Traducción de Letter to the Catholic Academy
Uno de vez en cuando se aísla del mundanal ruido en un archipielago que el lector tiene aquí cerquita. Yo confiteor que no suelo ser lector habitual del New York Times que el Padre Zulhsdorf tiene a bien llamar Hell’s bible (la biblia del infierno), por tanto no conocía las óptimas columnas que redactaba Ross Douthat, quien poco menos que se ha ganado la enemistad de la progresía eclesial Estadounidense. Solo por eso ya merece atención. Pero hay más.
Resulta que se acaba que se acaba el Sínodo. Sínodo que Mister Douhat ha seguido, denunciado y comentado en todo momento. Pues bien. Un día el editor se encuentra una carta, firmada por docenas de personalidades eclesiales norteamericanas, muchos de ellos académicos, pidiendo su cabeza. Esta es su respuesta y creo que puedo sumarme sin pestañear a todo lo dicho por él. Good reading.
Carta a la Academia Católica
¡Mis queridos profesores!
Leo con interés su muy-difundida carta a mis editores esta semana, en la que objetaba a mi cobertura de controversias Católicas, se quejaban de que estaba haciendo acusaciones infundadas de herejía (¡tanto “sutiles” como “abiertas”!) y deplorado la disposición de este periódico para dejar opinar en debates intraeclesiales a alguien sin formación teológica a alguien que no tiene formación en la misma. Me han impresionado mucho las docenas de nombres académicos que han firmado la carta en la web Daily Theology, y en instituciones distinguidas (Georgetown, Boston College, Villanova) representada en la lista.
Tengo un gran respeto por su vocación. Dejenme explicarme la mia.
Un columnista tiene dos tareas: explicar y provocar. La primera requiere dar a los lectores un sentido de lo que se juega en determinada controversia, y por qué debería tomarse un momento de su atención fragmentada. La segunda demanda una toma de posición clara en dicha controversia, para mejor dibujar los sentimientos (solidaridad, estimulación, rabia ciega) que convence al lector para leer, volver y volver a suscribirse.
Espero que podamos estar de acuerdo que las controversias actuales en la Iglesia demandan a gritos una explicación. Y no solo para los católicos: el mundo está fascinado -como debería- por los esfuerzos del Papa Francisco para redibujar nuestra Iglesia. Pero los principales partidos en las controversias de la Iglesia tienen incentivos para rebajar el tono de lo que se juega. Los Conservadores no quieren admitir que este cambio disruptor pueda incluso ser posible. Los progresistas no quieren admitir que el Papa puede estar llevando a la Iglesia a una crisis.
Así que en mis columnas, he intentado esclarecer esas ofuscaciones hacia lo que parece una verdad básica. Hay una división muy arriesgada, en los niveles más altos de la Iglesia, sobre si admitir a los divorciados vueltos a casar a la comunión, y lo que ese cambio significaría. En esta división, el Papa claramente se inclina hacia una visión liberalizadora y ha maniobrado consistentemente para avanzar en esa dirección. En el reciente sínodo, ha recibido un modesto pero significativo revés por los conservadores.
En primer lugar porque si la Iglesia readmite a los vueltos a casar a la comunión sin anular –mientras se instituye un proceso más rápido, sin culpas, para obtener una anulación, como se supone que haga el Papa- la antigua enseñanza Católica de que el matrimonio es “indisoluble” se vaciaría de contenido.
En segundo lugar, porque cambiar las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio de esta manera significaría deshacer el conjunto de la visión Católica de la sexualidad, el pecado y los sacramentos –rompiendo la relación entre confesión y comunión, haciendo que el amancebamiento, las uniones del mismo sexo y la poligamia sean perfectamente aceptables para la Iglesia.
Ahora bien, esta es meramente la opinión de un columnista. Así que he escuchado atentamente lo que los teólogos acreditados han dicho sobre la liberalización. Lo que he oído son tres puntos clave. El primero es que estos cambios son “pastorales”, no “doctrinales”, y que mientras la Iglesia diga que el matrimonio es indisoluble, no pasa nada grave.
