Los mormones y el dinero

A finales del pasado mes de julio el diario Businessweek ofrecía un extenso artículo de investigación sobre la secta de los mormones y sus negocios financieros. Sólo resaltaremos traducido algunos fragmentos, para seguir con las reacciones posteriores. Empecemos por el artículo de Businessweek, firmado por Caroline Winter.

Espíritu emprendedor norteamericano

A finales del pasado marzo, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD) completó un ambicioso proyecto: un gigantesco centro comercial. Construido con alrededor de 2.000 millones de dólares, se trata del City Creek Center, que se encuentra justo enfrente de la emblemática iglesia neo-gótica del templo mormón de Salt Lake City. El centro comercial incluye un techo retráctil de cristal, 5.000 plazas de aparcamiento subterráneo, y cerca de 100 tiendas y restaurantes, que van desde la tienda de diamantes Tiffany hasta la marca Forever 21. Las pasarelas y zonas de paso van uniendo las zonas al aire libre con los impolutos cuarteles generales de la secta en Temple Square.

En la mañana de su grandiosa inauguración el himno nacional sonó y Henry B. Eyring, uno de los consejeros principales del actual presidente mormón, Thomas S. Monson, dijo a la multitud: “Todo lo que vemos a nuestro alrededor es evidencia del compromiso de larga data de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Salt Lake City”.

El recién inaugurado centro comercial City Creek Center refleja el espíritu emprendedor que anima hoy en día al mormonismo. El centro comercial es parte de un extenso imperio corporativo propiedad de la IJSUD que el liderazgo mormón dice que está ayudando a difundir su mensaje, permitiendo el aumento de autonomía económica y la construcción del Reino de Dios en la tierra.

“La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se ocupa de las necesidades totales de sus miembros”, dice Keith B. McMullin, quien durante 37 años sirvió en el liderazgo mormón y ahora dirige una compañía propiedad de la secta, la Deseret Management Corp. (DMC), una organización paraguas que agrupa a muchas de las empresas con fines de lucro de la iglesia. “Buscamos no sólo lo espiritual, sino también lo temporal, y creemos que una persona que es pobre en sus bienes temporales no puede florecer espiritualmente”.

Escasa transparencia financiera

Es muy notable ver cuán variados son los intereses financieros de los mormones y qué poco se sabe acerca de ellos. La verdad es que incluso a sus propios miembros apenas se ofrece transparencia financiera, a quienes sin embargo se les pide el 10% de sus ingresos para poder ser miembros con posibilidad de acceso a los templos mormones.

El historiador D. Michael Quinn dice: “La Iglesia Mormona es muy diferente a cualquier otra iglesia. El cristianismo tradicional y el judaísmo hacen una distinción clara entre lo espiritual y lo temporal, mientras que la teología mormona específicamente niega que exista tal distinción”. Así, para los mormones, abrir inmensos centros comerciales, operar con miles de millones de dólares en conglomerados de aseguradoras, gestionar un parque temático en la Polinesia, son parte de su labor divina.

Los mormones representan sólo el 1,4% de la población de EE.UU., pero los holdings económicos mormones son inmensos. La primera de sus marcas comerciales con fines lucrativos es la Deseret Management Corp., que tiene unos ingresos estimados anuales de $ 1.200 millones de dólares provenientes de seis filiales. Las filiales dirigen un periódico, 11 estaciones de radio, un canal de televisión, una compañía editorial y de distribución, una compañía de medios digitales, un negocio hotelero y un negocio de seguros con activos por valor de $ 3.300 millones.

AgReserves, otra empresa con fines de lucro de la compañía paraguas mormona, junto a otras filiales agrícolas que la secta posee, abarca cerca de 1 millón de acres en los EE.UU., lo que supone granjas, cotos de caza, huertas y ranchos. Estos incluyen valores de 1.000 millones de dólares, 290.000 acres de los ranchos Deseret en Florida, los cuales, además de mantener 44.000 vacas y 1.300 toros, también cuenta con cítricos, césped, y la parte correspondiente a actividades madereras. Fuera de los EE.UU. AgReserves opera en Gran Bretaña, Canadá, Australia, México, Argentina y Brasil. Su propiedad australiana, valorada en $ 61 millones en 1997, estima unas ventas anuales de $ 276 millones de dólares americanos, de acuerdo con Dun & Bradstreet.

