Wuhan y la «Iglesia patriótica»
Estos días, la ciudad china de Wuhan está en boca de todos. En ella surgió, no se sabe muy bien cómo, el virus que ha sembrado el pánico por el resto del mundo y que, por primera vez, ha hecho que se suspenda el culto católico público en multitud de diócesis de Europa y América y hasta que se cierren las iglesias. Sin duda, una distinción suficiente para que aparezca en los libros de historia de la Iglesia.
No es, sin embargo, la primera vez que Wuhan aparece en un lugar destacado en la historia de la Iglesia. Como señala Riposte Catholique, en Wuhan se ordenaron los primeros obispos chinos “patrióticos”, es decir, los primeros que habían sustituido la obediencia al Papa y a la Iglesia por el sometimiento al Partido Comunista chino.
El 13 de abril de 1958, dos franciscanos chinos, Bernardin Tong Guang-quing y Marc Yuan Wen-hua, fueron consagrados obispos de la “Iglesia patriótica”. La Asociación Patriótica Católica China había sido creada el año anterior por la Oficina de Asuntos Religiosos del gobierno chino con el objetivo de domesticar el catolicismo y convertirlo en un órgano más del omnipresente Partido Comunista, desgajándolo de sus lazos con la Iglesia universal. La creación de este absurdo (un catolicismo no católico) fue desencadenada por el reconocimiento por la Santa Sede de Taiwán en 1951 y la consiguiente ruptura de relaciones diplomáticas por parte de la China comunista en represalia.
El Partido Comunista también creó asociaciones similares para protestantes (el Movimiento de las Tres Autonomías o las Tres Independencias) y musulmanes (la Asociación Islámica de China). Aunque las relaciones de estas dos religiones con un Partido oficialmente ateo son complejas, en general los problemas han sido mucho menores que en el caso de los católicos, ya que tanto protestantes como musulmanes no tienen una autoridad central, como sucede en el Catolicismo, y a lo largo de la historia se han visto frecuentemente subordinados al poder civil.
Los dos obispos ordenados en Wuhan sin permiso del Vaticano y sus consagrantes quedaron excomulgados latae sententiae. Tres meses después, el Papa Pío XII escribió una encíclica, Ad Apostolorum principis, en la que recordaba cómo había florecido la Iglesia en China y lamentaba que la Asociación Patriótica “arranca a las almas de la necesaria unidad de la Iglesia”, con el objeto de que “los Católicos den progresivamente su adhesión a las falsedades del materialismo ateo, con las cuales se niega a Dios y se rechazan todos los principios sobrenaturales”. Asimismo, calificó las ordenaciones realizadas de “sacrílegas”, “abusivas”, “gravemente ilícitas” y “pecaminosas” y recordó que su efecto era la excomunión para los consagrados y los consagrantes.
Otros muchos obispos de la “Iglesia patriótica” siguieron a aquellos dos en la ordenación y en la excomunión latae sententiae. Esto creó, de facto, dos catolicismos en China, uno cismático, que seguía a los obispos consagrados ilícitamente, y otro fiel al Papa y a la Iglesia Católica, que tuvo que permanecer más o menos oculto y que consagraba sus obispos secretamente con mandato pontificio, la Iglesia china de las catacumbas. La vida de esta última, como es fácil imaginar, rápidamente se hizo muy dura y el gobierno utilizó todo tipo de herramientas, desde los “campos de reeducación”, a los arrestos y condenas, para acabar con ella. Son numerosísimos los mártires y confesores chinos, reconocidos oficialmente o no, que ha dado el catolicismo en China desde la implantación del comunismo.
Solo en los territorios chinos de Hong Kong y Macao la Iglesia permaneció libre de la intromisión del Partido Comunista, ya que en aquella época no pertenecían a China, sino al Reino Unido y a Portugal, e incluso después de la devolución a China conservaron una organización política separada.
