Ríos de lágrimas
Pocas cosas hay que me molesten más que esa idea de que “debemos ser cada día un poco mejores”. No es que sea algo malo, pero sí algo meramente humano. Es de un pelagianismo que asusta. Podía tener algún sentido en tiempos en los que se presuponía una vida cristiana decidida como marco de la misma, pero me temo que actualmente lo que hace es sustituir la gracia por el esfuerzo humano, olvidar la conversión a Cristo en favor de una difusa buena voluntad, transformar la esperanza en mero optimismo y reducir la santidad a ser “un poco mejores”.
¡No! Los cristianos no aspiramos a ser buena gente, personas simpáticas y solidarias. ¡Es muchísimo más que eso! Estamos llamados a ser santos, que es algo que supera por completo las fuerzas humanas y que, en muchos casos, hará que seamos considerados antipáticos, insolidarios y mala gente. Por eso no basta la buena intención, necesitamos ayuda de lo alto. Y también por eso, pocas cosas ayudan más a entender lo que es verdaderamente la Cuaresma que la liturgia que la Iglesia nos regala estos días. El otro día, rezando laudes según la forma extraordinaria, me quedé un buen rato pensando admirado en lo que decía el himno:
Jesucristo, sol de salvación,
brilla en lo profundo de las almas,
mientras, expulsada la noche,
renace el día para el mundo.
Ésta es la idea verdaderamente cristiana. Lo primero no es hacer buenos propósitos, ni planes y tablas de ejercicios para mejorar en esta Cuaresma. Antes de que haya luz, lo primero que uno debe hacer es poner los ojos es en el verdadero sol que es Jesucristo, porque necesitamos desesperadamente que expulse la tiniebla que hay en nosotros. Sin él, nada podemos, del mismo modo que cuando no hay luz no podemos trabajar. Como el centinela espera con ansia la aurora, nosotros esperamos a Cristo.
Tú que nos das este tiempo oportuno,
Danos también ríos de lágrimas
que laven el corazón, como víctima abrasada
Por una caridad llena de gozo.
Más que ninguna otra cosa, la Cuaresma es un regalo de Dios para nosotros. Es el tiempo oportuno de salvación, de gracia. Aunque siempre es posible convertirse, Dios, que nos ha creado y nos conoce, sabe que necesitamos momentos especiales que nos ayuden a hacerlo. Éste puede ser mi momento. Ésta puede ser mi Cuaresma, la Cuaresma en la que por fin me convierta del todo a Dios.
Ojo a lo que se dice: ríos de lágrimas y un corazón abrasado. El objetivo de la Cuaresma no es intentar ser un poco mejores, ni tampoco reconocer que alguna falta tendremos, como todo el mundo, porque nadie es perfecto… sino un arrepentimiento tan profundo que sólo puede ser obra de Dios. ¿Cuándo fue la última vez que lloré por mis pecados, si es que lo he hecho alguna vez? Los ríos de lágrimas, como los que brotaron de los ojos de Pedro, son también un don de Dios. Dios puede y quiere darnos un corazón totalmente transformado por la gracia, que pueda decirle “tus torrentes y tus olas me han arrollado” y que se entregue totalmente a él, como una ofrenda de sacrificio quemada y abrasada en el altar. Culpas reconocidas y confesadas, pero borradas por la inmensa compasión de Dios. ¡Qué distinto de “ser un poco mejores”!
De esta fuente brotaban los pecados,
más de ella fluirán perennes lágrimas,
si la vara de la penitencia
golpea el corazón endurecido.
A nuestra época le repugnan el ayuno, la abstinencia y las penitencias cuaresmales, y, precisamente por eso, es la más necesitada de esas prácticas. Estamos dormidos en nuestra comodidad y nuestro aburguesamiento y necesitamos despertar. Por eso resulta muy oportuno que el himno nos escandalice con este lenguaje tan fuerte y tan políticamente incorrecto: la penitencia como una vara que golpea nuestro corazón.