La secta también dirige varias ramas con fines lucrativos en los sectores de bienes, desarrollo, explotación de centros comerciales, estacionamientos, oficinas, edificios de viviendas y más. Hawaii Reserves, por ejemplo, posee o administra más de 7.000 acres en Oahu, donde mantiene los edificios comerciales y residenciales, los parques y la infraestructura de agua y residuos, así como dos cementerios.

¿Sin ánimo de lucro?

Además, la IJSUD es dueña de varias organizaciones sin fines de lucro, algunas de las cuales sin embargo sí parecen ser lucrativos. Tomemos, por ejemplo, el Centro Cultural Polinesio, un parque temático de 42 acres en la costa norte de Oahu que aloja fiestas polinesias y espectáculos, bailes, atracciones (luaus), paseos en canoa y excursiones a través de siete pueblos polinesios simulados. La entrada general para adultos cuesta $ 49.95, las entradas VIP cuestan hasta $ 228,95.

En 2010, el Centro Cultural Polinesio tenía unos activos netos por valor de $ 70 millones de dólares y recaudó $ 23 millones en ventas de entradas únicamente, así como $ 36 millones por medio de donaciones libres de impuestos. El presidente del Centro Cultural Polinesio, por su parte, recibió un salario de 296.000 dólares.

“Hay grupos religiosos que tienen estaciones de radio propias, pero lo que no poseen es ganaderías de su propiedad. Hay grupos religiosos que tienen lugares propios para encuentros y retiros, pero lo que no tienen son compañías propias de seguros”, dice Ryan Cragun, profesor de sociología en la Universidad de Tampa. “Vista su amplia gama de intereses corporativos, lo mejor sería denominarlos como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días Santos Holdings Inc.”.

La secta también hace dinero a través de diversos medios de inversión, incluyendo una compañía de fideicomiso y un fondo de inversión llamado Ensign Peak Asesores, que emplea a gerentes especializados en renta variable internacional, gestión de efectivo, renta fija, inversión cuantitativa, mercados emergentes… de acuerdo con los perfiles que se pueden ver en la web de internet de LinkedIn.

Cuentas de millones de dólares

Según la ley de EE.UU., las religiones no tienen la obligación de mostrar sus cuentas públicamente, y la iglesia mormona dejó de reportar cualquier finanza en la década de 1960. En 1997 una investigación realizada por la revista Time hizo comparaciones cruzadas y por medio de información interna estimó el valor total de la secta mormona en $ 30 mil millones de dólares USA.

La revista también estimó un valor de $ 5 mil millones en los flujos de diezmo a la IJSUD cada año por sus miembros, y afirmó un patrimonio de al menos $ 6 mil millones de dólares en acciones y bonos. La secta en aquel momento dijo que las estimaciones se exageraron enormemente, pero una reciente investigación realizada por Reuters en colaboración con el profesor de sociología Cragun estima que la IJSUD probablemente se pueda estimar en los $ 40 mil millones hoy en día, acumulando en los diezmos unos $ 8 mil millones cada año.

La IJSUD es propiedad y es gestionada por la llamada Corporación del Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Esta entidad es una “sociedad única”, que es un oscuro cuerpo legal propiedad en su totalidad de una sola persona, el presidente Monson, su presidente y sucesor de Joseph Smith, líder fundador de los mormones.

La presidencia mormona no es un cargo electo, y al presidente se considera un profeta, pero no es tampoco una elección directa de Dios. Cuando un presidente dimite o muere, es reemplazado por el miembro de mayor antigüedad en el “Quórum de los Doce Apóstoles”, un grupo eclesiástico conocido comúnmente como “los Apóstoles”. Cada nuevo presidente selecciona dos consejeros para ayudarle en el liderazgo. Este equipo de tres hombres se llama “la Primera Presidencia”.