Sin embargo, un par de décadas después del cisma, numerosos obispos patrióticos comenzaron a buscar canales discretos de contacto con Roma para transmitir al Vaticano sus deseos de estar en comunión con el Papa. En muchos casos, desde mediados de los ochenta, esos obispos fueron reconocidos a posteriori por el Papa y pasaron a ser considerados obispos católicos legítimos, reconciliados con Roma.
Esto complicó mucho la situación, porque esos nuevos obispos cuya situación se había regularizado seguían perteneciendo a la Asociación patriótica y, por lo tanto, dependían del Partido Comunista (aunque es de suponer que al menos tenían la intención de obedecer al Papa por encima de las indicaciones del Partido). A la vez, seguían existiendo los obispos de la Iglesia clandestina y también otros obispos patrióticos en cisma, que no habían buscado reconciliarse con Roma. Las fronteras entre los católicos cismáticos y los católicos fieles a Roma se hicieron menos claras, ya que, de forma indirecta, se había hecho posible formar parte de la Asociación Patriótica y estar en comunión con el Papa.
En cuanto a los fieles, el Vaticano reconoció que podían asistir a las celebraciones de los obispos y sacerdotes patrióticos, porque sus sacramentos eran válidos, siempre que no deseasen con ello separarse de la obediencia debida al Papa. Eso hizo aún más borrosas las fronteras entre la Iglesia clandestina y la patriótica. Muchos fieles clandestinos se negaban a tener nada que ver con los clérigos sometidos al Partido Comunista, pero otros se resignaban a recibir de ellos los sacramentos si no podían conseguirlos de otro modo.
Esta nueva situación, unida a los grandes cambios económicos y pequeños cambios políticos que iba experimentando el comunismo chino desde los años ochenta, despertaron en el Vaticano las esperanzas de llegar a un acuerdo con las autoridades chinas. A fin de cuentas, desde sus orígenes el catolicismo ha tenido un gran respeto por la autoridad civil, aunque no sea católica (ya San Pablo llamaba a rezar por el Emperador) y, en algunas épocas de la historia de la Iglesia, el poder civil ha intervenido de diversas maneras en el nombramiento de obispos y otros clérigos.
El Papa Benedicto XVI, en su carta a los católicos chinos de 2007, expresó esas esperanzas, pero también el convencimiento de que, para llegar a un acuerdo, no era posible traicionar los principios de la Iglesia Católica. El entendimiento con las autoridades chinas no se podía lograr a cualquier precio, especialmente si ese precio era la sumisión completa de los obispos al Partido Comunista en lugar de al Papa y a la doctrina católica. Las autoridades chinas prohibieron la publicación de la carta.
En el pontificado del Papa actual se ha producido un claro acercamiento al gobierno chino, que puede resumirse en las sorprendentes afirmaciones de Mons. Sánchez-Sorondo de que los chinos eran los que “mejor realizan la doctrina social de la Iglesia” y de que China estaba “defendiendo la dignidad de la persona” y mantenía un “liderazgo moral” en cuanto al seguimiento de la encíclica ecológica Laudato Si.
Como culminación de ese acercamiento, el pasado 22 de septiembre de 2018, la Santa Sede y China firmaron un acuerdo provisional, en el que se establecía un sistema de nombramiento de obispos por el gobierno chino, pero dando al Papa la “última palabra” sobre ese nombramiento. El Vaticano señaló que el acuerdo era “pastoral” y destinado a permitir que hubiera obispos católicos en comunión con el Papa y reconocidos por el Estado chino.
El contenido concreto del acuerdo se ha mantenido en secreto, lo que impide valorar sus consecuencias y ha suscitado considerables temores tanto entre los católicos de la Iglesia clandestina como fuera de China, especialmente por el hecho de que se pidió a varios obispos fieles al Papa, como Mons. Guo Xijin, que renunciaran a sus puestos en favor de obispos anteriormente cismáticos. Para apaciguar esos temores, el Papa Francisco envió una nueva carta a los católicos chinos el 26 de septiembre, en la que señalaba, entre otras cosas, que se levantaba la excomunión a los últimos siete obispos cismáticos de la Asociación Patriótica y se pedía a todos los católicos chinos que se mantuvieran unidos y superaran las “contradicciones del pasado”. Para ello, debían dejarse “sorprender por la fuerza renovadora de la gracia”, una exhortación característica del Papa Francisco y que ya ha utilizado en numerosas ocasiones en relación con otras reformas, como el cambio “pastoral” relativo a los divorciados en una nueva unión.