Pero esto es como decir que China no ha tenido una revolución de mercado porque sigue siendo gobernada por quienes se definen como Marxistas. No: en política como en religión, una doctrina vaciada en la práctica está vacía del todo. Diga lo que diga la retórica oficial.
Cuando se comenta esto, los reformadores giran en torno a la idea de que, tal vez, los cambios propuestos son, efectivamente, doctrinales, pero que no todas las doctrinas son igual de importantes, y que de todas maneras, la doctrina Católica ha evolucionado con el tiempo.
Pero se supone que el desarrollo doctrinal profundice las enseñanzas de la Iglesia, no revertirlas o contradecirlas. Esta distinción da pie a muchas áreas grises, de hecho. Pero borrar las palabras del mismo Jesús en el no-exactamente menor tema de los matrimonios y la sexualidad ciertamente parece un retroceso importante en vez de un cambio orgánico, que profundice la doctrina.
En ese momento llegamos a un tercer argumento, que aparece en su carta: no comprendes, no eres un teólogo. Claro que no. Pero tampoco se supone que el catolicismo sea una religión esotérica, que sus enseñanzas solo sean accesibles a unos adeptos académicos. Y la impresión que deja este “blanco móvil”, me temo, es que algunos reformadores minimizan su posición real para ganarse a los conservadores gradualmente.
¿Cuál es esa posición real? Que cualquier cosa católica puede cambia con los tiempos y “desarrollar” doctrina solo significaría seguir a la Historia, sin que importe mucho el Nuevo Testamento que se deja atrás.
Como he dicho antes, la tarea del columnista es la de ser provocativo. Así que tengo que deciros, abiertamente y sin ser sutil, que esa visión parece una herejía por cualquier definición razonable del término.
Puede ser que los herejes de hoy sean profetas, la Iglesia será revolucionada, por supuesto, y mis objeciones serán enterradas con el resto del conservadurismo católico. Pero si eso ocurre, será por una lucha dura, no solo dulces palabras y académicos tirando de rango. Requerirá una amarga guerra civil.
Así que queridos profesores: bienvenidos al campo de batalla.
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Publicación original del New York Times.
47 comentarios
Un saludo.
Nota del B. ¡Corrijo!
"Yo, en mi pobre opinión, considero que los Doctores en Teología que han escrito pidiendo que un simple laico, sin títulos ni certificados que estudio, deje de escribir sobre temas eclesiales, demuestran estar situados en una corriente eclesiológica ya superada.
Comprendo que su gran e importante y destacada, y publicada labor académica en el campo teológico ha causado una falta de conocimiento de la realidad eclesial. No se puede estar en la biblioteca y repicando, es obvio.
Los laicos, por su "simple" bautismo, ya han sido habilitados para opinar en temas eclesiales; incluso (oh, modernidad) para escribir sobre ello. Y si además a alguien le place gastar su dinero en publicar estos escritos, una eclesiología de comunión debería de considerar esto como un signo de los tiempos, antes que una muestra de insolencia académica.
Ya pasaron los tiempos, gracias a Dios, que los simples laicos se limitaban a estar sentados, escuchar el sermón y soltar el dinero en la colecta de las misas. Ahora, gracias al evento Concilio Vaticano II se consideran corresponsables de la propia Iglesia, al igual que los mismos sacerdotes, al igual que (siento que duela) los titulados Doctores en Teología. Si, por el simple bautismo.
Es obvio que al multiplicar los escritos, las posibilidades de equivocarse, de "chocarse", de "chocar", de causar escándalo, de "hacer lío", se multiplican. Pero, como ha dicho recientemente un Gran Jesuita; es mejor una Iglesia herida por estar en el mundo, que una enferma por estar encerrada (claro que esto no lo ha dicho en un libro, y tal vez por ello, por no figurar en bibliografía, estos Doctores de la Teología todavía no lo saben).