Los empresarios que dirigen las ramas de las organizaciones lucrativas de la secta poseen salarios similares a los que recibirían en el mundo secular, dice Quinn. En algunos casos, miembros de los cuerpos de la IJSUD, englobados en la categoría “Autoridades Generales”, y que cobran un mismo sueldo, aumentan sus salarios sirviendo como miembros del directorio de empresas con fines lucrativos de la secta. Así, varios tienen antecedentes comerciales. Monson, por ejemplo, tiene una licenciatura en Administración de Empresas y una vez trabajó como ejecutivo de publicidad en la prensa.

La Deseret Management Corp. (DMC) es supervisada por 10 consejeros: los miembros de la Primera Presidencia, el Obispado Presidente, tres apóstoles seniors y McMullin.

La teología mormona del éxito

La creencia mormona en el valor espiritual del éxito financiero se remonta a 1830, cuando el fundador de la secta, Joseph Smith, anunció a sus seguidores que Dios le había dicho lo siguiente: “De cierto os digo que todas las cosas en cuanto a mí son espirituales, y en ningún momento os he dado una ley que fuese temporal”. En otras palabras, el historiador Quinn traduce: “Si se trata de invertir en una tienda de comercialización, o de curtidos, o un molino, un hotel o un banco -todo lo cual ocurrió bajo el liderazgo de José Smith- de acuerdo a la revelación de 1830, todo es espiritual”.

De acuerdo con el historiador Leonard J. Arrington, 88 de las 122 revelaciones de Joseph Smith tratan sobre temas económicos directa o indirectamente. Así, hoy en día, los mormones usan los negocios en parte para extender sus ideas y valores.

Hasta la década de 1990, los distritos –equivalente a la división en parroquias de los católicos- mantenían algo de dinero donado por los miembros del distrito para ayudas y actividades que manejaban según sus necesidades. Hoy en día todo el dinero va directamente a Salt Lake City. McMullin insiste en que ni un solo centavo del diezmo va con ánimo de lucro a la IJSUD, pero es imposible saber si esto es así o no por parte de los miembros. Aunque el libro mormón Doctrinas y Convenios dice que “todas las cosas se harán de común acuerdo en la iglesia”, la verdad es que los miembros no tienen control y conocimiento de las cuentas.

Un estudio escrito en colaboración por Cragun, recientemente publicado en Free Inquire, estima que los mormones sólo donan el 0,7% de sus ingresos anuales a la caridad, mientras que una iglesia protestante, como la Iglesia Metodista Unida, dona un 29%. Micah Nickolaisen, fotógrafo de 29 años y devoto mormón, dice: “Ellos gastaron más dinero en un centro comercial en tres años, que lo que dieron en ayuda humanitaria durante 25 años”.

Las reacciones al artículo

Desde la CNN, podemos leer las posteriores reacciones al artículo anterior, que les ofrecemos de su edición de México en castellano:

La reacción a la reciente portada de la publicación Businessweek no se hizo esperar y fue directa, y algunos blogueros y comentaristas van tan lejos como para calificar la exclusiva de la revista como “intolerante” y “fuera de los límites”. El artículo titulado: “Cómo hacen dinero los mormones”, de Caroline Winter, es un análisis profundo del lado comercial de la IJSUD, con especial énfasis en los beneficios fiscales de los que disfruta la secta y de la envergadura de sus tenencias de propiedad y valores en empresas multinacionales.

La portada de la revista, que recibió la mayor parte de las críticas, es una caricatura de un cuadro mormón muy conocido, el cual muestra a Juan Bautista bendiciendo a dos líderes mormones, Joseph Smith y Oliver Cowdery. Junto a Juan Bautista hay una recuadro que dice: “… y construirás un centro comercial, tendrás acciones de Burger King y abrirás un parque temático polinesio en Hawaii que en gran medida estará exento de las frustraciones de los impuestos”. A manera de respuesta, Smith dice: “Aleluya”.

