Pero ¿al Papa lo elige el Espíritu Santo o no?
La pregunta de si al Papa lo elige el Espíritu Santo tiende a despertar intensas pasiones. Para algunos, es evidente que sí, porque así se ha dicho toda la vida, hasta el punto de que quien afirme lo contrario no es católico. Para otros, la respuesta forzosamente es negativa y decir que al Papa lo elige el Espíritu Santo es poco menos que una blasfemia. Pocas preguntas recibirían respuestas tan dispares y contradictorias de católicos ortodoxos, deseosos de profesar la fe católica en su totalidad y sin rebajas.
A riesgo de desilusionar a los que deseen que les dé la razón de forma simplista en uno u otro sentido, me temo que la respuesta adecuada es: ambas cosas. O, mejor dicho, la respuesta correcta depende de lo que quiera decir la pregunta.
Como dice el principio escolástico, pensar es distinguir. Para dar una buena respuesta a la pregunta, primero tenemos que entenderla bien y precisar su significado, que no es unívoco. De otro modo, nos perdemos en cuestiones de verbis, es decir, de mero lenguaje, y no llegamos a ninguna conclusión.
¿Al Papa lo elige el Espíritu Santo?
1) No, en el sentido de que Dios actúe coartando la libertad de los cardenales electores para elegir a “su candidato”. Dios respeta profundamente nuestra libertad. De hecho, su Hijo se hizo hombre y murió en la cruz precisamente como consecuencia de ese amor respetuoso de Dios. Los cardenales tienen una gracia especial de estado, concedida por el Espíritu Santo, para cumplir bien su misión de electores, pero esa gracia no suprime su libertad. Por lo tanto, los purpurados pueden resistirse a la gracia de Dios (y es de suponer que, en muchos casos, así lo han hecho a lo largo de la historia de la Iglesia), emitiendo su voto por razones mundanas.
Los cardenales eligen a quien quieren y pueden actuar mal al hacerlo, rechazando la Voluntad de Dios y eligiendo a un candidato poco apropiado, ya sea por buscar su propio beneficio, por usar criterios del mundo, por dejarse llevar por amistades o enemistades o por cualquier otra causa. Nada hay de extraño en eso y de ahí la grandísima responsabilidad de los cardenales electores, de la que deberán dar cuentas a Dios en el día del Juicio.
Consciente de que para elegir bien hace falta la inspiración del Espíritu de Dios y de que esa inspiración no es automática, la Iglesia prevé que, antes de comenzar las votaciones, los cardenales recen el Veni Creator, para pedir que la dureza de sus corazones no obstaculice la iluminación del Paráclito. El resto de los católicos, por su parte, rezan también intensamente esos días, mientras esperan la fumata blanca, rogando que los cardenales elijan bien y se dejen guiar por el Espíritu Santo.
2) Sí, en el sentido de que es Dios quien confiere la misión de pastorear la Iglesia. Un Papa válidamente elegido no recibe su misión de manos humanas, sino del Espíritu Santo. Es el mismo Cristo quien le dice apacienta a mis ovejas. El Sucesor de Pedro no es un “representante” de los cardenales ni de los obispos ni de los fieles, sino que ha recibido una llamada especial de Dios.
En este sentido se expresa la liturgia tradicional de la Iglesia: Deus, omnium fidelium pastor et rector, famulum tuum N., quem pastorem Ecclesiae tuae praeesse voluisti, propitius réspice… Es decir, “Dios, pastor y gobernante de todos los fieles, mira propicio a tu siervo N., al que quisiste poner al frente de tu Iglesia como pastor…”. Esta misma afirmación se repite en multitud de lugares, en los textos litúrgicos relacionados con el Papa: “Oh Dios […] da a tu Iglesia un pontífice” (Ordo rituum conclavis 18), “tú que lo has elegido como sucesor de Pedro” (ORC 70), “nuestro Papa N., al que encomendaste el cuidado pastoral de tu rebaño” (Ordo exsequiarum Romani Pontificis, 39), “que [Dios] ha establecido como Obispo de Roma sucesor de Pedro en el gobierno pastoral de la Iglesia” (OERP 33), “tú que lo pusiste como fundamento visible de la unidad de la Iglesia” (OERP 135).
Como consecuencia de esa misión dada por Dios, “tiene en la Iglesia, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad” (Lumen Gentium 22) y “goza de […] infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral” (LG 25). Es decir, su autoridad viene de Dios y no de los hombres, por lo que no depende de los cardenales electores, del buen o mal discernimiento que mostraran esos cardenales al elegirlo, de sus propias cualidades humanas o del apoyo que tenga entre los fieles.
Así pues, el Papa merece siempre un gran respeto, como Vicario de Cristo. Lo mismo sucede con tu padre terreno, porque, incluso si fuera un desastre, permanecería en vigor el cuarto mandamiento: honrarás a tu padre y a tu madre. De hecho, el deber de respetar y honrar al Papa es parte de ese cuarto mandamiento. Conviene que no nos engañemos: si no guardamos el respeto sobrenatural debido al Papa, estamos faltando a nuestro deber como católicos.
3) No, en el sentido de que, por obra del Espíritu Santo, sea elegido como Papa el más prudente, el más sabio o el más santo de los posibles candidatos. Basta leer los libros de historia para darse cuenta de ello. Ha habido Papas santos, buenos, mediocres, malillos y desastrosos.