Por lo tanto, señores Doctores de la Teología, por favor, en nombre de tantos y tantos laicos que pensamos, que osamos hablar, opinar, escribir, publicar sobre Nuestra Madre, la Iglesia, la cual también nosotros, pobres no-doctorados en Teología, formamos como Iglesia-Comunión, por favor, no nos cohíban; no cierren puertas y ventanas, contribuyan a airear la Iglesia, que si no se crea el moho, y huele muy, muy mal."
Y gracias también a Ross Douhat por enfrentarse a los mandarines teólogos.
El combate se presenta desigual, como el de David, armado con una simple honda y piedras, contra el gigantesco Goliat, con su pesada armadura y tremenda espada.
Estoy a favor de David, pues no necesariamente tener más armadura o estudios y títulos teológicos equivale a tener mayor verdad en teología. No siempre tener mejores y mayores armas académicas teológicas garantiza la victoria en las cosas divinas, afortunadamente.
Los Doce Apóstoles de Cristo no tuvieron sesudos y académicos estudios teologícos, serían hoy en día unos pobres diablos academicamente hablando, pero sobre ellos, en comunión con las enseñanzas del divino Maestro, se asienta la Iglesia con sus universidades y academias de teología. !Dios salve al pequeño David en su tremendo combate contra gigantón Goliat¡
Y esto significa que vas por buen camino, pues si no estuvieras desenmascarando a los enemigos, nadie se fijaría en ti.
Yo recuerdo que cuando hablaban los papas san Juan Pablo II o Benedicto XVI, nunca hacía falta que los expertos explicaran y contextualizaran sus palabras. En cambio con el papa Francisco siempre hay una explicación posterior a sus declaraciones que, por cierto, nunca tranquilizan a quienes pretendemos mantenernos fieles a la Palabra.
Que hay obispos herejes y pervertidos es público y notorio, y en este último sínodo se les ha visto y oído con toda claridad. Sin embargo no he apreciado al papa imponer su autoridad para evitar intenciones y declaraciones heréticas. ¿Debemos deducir los fieles que el papa respalda a estos obispos en contra de la ortodoxia de las Escrituras, del Magisterio y de la Tradición? Y si es así, ¿qué podemos hacer? Porque no vamos a convertirnos en apóstatas también nosotros.
Creo que la labor de analistas críticos es importante, sobre todo viendo que los poderosos saltan a pedir que rueden sus cabezas.
Nota del B. Sí, hay herejes. Pero hay bastante más fieles al magisterio, a Dios gracias.
“Cuando se comenta esto, los reformadores giran en torno a la idea de que, tal vez, los cambios propuestos son, efectivamente, doctrinales, pero que no todas las doctrinas son igual de importantes, y que de todas maneras, la doctrina Católica ha evolucionado con el tiempo”.
Syllabus complectens praecipuos nostrae aetatis errores:
V. La revelación divina es imperfecta, y está por consiguiente sujeta a un progreso continuo e indefinido correspondiente al progreso de la razón humana.
Genial la calificación de religión esotérica de quienes pretenden que para hablar de la doctrina cristiana se necesita de doctorado en teología.
El padre Alfredo Sáez en la conferencia titulada; “Antonio Gramsci y la revolución cultural”.
Menciona que Gramsci ambiraba como el Magisterio de la Iglesia nunca había permitido que existieran distintas fes, la fe del iletrado es la misma que la fe del letrado.
Gramsci desde estrictamente un punto de vista materialista pues el era comunista y ateo, veía que mientras la Iglesia sin enmiendas, exponiera la misma doctrina, siempre y en todas partes, la Iglesia seria indestructible.
Nota del B. ¿Sabía usted que Gramsci murió pidiendo el bautismo? Ya quisiera yo esa fe ciega. (por cierto, donde están los gerardos anteriores? Simple curiosidad :p)
Nota del b. Al pan, pan y al vino, vino. El Papa es infalible cuando proclama ex cathedra. En el resto de cuestiones es tan humano como usted y yo, Conchi. Vale que no admito una falta de respeto a Su Santidad, pero en lo humano, las cosas dejan MUCHO que desear, y tristemente, no le pone remedio, sino que parece que lo acentúa.