Las reacciones ante el anuncio del acuerdo y la carta papal han sido muy diversas. Para algunos, el acuerdo secreto es un hito de esperanza que marca el fin de una época de persecución del catolicismo en China y de división entre católicos fieles al Papa y católicos patrióticos sometidos al Partido Comunista. Para otros, en cambio, entre ellos el cardenal Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, el acuerdo parece ser una rendición en toda regla ante un régimen ateo y una traición a los numerosos mártires y confesores de la Iglesia clandestina. Las diferencias sobre este tema han llevado a un cruce de cartas del cardenal Zen y el cardenal Re, decano del Colegio Cardenalicio, con apasionadas acusaciones en ambas direcciones.
De nuevo, debido al secretismo del acuerdo, es imposible llegar a conclusiones claras sobre el mismo. Lo que sí sabemos es que, desde su firma, las autoridades chinas han recrudecido sus políticas de “sinización”, es decir, de adaptación del cristianismo a la realidad de China, eliminando todo aquello que se considere una influencia indebida del exterior.
Como parte de esa política, se cierran cientos de iglesias que se niegan a convertirse en “patrióticas”, se prohíben actos públicos, los obispos patrióticos deben defender la anticoncepción, el aborto y la eutanasia, en algunas zonas se impide la presencia de jóvenes en los actos religiosos e incluso se sustituyen imágenes religiosas en las iglesias por fotografías del Presidente chino y lemas políticos. Asimismo, la Asociación Patriótica ha reafirmado desde entonces su adhesión a los principios del socialismo y su independencia de “otras iglesias católicas”. De hecho, el obispo Presidente de la Asociación, Mons. Fang Xingyao, ahora en comunión con el Papa, ha llegado a afirmar que “el amor por la patria debe superar el amor hacia la Iglesia". Según informan varios medios, los clérigos clandestinos sufren presiones, arrestos y expulsiones para convencerlos de que se hagan miembros de la Asociación Patriótica, supuestamente porque eso es lo que manda el acuerdo, a pesar de que, según el Vaticano, el acuerdo solo permite la pertenencia a esa Asociación, pero en ningún caso obliga a ella.
A cambio, se han producido algunos encuentros diplomáticos de alto nivel con China y se ha empezado a consagrar obispos con mandato pontificio. Asimismo, se ha sugerido que podría estar preparándose el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la República Popular China e, incluso, la posibilidad de un futuro viaje del Papa Francisco a China cuando se solucione la crisis por la epidemia actual, un viejo sueño del Pontífice.
¿Será este el fin del cisma que se produjo hace más de sesenta años en Wuhan? ¿Se producirán simultáneamente las soluciones de ambas tragedias originadas en aquella región de China? Solo el tiempo lo dirá.
40 comentarios
Sólo me resta comentar una cosa:
El virus se origina en China, y ahora ataca con fuerza tremenda en Italia.
Más claro, agua.
Que tenga ojos el que vea.
Y esto ¿para que se cumpla un "viejo sueño del Pontífice"... ?
Pues vaya pesadilla que ha surgido al hilo de un "sueño" que busca sobre todo ensalzar el prestigio mediático personal e institucional.
El contenido concreto del acuerdo se ha mantenido en secreto, lo que impide valorar sus consecuencias...El que tiene miedo de que sus obras salgan a la luz, es porque sabe que son malas.