Tampoco significa que el elegido se vaya a convertir mágicamente en santo, bueno y piadoso. El Papado no es un octavo sacramento, en el que Dios garantice la transformación del que lo recibe como en el Bautismo. La impecabilidad papal nunca ha formado parte de la fe católica: el Papa se confiesa regularmente como todos, porque lo necesita. Al día siguiente de ser elegido, el Papa es el mismo que era el día anterior, pero con una misión especial de Dios.
Tampoco es cierto que el Papa acierte en todo lo que dice por obra del Espíritu Santo. La infalibilidad papal, como estableció el Concilio Vaticano I, sólo actúa en situaciones muy concretas y limitadas (temas de fe y moral definidos de forma solemne y ex cathedra). En lo demás, el Papa puede equivocarse y de hecho se equivoca. Un Papa con conocimientos teológicos mediocres seguirá teniendo esos conocimientos mediocres después de ser elegido para regir la Iglesia y uno que haya sido un gran sabio continuará siéndolo tras sentarse en el trono de Pedro.
Igual que decíamos en el punto 1, la Iglesia es muy consciente de todo esto y por eso hace que recemos a menudo por el Papa. Especialmente en todas las Misas, que incluyen una oración “por tu servidor el Papa N.”. Constantemente, en toda la tierra, los católicos elevan sus plegarias a Dios para que ilumine al Papa, lo guíe, lo conforte, le dé discernimiento y lo ayude a guiar a la Iglesia. Como ya señalé hace mucho tiempo, el Papa cuenta con muchas ayudas, humanas y divinas para cumplir su misión, pero permanece siempre el hecho escandaloso (en el buen sentido) de su fragilidad humana: mi fuerza se manifiesta en la debilidad.
4) Sí, en el sentido de que el Papa que haya en cada momento es el que Dios te ha dado a ti y forma parte del designio amoroso de su Providencia para tu vida.
Esta cuarta respuesta nos resulta muy complicada de entender, porque la gracia, por su propia naturaleza, supera nuestro entendimiento. Además, no terminamos de creernos lo que dice la Escritura: Todo sucede para bien de los que aman a Dios.
Y todo es todo. No sólo el nombramiento de los Papas santos y maravillosos, también el de los Papas desastrosos que ha habido. ¿También el del Papa aquel que tuvo nosecuantos hijos y el de aquel otro que vendía o repartía los cargos como si fueran chocolatinas? También. Cristo es el Señor de la historia y nada escapa a su poder. El plan del Señor subsiste por siempre. Los cardenales pueden meter la pata hasta el fondo (y tendrán que dar cuenta de ello en el día del Juicio), pero, de alguna forma que supera nuestra limitada inteligencia, Dios tiene en cuenta esos fallos y pecados humanos y los integra en su plan para hacer algo aún más maravilloso.
Puede que los cardenales se equivoquen o actúen mal, pero Dios no se ha equivocado al darte un Papa, como veíamos en el apartado 2. El Papa que tienes es el que Él tenía preparado para ti antes de la creación del mundo. Puede que sea un santo o quizá sea una catástrofe andante o ni chicha ni limoná, pero es el que Dios te ha dado y Él sabe lo que hace. Es el Papa que tú necesitas para ser santo, que es lo que importa. Dios escudriña los corazones y sabe lo que necesita el tuyo, aunque tú no lo entiendas.
Es necesario, por lo tanto, tener siempre en cuenta estos cuatro posibles sentidos de la aparentemente sencilla pregunta sobre si al Papa lo elige el Espíritu Santo, porque hacen que tenga respuestas paradójicas, que parecen contradictorias pero no lo son. Como todas las vocaciones cristianas, la llamada a ser Sucesor de Pedro implica a la vez la grandeza del don y la pequeñez del receptor de ese don, la fuerza de Dios y la debilidad humana, el plan divino y la libertad del hombre.
Además de estas respuestas conceptuales, creo que, para entender bien la cuestión, conviene poner un ejemplo más cercano a nosotros: nuestro párroco. El caso del Papa nos confunde, porque lo tenemos muy lejos y la lejanía lo envuelve en un halo de misterio. En cambio, al párroco lo conocemos bien: sus defectos y cualidades saltan a la vista. Nos resultan familiares su historia, sus problemas, lo mal o bien que predica, su predilección por la sidra de barril y el hecho de que lo nombraron porque había fracasado en la parroquia anterior o porque es amiguete del obispo o porque siempre ha sido un santo.
Pues bien, aunque parezca sorprendente, lo cierto es que tu párroco es elegido por el Espíritu Santo en el mismo sentido que el Papa es elegido por el Espíritu Santo y no es elegido por el Espíritu Santo en el mismo sentido que el Papa no lo es. Es decir, sí en los sentidos 2 y 4, pero no en los sentidos 1 y 3. Al igual que sucede con el Papa, su nombramiento puede deberse a decisiones equivocadas y, como es evidente, no tiene por qué ser un santo ni un gran sabio. Sin embargo, ha recibido del mismo Dios su misión de colaborar con un Sucesor de los Apóstoles y de pastorear a los fieles de una parroquia y es también el párroco que Dios tenía planeado para ti desde antes de crear el mundo, precisamente el que tú necesitas.