Una -suma y sigue- de las retorcidas retóricas del progresismo es su simultánea hipocresía. Mientras el mismo Santo Padre predica contra tanta letra de sabiduría - por la sencillez del Evangelio., estos "teólogos" - que no son tales- pretenden acallar las voces que ven la sencillez y simpleza del Evangelio de Jesús definiendo el adulterio porque no se pasan la vida mareando la perdiz entre papeles y suntuosidades en esos hogares de vanidades que son las cátedras actuales de teología en las universidades desviadas.
Aclarénse señores, el Evangelio es para los sencillos o hay que ser un escriba de universidad hereje para poder hablar sobre el Evangelio.
Conozco buenos jesuitas, buenos hijos de San Ignacio pero que pena me dan estos "progresistas" o mejor dicho herejes.
Animo Douthat, a mantener y defender la fe de los Padres de la Iglesia
con su Conc. tridentino y con lo que hoy es, en Perú, está ese Obispo anglicano esperandoles y ahí hay espacio para toda su teología liberal.
Gracias a Dios no es raro que acontezca ese tipo de conversión, hay muchas historias parecidas. La hija de Stalin educada en el ateísmo se hiso católica. Voltaire cuando estaba agonizando quiso confesarse, pero sus "amigos" no lo dejaron y murió con terrible angustia en su propio vomito. El masón, anticatólico presidente de México Plutarco Elías Calles, que estuvo detrás de la persecución religiosa, se confesó antes de morir. Igual Napoleón Bonaparte el cual había apresado a un Papa.
Sobre mi nombre lo hago para distinguirme de otros que tienen el mismo nombre, es Gerardo en latín, y el numero 8 en números romanos es simplemente para darle mas pompa.
2) Respecto de la comunión a los divorciados vueltos a casar (civilmente). No hay restricciôn civil sobre el propósito del casamiento. Es obvio que pueden comulgar siendo castos.
3) La Técnica de comunicación de Francisconl
Liberalizadora es demasiado suelta y sin definiciones concretas. Pero parece que hay fuerzas que estan en auge en nuestra Iglesia y es bueno que se aclare. La Verdad siempre triunfa.
Yo desconozco los entresijos de los asuntos vaticanos, el sr. Douthat parece estar más puesto que yo en esos temas, pero no estaría de más que cuando dice que el Papa claramente se inclina hacia una visión liberalizadora, especificara cuando y cómo ha sido eso. De no ser así todo se queda en una mera percepción, la de él, y para mí merecen más crédito las palabras del Cardenal que las suyas.
Nota del B. Lo digo por experiencia propia: traduttore, traditore. Si puede leerlo en inglés, mi traducción solo es la sombra de ese texto.
La teologia de rodillas, de lo contrario se reduce a simple razonamiento humano.
Es el Espiritu Santo quien guia e ilumina.
Yo soy doctor en teología y rechazo terminante la soberbia y hubris de estos teólogos que desprecian a un laico que opina que ellos son herejes y lo son. Existe la opinión pública en la Iglesia, una doctrina propuesta por el Papa Pío XII ya en el año 1959. Además, hay múltiples ejemplos de grandes santos y santas místicos que han tenido un conocimiento acabado de la doctrina católica juntamente con haberla vivido a fondo. Un ejemplo que viene a la memoria es la de Santa Catalina de Siena,que por algo fue declarada Doctora de la Iglesia por el Papa Beato Pablo VI, y que escribió de manera extraordinaria acerca de la Santísima Trinidad, y que es de todos los santos y santas de la historia la Santa del Amor a la Iglesia. Hay que leer sus cartas a los papas de la época y cómo ella los exhortaba a cumplir su deber y regresar a su Sede en Roma. ¿Qué decir de Santa Teresa de Jesús, cuyas últimas palabras fueron "muero como hija de la Iglesia". En vez de supuestos teólogos con abundantes títulos académicos, lo que la Iglesia necesita son otros santos y santas como éstas y tantos otros. San José de Cupertino, humilde fraile capuchino,, que apenas pudo ser aprobado en el examen para su ordenación sacerdotal, llegó a dar grandes lecciones de teología a los teólogos de su tiempo. No la aprendió en ninguna universidad, como es el caso de las dos Doctoras de la Iglesia ya mencionadas. Lo que necesita la Iglesia ahora no son estos teólogos académicos sino otras Santa Catalina y Santa Teresa entre tantos otros santos que la Iglesia ha dado al mundo. También teólogos santos como Santo Tomás de Aquino. ¿Y estos que escribieron la carta al New York Times, quién se acordará de ellos pasado mañana? Nadie. Pero los grandes santos, como los que he mencionado arriba y otros muchos seguirán iluminando la Iglesia durante muchos siglos.