Para ello, debían dejarse “sorprender por la fuerza renovadora de la gracia”...Pues nada mejor que las palabras de San Pablo:
Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, enseñadas por hipócritas impostores.Y con respecto a este cuadro:
— 1 Timoteo 4:1-2
Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, que pueden hacerte sabio para la salud mediante la fe en Cristo Jesús
— 2 Timoteo 3:14-15
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, antes bien con prurito de oír se amontonarán maestros con arreglo a sus concupiscencias. Apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a las fábulas.
— 2 Timoteo 4:3-4
Como parte de esa política, se cierran cientos de iglesias que se niegan a convertirse en “patrióticas”, se prohíben actos públicos, los obispos patrióticos deben defender la anticoncepción, el aborto y la eutanasia, en algunas zonas se impide la presencia de jóvenes en los actos religiosos e incluso se sustituyen imágenes religiosas en las iglesias por fotografías del Presidente chino y lemas políticos.pues ya dijo el Señor que al árbol se lo conoce por sus frutos. Si estos son los resultados del acuerdo, pues es fácil advertir que este último no está al servicio de Cristo. Pobre de la jerarquía actual de la Iglesia; no quisiera estar en sus zapatos en el Día del Juicio, porque al que mucho se le ha dado, mucho se le exigirá.
El 13 de abril de 1958, dos franciscanos chinos, Bernardin Tong Guang-quing y Marc Yuan Wen-hua, fueron consagrados obispos de la “Iglesia patriótica”. La Asociación Patriótica Católica China había sido creada el año anterior por la Oficina de Asuntos Religiosos del gobierno chino con el objetivo de domesticar el catolicismo y convertirlo en un órgano más del omnipresente Partido Comunista, desgajándolo de sus lazos con la Iglesia universal."
Creo, estamos ante los jinetes del Apocalipsis, ante el caballo bayo de la peste.
Wuhan y Roma parecen estar particularmente bajo el galope de estos jinetes. Se comprende bien.
La Misericordia de Dios advierte a los hombres rebeldes, a los de la Iglesia y a los del mundo, con suma moderación, con un costo hasta ahora, duro, pero reducido. Si no lo entienden, habrá otros modos más contundentes. “Y los hombres blasfemaron de Dios” (Apocalipsis).
El triunfo del Corazón Inmaculado de María en el mundo, libra a éste del sistema satánico que lo gobierna. Y lo va a librar totalmente, hasta aniquilar al anticristo, a sus secuaces y despojarlos de sus usurpaciones contra la Soberanía de Cristo. Él y Su Madre obran mancomunadamente.
Las notas y compaces de un REQUIEM, doloroso y solemne, se alternan con las notaciones de un GLORIA “majestuoso”. Uno se ejecuta ante el “hombre viejo” que fenece, el otro ante el nacimiento, resurrección y transfiguración del “hombre nuevo” que se manifiesta en Cristo (Col 3,4).
Por esto, me siento dolido por mis hermanos que sufren, pero firme en mi convicción guerrera y victoriosa: BABILONIA DELENDA EST.
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Bruno, escribes como si en Occidente no hubiese ocurrido exactamente lo mismo.
Al día de hoy, pero no desde hoy, la inmensa mayoría de los bautizados -con gran parte de la jerarquía incluida-, si bien son se-dicentes "católicos", niegan las enseñanzas católicas de hecho, de derecho, o ambas a la vez.
Eso y no otra cosa constituye la actual crisis de la Iglesia: se pretende bautizar un catolicismo no católico.
Dialogar aunque, LA VERDAD!!!La VERITATIS SPLENDOR, que sigue vigente quede a un lado.
Tiene un 70% de estrés laboral ese paisaje ROJO!!
ASI NO!!
Las intenciones de Bergoglio, seguramente, pudieron ser buenas, pero tiene toda la pinta de que la cosa ha acabado resultando igual de desastrosa que el resto de ocurrencias bergoglianas.
Y buen apunte de Ricardo de Argentina, al final, no difiere tanto el engendro que va a resultar allí de lo que nos acontece por aquí, una superestructura católica que oculta una estructura protestante o pagana.