Si nos parece que algo así es muy poco glamuroso para un Papa, quizá sea porque pensamos como los hombres y no como Dios. Si creemos que la elección del Papa es sustancialmente diferente de la elección de nuestro párroco, quizá estemos confundiendo al Papa con una especie de superestrella religiosa. Si los defectos de un Papa nos quitan la fe, puede que nuestra fe sea más humana que sobrenatural. Si no somos capaces de tratar al Papa (y a nuestro párroco) con respeto, quizá nos haga falta un poco más de ascesis. A fin de cuentas, en este tema como en tantos otros, es posible equivocarse tanto por exceso como por defecto.
En definitiva, nuestra comprensión de la misión del Papa y nuestra relación con él deben estar guiadas por la fe, la esperanza y la caridad. Como esas tres virtudes son teologales y se reciben de Dios, lo que nos toca es orar sin desfallecer, de modo que el Espíritu Santo ilumine al Papa… y nos ilumine también a nosotros.
95 comentarios
Que nos disguste, por ejemplo, lo de la comunión a los divorciados vueltos a casar no justifica esa actitud.
La fidelidad al Magisterio de la Iglesia ha de integrarse en una vida de santidad.
http://www.abc.es/sociedad/20130313/abci-ratzinger-espiritu-santo-201303121931.html
Dicho lo cual, las explicaciones de Bruno son acertadas.
El nombre de este Papa, como olivo y candelero de Dios que en ascendencia judía es; será: Simón Pedro II
Es un apunte. En el punto 3, tercer párrafo dice "temas de fe y razón definidos de forma solemne y ex cathedra". Supongo que es un error, debiera decir: "temas de fe y moral...".
Saludos,
Prado
En el penúltimo párrafo falta completar la frase: "Si no somos capaces (...) del Papa (y de nuestro párroco) con respeto...".
Y una línea más arriba repite: "Si los defectos defectos de un Papa...".
"Y luego me acusarás a mi de relativista..."
Hombre, a juzgar por ese comentario, más bien de no saber lo que es el relativismo.
Por lo que recuerdo, eres mas bien un relativista no practicante, lo que es algo incoherente pero en cierto modo te honra.
Por eso se les aplica el mandato de la Escritura: nolite tangere christos meos.
Es contraria a la doctrina católica.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
"en el sentido de lo que casi todo el mundo entiende por la misma"
Yo he encontrado casos de personas que no entendían cada uno de los apartados del artículo. No tengo bastante información para decir cuáles son más frecuentes.
"Ratzinger lo tenía, y supongo que lo sigue teniendo, bastante claro"
Estuve a punto de mencionar esto en el artículo, pero no quise alargarlo. Si te fijas, el card. Ratzinger (contra su costumbre) no estuvo muy clarividente en esas afirmaciones. Dijo que, mirando la historia "hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido".
Esa afirmación es claramente injustificada, porque lo cierto es que no sabemos a quién elegiría Dios. Sus caminos no son nuestros caminos. La demostración es irrefutable y muy sencilla: Dios, directamente y sin intermediarios, eligió como Apóstol a Judas, a pesar de que era un ladrón y de que iba a traicionar a Cristo. Afirmar que sabemos a quién habría y a quien no habría elegido Dios es imprudente, porque ninguno de nosotros habría elegido a Judas, que era evidentemente tan malo (o peor) que los típicos "malos Papas" de la historia. También eligió al bravucón Pedro, al bocazas de Felipe, a los bestias de los Boanerges... y a los que eligió los santificó, al menos a los que se dejaron santificar.
Podemos hablar con seguridad de que algo malo que haga un Papa no es querido por Dios y de que unos cardenales que usan criterios mundanos para su elección actúan de forma no querida por Dios, pero no sabemos a quién o a quién no elegiría el propio Espíritu Santo.
"Respecto de los casos..."
De acuerdo.
P.S. Por cierto, muchas felicidades. Ad multos annos!
Qué rapidez. No me ha dado tiempo a contestar la pregunta.
En cualquier caso, reitero lo dicho a Luis Fernando: en general es imprudente decir "lo que habría hecho Dios" excepto en cosas que sabemos por revelación, como que si alguien peca (sea un cardenal que vota por quien cree que lo va a nombrar para un cargo curial o un Papa que es infiel a su ministerio o cualquiera que peque) esa acción no es querida por Dios. Para temas prudenciales, como quién es el mejor candidato para un puesto, conviene ser humildes y recordar que no conocemos la mente de Dios.
Y, ¿dónde está la diferencia?, ¿qué cambia?.
Esto es como cuando hay un accidente o una catástrofe natural, Dios no quiere que suceda, pero lo permite (aquí supongo que por razones que nada tienen que ver con su profundo respeto por nuestra libertad). ¿En qué cambia para las víctimas y sus seres queridos que haya sido por decisión o por permisión?
Saludos cordiales.
En el primer caso, si son lógicos, deben abandonar toda esperanza. En el segundo caso, también si son lógicos, no.
Saludos cordiales.
Como sucede con cualquier pregunta, la respuesta correcta es "según lo que quieras decir con eso" o "según lo que realmente me estés preguntando".
Es como si preguntas a alguien "¿qué te parece el nuevo jardinero?". Depende de si le estás preguntando lo que le parece como profesional de la jardinería, como vecino, como persona, como posible novio para una hija, como candidato a Presidente del gobierno... Las respuestas serán muy diferentes.
