Ya tenemos nuevo Misal con "pro multis" bien traducido
Buenas noticias para los que esperaban el retoque del “pro multis” en la traducción Española del Misal (la III) de la forma ordinaria. Nada menos que cuatro años después de que el Vaticano, a través de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, ordenara el cambio tan importante de esa traducción que en vez de ser traducida por muchos (fórmula que figurará de ahora en adelante), se tradujo por la ya conocida por todos los hombres. Un error teologal de calado, que sin embargo fue unánime en todas las conferencias episcopales. Me duele decir que la reacción en estos órganos no ha sido unánime, pues tan solo los obispos húngaros aplicaron los cambios requeridos inmediatamente.
La cuestión viene de lejos, pero ha adquirido especial ahínco bajo el papado de Benedicto XVI. Lo incomprensible es que la comisión episcopal que preside Monseñor Julián López Martín, Obispo de León, haya tardado la friolera de tres años y medio (la orden partió en noviembre de 2006) en corregir un Misal. Los cambios a hacer no eran tantos y el camino estaba perfectamente marcado. No quiero hablar de obstruccionismo, por respeto a las personas que trabajan en esa comisión y a los obispos que la forman, pero sí pido humildemente que me expliquen las razones de este modo de proceder. A lo mejor resulta que en Hungría saben latín y aquí no, pero lo dudo mucho.
No menos problemas han surgido en otros países, donde los tiempos han sido similares. En EEUU se ha llegado a hacer una cosa loable, que es publicar una sección de su web en la que se explican estos cambios. Hay que decir, además, que la traducción al inglés, hecha por una comisión internacional (ICEL) era absolutamente imprecisa y en gran cantidad de casos, manifiestamente errónea. En España, la verdad, tenemos suerte de no habernos topado con ese tipo de traducciones, aunque hubiese que retocar lo ya mencionado.
Total, que por fin llegó el nuevo Misal, y veremos a ver cuanto tiempo más tarda en llegar a nuestras parroquias. De momento esta semana lo aprueban los obispos, y desconozco el modus operandi que lo traerá a las diócesis. Quiero creer que no habrá mucha más demora, pero ahí queda el guante, para que lo recojan. Por mi parte, felicito a los pastores, que por fin cumplen un deseo del Santo Padre en lo referente a la Liturgia, y espero que este misa enriquezca la forma ordinaria con unas oraciones precisas, que fomenten la devoción de los feligreses.
Hoy, queridos lectores, es un día de fiesta…
Miguel Vinuesa
69 comentarios
Y un inciso: el texto no está aún sancionado por Roma. Hasta que no lo sea no puede emplearse en liturgia alguna.
Y esta modificación fue ordenada por Roma hace cuatro años. Salvo mejor opinión, que seguro que la hay, cuando se cumple una orden es innecesaria la "sanción".
Si no había que votar nada. Era una orden de Roma y punto.
Entiendo la voluntad de adecuación de los textos litúrgicos al latín "fontal".
Pero si vamos a lo "más fontal", habría que decir que Jesús no se entregó (o derramó su sangre) por "algunos" (aunque sean "muchos"), sino por todos. La voluntad salvífica es universal. Otra cosa es quiénes y cómo se la apropian.
Los textos bíblicos con la fórmula de la consagración, tengo entendido, van en la línea de esta universalidad. Me parece que, desde este punto de vista, la expresión "por muchos" es restrictiva, y no me parece un avance.
El Evangelio al revés. Y claro Dios se avergüenza tambien de nosotros delante del Padre, y se retiran las gracias, y la fe se pierde, y las Iglesias se vacían, y surgen escándalos, y la Iglesia lo paga.
La fidelidad a Cristo es la única garantía en todo. Nuestro Dios es "un Dios celoso" que no admite componendas.
Si Cristo dijo "por muchos" no hay que cambiarle sus palabras Monseñores, porque nos convertimos en tergiversadores en vez de proclamadores de la Verdad.
La de Cristo, no la del mundo.
Os dejo este enlace (en inglés) de Catholic Culture
Nota del B.Por lo menos los que Él diga... ¿O ahora tenemos que poner palabras en su boca?
El sarcasmo de "Aliviado" me parece muy pertinente. Y recordar el memorable chiste de Mingote también.
A medida que transcurrían esos dos años, y a la vista del SILENCIO de nuestros Pastores en torno a dicho documento, expuse a mi Obispo la necesidad de preparar a nuestros feligreses para dicho cambio, explicando las razones del mismo que el propio Documento ofrece... Nada se hizo a nivel diocesano, y la única recomendación que recibí, al respecto, fue que ESPERASE A QUE LA CEE DECIDIERA...