Creo que en la traducción se pierde algo de ese sentido de la dureza del grano que se resiste a ser molido. No es lo mismo decir que la lucha será dura (donde hay dos partes peleando) a decir que la molienda será dura donde la piedra del molino tiene un papel activo y el grano de forma pasiva se opone a ser molido sólo con su propio ser, sólo con la dureza que le es propia.
Yo veo que el grano que será difícil moler es la Verdad que no es contingente ni depende de la voluntad del molinero.
Un saludo, espero que esta aportación nos haga ver el fino estilo de Douthat que tanto nos recuerda al mejor Chesterton
El tono y la forma conque se expresa, ante un auditorio católico se supone, dan toda la sensación de que lo dice a modo de NOVEDAD. Pues bien, aquí está el quid de la cuestión: los católicos atrasamos bastante. Porque que al día de hoy haya que explicarle al católico medio que tenemos enemigos y que contra ellos vamos a tener que luchar (y eso es lo que está diciendo Douthat, que se lo dice no sólo a sus anticatólicos profesores sino especialmente a la propia tropa que sabe lo leerá), eso señores, da la medida del sopor pacifista y enervante que ha contaminado al parroquiano de a pie, desarmándolo y dejándolo a merced de esos enemigos que, para mayor escarnio, tienen cargos y títulos católicos y de rango.
De hacerle caso sin más, el peligro es que fácilmente se podría llegar a considerar al Papa como un cobarde, y francamente, no creo que sea el caso.
Que seamos misericordiosos como Jesús lo fue siempre con todos y lo es con nosotros mismos a cada paso. Él sigue pasando por nuestro lado y nos ama. Amar al prójimo, acogerlo sin condenar, procurar su consuelo, comprender, disculpar, perdonar y ver hasta dónde se puede llegar en el caso concreto. Poner por delante la doctrina es no interesarse por la oveja perdida, rechazar al hijo pródigo, rehuir al botado en el camino.
Creo que esto es lo que desea el Santo Padre. Yo pienso que es Cristo quien lo desea porque Él fue así.
Injuriar a Dios, ofendiéndole deliberadamente con la lengua o con lo escrito es un pecado que al parecer goza de más beneplácito que el aborto en determinadas facciones de la sociedad, y así no vamos a ninguna parte. Aquí éste sr. es algo contradictorio, fruto de su cosmovisión liberal.
No viene a cuento, lo sé, pero es bueno saber que nadie es perfecto antes de rendirle pleitesía.
Nota del b. Sin duda. Y posiblemente esas frases se puedan contextualizar en el momento de las horrorosas viñetas del "je suis Charlie Hebdo". Evidentemente, es la opinión de Douthat pero no la mía.
«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. »
Una de las cosas buenas de la fe es que da una "certeza" que por más que no esté acompañada de formación académica postuniversitaria se sostiene tan férreamente en Jesucristo que éste suple toda carencia, y que aún puede llevar hasta el martirio sin necesitar de más "luces".
"Te doy gracias Padre del Cielo porque escondiste estas cosas..."
Excelentes comentarios los suyos
"...Para mí el único análisis válido será aquel que se haga desde la fidelidad, y éste señor para mí ofrece ciertas dudas".
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