Octavi Sánchez, el último de los diez negritos



Eran nueve y faltaba el décimo para completar la lista. Fueron saliendo los nueve, uno a uno:

1.- Salvador Cristau (Secretario General y Canciller) sustituido por Sergi Gordo.

2.- Jaume González-Agápito (Delegado de la familia) sustituido por Manuel Claret Nonell, aunque no defienda la familia cristiana.

3.- Felip Juli Rodríguez Piñel (Delegación de catequesis) sustituido por Enric Termes, uno de los firmantes de manifiestos contra el Cardenal Carles

4.- Joan Baptista Martínez Porcell (Vicario episcopal). Refugiado en su cátedra de filosofía.

5.- Joan Benito (Delegación de economía) sustituido por el amigo de la infancia de Banyalbufar, Antoni Matabosch.

6.- Nuria Gispert (Cáritas Diocesana) sustituida por Jordi Roglà, un absoluto desconocido en la diócesis

7.- Mercè Lajara (Delegación de Juventud) sustituida por el ineficaz Toni Román.

8.- Francesc Prieto (Rector del Seminario) sustituido por el ínclito Turull.

9.- Rafael Méndez Hellín (Escuelas parroquiales) sustituido por el propagandista de Esglèsia Plural, Ignasi García Clavel.

Los hombres de Carles, rápidamente suplidos por los Sistach macouts.

Pero faltaba una pieza. Tardaron en cobrarla, pero, al fin y pese a la resistencia inicial del Obispo Carrera (de cuyo precario estado de salud se aprovecharon), cuadraron el círculo: Octavi Sánchez, director de Cataluña Cristiana y Radio Estel.

¿Sus pecados? Vestir con clergyman. Celebrar una misa en su parroquia por el rito extraordinario. Tener ochenta niños de primera comunión, cada año y más de veinte confirmandos. Celebrar seis misas cada domingo en San Juan María Vianney. La envidia. Pecado nacional.

Además, tenía a los trabajadores de Catalunya Cristiana y Radio Estel como una balsa de aceite. Querido por todos.

Un sacerdote joven. Y periodista. Había hecho sus pinitos en el Diari de Barcelona, en Radio Molins de Rei y en el Full Dominical.

No tenía otros pecados, que los que he apuntado y haber sido designado por el Cardenal Carles. Como los otros nueve.

Se lo cargaron. Algunos sepulcros blanqueados, aducen las bajas audiencias. Vamos a ver como las supera el Premi Ciutat d’Olot, Jaume Aymar Ragolta.

A su favor tiene que solo utiliza el clergyman en Roma, aquí no lo lleva nunca.

Aymar no es periodista, de hecho ahora era delegado de Apostolado Seglar. Veremos que hace, pero seguro que el Doctor Joan Antoni Mateo, así como otros colaboradores y redactores temen ya por su cabeza. Antiguos miembros y colaboradores de la extinta Casa de Santiago ya deben estar haciendo las maletas para el desembarco.

Desde Germinans no cejaremos en denunciar cualquier propósito de demolición de la obra de Octavi Sánchez.

El Doctor en bellas artes, Jaume Aymar ostenta el privilegio de haber sustituido al décimo negrito. Con los nueve anteriores, no existía Germinans. Ahora sí. Cosas que pasan.

Oriolt

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