¿Dónde están los sacerdotes jóvenes?

La fotografía muestra al grupo de sacerdotes que acompañaron a n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach a Ars en su segundo viaje veraniego con los sacerdotes jóvenes de la diócesis.

La primera iniciativa se produjo el verano pasado, cuando nuestro cardenal decidió viajar a Milán, diócesis en la que ni siquiera fueron recibidos por su arzobispo y cardenal, lo cual demuestra lo mal que se hacen las cosas en nuestra diócesis a la hora de organizar eventos.

Con gran despliegue de medios, los servicios de comunicación del arzobispado informaron entonces que un grupo de sacerdotes jóvenes acompañaron al cardenal. Este año en el titular se habla de un grupo de sacerdotes sin especificar lo de “jóvenes". Eso si, de los 17 que se hablaba el año pasado se han quedado reducidos a los 9 de la fotografía. Pero si descontamos al Rvdo. Canónigo Turull (que no es sacerdote de las últimas promociones, pero que va allí donde vaya el cardenal) al ayudante de Turull que es formador del Seminario (¡pobre de él que no hubiera ido!), y al secretario particular del cardenal (que lógicamente tiene que ir) nos encontramos que solamente son 6 los sacerdotes que acompañaron al cardenal.

No se vayan a creer que es que no hay más, estamos hablando de los sacerdotes de los últimos 7 años, que incluyen todavía los últimos de Don Ricardo y los primeros de nuestro actual cardenal, cuando aún la debacle provocada por Turull no se notaba.

Otro detalle importante es que han desaparecido de la foto los sacerdotes progresistas que sí acudieron el año pasado y que mi buen amigo Oriolt detalló perfectamente en uno de sus artículos (especialmente el que vestía hortera e iba con bolsas del supermercado, o el ayudante del Rvdo. Brustenga en la parroquia del escándalo de Collblanch). Como puede verse en la fotografía (aunque es de pésima calidad) los alzacuellos dominan el panorama, lo cual indica que los jóvenes sacerdotes progresistas ya han desconectado totalmente del cardenal y sólo un reducido grupo de sacerdotes buenos y piadosos decidió responder a la llamada de su arzobispo.

¿Dónde están todos los demás? Desaparecidos, perdidos, olvidados y algunos desanimados. Mientras los buenos obispos como Don Román en Vic, Don José Ángel en Terrassa o incluso Don Jaume en Solsona (¡quien lo iba a decir!) han apostado claramente por el clero joven, lo han mimado y les han dado importantes responsabilidades al poco tiempo de ser ordenados, en Barcelona están desaparecidos, como si no existieran, no se cuenta con ellos para nada, se les deja como vicarios (¿eternamente?) y se les encomienda las tareas que nadie quiere, como la pastoral de la salud (responsabilidad que se les comunica que deben ejercer con una fría carta como hace más de 50 años y sin derecho a réplica).

Se da la circunstancia, humanamente deplorable, que algunos vicarios están a estas alturas del mes de agosto sin saber en que parroquia ejercerán su ministerio el próximo curso. El cardenal se ha ido de vacaciones y ha dejado la patata caliente para cuando vuelva y se queda tan pancho.

¿Y todo ello porqué? Pues porque el cardenal debe ceder al chantaje de los que mantienen el silencio y no organizan campañas contra él (como las que organizaron contra Don Ricardo). Estos sacerdotes progresistas de la U (Unión Sacerdotal) y compañía, prefieren continuar rigiendo ellos sus parroquias, aunque tengan más de ochenta años (con el consiguiente deterioro pastoral), antes que un sacerdote con clerygman les suceda.

Tampoco se les dará responsabilidades diocesanas, porque ello ocasionaría una revuelta de los “progresaurios", eso sí, las delegaciones que nadie quiere, porque tienen mucho trabajo y un trabajo muy discreto, esas para los jóvenes, mientras que las grandes e importantes están en las manos de los de siempre y de sus delfines.

¿Que futuro nos espera con este panorama en el seminario y en el clero joven? Pues muy negro y muy triste. Pero la esperanza no podemos perderla. Eso sí, el que suceda a nuestro actual cardenal ya puede arremangarse, porque el panorama que se va a encontrar cuando llegue, es como para coger los bártulos y marcharse como hizo el bueno de Don Marcelo.

Antoninus Pius