Antes de responder cualquier pregunta, hay que entenderla bien.
Las respuestas dadas en este artículo no son respuestas a la misma pregunta, sino respuestas a preguntas distintas que mucha gente no se toma el trabajo de diferenciar.
Saludos.
Sí el papa les gusta el tema nu se debate.
Sí sale un magnífico papa reformista como éste entonces sí pero no no pero sí, vamos que como lo entiende la gente no.
Supongo que eso de la perspectiva debe venir en el manual del buen creyente, pero no tengo yo muy claro que sea así en la realidad, y me temo que usted tampoco.
Qué pena de comentario. Primero, atribuyes gratuitamente intenciones maliciosas a los demás. Segundo, ausencia total de argumentos.
Es decir, un comentario que sólo sirve para entorpecer la conversación y para hacer el mal. ¿De verdad no te llama la atención? ¿No te interesa el tema en absoluto?
No sólo permitido por Dios, sino querido.
El segundo no lo quiere de ninguna manera, sino que lo permite.
Por otra parte, la única forma de sufrir el mal moral, como tal, es cometiéndolo. Las consecuencias dañinas del mal moral para otros, que no son pecados, son males físicos.
El que comete un pecado, sabe que Dios lo ha permitido, sin quererlo de ningún modo, y que por eso ha ofendido a Dios y debe arrepentirse y pedir perdón.
El que sufre un mal físico, sabe que eso forma parte de la Providencia divina, en la cual siempre debemos confiar en cuanto a su resultado final.
La diferencia significativa entre permisión y querer divino se plantea solamente respecto del mal moral o pecado, porque sólo ahí hay permisión divina.
Y obviamente, un Dios que quiere el pecado como tal es imposible e inexistente, así que la diferencia es la que hay entre el ser y el no ser.
Saludos cordiales.
Saludos..
Buena pregunta.
Si la Iglesia te da libertad para asistir a Misa en una parroquia o en otra, lo que ayuda a tu santidad es que acudas a aquella que sea mejor para ti y tu familia.
En cambio, cuando es algo que no depende de ti, como quién es tu obispo, quién es el Papa, quién es el superior de un religioso, la Misa a la que asistes porque vives en un pueblo y no hay otra, etc., entonces todo eso es lo que Dios ha preparado para ti. Y Dios no se equivoca con ello. Quizá lo que Dios quiera es que el religioso, a base de ser fiel y ofrecer sacrificios por el superior modernista, sea ocasión para la conversión de ese superior. O quizá cuando un fiel sufre porque su obispo huye de toda confrontación con el mal, Dios quiere ayudar a ese fiel a confiar más en Dios y menos en los hombres porque eso es lo que ha necesitado siempre ese fiel, al que le falta fe y le sobran respetos humanos. No lo sé, pero Dios sí lo sabe y no se ha equivocado con nosotros.
Es el demonio quien nos susurra al oído que Dios se ha equivocado con el obispo que nos ha dado, con la mujer que nos ha dado, con los hijos que nos ha dado y nos dice que, si no fuera por ese obispo, por esa mujer, por esos hijos, tú tendrías un matrimonio estupendo, una familia feliz, serías santo... No es verdad. Dios nos quiere y no se ha equivocado.
En este sentido, todo lo que sucede en el mundo se puede dividir en dos únicas categorías: lo que depende de nosotros y lo que no depende de nosotros. En lo que depende de nosotros, tenemos que luchar hasta el martirio por hacer la Voluntad de Dios. Lo que no depende de nosotros siempre es la Voluntad de Dios para nosotros y un regalo, aunque nos haga sufrir; es la historia de salvación que Dios nos ha preparado precisamente para eso, para nuestra salvación. Los problemas con los que nos encontramos son "santos problemas", porque Dios los ha puesto en nuestra vida para que seamos santos y sin ellos no podríamos serlo. Es la paradoja de la Cruz.
Espero que ahora haya quedado más claro.
La elección de un Papa es una decisión prudencial de índole "política" personal. Es decir, se elige una persona. En cuanto persona, no se es malo o bueno, como es bueno o malo un acto. Por lo tanto, no puede decirse que Dios "permita" una persona en la misma forma que Dios "permite" un acto moral malo. Dentro del innúmero plexo de conductas que emanarán de esa persona, Dios ordenará todas ellas para el bien de los que lo Aman, eso es seguro. En ese orden, el viejo axioma "a algunos Papas Dios los elige, a otro los permite, a otros los inflige por los pecados".
Segundo, la decisión es prudencial. Eso quiere decir que no necesariamente hay un "candidato de Dios". Puede haber varias personas dignas del cargo, que pueden ser más convenientes en uno u otro aspecto. Vamos, un poco como elegir una novia o un cocinero o un profesor. Claro que una vez elegido, la persona en cuestión será la elegida (tautológicamente hablando) y por lo tanto Dios en su Providencia ordenará esa elección a sus fines.
Un papado pueder ser un castigo divino, entre otras cosas para ayudarnos a ser mas criticos con sus malas acciones. Prefiero que me pongan sobreaviso desde el principio sobre como fue el nuevo parroco que llega o Bergoglio en Buenos Aires, para que no me pille a contapie la AL o Lutero en el Vaticano ,
1) No, en el sentido de que Dios actúe coartando la libertad de los cardenales electores para elegir a “su candidato”
Dicho de otro modo: En la medida que los cardenales piensan como Dios. Al Papa lo elige el Espíritu Santo que es Dios. En la medida que los cardenales piensan como el hombre - del mundo democrático- al Papa lo elige el Mundo y sus intereses.