Hoy, ya la potencia económica China, ya la IC desprestigiada y menguante tanto en autoridad moral como en el contenido de las arcas, simplemente se invierten los objetos de la transacción: China ofrece el providencial capital que habrá de preservar la comodidad del statu quo de una IC que, en contraprestación, entrega parte de su ser, de su dignidad, a un régimen que la desprecia, pero que ha aprendido a usufructuarla, por no decir chulearla...
Es que los tiempos cambian. Que muera Barrabás, a Pilatos le se niega o se le afirma lo que él quiera. El pragmastismo impera. Las catacumbas están demodé, ahora la tea no es el cristiano con su cuerpo, sino en su moral, en su dignidad y en su fe, en la prostitución de su iglesia. Mientras, el circo sigue, a la luz de una fe que se agota y una iglesia que reniega de sí misma.
Es la madre que para salvar a las otras, tasa su hija a la lujuria, no entendiendo que, entonces, el bienestar material posible sería inversamente proporcional a la gradación moral y espiritual...
Como ser esa concesión de poder ser al mismo tiempo súbdito del Papa y miembro de la Asociación Patriótica, y que se abra a los fieles la posibilidad de participar en las celebraciones sometidas al control de la Asociación Patriótica.
¿Qué "finalización del cisma" se puede esperar a partir de la situación actual? ¿No es más factible, de seguirse este camino, que todos los católicos chinos pasen a estar en cisma, por lo menos, si miramos a la realidad de las cosas?
Si no le queremos llamar "cisma" ¿qué nombre le podemos dar a una situación en la que un partido ateo controla incluso la doctrina y la liturgia de una iglesia local?
Saludos cordiales.
¡Buen final, para el “progreso indefinido”, que como en la parábola de Einstein, vuelve al punto de partida, es decir, al CERO!
Me angustia, nos angustia a todos, creo, la situación que estamos viviendo. Sentimos que se nos va de las manos, que "podemos morir todos" como escuchamos entre bromas, que nos hundimos y que no vemos tierra a la vista. Pero entre tanta negrura hay una claridad que brilla. La que viene de Dios. Confiamos en Él y sabemos que donde nosotros no llegamos, Dios sí llega, y que Él puede lanzar un chorro de luz para que demos con la solución. Sólo nos queda preguntarnos, si no lo hace, porqué no lo hace.
Supongo que en este artículo se vislumbra una respuesta.
Demasiadas burlas al Dios altísimo, demasiadas traiciones, demasiados desprecios, silencios y olvidos. Una siembra que finalmente ha dado su fruto, algo que se veía venir aunque no supiéramos como y que nos cuesta creer aunque fuese esperado.
Ahora el camino sería hacer un buen diagnóstico de la situación para no estar dando palos de ciego. Osea, reconocer nuestro pecado, nuestra impiedad, cobardía, pasividad, negligencia..., vestirnos de saco y ceniza (es curioso como sin quererlo ya lo llevamos puesto, pasamos de la ropa de trabajo a la de andar por casa, sin más alegrías), e implorar a Dios su perdón y la rectitud de vida.
De Italia prefiero no pensar nada, me da miedo, y España si no reacciona, sobre todo si en la Iglesia no se reacciona, seguiremos sus pasos. Porque al que mucho se le dió mucho se le exigirá.
Creo que solo así, buscando en primer lugar nuestra conversión, podrá el Señor compadecerse de su pueblo, librarle, si es su voluntad, de estos estertores de muerte, y concederle su misericordia antes que su justicia.
Pidamos a Dios que ponga fin a esta pandemia pues si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles. Pero sobre todo recemos por la conversión de todos nosotros, pecadores, y de nuestros Pastores.
En todo caso y suceda lo que suceda, sabemos que Cristo ya ha vencido: "Y el último enemigo aniquilado será la muerte." 1 Corintios 15, 26.
Y que si morimos con Cristo resucitaremos con Él. ¡Feliz y santo tiempo de Cuaresma a pesar de todo!