El Documento romano, de hecho, iba dirigido a diversas Conferencias Episcopales, obviando la francesa, que con su traducción "pour la multitude" se ha considerado correcta. ¿Cómo se decidirían a traducir el PRO MULTIS nuestros Obispos?...Agotado el plazo de aplicación del Decreto (17 de octubre de 2008), expliqué a mi feligresía todo el asunto, advirtiéndoles que, DESDE ESE DÍA, pronunciaría la fórmula entera de la Consagración (pan y vino) en latín hasta que nuestros Obispos decidieran... Así lo he venido haciendo este año y medio...¡Me alegro que, finalmente, hayan dado el paso...! Deo gratias!
Ya sé que Jesucristo no dijo esas palabras y que emplear estas fórmulas como si las hubiera dicho Él sería mentir (¡en la Consagración misma!). Pero la fórmula no sería herética, se ajustaría más a lo que son la Hostia y el Vino consagrados y, sobre todo, harían quizá las delicias de quienes quieren ver en la Misa un Catequesis más que un Acto Litúrgico, es decir, de adoración a Dios.
Sólo le digo de fuentes muy fiables que casi todos los que consideramos "fiables" (Rouco, Asenjo, Munilla, Cerro...) votaron en contra del "pro multis". ¿Claro? Evidentemente ninguno de ellos son ni buenos teólogos y menos biblistas. Ya no decir liturgos fiables/serios/sólidos.
Al menos yo soy cada vez más "episcofóbilo". Soy sólo del Papa. Y punto. Me quedo con muy pocos obispos (apenas un par de cientos) de la Iglesia. Reconozco mi donatismo; a mucha honra, je je. No puedo con tanta mediocridad/tibieza/flojedad/pasión por lo-que- sea-que-me-traiga-gente-y-me-llene-iglesias. Odio lo gris. No puedo con los bobos que no usan birreta ni vestimentas eclesiásticas artísticas por "moderación" o "no hacer ostentación". Odio a todo el que va de guay. Sorry!
Nuestro Señor Jesucristo, efectivamente, si hubiera querido decir "pro omnibus" y no "pro multis", lo hubiese dicho. Pero dijo "pro multis" y está bien claro lo que significa.
Jesús murió por la salvación de todos los hombres, pero no todos se salvan, porque no todos quieren acogerse a la Misericordia infinita de Dios y aprovechar para su salvación la Sangre derramada por Cristo en la cruz. De modo que la expresión "pro multis" es acertada (no podía ser de otra forma, habiendo sido empleada por el Señor). Estar incluidos o no en ese "por muchos" es cuestión de cada uno.
Ya lo explicó genialmente San Agustín: "Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti"; ni tan siquiera, aunque haya muerto en la cruz por ti, añadiría yo (con todos los respetos a tan gran Santo).
Por otro lado, el motivo por el que se ha producido el cambio es acercarse más al texto latino (que, como cualquiera sabe, no aparece en ningún evangelio tal cual, sino que es la fórmula que la tradición ha ido fraguando a partir de los datos evangélicos). El problema es que, por esa lógica, lo siguiente que se debería arreglar es la pésima traducción del Padrenuestro que rezamos en español, que se aleja mucho más del texto latino que el "pro multis".
Nota del B. Y como hablemos del "Dios te salve, María" apaga y vamonos..
Aquí la gente busca formarse en la ortodoxia, y no presta mucha atención a con quién estéis vosotros ni vuestras opiniones particulares.
Evidentemente el Señor murió por todos los hombres; más aún, quiere que todos se salven, pero...¡¡no TODOS aceptan su salvación!!...Por eso, en aquella Ultima Cena, tan cargada de premoniciones, El alude a esa Sangre que,de ahí a pocas horas, iba a ser derramada en la Cruz para la salvación de MUCHOS, pero no de todos, por el libre rechazo de los hombres... O, dicho de otro modo, Cristo hablaba PROFÉTICAMENTE avisando que esa Sangre, derramada "para el perdón de los pecados", alcanzaría a MUCHOS, pero no "a todos", por la obstinación de algunos en el mal... La lista de éstos se inició, esa misma noche con Judas, al que han seguido, a lo largo de los siglos, tantos...Ciertamente, el Infierno NO ESTÁ VACÍO, sin embargo son "MUCHOS" (de toda raza, lengua pueblo y nación) los que acogerán la salvación de su Sangre redentora... ¡¡Supliquemos a su Infinita Misericordia ser contados entre ellos!
Y es difícil que una catequesis al respecto convenza a quienes casi nunca se dedica a disquisicions lingüisticas, que es la mayoría del pueblo de Dios. Cuando hacen falta tantas explicaciones, es porqe el signo ya no significa. Sigo pensando que este cambio no ayuda mucho "a todos", aunque quizás sí a "algunos".