2) Sí, en el sentido de que es Dios quien confiere la misión de pastorear la Iglesia. Un Papa válidamente elegido no recibe su misión de manos humanas, sino del Espíritu Santo.
Un Papa, como un sacerdote, es válidamente elegido tanto si es un santo Hombre ante Dios; como si no lo es. Otra cosa es que el ingrato Papa pueda llegar a destruir la Iglesia que se haya confiado.
3) No, en el sentido de que, por obra del Espíritu Santo, sea elegido como Papa el más prudente, el más sabio o el más santo de los posibles candidatos
La prudente sabiduría y la santidad del hombre, por Dios elegido, no depende de sí mismo; sino de cómo el Dios creador infunde Espíritu Santo para que éste, en conocimiento de causa pueda saber discernir y juzgar.
4) Sí, en el sentido de que Papa que haya en cada momento es el que Dios te ha dado a ti y forma parte del designio amoroso de su Providencia para tu vida.
Vale siempre y cuando aceptemos que también haya habido Papas que elegidos por el Demonio y sus secuaces, hayan amado, o amen, más al Mundo que a su Dios.
Ciertamente: mis tropiezos, como los de Pedro a Cristo, no me vienen de los que piensan como Dios; sino de los que aprovechándose de mi debilidad piensan como el hombre que no es Dios.
La infalibilidad del Papa -ex cátedra- es infalible en tanto y cuanto no se haya demostrado que sí, es falible. Y por lo que a mi respecta sí que es infalible.
A Renzo: los accidentes o las catástrofes naturales son azares adversos. Una elecicón papal es eso, una elección. Humana. Voluntaria. No veo la comparativa en ambos casos.
A Antonio1: eso es lo que tú pensaste cuando eligieron a Ratzinger, y lo proyectas sobre los demás.
A Bruno: gracias.
Una vez legítimamente elegido, el papa lo es hasta el final, y por ello dispone de gracias especiales.
Dejando aparte la legitimidad de origen de su autoridad, en cada una de sus decisiones prudenciales puede acertar plenamente, errar plenamente o algo intermedio y discutible.
Si un papa dictamina formalmente contra la doctrina católica, de forma constante, plenamente informada y consciente, cae en ilegitimidad de ejercicio, pudiendo perder la autoridad (ha ocurrido en la historia).
Si un papa tiene opiniones extravagantes, o erráticas, o comete errores impropios de una autoridad de tal magnitud, o tiene comportamientos inadecuados, puede escandalizar a los fieles, lo cual es un pecado, tanto más grave cuanto mayor es la autoridad (la autoridad tiene obligación de mantener su dignitas), pero no necesariamente cae en ilegitimidad.
Este tipo de discusiones no las había leído jamás en la historia (al menos reciente) de la Iglesia. Eso también es significativo.
Pero es el papa. Aquí acierta Bruno: El Señor quiere que pasemos por un papa como Francisco, seguramente por nuestros pecados. Seguramente no, con total certeza.
Lamentablemente estamos comprobando que la promesa del Señor sobre su asistencia perenne está referida a su Iglesia, cualquiera que sea el papa de turno y los sacerdotes a su servicio.
La verdadera pregunta es ¿cuántos obispos están dispuestos a hacerle ver a Francisco que su suerte no puede ser mejor que la que tuvo el Señor?
En definitiva, necesitamos obispos católicos, valientes.
Me gusta pensar que soy un católico consternado en un mundo arriano, repleto de obispos arrianos, y de pronto, aparece un Atanasio levantando la luz de la fe católica. Rezo por ello.
La idea de las Tres Eras, que fue la utopía de Joaquin de Fiore, pretendía solucionar esto con un reinado en la Tierra del Espíritu (entiéndase Espíritu Santo) que sería el momento en que las mentes de Ramontxu y Renzo se abrirían a la luz. No obstante parece que el buen abad de Fiore, a pesar de todos los iluminados que le siguieron, no acertó. ¡Qué le vamos a hacer!
El destino, el sino, la buena o mala suerte no existen. Son supersticiones. Lo único que existe es la Divina Providencia. Todo lo que sucede está dentro de la Divina Providencia, y por ser de Dios, ya que Dios es Amor, toda Divina Providencia es amorosa.
Por muy horrible que parezca un suceso, por estar permitido por Dios dentro de su Divina Providencia, está lleno de su Amor. Por eso la famosa frase popular de que Dios saca bien del mal. Frase que piensa como Dios y no como los hombres.
El Señor sabe a quien elige, como eligió a Judas Iscariote como apóstol, incluso hizo hasta milagros, pero no confió en la misericordia de Dios, que inmediatamente le sería perdonado sus pecados. Al instante. Un corazón contrito, Dios no lo rechaza, pero un corazón engañoso, sale perdiendo
A lo mejor es que no lo he entendido Luis, pero en ambos casos se supone que hay acción, o inacción, divina, ergo siempre está la voluntad de Dios de por medio.