Reconozcámoslo, tenemos el corazón endurecido. Como una piedra. Somos capaces de mirar a nuestro vecino y ver sólo su exasperante costumbre de cotillear nuestro correo, de hacer ruido por las noches o de fumar en el ascensor, en lugar de contemplarle con el corazón misericordioso de Cristo, que descubre que está sólo, perdido, sin esperanza y que necesita desesperadamente que alguien le hable de Dios y le quiera como Dios le quiere. Cuando nos tratan mal, lo que sale de nuestro corazón es la violencia, sale masá y sale meribá, tentación y querella, en lugar del amor al enemigo que es obra del Espíritu Santo. Por eso Dios quiere abrir nuestros corazones de piedra con su Palabra y, cuando estamos sordos a esa Palabra, conviene que, como Moisés con su vara, nuestro corazón sea golpeado con el ayuno y la penitencia, para que se abra de una vez y de él pueda brotar un amor que es imagen y semejanza del amor del Corazón de Cristo.
Ha llegado el día, tu día,
en el que todo vuelve a florecer.
Alegrémonos también nosotros
pues tu diestra nos ha vuelto al buen camino.
Es estupendo. El himno nos anima ahora, simplemente, a que abramos los ojos. Estamos en primavera (al menos en el hemisferio norte, claro) e innumerables plantas a nuestro alrededor empiezan a florecer, los árboles tienen nuevos brotes, la tierra reverdece… como una señal cósmica de lo que Dios quiere hacer con nosotros: Regar nuestra tierra seca y estéril, para hacer que vivamos de nuevo los que estábamos muertos. Nos quejamos de que Dios no nos habla, cuando el mundo entero es un mensaje de conversión para nosotros. “Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola” (Ct 2,11-12).
El universo, postrado, te adora,
Oh Trinidad clemente,
y nosotros, renovados por la gracia,
un nuevo canto cantamos.
Es una imagen impresionante. El universo entero, con sus galaxias, sus agujeros negros, sus soles y planetas, se postra, humildemente y en silencio, como un siervo, ante la Trinidad. Y, en ese silencio sobrecogedor, se escucha el canto nuevo de los redimidos por Cristo. Como decía San Agustín, el hombre nuevo, transformado por la gracia, renovado, convertido quizá en esta Cuaresma, es el que puede cantar un canto nuevo a Dios, con sus labios y con su vida entera.
44 comentarios
El original es éste:
O sol salutis, intimis,
Jesu, refulge mentibus,
Dum, nocte pulsa, gratior
Orbi dies renascitur.
Dans tempus acceptabile,
Da lacrimarum rivulis
Lavare cordis victimam,
Quam laeta adurat caritas.
Qua fonte manavit nefas,
Fluent perennes lacrimae,
Si virga poenitentiae
Cordis rigorem conterat.
Dies venit, dies tua,
In qua reflorent omnia:
Laetemur et nos, in viam
Tua reducti dextera.
Te prona mundi machina,
Clemens, adoret, Trinitas,
Et nos novi per gratiam
Novum canamus canticum.
A Dios rogando y con el mazo dando.
Un tema inagotable para el debate lo de Gracia y libertad.
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_31101999_cath-luth-joint-declaration_sp.html
Pongo un texto:
37. Juntos confesamos que las buenas obras, una vida cristiana de fe, esperanza y amor, surgen después de la justificación y son fruto de ella. Cuando el justificado vive en Cristo y actúa en la gracia que le fue concedida, en términos bíblicos, produce buen fruto. Dado que el cristiano lucha contra el pecado toda su vida, esta consecuencia de la justificación también es para él un deber que debe cumplir. Por consiguiente, tanto Jesús como los escritos apostólicos amonestan al cristiano a producir las obras del amor.
38. Según la interpretación católica, las buenas obras, posibilitadas por obra y gracia del Espíritu Santo, contribuyen a crecer en gracia para que la justicia de Dios sea preservada y se ahonde la comunión en Cristo. Cuando los católicos afirman el carácter «meritorio» de las buenas obras, por ello entienden que, conforme al testimonio bíblico, se les promete una recompensa en el cielo. Su intención no es cuestionar la índole de esas obras en cuanto don, ni mucho menos negar que la justificación siempre es un don inmerecido de la gracia, sino poner el énfasis en la responsabilidad del ser humanos por sus actos.
"Sí, pero no hay que fiarlo todo a la Gracia."
Aunque parezca mentira, eso, dicho así, es semipelagianismo. A la gracia hay que fiarlo todo. Absolutamente todo. No hay dos campos, el de la gracia y el de las obras, sino uno sólo: el de la gracia. Frente al herético sola fides de Lutero, la Iglesia siempre ha enseñado el sola gratia.
