Sistach bendijo un hospital en el que se practican abortos

El pasado día 3 de julio de 2009 se inauguró el nuevo Hospital de Sant Pau con la asistencia del Presidente de la Generalitat, los ex-presidentes Pujol y Maragall, el alcalde de Barcelona y nuestro cardenal-arzobispo. La presencia de este último no fue testimonial: bendijo el nuevo recinto y dirigió unas palabras a los asistentes. De ellas merece destacarse el siguiente párrafo: " Este hospital es nuevo, pero también es antiguo porque es continuador del hospital modernista de 1930 y este viene de muy lejos, del siglo XV. Esto significa que la finalidad de sus estatutos ha de hallarse presente en la vida y en la actividad de este nuevo edificio, dando continuidad a la dimensión sanitaria, humanitaria, religiosa, social y cultural que ha estado presente durante aquellos seis siglos" La especial participación de nuestro arzobispo en el acto se explica porque el Capítulo catedralicio barcelonés gobierna la Fundación del Hospital junto con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.

El diario ABC hacía saltar la pasada semana la noticia de que en dos hospitales catalanes, entre cuyos patronos se halla la Iglesia , practicaban abortos. Se trataba del Hospital de Sant Pau y del Hospital General de Granollers, ubicado este último en territorio de la diócesis de Terrassa. La información causó el natural estupor en la inmensa mayoría de católicos.

A los dos días de la revelación de la noticia, el obispado de Terrassa publicó una nota, en relación exclusiva al Hospital General de Granollers, aclarando que en el mes de Marzo pasado el obispo diocesano realizó una consulta con sus superiores en cuanto a aquel hecho, hallándose a la espera de su respuesta. A la hora de escribir este artículo, el arzobispado barcelonés todavía no ha dicho ni una palabra al respecto. El diario ABC indicaba que se había puesto en contacto con el arzobispado sin obtener respuesta. Sin embargo, el escándalo ha trascendido nuestras fronteras, según se puede observar en la web Spero News. En ella ya se recoge la nota de Terrassa y el mutismo de Barcelona.

Desconozco sí se va a romper el silencio de nuestra diócesis, pero lo que está claro es que, sí desde Terrassa se emitieron consultas en marzo, cuando Sistach bendijo en julio el nuevo recinto hospitalario ya sabía positivamente que en él se practicaban abortos. Y nadie dijo nada. No solo eso, sino que en el acto de inauguración hizo especial énfasis en la dimensión religiosa del hospital. ¿Es compatible esa dimensión religiosa con la interrupción voluntaria del embarazo? La postura de la Iglesia en defensa de la vida, desde el momento mismo de la concepción, ha sido clara, tajante e inequívoca. Nadie duda que nuestro cardenal no se mueve ni un ápice de esta línea. Solo se espera que, en este caso, se muestre mucho más contundente y beligerante que en el caso Pousa. Resultaría muy desagradable que, ante la próxima visita papal, tuviera que soportar el baldón (de alcance ya mundial) de la relación no solo de un sacerdote con el aborto, sino de un centro hospitalario gobernado por el capítulo catedralicio de su diócesis. Y bendecido por él. Esperamos que nos ilumine con sus palabras.

Oriolt