Lo que me es más dificil de entender es ese cheque en blanco que le firmáis a Dios de que cuando alguien falla, falla él solo, pero cuando acierta es la Gracia de Dios la que le hace acertar. Ya me gustaría tener esa cláusula en mi contrato pero al revés, cuando me equivoco es por voluntad de Dios y cuando no lo hago es sólo por mi mismo.
Yo deseo ver un Papa que, como Jesús en su tiempo, sea odiado hasta moiri por el mundo y sus intereses.
Un pastor de la Iglesia, sea sacerdote o elevado a obispo, etc., si tiene afición al deporte, a los bailes, a diversiones, y otros procederes de este mundo, se está alejando claramente de lo que Jesucristo le está pidiendo. Hay otros que sin tener verdadera vocación, suelen hacer mucho daño a la Iglesia Católica. Ridiculizar la propia vocación, la fe o a la Iglesia Católica, se está viendo en muchas partes.
El Espíritu Santo no puede justificar a los divorciados vueltos a casar, pero el diablo nuestro enemigo lo está haciendo siempre. Justifica cualquier cosa que no procede de Dios.
No entiendo su artículo del todo, le ruego me aclare.
Entonces ¿ustedes creen que el Papa no vale si no lo elige el Espíritu Santo? Y entonces ¿a este no lo eligió?
Y lo pienso y yo creo que esto de hablar en el avión es raro. Nunca lo ví a Papa alguno. Igual tienen razón y no es elegido. Además dice cosas que no están bien por lo que suelo leer en sus artículos de su respetado medio.
Les guarde muchos años con sincero cariño.
Creo que estamos de acuerdo en que la inmensa mayoría de los papas de la historia han sido Papas Ejemplares, pero parece haber consenso que se colaron unos pocos no tan buenos y esas son las que hacen evidente que los cardenales, siendo humanos, no siempre escuchan al Espíritu Santo, sino a otros intereses.
Antonio1:
Suplico nos compartas a que nuevos dogmas, modificaciones al catecismo, etc. ha aprobado el papa Francisco.
Gracias y pues a orar , confiar en que la promesa de Dios es cierta, aunque no nos quede claro la forma y el medio que utiliza .
Gracias también a los que comentan, por eso Infocatolica es referente de fidelidad al Magisterio de la Iglesia.
"un magnífico papa reformista como éste"; el actual papa no tiene nada de magnifico ni de reformista. francisco es puro gatopardismo, es decir, cambiar todo para que todo siga igual.
Así como un sacerdote, o un obispo es presentado -después de un discernimiento- para su ordenación por considerárselo "apto"... y después, ya sacerdote u obispo, puede ser bueno o malo... incluso traidor... Así también el Santo Padre, elegido legítimamente, es consagrado Papa para una misión que puede cumplir fielmente, o regularmente o malamente... es decir, puede traicionar su misión...
El respeto se debe a los Padres, sí... pero si los Padres se vuelven contra los mandamientos de Dios...
Vayamos a la historia: Si en la época arriana los cristianos no hubieran resistido a los malos pastores (obispos, cardenales y hasta algún Papa)... la Iglesia católica no existiría más... Seríamos todos arrianos.
¿Y qué pasa con el Papa Francisco? Creo que, con toda naturalidad, se puede decir que trata de cambiar la doctrina de siempre... la Amoris Laetitia es una clara muestra de ello. Y ni hablar en este intento de declarar al más dañiño de los herejes y cismáticos, como fue Lutero, un santo reformador de la Iglesia que hay que recibir...
A los cristianos les cabe la responsabilidad de defender la fe verdadera... no someterse a los malos pastores, sino mas bien resistirlos... ¿Cómo sabemos que son malos pastores? Porque intentan desviar a las ovejas del camino trazado por Jesucristo nuestro Señor.
Confundes voluntad con permisión. En el caso de los fenómenos naturales (ya lo hemos comentado alguna vez), forman parte de las leyes de la Creación. ¿Cuál puede ser el sentido de accidentes y enfermedades? tal vez que nuestra parte material (aunque llamada a glorificarse tras la muerte) está sujeta a las mismas leyes que el resto de la Creación de Dios, que es débil y finita, para que no nos ensoberbezcamos en nuestra carne, en la gloria de nuestro intelecto y nuestra voluntad. Igual valía tiene el alma de un no nacido abortado que la del que llega a los 100 años con salud. Cualquier día nos pueden pedir la vida, no nos aferremos a las cosas terrenas.
En cuanto al sentido de errores, decisiones humanas equivocadas, pecados... ya está más que explicado: Dios concede libertad a los hombres, y permite el mal. Es algo que la razón humana percibe, antes de Cristo y rechazando a Cristo. Encontrarle el sentido (o el sinsentido) al mal es penetrar no en la falibilidad de Dios, sino en la del hombre.
"Lo que me es más dificil de entender es ese cheque en blanco que le firmáis a Dios de que cuando alguien falla, falla él solo, pero cuando acierta es la Gracia de Dios la que le hace acertar. Ya me gustaría tener esa cláusula en mi contrato pero al revés, cuando me equivoco es por voluntad de Dios y cuando no lo hago es sólo por mi mismo."
La Gracia de Dios opera de modo diverso (no todos los hombres reciben la misma cantidad), pero precisa de la aceptación del hombre. Como Dios no puede promover al mal, porque es el Bien, y se negaría, es el hombre el que hace el mal cuando rechaza la Gracia. Y puede ser de forma plenamente consciente, o por error de juicio, más o menos culpable.
