiene un sentido en función de que supone desobedecer a Dios, no por sí misma. Incluso la serpiente les convence de que obrar así supone un Bien (algo conveniente para ellos).

Por supuesto que la libertad es algo intrínsecamente humano. No necesita convencerme de ello, lo tengo claro. Y por supuesto que los que no pueden elegir, no tienen responsabilidad moral. Hace un par de meses inicié una serie sobre teología moral y precisamente es esa una de las bases del acto moral, la libertad.

Cordiales saludos.
06/12/15 2:13 PM
  
¡Bah...!
¡Ojo, yo no he hablado de derechos como parte esencial de la libertad!. Hablo de deberes.

C.S.
06/12/15 2:14 PM
  
¡Bah...!
Bueno, más que un valor supremo, sería la condición necesaria que hace posible el Bien, el Mal, la moral, la verdad, la responsabilidad, etc...Sin libertad, todo lo demás...pues como si no existiera. Es básico, junto con otras cosas como las facultades racionales. Sin lo elemental, lo demás...nada. Como decía alguien más arriba, lo importante primero, es poder andar. No se hace camino (hacia ningún sitio), si no se puede andar.

Cordiales Saludos.

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LA

La libertad no es lo elemental de la moral. Es el Bien. Decir eso no es restarle un ápice de importancia a la libertad.

El problema es desvincular la libertad del acto moral (que se convierte en secundario y en cierto modo indiferente) y entronizarla en el pináculo de los actos de la razón.

Ese es el error. No el darle mucha importancia a la razón, que la tiene, sino deificarla.

Cordiales saludos.
06/12/15 6:08 PM
  
Ramontxu
"Es curioso, porque los filósofos que crearon las ideologías lo hicieron precisamente en nombre de la razón y contra lo que llamaban la irracionalidad de "la religión y la superstición". No les hubiese gustado que les pusieran juntos."

El problema es que todos perseguían una quimera: la metafísica. Tratar de ir más allá de la física mediante la razón es un contrasentido, porque el ámbito de la razón es exclusivamente este mundo, y la ciencia que estudia este mundo es la física. Por eso, en algún momento, se les colaban elementos dogmáticos.

Naturalmente, estoy en contra de imponer ideología, y desde luego no pocas de ellas lo fueron desde el poder, como la historia enseña. La cristiandad fue una teoría de filosofía política, instaurada en una época en la que mayoritariamente Europa ya era cristiana, y se centraba en la forma de gobierno. La gente de a pie vivía según costumbres y tradiciones centenarias."

Si, pero el cristianismo fue desde muy pronto, desde Teodosio, una religión impuesta. Hasta hace muy poco cada país europeo imponía a sus súbditos su versión preferida de cristianismo y prohibía las demás versiones y las demás religiones y no recuerdo que la Iglesia Católica dijera nada en contra de esa práctica.

"El principio según el cual la moral social es cambiante presupone que existe una moral objetiva y precisa una explicación sobre la fuente de dicha moral."

La moral humanista es la única rama de la filosofía que sigue teniendo sentido, porque no trata sobre lo que "es" (eso ya lo hace la física) sino sobre lo que "debe ser", sobre lo que "conviene que ocurra". No está hecha, por lo tanto, de conocimientos, sino de opciones y de actos. Otra característica de la moral humanista es que hace referencia a la sociedad, no al individuo. La moral regula las relaciones con los demás, el equilibrio entre los intereses propios y los de los demás. Por eso, es objetiva en el sentido de que los intereses, tanto propios como ajenos, son objetivos y la manera de regular las relaciones es objetiva y racional.





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LA

Afirmar que la metafísica es una quimera y que la razón únicamente puede aplicarse a la física es una declaración de naturalismo filosófico. Esta discusión ya la hemos tenido antes: sigo necesitando una demostración de que el naturalismo es equivalente a la realidad.

La teoría de las dos espadas de san Agustín se empezó a aplicar a partir de la coronación de Carlomagno, muchos siglos después de Teodosio.

La moral que trata sobre lo que " conviene que ocurra" no es la humanista, sino la moral a secas. De hecho, esa es la definición de bien, como podrás ver en el artículo sobrrazonaía moral que te enlazaba el otro día.

Decir que se basa en opciones y actos y no en conocimientos es una oposición falsa: todo razonamiento tiene conocimientos y desencadena unos actos.

Asimismo, la moral social no es algo privativo del humanismo: está en la base de toda filosofía moral desde que el hombre razona.

Por último, el hecho de que regule intereses propios y comunes no la hace objetiva. Los intereses pertenecen a los sujetos, y consecuentemente son por su propia naturaleza son subjetivos.

