Turull se acerca a Terrasa



El pasado día 15 de Noviembre, Mossèn Josep María Turull Garriga abandonó, por unos instantes, sus múltiples ocupaciones de Rector del Seminario mayor y del Seminario menor de Barcelona; Delegado de pastoral vocacional; miembro del Consejo Presbiteral y de los Colegios de rectores y de consultores de la archidiócesis, para acercarse a la vecina diócesis de Terrassa. El motivo era bien comprensible: La entrada de un nuevo párroco en su localidad natal de Parets del Vallés, perteneciente a la demarcación episcopal egarense. Mossèn Turull concelebró la misa junto con el obispo Saiz Meneses y el nuevo rector Mossèn Iñaki Ballbé. No es que el cargo de rector del Seminario de Barcelona (junto con sus otras muchas responsabilidades eclesiásticas) corresponda a un rango preeminente, ni aunque sea como hijo de la villa, pero sí que es destacable que, entre los Turull de Parets, se halla un diputado al Parlament de Cataluña y el secretario de organización de la cúpula convergente. Por tanto, Turull acudió al acto como poder fáctico. Aunque sea en la minúscula escala paretense.

Pero bendito acercamiento. Bendito y dichoso porque representa que las huestes convergentes aceptan sin ambages la realidad egarense. Saiz Meneses ha pasado de ser “el integrista de Toledo” al futuro líder de la nueva iglesia catalana. Los periodistas religiosos más alejados del conservadurismo ya lo designan como figura emergente de la iglesia catalana. La realidad es incontestable y no entiende de ideologías. El asombroso éxito de su seminario; su hiperactividad pastoral; su labor con la juventud; su capacidad de diálogo unida a su impecable ortodoxia lo avalan firmemente. Debe añadirse, además, que todo ello lo ha logrado sin ninguna oposición. Ha logrado la paradoja que la anhelada pacificación de la antigua archidiócesis barcelonense solo se vislumbre en Terrassa. Sant Feliu de Llobregat no la ha alcanzado, por el momento y, en el actual territorio de la diócesis de Barcelona, la división entre sus feligreses y sacerdotes es tan notoria como lacerante.

Pero aparte de su carácter familiar respecto a los próceres de Parets del Vallés, Turull no se desmarca jamás de sus cargos diocesanos. Es lógico también que participe de los reconocimientos al Obispo Saiz Meneses. Puede que ello haya causado algún disgustillo a su señor Cardenal, pero su eficacia como fámulo hoy en día es insustituible. Lo que sucede es que Turull también ha echado cuentas. Por el momento sus ansias de ser obispo auxiliar se hallan paralizadas, pero su juventud (nació en el año 1966) permite albergar esperanzas. Quién sabe si un día nos podemos encontrar con lo que hoy parece impensable: Turull, obispo auxiliar de Saiz Meneses. A Turull no le disgustaría.

Oriolt

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