Eso no quiere decir que cada vez que el hombre obra el bien carezca de mérito, porque si no (nuevamente) la libertad no existiría. Cuando la persona se abre a la Gracia, es mérito suyo. Cuando coopera con el Espíritu Santo, es mérito suyo. Y aunque finalmente es Dios quien salva, es el hombre quien acepta esa salvación, y quien tiene la libertad para quererla o rechazarla. De otro modo, sería absurdo que Cristo hubiese dictado tantas enseñanzas morales, y consejos y actitudes para alcanzar la vida eterna. Se hubiese limitado a anunciar el Juicio y a pasar lista de los elegidos/predestinados. Por eso Lutero estaba equivocado.
Dices:
"Confundes voluntad con permisión."
¿Puede un ser perfecto e inmutable, omnisciente y omnipotente, permitir en contra de su voluntad?. Comprendo que las creaturas puedan obrar en contra de la voluntad de Dios, pero si Él lo permite (por el motivo que sea), esa es su decisión y se supone que Dios decide voluntariamente, no obligado por nada ni por nadie externo a Él. Así que en el caso de Dios, no veo que pueda haber ninguna diferencia entre permitir y querer.
Saludos.
Saludos."
Gracias a ti, Renzo, por tu amabilidad.
En el caso de la elección de las criaturas, a expensas de que alguien más versado que yo lo explique mejor, la razón por la que Dios permite que hagamos el mal, o no obremos el bien, es nuevamente la libertad querida por Dios. Las consecuencias de esa libertad pueden hacernos santos por medio de la Gracia, o hacernos pecadores contra Dios, contra nuestro prójimo o contra nosotros mismos. No se entiende que Dios (con mucha frecuencia) permita el mal de unos hombres contra otros, haciendo sufrir un hermano a otro. Podría impedir todo mal con su simple voluntad. Pero la libertad que nos otorga nos da un poder que no tiene ninguna otra criatura. Él quiere ser amado libremente, y libremente rechazado. Para mí, eso es un misterio.
Un misterio, pero no una incoherencia. Si permitió que su Hijo fuese torturado y martirizado cruelmente, es obvio que su regla de la libertad de amor (y de las consecuencias del odio) es para todos.
Saludos.
Véase la parábola del hijo pródigo.
Saludos.
Llamarle misterio no deja de ser un subterfugio para tratar de salir del atolladero donde les mete la palmaria realidad y su imposible encaje con la omnibenevolencia de Dios.
Saludos.
en los textos escritos de Maria Valtorta (evangelio apócrifo), se describe que cuando Judas se acercó a Cristo al inicio de su vida pública, Cristo mostró cierta resistencia a que Judas se incorporase al grupo de quienes iban a ser sus apóstoles. Esto mostraría que Judas no fue precisamente elegido por Cristo. Estamos hablando, naturalmente, de textos apócrifos, pero que en parte, nos dan cierta luz para comprender lo que sucedió después.
Citar a otras personas haciendo como si el comentario fuera suyo no está permitido.
Poner un comentario tras otro en lugar de decir lo que tenga que decir en un comentario no está permitido.
Realizar citas larguísimas de textos disponibles en Internet en lugar de poner un enlace no está permitido.
Citar a José Manuel Vidal como si fuera un padre de la Iglesia... No es que esté prohibido, pero quita cualquier credibilidad a sus opiniones.
Saludos.
Gracias por su comentario. Las mayúsculas, en Internet, se interpretan como gritar, así que en general es mejor no usarlas.
Por otra parte, José Manuel Vidal es conocido por rechazar todo lo que sea católico.
Saludos.
Y es este punto que los enemigos de la Iglesia estàn tratando de destruir, tanto de dentro como de afuera!!
Ojo no estoy absolutamente en contra de los que opinan que nuestro PAPA se equivoca ,respeto la opinion,pero acusarlo de todo en cada intervento,es el colmo ,y creo que siguiendo el consejo de San Roberto...no soy papalatra..ni estoy practicanto papalatria acusacion comun hoy en boga entre "Catolicos"
Gracias nuevamente y disculpe si ofendì a algunos!!
Declaraciones como las de Kiko Argüello en las que pone a Francisco POCO MÁS COMO EL MEJOR PAPA QUE LE HA PODIDO TENER LA IGLESIA, son de un sinsentido escandaloso, PORQUE OH MIENTE DESCARADAMENTE, o es un negligente que vive tan encerrado en su inspiración que es la realidad.
Porque una cosa es dejar a las 99 ovejas por la Oveja Perdida que clama desesperada por encontrar a su pastor y al rebaño.... OTRA MUY DISTINTA, es la locura de dejar el rebaño por los lobos disfrazados de corderos, QUE LE LLAMAN BIEN AL MAL Y MAL AL BIEN. Que celebran Matrimonios Homosexuales y que también ordenan OBISPAS Mujeres y que además son Lesbianas. Una Iglesia disque Luterana, que el mismo Lutero QUEMARÍA por usar su nombre para tales aberraciones, que nuestros hermanos protestantes como Jesus Adrian Romero o Marcos Wit por ejemplo, NO PISARÍAN NI OBLIGADOS.no a la aplastante realidad.
