Aviso a los sacerdotes barceloneses
Al menos un sacerdote barcelonés ha recibido la visita de dos detectives privados. Sabemos que se ha dejado recado a otro cura. La visita y el aviso se han producido esta misma semana. Con toda seguridad, se va a repetir en los próximos días, a otros sacerdotes. Desde aquí quedan avisados. La visita se desarrolla de la siguiente manera: dos señores, muy educados, se presentan en la parroquia y enseñan un extenso dossier al sacerdote. En el dossier se hallan incluidos nombres de curas y laicos, supuestamente pertenecientes a Germinans, números de IP, fotografías, recortes de periódico, etc. Un buen dossier. Con fotos antiguas y nuevas, que delatan que tienen a la presa en sus manos. Se lo enseñan al cura y le dicen que sí no se cierra la web de Germinans, este dossier saldrá a los medios. Se retiran, otra vez con suma educación y se llevan consigo el armamento.
Esto les va a suceder, con toda seguridad, a otros sacerdotes barceloneses. Lo lamentamos, pero es así. Sin embargo, vamos a dejarlo claro, en especial a nuestros lectores: la web no se va a cerrar. ¡Solo faltaría! No nos van a amedrentar con dossieres, presiones y chantajes, ni con las veladas amenazas de sacar cualesquiera trapito sucio del pasado de algún sacerdote. Seguiremos con nuestra labor, por la sencilla razón de que la cantidad (y calidad) de nuestros lectores y colaboradores es tal, que Germinans más que una web es un movimiento, patentizado ya en la realidad de las parroquias germinantes. Ya no podemos parar.
Cíclicamente se han repetido las presiones directas e indirectas contra los que escribimos en Germinans, aunque lo cierto es que jamás se habían producido de una manera tan asquerosa y repugnante como en este último chantaje. ¿Por qué? Molestamos, parece. ¿A quién? Al establishment. No solo eclesial, sino político. Esto es indudable, si no no dedicarían tantos esfuerzos (¡y dinero!) para elaborar dossieres, a los que han dedicado horas y horas. Pero el establishment local ha considerado que debe abortar una corriente de opinión sólida, moderna y estructurada que dinamite la tradicional univocidad político-eclesial de Cataluña.
Este chantaje ha sido el último. O el penúltimo, porque seguro que habrá más. En todo caso, los volveremos a denunciar. Ya se cansarán. O no.