Un saludo.
07/12/15 3:09 AM
  
Ramontxu
"sigo necesitando una demostración de que el naturalismo es equivalente a la realidad"

¿Tengo que ser yo el que demuestre que Dios y los espíritus no existen? Seamos serios.

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LA

Seamos serios. Demuestrame que naturaleza y realidad son equivalentes. El expediente de sentar como axioma que la metafísica "es una quimera" sin más argumento no vale.
07/12/15 10:02 AM
  
Ramontxu
Seamos serios: la naturaleza es lo observable. Demuestrame que hay "algo" que no es observable pero que, sin embargo, existe. Y dime cómo sabes que existe.

Creo que hemos llegado al final de la discusión cuando un creyente le exige a un ateo que demuestre que Dios no existe.

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LA

Cosas bien observables y bien reales que no pertenecen al mundo físico, pero sí al humano: la verdad, la justicia, la belleza, la libertad, el arte, el amor.

No te he pedido que "me demuestres que Dios no existe", Ramontxu, pero tienes razón, probablemente hemos llegado al fin de la discusión. Discusión que, por otra parte, es recurrente en esta y otras bitácoras del portal, y que nunca tiene fin.
Además nos hemos apartado del tema del artículo sustancialmente.

Un saludo.
07/12/15 3:27 PM
  
Cos
O el álgebra, la gramática, la lógica . . . Son cosas reales que existen al margen de una estructura física que las sostenga. Lo real para que se de no necesita de la contingencia de ser objeto de observación.

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Luis I. Amorós.

Poner el valor de la acción (la libertad con mayúsculas) por encima de el del objeto de la misma (el bien con minúsculas) nos conduce a lo que considero un absurdo irracional. Es tanto como decir que lo importante es andar, y que a dónde vayamos no es relevante. Precisamente la accion nace como consecuencia de que el objeto nos es apetecible. El objeto antecede a la acción, y no al revés. Por tanto, es más importante.
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Exacto. El libre albedrío no es un fenómeno devinculado de la verdadera libertad. Siguiendo el simil del acto de andar, nadie camina sin saber previamente donde va a colocar el siguiente paso, excepto para el caso de una gallina a la que le han cortado la cabeza. Y aquí nos encontramos con el muro. Es imposible el entendimiento total entre un creyente y un no creyente. El creyente tiene motivos concretos para establecer un modelo particular de antropología. Aunque apenas hubiese tenido la posibilidad de salir de su puedblo, yo no considero que mi abuela fuese menos libre que un astronauta que hubiese salido al espacio. Y ella tampoco lo hacía. Pero sí existen ciertos principios que configuran un sistema de reglas que, en el orden de lo práctico para lo terrenal, son compartidos. Por ejemplo, es claro que todo el mundo entiende cosas pedestres como la necesidad de comer o de tener una buena formación específica a la hora de alcanzar un objetivo, o también realidades como la de que si no se tienen hijos la humanidad se extingue. Es el terreno de la ley natural.
Además hay que tener en cuenta que la aspiración a poder desarrollar una autonomía plena sí que es una quimera propia del pensamiento mágico y supersticioso. Nuestra conciencia se desarrolla en realción con el medio, y muy fuertemente con el medio social. Por eso hablar de imposición o no imposición no es un asunto tan claro como se sugiere en muchas ocasiones. Hoy en día también se imponen las cosas, incluyendo las ideologías, a través de decretos y a través de la influencia que el medio ejerce sobre las personas. El individualismo es un animal enfermo, caduco. Por eso, al final, el significado de "libertad" que se utiliza desde el liberalismo es falso. La libertadad, como expresión de aquello que hace profundizar en la verdadera naturaleza del ser humano, es de naturaleza teleológica y se desarrolla en el ámbito de un grupo humano. Por eso, decir que antiguamente se imponía el catolicismo y ahora no se impone nada no deja responder a una idea vaga. Y por eso, en el ámbito de las comunidades humanas, no puede haber mas que una constante lucha de civilizaciones.
A mi siempre me gusta poner un pequeño ejemplo. Una vez le oí decir a un liberal que nadie tiene derecho a quitarte lo que es tuyo. Preguntándole por lo que era suyo me decía que aquello que había conseguido honradamente. Inquiriendo sobre si lo que estaba proponiendo era alguna clase de ley natural, se reía y decía que su forma de pensar estaba en las antípodas del Iusnaturalismo, que era contemplado por él algo así como por una especie de superstición. "Mira, dese que naces el aire que tienes en los pulmones ya t3e pertenece y nadie tiene el derecho de quitártelo". Y yo le decía "¿y como puedes saber que ese aire te pertenece, y como puedes saber que tu no le pertences a alguién?". Al final acabaremos creyendo que miles y miles de ancianos desarraigados de sus hogares y encerrados vilmente en siniestras residencias es algo propio de un mundo libre.