El "truco" está en que ese fiarlo todo a la gracia no excluye las obras del hombre ni su libertad, sino que las incluye. La Iglesia enseña que Dios mismo nos mueve con su gracia a hacer obras que tienen valor eterno. Nosotros cooperamos o no con esa gracia de Dios y hacemos o no esas obras, pero la gracia está ahí desde el principio, previniendo, actuando y recompensando.
Ya sé que eso es lo que querías decir, pero me ha parecido conveniente dejarlo claro, para no llevar a nadie a error.
Saludos.
Últimamente estoy pugnando por conseguir un Devocionario - Misal de Rito Extraordinario del Padre Riviera jaja ¿vienen ahí las laudes y vísperas que tú lees (ya que dices en Forma extraordinaria)?
La verdad es que me encanta orarlas siguiendo el ejemplo del Santo Padre en su Verbum Domini... pero como las tengo que ver en el ordenador, gran cantidades de veces las incumplo, porque no me da tiempo por la mañana antes de ir a la facultad. Preferiría un libro y así poder rezarlas en el autobús.
¿Conoces tú como buen librero jaja alguno que sea acsequible para un joven estudiante? :)
Es complicado de entender, a mi me ha costado más de 20 años de vivir la fe. Pero es un don maravilloso cuando se descubre. Toda la vida me la he pasado intentando hacer obras buenas, como para justificar mi buen cristianismo.
Sin embargo, de la rectitud de corazón y del deseo de hacer en todo la voluntad de Dios, brotan en tu vida (casi involuntariamente) las obras. Pero no las que tú pensabas que podías hacer, sino otras mucho mayores de lo que ni siquiera eres capaz de imaginar. Porque están impulsadas y sostenidas por el Espíritu Santo.
Saludos.
Todo es Gracia, como cae el telón del Cura rural de Bernanos.
"¡Conviértete! —clama el grito de guerra interior, sobre el pórtico de la Cuaresma.
¡Conviérteme y me convertiré! —contesta el cristiano, doblando la apuesta, no en monto, sino en dirección. Y el Señor no menea la cabeza, como diciendo: uno les da la mano y le toman el brazo... No. Su Brazo poderoso asume gustoso el protagonismo de la Cuaresma. Yo, el Señor, lo digo y lo hago. Yo te convertiré al Evangelio. Si tú aceptas que Yo lo haga..."
"Con ambos brazos estirados, y un cerrado regalo nimbando entre las yemas de sus dedos, Dios nos extiende la Cuaresma, nos regala la conversión. Y con divinas ansias, anhela que, sin miedo ni desconfianza, sin traumada lectura ni retorcido análisis, con la simpleza y candor de un niño, lo aceptemos, desenvolvamos, agradezcamos y disfrutemos. Es el arte de la irresistencia.
Es que, tal vez, la vida cristiana no trate de mucho más que de eso: de saber reaccionar ante un regalo..."
Tu frase "La Cuaresma es un regalo" me ha hecho acordar a este articulete, muy en sintonía:
http://www.facebook.com/home.php#!/note.php?note_id=190189067686465
(ya parezco Higinio, en lo autoreferencial, digo).
Al rato de estar allí observe que los chicos tienen una costumbre al entrar: pasan tocando el busto de Don Bosco y después se percinan antes de pasar al interior del colegio. El sacerdote notó que yo estaba observando el "modus operandi" de los alumnos pero no me dijo nada.
De pronto paró a uno de los chicos que acababa de hacer lo que describo, un niño como de unos diez años, y le preguntó en voz alta, para que yo lo oyera sin ninguna duda:
- ¿Hijo, has traído tu tarea?
El niño se asustó un poco y le contestó:
- Se me olvidó en la casa, Padre.
El viejo sacerdote se rió y le volvió a preguntar:
- ¿Para que tocas a Don Bosco?
- Para que me vaya bien este día en el colegio, padre.-Contestó de nuevo el niño-
- Don Bosco va a hacer su parte ¿porqué no hiciste tu la tuya? No se te olvide: ¡Tocando al santo y haciendo la tarea! ¡Tocando al santo y haciendo la tarea!
;)
No dicen nada de ser mejor que nadie. Otra cosa es que el tema no te interese o incluso te moleste.
¿Que tú no tienes el corazón endurecido? Yo , para mi desgracia, sí.
A mí sí me gustaría que esta fuera la Cuaresma de mi conversión. La última parte del himno, y la exposición de Bruno son magníficas.
Y eso a que es debido, a que te sientes superior a los demás por ser católico, por ser un elegido para ser santo?????