Mientras reconozca que Francisco es Papá y mientras no contradiga NADA de lo que diga ExCathedra, creo que puedo opinar libremente del desastre que es este Papá.
Que es moverse al limite, pues este papa hace rato que rebasó los límites de mi magisterio, y convertido el papado, en la posición para realizar sus antojos o su trasnochada visión de las cosas.
1Debe decir: QUE NO ES LA REALIDAD
2Debe decir: DE SU MINISTERIO
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¿Esto quiere decir que se hace co-rresponsable de sus actos?
En cuyo caso no creo que en tal sentencia se resuma "toda la enseñanza de la Iglesia".
Como le decía a Ramona, las mayúsculas, en Internet, se interpretan como gritar, así que en general es mejor no usarlas.
Como se puede ver aquí:
http://www.w3schools.com/tags/tag_strong.asp
"Luis, el punto es que, por ser Dios, "no hay diferencia entre permitir y querer", y no es aplicable a quien no es perfecto, omnisciente y omnipotente."
El punto es que esa afirmación tuya, al menos expresada en esos términos, no es la del Dios revelado en los Evangelios, como muestra la parábola que te he citado (para más señas, Lucas 15, 11-32).
Una cosa es que Dios conozca todo lo ocurrido y por ocurrir, y otra que, en relación a la consecuencia de la libertad moral, cualquier cosa que el hombre en su libertad decida sea, realmente, un designio de Dios. Lo cual nos llevaría a decir que, puesto que el hombre realiza también el mal, Dios quiere también el mal, lo cual se da de tortas con toda la teología cristiana.
Resulta más coherente afirmar que Dios "permite" o "tolera" la elección equivocada, o torcida. Y la razón de ellos sí puede argüirse de misterio. No en sentido de magia, sino de significado que no podemos comprender en su totalidad.
Tal vez se trata simplemente del sentido que le queramos dar a la palabra "querer". Entraríamos en un campo de precisión en la terminología filosófica cuya sutileza se me escapa, pero que seguro que Néstor Martínez, Eudald Forment o José Miguel Arráiz te explicarían mejor que yo.
Mi limitado conocimiento en el tema no quiere decir que la Iglesia no tenga una explicación razonable a ello.
Saludos.
Las tormentas etc es todo fruto del pecado del hombre. Antes del cual nada de eso había
Sobre todo en los paises latinos somos muy dados a interpretar que un desacuerdo, una llamada de atencion o la denuncia de un hecho concreto de un superior es una falta de respeto. Nada hay mas lejos de ello. El mismo Xto puso a parir (valga la expresion) a las autoridades religiosas y civiles de su tiempo y nos exije llamar la atencion cuando y como proceda ante el error y, ... qué mayor error que los que se refieren a la fe y a la moral?. ¡Es deber de conciencia hacer oir nuestra voz en casos semejantes!
Nada más falso que info Vaticana y sus irresponsablidades.
Me confunde el comentario de José María Iraburu que tanto aprecio diciendo que no solo permitido sino querido. Esto me recuerda a la supuesta voluntad de Dios de otras religiones defendido por...
Agradezco el enlace puesto por Luis Fernández y que creo que sí son lúcidas las declaraciones de Ratzinger como siempre.
Al final hay que llamar al que dice una herejía por su nombre, hereje sea quien sea y el que no quiera ver que en Amoris Laeticia hay una herejía formal querida llevar a magisterio en el
Acta Apostolicae Sedis (AAS 10 (2016), 1074) es que no quiere verlo. Que tu sí sea sí y tu no sea no.
No sé si entiendo bien el comentario.
La respuesta, hasta donde puedo ver, es clarísima: según lo que se esté preguntando.
Al Papa lo elige el Espíritu Santo en el sentido de que proporciona sus dones a los cardenales para que lo elijan (si quieren recibirlos) y en el sentido de que, sea quien sea el elegido, ese es el Papa (o el obispo, o el párroco o el padre) que la Providencia ha querido que tengas en tu vida. Y la Providencia no se equivoca: si lo ha querido o permitido es, entre otras cosas, por amor a ti.
Y al Papa evidentemente no lo elige el Espíritu Santo en el sentido de que los cardenales escojan necesariamente al mejor, al más preparado, al más santo o al que pueda arreglar este o aquel problema de la Iglesia ni tampoco en el sentido de que el Espíritu Santo actúe infaliblemente a través de los cardenales.
Nada tiene eso que ver con ser conciliador: la respuesta es compleja porque el tema es complejo. Si hay algo erróneo en la argumentación, señálese, pero las descalificaciones generales no añaden nada.
En cuanto a Amoris Laetitia, no sé qué tiene que ver con este artículo, pero InfoCatólica en general y el Blog Espada de Doble Filo en particular es probablemente el lugar en el que más se han combatido los errores presentes en esa exhortación. Solo en este blog habrá un centenar de artículos sobre el tema.
Creo que Papa sólo puede haber uno, no dos. Y siguiendo a San Malaquias y su profecía sobre los Papas, así como las revelaciones de Garabandal y otras, Benedicto XVI era el último verdadero Papa.
Dios vela siempre para que no nos carguemos del todo su obra lo que sería irremediablemente fatal para nosotros.
Oh Jesús mío, perdónanos, libranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu divina Misericordia. ¡Amén!
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