Michael Purdy, portavoz de la IJSUD, respondió a la portada en una declaración a CNN: “la portada de Bloomberg Businessweek es de tan mal gusto que incluso resulta difícil encontrar las palabras para comentar el asunto”. La desaprobación de Purdy fue más allá de la portada. Dijo que el artículo era “sesgado, inexacto y especulativo” por sí mismo. “El artículo hace mella y la portada obviamente tuvo la intención de resultar ofensiva para muchos, incluyendo a millones de mormones”, escribió el portavoz en un correo.

No fueron respondidas numerosas llamadas y correos electrónicos hechos por CNN a los representantes de Bloomberg. Otros especialistas reservaron sus críticas a la portada de la revista. La bloguera mormona Joanna Brooks escribió que si bien la portada seguramente iba a irritar a algunos mormones, el artículo era una “evaluación general, equilibrada y concisa de las finanzas y empresas de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días”.

Brooks escribió que el impacto que suscita la imagen de la portada distraerá a la mayoría de los lectores, sobre todo a los mormones, de tomar el artículo con seriedad. “He contactado a algunas de las fuentes del artículo, y creen que la burlona imagen de portada llevará a la mayoría de los mormones a rechazar todo el artículo como si tratara de una cosa antimormona”, escribió Brooks. “Por tratar de vender algunas revistas, Businessweek destruyó la oportunidad de una discusión seria”.

La inmensidad de las propiedades de la secta es algo destacable, sobre todo teniendo en cuenta la relativa edad de la IJSUD y el número de sus fieles, señala el artículo. Según Businessweek, un estudio realizado por Ryan Cragun, profesor de sociología en la Universidad de Tampa, calcula que la secta recibe cada año alrededor de 8.000 millones de dólares por concepto de diezmo entre sus miembros, y que tiene un valor de aproximadamente 40.000 millones de dólares. “Estos cálculos serían difíciles de comprobarse”, dijo Rusty Leonard, director ejecutivo de MinistryWatch.com, una página que guarda una base de datos de los ministerios cristianos y sin fines de lucro para que los donantes la utilicen y evalúen.

Hacienda no pide a las iglesias, las cuales están exentas de impuestos, presentar al gobierno los formularios de divulgación de cuentas. Leonard dijo que eso hace que sea difícil de precisar la totalidad de las propiedades de la iglesia. “Como institución religiosa, tiene un estatus de estar exentos de impuestos y tienen la libertad de hacer lo que quieran con su dinero”, dijo Leonard. El portavoz agregó que esto ocurre para todos, desde una congregación local hasta una entidad tan grande como la Iglesia católica.

La diferencia, según el comentario del representante, es que la gente puede ver lo que ocurre en su propia congregación, algo que no necesariamente puede hacer con todo un organismo religioso. “Cuando se trata de una institución, como la Iglesia católica o la Iglesia mormona, si no lo divulgan de manera voluntaria, no se sabe con certeza lo que están haciendo”, dijo Leonard. Cuando se le interrogó sobre la cifra de 40.000 millones dólares proporcionada por Cragun, Doug Anderson, encargado de los asuntos públicos de la IJSUD, rechazó emitir comentarios.

El factor Romney

La idea de la existencia de un ataque editorial en contra de los mormones ha sido algo común en los últimos meses, debido a que el aspirante presidencial republicano, Mitt Romney, es miembro de esa fe, dejando por igual inquietudes a conservadores y mormones acerca de si la candidatura de Romney abrirá la puerta a caracterizaciones injustas de la secta.

Nancy French, bloguera para la página de internet Patheos, habló sobre estas inquietudes en su columna sobre la portada. “¿Pueden imaginarse si hubieran hecho una portada en la que se burlen de su religión?”, escribió French. “Esto se pondrá peor de aquí a noviembre”.

El diario operado por la secta y propiedad de la misma, Deseret News, escribió un editorial que no sólo arremetía contra el artículo -“los sesgos en el artículo de Businessweek de esta semana van en su propio perjuicio”, decía el editorial- sino también en contra de la legitimidad del propio Businessweek. “Hace tiempo, la publicación de Bloomberg era conocida por presentarle de manera inteligente a su audiencia útiles enfoques conceptuales”, decía la editorial. “Pero en el número de esta semana, la revista parecía lejos de la profundidad de los temas que le son propios”.

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