No lo dice, pero se desprende al leer, que como se mortifica con la cuaresma y demas privaciones, es mejor que los demas, porque no es un hedonista, ni un disoluto ni un relativista.....
¿Qué se dice por ejemplo de esa expresión que oigo: "Cuando hacemos las cosas bien, y otras veces no tan bien (por no decir "hacemos las cosas mal")?
Totalmente de acuerdo.
Si ves alguna "competitividad" (que creo que es el registro en que casi siempre te mueves), es con nosotros mismos, no con los demás.
Eso no quita que alguno lo vea así...
Ser Santos es una llamada Universal para la Humanidad.
Ser Santo no te hace "mejor" que los demás. La dignididad de que cada ser humano es intocable.
Ser Santo tampoco "te hace mejor" a los ojos del Padre. Es decir, por ser santo no te va a Amar más.
Ser Santo lo que es es básicamente ser plenamente un buen Hijo de Dios. Alguien que verdaderamente corresponde a su solicitada llamada de Padre. Que hace la Voluntad suya y escucha la Palabra de su Hijo y da fruto.
Si hay alguno que se cree mejor por ser "más ayunado, más orado y más limosnado" que los demás... Entonces créeme que le falta para ser santo. Porque una de las virtudes de los santos es: HUMILDAD.
Yo no quiero ser santo por lo que te he dicho antes: me voy a convertir en una especie de super hombre o en el ojito derecho de Dios...
Yo quiero ser santo, porque quiero verdaderamente cumplir en mi Vida su Voluntad (aunque me cueste tanto y sea tan desobediente)
Para los que sean católicos mas bien.
La dignidad de que cada ser humano es intocable.
Perfecto, de acuerdo.
Ser Santo lo que es es básicamente ser plenamente un buen Hijo de Dios.
Lo contrario te convierte en un mal hijo de dios???
Yo quiero ser santo, porque quiero verdaderamente cumplir en mi Vida su Voluntad (aunque me cueste tanto y sea tan desobediente)
No, tu quieres ser santo, para ser mejor persona, no para contentar a un ser extraño y raro cuanto menos.
En serio, su mania de tergiversar los comentarios o a los articulistas, es curiosa.
Solo te voy a contestar a una de tus frases jaja
A ver razonemos... Si un hijo no hace la voluntad de su padre, sino que lo desprecia... ¿Es un buen hijo?
Pues lo mismo con los santos. Si uno no hace la Voluntad de su Padre Celestial... ¿es un buen Hijo?
Ahora ya te digo. Tú puedes pisotearle la cara a Dios todos los días, que Él te amará SIEMPRE Y CON TODO SU CORAZÓN, seas santo, pródigo o descarriado. Pero eso no quita que si no haces caso a su Voluntad seas calificado como "mal Hijo"... ya que el mismo Dios en la parábola del Hijo pródigo dice: "Este hijo mío, estaba muerto y ha vuelto a la vida" (con su arrepentimiento)
Un saludo, guerrero de la blogosfera jaja
Un espíritu contestatario en cierto sentido es bueno, porque te hace buscar la Verdad por encima de todo. Espero que aprendas a usarlo con humildad y sencillez y así dejes hacer en ti lo que el Señor desea.
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-¿Será verdad que el Universo es un todo vivo que crece y crece; que se conmueve con el latir del corazón del hombre?
-Un día me dijo alguien muy a tener en cuenta cuando se le conoce, que el hombre es el mayor generador de energía que existe; Y que cuando éste peca genera tanta energía negativa que pone una estrella en el firmamento.
-Y porqué una estrella le pregunté.-
-Porque cuando se peca se oscurece la luz del ser. Y ésta, de así fluida y brillante, se torna apagada, opaca y dura como un diamante. Las estrellas son de carbono puro, luz refractada. El carbono es tan duro como la muerte es.- Me respondió
-
-¿Son, pues, las estrellas de este Tiempo limitado de oscuridad y muerte, la frontera oscura que separa al hobre de la Luz divina del infinito Espacio?- Insistí
- Así es- me dijo.
-Y yo, terriblemente asustado, lloré durante muchos días. Hasta que mis estrellas, las que a mi me oscurtecían se quemaron y se disolvieron. Y nada quedó de ellas, porque eran de carbono puro.
Y libre de aquel oscuro velo, pude ver lo que había fuera de este Tiempo limitado de oscuridad y muerte. Allá en el infinito Espacio de Luz y de Vida.