"¿Que entendímieto puede haber entre Cristo Belial?¿Qué unión entre el creyente y el que no cree? (2 Cor. 6,15)
Creo que siempre la Iglesia trabajó para eso .
No se puede estar con Dios y con el diablo... que es como decir
el que no esta conmigo esta contra mi!
Concesiones, para quedar bién, en nombre de la unión, para que nos quieran, para que no piensen que somos fundamentalistas etc. etc.
Pero, " a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar".
Esto en China no existe, porque el Cesar se cree que es dios. Tiene semi-convencida a la iglesia patriótica, pero ¿ hasta cuando ? . Estoy segura que algunos que han aceptado pertenecer a la iglesia patriótica, por indicación del Vaticano, tienen buena intención, y si es así, un día se van a dar cuenta que no puede ser, porque "no se puede servir a dos señores". Y con la gracia de Dios y su fortaleza, romperan las alianzas inicuas, y la Iglesia en China volverá a ser la verdadera.
También creo que este "emperador chino" o va caer o va a cambiar.
Creo que esta epidemia de coronavirus, solo es el principio de una serie de acontecimientos extraordinarios, algunos buenos y otros dolorosos, pero que produciran sus frutos. Creo que el Señor está hasta las narices de nosotros, y va a hacer todo lo posible para hacernos reaccionar.
Catecismo 675.
Apocalipsis 13.
Non Nobis.
Duele ver los "frutos" que enuncia el Cardenal Zen quien sí sabe porque está en la jugada máxima la cual parece tiene como finalidad secundaria su cabeza, al tenor del cardenal Re, y el desafecto con que se le trata dentro de la fraternidad vaticana cardenalicia... ¡ sin ninguna Caridad, que debe estar sobre todo!
Otras profecías marianas, sin dejar de lado las bíblicas que enumera Templario, también se cumplen; fueron aprobadas y luego "olvidadas por la iglesia Católica de hoy": Fátima, La Sallette "llamada reina de las profecías" por Juan Pablo II y Akyta en Japón:
"Obispos contra obispos"... un verdadero cisma.
Gracias por el post, Bruno, muy claro y preciso, nos coloca en deseos de mayor Oración por La Iglesia hoy.
¡ Qué pacha-mama-da!... La Amazonia entró un poco en el pasado... Le ganó ¡La muerte! en Wuham e Italia. ¿ Dicientes los dos polos? Leemos indicios seguros, de ese ALGO que está sucediendo en nuestros tiempos.
"Creo que esta epidemia de coronavirus, solo es el principio de una serie de acontecimientos extraordinarios, algunos buenos y otros dolorosos, pero que producirán sus frutos. Creo que el Señor está hasta las narices de nosotros, y va a hacer todo lo posible para hacernos reaccionar" (Argia).
Es algo que sorprende el hecho planetario, el alcance universal de la experiencia que estamos viviendo. Ni un eclipse solar alcanza la amplitud de cobertura que ha desatado el coronavirus sobre todas las naciones, diría sobre todas las culturas, y aún más, sobre todos los espíritus. Porque hay un acatamiento total y pacífico que no ha existido jamás, ni bajo los regímenes más despóticos. Podemos suponer que gozamos de un acuerdo humano jamás habido ni soñado. Los individuos, es decir, cada hombre, coincide con cada hombre, sea del país que sea, en que debemos obrar de modo común. Lo que se dispone en un país, se está disponiendo en los demás. La solidaridad internacional crece hora a hora. Porque el mundo ha sido tomado por sorpresa, y a todos por igual. A veces algunos han concebido catástrofes más o menos amplias, pero nunca planetarias y de costo reducido hasta ahora. Menos aún una solidaridad y hermandad universal, nacida de la respuesta a un microbio. Ningún futurista pudo imaginar este "disparate".
Por eso creo, como afirma Mons. Pla que es un tiempo de prueba y de gracia, en el que la Misericordia nos llama con apremio, pero con este gesto paternal no extremo.
También creo que, como afirma Argia, es el principio de otros llamados, que aumentarán en su contundencia, si los hombres no respondemos a la Misericordia del Señor.
