Tartarín de Matabosch en el país del ISCREB


Hace mucho, mucho tiempo hubo un hombre, Tartarín de Matabosch llamado, tan destacado y popular entre los “fills del Concili” (Hijos del Concilio) que fue acumulando suculentos cargos y prebendas, siendo proclamado rey del país del ISCREB (Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona). No sólo porque fue él quien se enfundó clergyman y a Roma fue a legalizar su invento, sino porque fue suya la idea de fundar un centro donde se educase a nuevas generaciones en antidoctrina y antimagisterio.

Pero, sobre todo, resulta que -con Juan Pablo II- hacía ya tiempo que pintaban bastos para los progres “fills del Concili” y muchos eran los que sin oficio temían quedarse. Había pues que vender a Roma el invento de un nuevo centro de enseñanza, supuestamente fiel, pero lleno de infidelidades y deslealtades. En cuanto por Roma fue aprobado el invento, presto los de “la casa” nombraron rey a Tartarín.

Debemos advertir que desde que se puso en marcha el invento, todos los fogoneros por Tartarín escogidos se dedicaron al deporte de la caza. Y no era caza cualquiera sino caza mayor: por ser la Doctrina y el Magisterio el centro de la Diana Superior.

Entre esos “fills del Concili” es pasión la caza mayor, pues desde tiempos mitológicos se dedicaron a disparar intelectualmente -con perdón para los intelectuales- contra el Mártir obispo Irurita o contra el prelado Don Marcelo, a quien abundante metralla granearon. No contentos, siguieron con su práctica deportivo-favorita con el obispo Don Ricardo. Daba gozo verlos tan flamantes y valientes, protegidos por los laicos don Dinero y don Poder. Y ya sabemos que no es posible a dos señores servir, ni menos a tres.

Desde entonces hasta los tiempos presentes mucha agua ha corrido entre el Besós y el Llobregat. Pero ahí han seguido, desde sus atalayas Iscrebenses, lanzando fuego graneado contra la Doctrina y el Magisterio. Y ahí están refugiados y alentados por el “Güan” Diocesano y su protegido, Turull Seminario.

Así pues, nuestro Tartarín lidera a un grupo “trabucaire” que se autoproclama “Fills del Concili”: aunque ahora da pena verlos, ya tan viejos y uraños. Y, a modo de ejemplo, he aquí alguno de éstos.

El marista Lluís Serra (izquierda) tiene por acción insuflar apostólica misión. Pero los que retrata no son aquellos apóstoles reunidos por Jesucristo, sino la ilusión de una Iglesia supuestamente renovada a través del Concilio. Como buen “fill del Concili” arenga mandando al “trastero eclesial” prácticas, objetos y oraciones al Señor. Además de profesor del país ISCREB, es secretario general de la Unió de Religiosos de Catalunya, y profesor y directivo de la hereje Universidad Ramon Llull.

El sacerdote diocesano Joan Bada (derecha) , es aquel que se dice historiador de la Iglesia con puesto en la Universidad de Barcelona. Es aquel a quien no se le cae la cara de vergüenza de hacer displicencia con el cuerpo todavía caliente de Juan Pablo II “el Grande”, dedicándole un articulito en la Vanguardia: Desencuentros con Cataluña. Y  tengan por seguro que siempre habla maldades de la Iglesia -llamándola Jerarquía e Institución- y dando la solución: la disolución.

Descripción: p4140002Otro que por ahí anda refugiado es el lasaliano José Vico (derecha) para quien retrógrado es mantenerse casto hasta el matrimonio. ¡Viva la cohabitación prematrimonial! proclama; aunque siempre es experiencia mejor, pareja intercambiar. Sobre la vida humana, nada hay que respetar antes del asentamiento embrionario en el endometrio y, aún allí, pobre blastocito que ya es embrión ¿por qué no pudiera ser eliminado? Y ni que decir tiene que es ético el aborto en caso de violación, porque habrá que reconocer que aunque el feto es inocente, la mujer también lo es y no podemos obligarla a llevar una extensión de tal acto de agresión. ¿Y qué decir de la eutanasia? Cuestión abierta es, y bien pudiera ser moral acabar con una vida humana, que en tal caso no es asesinato ni suicidio sino el valor de una muerte más humana.

¿Y la Mariología del claretiano don Bonifacio? (izquierda) Ufff, no puede ser Virgen quien hijos ha tenido, y no puede ser que estando casada se haya resistido. Esto es algo que no se comprende ni por razón ni por fe. Proclamada fue doctrina por el decir popular. Así que qué más da si lo fue.

Estos son algunos de los tartarinenses establecidos en el ISCREB. Son algunos de los que se encargan de la formación de los futuros teólogos, catequistas, profesores y diáconos de la Barcinonensis, de Cataluña y de otras partes de España. Y no son excepción sino la regla de confirmación.

El país ISCREB tiene, además, la particularidad de recibir a charlatanes y embaucadores de otra institución promovida y presidida por el propio Tartarín. Fundación Joan Margall se llama y en ella tiene asiento Torralba, con oficio en la herética Ramon Llull y silla en el instituto Borja de Bioética, muy contraria a la Doctrina de la Iglesia. También se pasea por allí Joan Rigol, que presidió el parlamento de Cataluña y fue “conseller” de Trabajo y de Cultura. Así también aparece Armand Puig, con asiento de decano en la Facultad de Teología de Cataluña en el mismo seminario, y que preside el “Tartarín Clon Place” o ISCRT (Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Tarragona).

Esto es sólo un apunte sobre la cruel realidad que estamos sufriendo en esta perdida diócesis y en toda Cataluña, tan dejadas de la mano de Roma, y a “sota el vento” progre y antieclesial. Éste es el país de Tartarín donde el sol lo transfigura todo, haciendo que parezca más grande y temible de lo que realmente es. Si entráis en este país prestad atención, que hombre prevenido siempre vale por dos.

Ya es hora de que abordemos la cuestión: de Roma es debida la intervención.

De Rebus Ecclesiae