Depende de como sea el padre, además si no existiera la rebeldia contra lo establecido, creo que nunca hubieramos avanzado como personas.
Si uno no hace la Voluntad de su Padre Celestial... ¿es un buen Hijo?
Pues serás tu el que tiene un padre celestial, porque yo solo conozco a un padre, que tiene mucho de terrenal y poco de celestial.
O sea que por santos pantalones hay que hacer lo que dice tu dios, aunque seas hinduista, taoista, ateo, musulman, animista...o sea eso se llama libre albedrio.jajajajajaja.
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¿Hemos "avanzado como personas"? ¿A qué llamas "avanzar como personas"?
Sí, parece que Dani te conoce bien...
Si el hijo desprecia al padre, es un mal hijo. Y si además resulta que el padre es despreciable, es que se trata de un mal padre. El buen hijo, si sabe que su padre es malo y le pide hacer cosas malas, no le obedecerá... PERO LE RESPETARÁ. Eso es ser un buen hijo.
Sobre el libre albedrío, estás muy equivocado. Es la libre elección del hombre entre hacer la Voluntad de Dios en su vida o hacer su propia voluntad.
Dios te deja totalmente libre para elegir el camino del Bien o el camino del Mal. Siempre es así de Bueno. ¿Tú le rechazas? Pues es gracias a que Él te ha dado la libertad de hacer con tu vida lo que desees. ¡Ahora después no te quejes! jajajaja
Que como decía Ezequiel: "Os he pueso delante agua o fuego, muerte o vida. Escoged"
Muchos budistas, taoistas, musulmanes... Escogen hacer la Voluntad del Padre (porque escogen hacer el Bien) aunque no le conozcan o no le hayan podido conocer por circunstancias humanas y por consiguiente la Iglesia (en el Catecismo lo puedes leer) les reconoce que Dios tendrá Misercordia con ellos y podrán gozar de la Vida Futura.
Si tú no quieres creer, me parece estupendo :) Pero si desconoces la Doctrina Católica, ¿qué sentido tiene que se discuta contigo?
Más hondo que nuestro "nadie da lo que no tiene" es este "nadie realiza lo que no recibe".
Cuando lo hagas, si no te causa demasiado stress, también podías responder a la siguiente pregunta: ¿por qué es deseable ser buena persona? O bien ¿qué ventajas me trae ser buena persona?
Un saludo muy cordial.
Cuando dejas a un lado los sentimientos negativos, tales como egoismo, ira, avaricia, que te hacen ser infeliz, y dejas que los sentimientos positivos te recorran que hacen que te sientas feliz, eso hace que avances como persona, porque sino no eres mas que un animal racional.
¿por qué es deseable ser buena persona? O bien ¿qué ventajas me trae ser buena persona?
Supongo que ya te he contestado con lo anterior, sin embargo te digo, que es deseable ser buena persona, porque tendrás una vivencia agradable y una convivencia tambien agradable, de lo contrario tu mera existencia se torna insoportable.
Espero haber respondido a tus ansian de respuesta.
:)
Iba a hacerte un par de preguntas más, pero me lo he pensado: no tengo mucho tiempo y, además, casi me imagino lo que me ibas a contestar. De todos modos, considero un mérito muy grande por tu parte el estar pendiente de un blog como este, no sé si con el propósito de hacer de sus lectores "mejores personas" o bien con el propósito de encontrar alguna respuesta a preguntas que quizás te estés haciendo en tu vida (y que de ninguna manera te atreves a plantear aquí). En cualquiera de los casos, el propósito es loable. Ánimo, y, si me lo permites, rezaré por tí y tu familia.
Un saludo muy cordial.
Siento que te hayas llevado una impresión equivocada de mi...
Creo que muchos tienen esa impresión de tí, Johan, que estás buscando aunque te retuerces para aparentar que no es así. Pero ya sabes, es subjetivo
Sin embargo, no te creas que la impresión es tan equivocada. Has nombrado un par de pecados capitales de forma espontánea, y has dicho que tu experiencia es que, cuando caes en ellos, te sientes infeliz. No está mal para empezar. Lo que te quería decir es que todos somos muy parecidos y buscamos lo mismo. También por tí murió Jesucristo, amándote hasta el límite, tal y como eres, es decir, sin esperar a que te conviertas en "mejor persona.
Te reitero mi ánimo y mi propósito de oraciones.
Un saludo muy cordial.
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