08/12/15 4:10 PM
  
¡Bah...!
Muy bien, todo lo que ustedes quieran pero...nadie puede caminar si le faltan las piernas o en el caso de la gallina, las patas. A ver, no se trata del valor de la acción, se trata que se de la condición necesaria para que se pueda realizar tal acción que tiene como meta un determinado objetivo. Y si no se da tal condición necesaria, pues ni tiene acción, ni objetivo, ni nada de nada. Sería como pedirle a un ciego de nacimiento que describiera los colores que ve en el cielo durante una puesta de sol. Pues con la libertad, lo mismo.

Es importante a donde vamos, pero mucho más que podamos ir, pues si estamos incapacitados, mejor se olviden del a donde; se lo digo yo, a ningún sitio; ni bien, ni mal, ni regular.

Cordiales saludos.

-------------

LA

La libertad es intrínseca al sujeto del acto moral. Si no, no existe dicho acto (por ejemplo, los actos de los seres irracionales no son morales porque no existe libertad).

La limitación externa a la acción, que la dificulta o impide (la "falta de libertad" a la que alude) es un condicionante secundario. Si no hay un sujeto, una intención y un objeto o fin, no existe acto, y por tanto, este no puede ser limitado externamente.

Antes de que la carencia de piernas suponga una limitación, el sujeto debe desear ir a un sitio. Si no desea marchar, la falta de piernas no limita su libertad.

No es una cuestión de lo mucho que usted o yo valoremos la importancia de la libertad, que obviamente es muy importante. Es una cuestión de orden de prelaturas. Aquello que va antes es más importante. Por eso el sujeto es más importante que el objetivo: si no hay sujeto, no hay objeto; si no hay objeto, no hay acto. Sin acto, poco importa la limitación externa al acto.

Cordiales saludos.
09/12/15 12:06 AM
  
Juan el Bautista
Mi buen gringo:

Hablas del cristianismo y del islamismo como si creyeras que fueran ideología política..... ¿También piensas lo mismo del judaísmo?
14/12/15 3:59 PM
  
¡Bah...!
Vale Luis, llegamos a la gran cuestión, a la Madre de todas las cuestiones, a la gran duda existencial por excelencia, a LA Pregunta...¡Tachan, tachánnnn....!:

¿Qué fue antes?, ¿el huevo o la gallina?. ;)

¡Feliz y Santa Navidad, para usted y el resto de sus lectores!.

Cordiales Saludos.

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LA

Feliz y Santa Natividad del Señor.

Cordiales saludos.
15/12/15 8:59 PM
  
Gabiazu

"Ni los siervos ni las mujeres contaban para nada". No hay mayor ciego que el no quiere ver.
Ya se ha refutado a Gringo en otros blogs, pero él , erre que erre,
aún a riesgo de ser algo larga la intervención, voy a entresacar algunos párrafos o fragmentos de:

LA MUJER EN EL TIEMPO DE LAS CATEDRALES
Régine Pernoud
Autora medievalista de categoria...
1) "Las abadesas no son solamente educadoras y protectoras de las letras. Como creadoras juegan un papel protagonista"

2) "Pero las abadesas no son las únicas que se destacan por su saber y sus escritos. hay personalidades notorias también entre las simples religiosas"

3) .«En la
historia de Occidente, en el curso de esos dos o tres siglos, las dos conquistas principales del hombre fueron
el establecimiento de la célula conyugal, de la pareja, como marco normal de la vida familiar, conquista
sobre cuya base vivimos todavía; y por otra parte la instalación de la casa..., órgano primero y fundamental
de la vida colectiva, de la vida señorial. En un caso y otro, quien aparece en el centro de esas dos células es
la mujer, núcleo sin el cual no existirían esos marcos, puntal de toda la construcción».

4) "«Tengo por cierto que todos los bienes de esta vida nos fueron dados por Dios para hacer vuestra
voluntad y la de las demás damas. Es evidente, y absolutamente claro para mi razón que los hombres no son
nada, que son incapaces de beber en la fuente del bien si las mujeres no los mueven a ello".

