Mn. Josep Maria Turull: 45 años

Mn. Josep Maria Turull Garriga, actual rector del Seminario de Barcelona, entre otros muchos cargos y responsabilidades diocesanas, cumplió el pasado sábado sus cuarenta y cinco años. Tal como están las cosas en la Iglesia barcelonesa nadie puede negar que se trate de un sacerdote joven, aunque los años van pasando como queda demostrado con la fotografía que ilustra este artículo donde podemos ver a un jovencísimo Turull, en un alarde de nacionalismo junto al expresidente Jordi Pujol, al que también lógicamente vemos más joven.

El "noi de Parets", el "chico del megáfono", el "Puer haeres" no es inmune al paso de los años, éstos corren para todos, y lo que parecía una vertiginosa carrera eclesial, empieza a encallarse, al ver que el calendario avanza y no llega la deseada mitra. Porque cuando el cardenal Lluís Martínez Sistach llegó a Barcelona, era un rumor a voces la voluntad del nuevo prelado de convertir a Mn. Turull en su obispo auxiliar en el tiempo más breve posible. Se hubiera convertido en el obispo más joven de España y de parte del mundo católico, ya que entonces no llegaba a los cuarenta años. Pero el tiempo está pasando y corre en su contra, tanto que sus posibilidades cada día son más pequeñas.

No se le puede negar a su protector, el cardenal Sistach, un esfuerzo desmesuardo por conseguirlo, en Roma están hasta las narices de la súplica del arzobispo barcelonés para que le hagan a Mn. Turull su obispo auxiliar. Lo ha intentado por activa y por pasiva, incluso enfandándose, pero nada ha conseguido. Llama la atención que un simple obispo de Solsona haya colocado a su delfín, aún más joven que Mn. Turull, o que el joven obispo de Terrassa haya colocado como auxiliar a un antiguo compañero de Seminario de Toledo, y que todo un cardenal y arzobispo no haya podido hacer obispo a su "protegido". La influencia del cardenal en Roma, en este sentido es tan nula que el nombramiento de Monseñor Taltavull como auxiliar tuvo que ser una verdadera partida de ajedrez entre Roma y Sistach que acabó en tablas, pero con la consecuencia que todos sabemos: que el cardenal, no quiere que le auxilie su obispo auxliar.

Lo de monseñor Xavier Novell es toda una bofetada porque demuestra que el problema no es la edad ni la juventud, porque Novell tiene cuatro años menos de Turull, y él si que se ha convertido en el obispo más joven de España, queda claro que los motivos para no hacer al de Parets del Vallés obispo son de otro tipo, especialmente ideológicos y megafónicos. Mn. Turull es un claro continuismo con la linea "nacionalista-progresista" que representa sobre todo Monseñor Joan Enric Vives, que fue su maestro y protector cuando estuvo en Barcelona, y en cierta manera el cardenal Sistach, también nacionalista pero menos, no necesariamente progresista pero si consentidor de los desmanes progresistas.

Muchas esperanzas se debieron poner en la visita a Barcelona del Santo Padre, para desencallar el tema, con una buena imagen que se diera de la capital catalana se abrirían las puertas que hasta ahora se cierran y la mitra caería por si sola, algo parecido a lo que pasó en Valencia, que después de las Jornadas de la Familia con visita papal incluída, le llovió un birrete cardenalicio al arzobispo Agustín García Gasco, cuando nadie se lo esperaba y estaba a punto de ser relevado en la sede valenciana. Pues aquí de momento no hay ningún movimiento, ni siquiera rumor, y ya hace cuatro meses de la venida de Benedicto XVI.

Otro dato que debe desanimar a la pareja Sistach-Turull es que el tiempo se acaba, porque el año que viene el cardenal tiene que presentar su renuncia al llegar a los seteinta y cinco años, y es raro que habiéndose tenido ocho años para conseguirlo se conceda en el final del partido o en los minutos de descuento. Hay un precedente muy conocido del cardenal Sistach y esa es la última esperanza que le queda, él fue nombrado auxiliar de Barcelona en el año 1987, tres años antes de la llegada de monseñor Ricard Maria Carles a la sede barcelonesa. El cardenal Narcís Jubany, consciente como era de que su sucesor sería de otra linea muy distinta a la suya, quiso premiar a su máximo colaborador, aunque anteriormente no quiso tener ningún auxiliar y los que le dejó Don Marcelo se los fue sacando de encima, exceptuando al inofensivo Monseñor Ramon Daumal. Teniendo en cuenta que el cardenal Jubany tuvo una pequeña prórroga que no llegó a dos años, y que presentó su renuncia en el año 1988, quiere decir que si Mn. Turull fuera nombrado este año 2011 se repretiría la apurada jugada del nombramiento episcopal de monseñor Sistach. De ilusión también se vive, y la esperanza es lo último que se pierde.

J.A.A. Movedizas