La Virgen anunció en Fátima el triunfo de Su Corazón Inmaculado en el mundo, lo cual implica la derrota del maligno y de sus secuaces. El Señor nos está advirtiendo que no despreciemos lo anunciado por Su Madre. Si no lo aceptamos, será porque estamos adheridos al mundo. Nuestro orgullo no acepta la derrota del mundo moderno, quiere mejorar algunas cosas, pero en lo sustancial, quiere que siga. No quiere EL MUNDO NUEVO DEL REINO DE DIOS entre nosotros.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Solamente quiero hacer una recomendación a los creyentes, aunque sea saliéndome un poco (sólo relativamente) del tema central del post. Espero que no de lugar a la eliminación de mi mensaje:
Que relacionen esta pandemia con Garabandal. Pueden informarse aquí:
... infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1106231154-garabandal-50-anos-de-polemic
y aquí:
... infocatolica.com/blog/historiaiglesia.php/1106290831-garabandal-los-pronunciamient
Y, después, que mediten un ratito sobre Ella y lo que dijo y pidió.
Por mi parte -dado el anonimato lo puedo decir sin rubor ni falsa modestia- tengo gran parte del día en la mano un desinfectante con 50 cuentas ¡y le doy aire! Y comulgo espiritualmente varias veces al día.
Y aunque me han prohibido la Misa, procuro "tomar" un sucedáneo en TV, aunque sólo sea para escuchar la palabra de Dios y comulgar espiritualmente una vez más al día.
Por supuesto, obedezco escrupulosamente todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias, como es obvio: ningún católico responsable haría cosa distinta.
Y, para terminar, una oración antiquísima y maravillosa:
Sub tuum praesidium confugimur Sancta Dei Genetrix; nostras deprecationes ne dispicias in necesitatibus nostris sed a periculis cunctis, liberanos semper, Virgo Gloriosa et Benedicta... ¡Madre Bendita de Garabandal!
con su permiso ojala el Padre Iraburu al menos nos lanzara un audio de unos minutos. la verdad le extraño!
LA virgen con todos usted a su aparo...nos acogemos
Sobran protestantes dentro y fuera... Por mas critica que hagan no cambian nada!!!! Oren por el Papa con amor si quieren cambios y salgan a anunciar!!!
El Reino de Dios es un Gobierno Real ; y nunca una " religión " compatible con todos los gobiernos y regímenes politicos regidos por el
" dios de la política " y sus secuaces.
La " Realidad " nos demuestra ; qué el peor régimen político, está más cerca del Reino Teocrático de Dios , qué la mejor religión prostituida con la política.
Una “pequeña piedra arrojada, no por mano de hombre, ha deshecho los pies de la estatua del gigante (Daniel). Los tiempos en que Dios reclama sus dominios usurpados han llegado. El Reino debe ser preparado para llegar a ser instaurado en su plenitud. La Misión ha sido encomendada por la Santísima Trinidad a María, quien desde Fátima nos anuncia “Al fin triunfará Mi Inmaculado Corazón en el mundo”. Ella pisará la cabeza del anticristo y arrojará de la tierra usurpada a todos sus secuaces. Nuestra Madre obra según la Misericordia de Cristo, Conduce las milicias angélicas con sabiduría y poder, a ejecutar el designio divino. Cuando su Obra haya culminado contemplaremos el jardín que está trazando y cultivando en estos nuestros días maravillosos, en los que el dolor es atenuado ante el momento solemne que vivimos, que nuestros antepasados próximos hubieran deseado contemplar. Con sabiduría, amor y manos maternas discierne lo que debe ser demolido y lo que debe ser conservado; manda a sus ángeles a separar el trigo de la cizaña, conforme Su Hijo se lo ha pedido. En la medida que el trigo inunde el mundo, será establecido el nuevo PARAÍSO TERRENAL DEL REINO DE DIOS.
Como dicen en mi pueblo: "Fíate de la Virgen y no corras"
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