5) "Por sorprendente que pueda parecer, es la historia de una abadía la que ilustra para nosotros de
manera más acabada y convincente este nuevo poder de la mujer que crece en los siglos XI y XII y está vigente hasta el siglo XIII"

6) "El acceso temprano a la mayoría de edad aportaba evidentemente a la mujer una valiosa garantía de
independencia, de la que hoy somos conscientes. El jurista Pierre Petot, que se especializó en el estudio de
la condición de la mujer en Francia, hace notar que en el siglo XIII están sólidamente protegidos los
intereses pecuniarios de la mujer, incluso de la mujer casada; sigue siendo propietaria de sus bienes; el
marido puede administrarlos, disfrutarlos, pero no disponer de ellos; los bienes de su mujer son
absolutamente inalienables; en cambio la mujer casada tiene derecho a participar en todo lo que adquiera el
matrimonio, y en caso de que su marido muera goza de parte de sus bienes: la mitad en las familias
plebeyas, la tercera parte entre los nobles en la mayor parte de las regiones; la mujer que tiene actividad comercial
puede testimoniar ante la justicia acerca de cuanto concierna al ejercicio de ese comercio."

7) "«La mujer separada, por ejemplo, está
menos favorecida en el siglo XVII que a fines de la Edad Media, cuando no solamente le correspondía la
administración de sus bienes en caso de separación sino que podía disponer libremente de ellos"

8) "Cuando recorremos estos documentos ( veáse en la obra a cuales se refiere), libres por supuesto de toda preocupación estadística,
encontramos en todos los tiempos y en todas las regiones la participación activa de las mujeres en la vida
económica".

9) "En el capítulo que dedicamos al poder político sólo hemos dado como ejemplos ( veáse en la obra tales ejemplos...) a mujeres de alto
rango: princesas, reinas, hijas de nobles; ¿hemos de deducir entonces que toda acción en el nivel político
estuvo necesariamente asociada con el nacimiento?
Seguramente ésa es la regla general, aunque en la práctica el problema es más complicado de lo que
parecería cuando hablamos en términos abstractos: los estudios con cierto grado de profundización
suministran ejemplos que no son compatibles con el carácter estático que atribuimos a las diferentes «clases
sociales» en la época feudal.142
Advirtamos que en este caso mujeres y varones se encontrarían en un pie de perfecta igualdad porque
los derechos de nacimiento son tan válidos para unas como para otros"


10) "Las investigaciones judiciales nos muestran en varias oportunidades a mujeres que intervienen como
testigos o como demandantes"

11)" En todas las regiones de Francia encontraríamos por centenares, por millares, ejemplos de esta
paridad de hecho entre hombres y mujeres en lo que hace a la administración de las propiedades; por
ejemplo, a propósito de las mujeres que dan o reciben tributo, entendiendo por ello la ceremonia en la que
el vasallo jura fidelidad al señor"
.
12) ".en el poder que efectivamente ejercieron.
En primer lugar porque ulteriormente perderían ese poder, sobre todo en Francia. El siglo XVIII
europeo tiene una Catalina de Rusia, una María Teresa de Austria; pero ¿qué decir del poder de la reina de
Francia en la corte de Luis XV y en la de Luis XVI? Poder de alcoba o de pasillo, claro está. Cierto que
Catalina de Médicis, ejemplar característico del Renacimiento italiano y la última reina que haya ejercido
poder político no dejó un recuerdo muy alentador. Pero en 1715 ¿quién hubiera admitido una regente y no
un regente a la espera de la mayoría de edad del delfín? En el siglo XIII el reinado de una mujer hubiera
resultado natural en esas circunstancias. Y no acabaríamos de enumerar a las mujeres que en la época
feudal y en los tiempos medievales dirigieron y administraron posesiones a veces muy extensas. John
Giliseen ha hecho notar: «Casi todos los principados laicos belgas en un momento u otro de su historia
fueron gobernados por mujeres: mencionemos a las condesas Juana (1205- 1244) y Margarita de
Constantinopla (1244-1280), en Flandes y Hainaut, la duquesa Juana de Brabante (1355-1406), Margarita
de Baviera en Hainaut (1345-1356), María de Borgoña en el conjunto de los principados (1477-1482)».102
¿De cuántos feudos de Francia podría decirse lo mismo?
Es preciso que nos detengamos un poco: estas mujeres que disponen de poder político tal vez tengan
algo que enseñarnos".
Y etc...

"Ni las mujeres contaban para nada", y no contaban para nada...¡vamos anda!, estudia Historia, majo y deja de "dar la vara"
En cuanto al tema de los siervos, habría que tratarlo aparte, pero ya de antemano hay que decir que la afirmación sobre ellos, dicha así sin matizar, sin precisar, es igualmente falsa.

11/01/16 2:58 PM

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