Nota del B.Tengo un amigo Dominicano (de adopción, pero Dominicano) que siempre me dice lo mismo cuando le cabreo "ay pol favol!!!"...
Y como bien señala Nova se dice "por muchos" porque no todos aceptan la salvación de Cristo y, por tanto, están excluidos del acto redentor de Nuestro Señor. El problema es que ha habido demasiado "buenismo" que ha impregnado muchas inteligencias y por eso a algunos les choca que no se diga "por todos".
Bueno, Rouco fiable fiable... es un sesentayochista que cree en Dios. Asenjo y Cerro, francamente no tengo elementos de juicio, más allá de que parecen en general ortodoxos.
De Munilla, sin embargo, no me lo puedo creer. En mi esquema, monseñor Munilla es de la nueva hornada de obispos españoles, junto con Sanz Montes, Demetrio Fernández o Javier Martínez, que parece haber roto con los prejuicios de sus mayores, y hablan con pasión, sin "mieditos" o cálculos políticos, pues no tiene que defender un sistema, sino hablar de Dios y pastorear a su Iglesia.
Eso es lo que queremos, que se dejen todos de tanto cálculo "político". Dicen nuestros Obispos que hay que separar Iglesia-Estado, pero luego son ellos los que al hablar y escribir, se les nota siempre por el palabreo empleado que se dirigen más a los políticos de enfrente que a los fieles.
Son "incapataces", como decía Miliki, de hablar pensando solo en Dios.
Ojalá suprimiesen la CEE tal y como es, porque solo es un lugar de mediascomponendas.
amauta: Jesús murió por todos pero, más que salvarse los justos, que también, entiendo que se salvan los pecadores que sí se reconcilian con Dios antes de su muerte. Así debe ser. Parafraseando al difunto sacerdote y escritor Federico Suárez, "no puede uno pasarse la vida odiando a Dios y crucificando a Su Hijo y luego pretender que esa misma Cruz le salve a uno. No se puede".
Vicente, percival, Luis López y similares: ¿Pero vosotros os habéis leído el decreto del Cardenal Arinze o simplemente habláis por hablar? ¿Por qué no empezáis por leerlo y luego opináisa?
uribarri: si es sólo cuestión de una palabra que no tiene importancia, ¿por qué pierdes el tiempo en este hilo?
Nota del B. relee bien el comentario de Uribarri, que estáis de acuerdo...
Del Credo no sé cuántas versiones llevamos ya en la misa, por supuesto, lejos del Credo en latín.
En el Sanctus tenemos el Dios de los Ejércitos (celestiales) cambiado por el Dios del Universo, quizá por el ataque de pacifismo de alguien que no entendió bien el significado de la expresión.
De la Plegaria Eucarística o, mejor dicho, de las Plegarias Eucarísticas, mejor no hablar. Cada vez inventan más. La original quedó sólo para el Jueves Santo.
Hasta el Padre Nuestro, la oración dominical, se atrevieron a cambiar, cambiando las deudas por ofensas junto con otros cambios de menor entidad.
En el Agnus Dei los pecados del mundo (peccata mundi) pasaron a ser el pecado del mundo, en un extraño uso del singular.
El "Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo, pero di una palabra y mi alma será sanada" pasó a ser "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".
Y todo esto y más suponiendo que el cura de turno no se dedique a innovar a su antojo con cambios, añadidos o comentarios de su propia cosecha. A tal caos nos ha llevado el Novus Ordo.
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"Hoy no hay dos misas iguales". (S.S. Benedicto XVI).
Del Credo no sé cuántas versiones llevamos ya en la misa, por supuesto, lejos del Credo en latín.
En el Sanctus tenemos el Dios de los Ejércitos (celestiales) cambiado por el Dios del Universo, quizá por el ataque de pacifismo de alguien que no entendió bien el significado de la expresión.
De la Plegaria Eucarística o, mejor dicho, de las Plegarias Eucarísticas, mejor no hablar. Cada vez inventan más. La original quedó sólo para el Jueves Santo.
Hasta el Padre Nuestro, la oración dominical, se atrevieron a cambiar, cambiando las deudas por ofensas junto con otros cambios de menor entidad.
En el Agnus Dei los pecados del mundo (peccata mundi) pasaron a ser el pecado del mundo, en un extraño uso del singular.
El "Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo, pero di una palabra y mi alma será sanada" pasó a ser "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".
Y todo esto y más suponiendo que el cura de turno no se dedique a innovar a su antojo con cambios, añadidos o comentarios de su propia cosecha. A tal caos nos ha llevado el Novus Ordo.
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"Hoy no hay dos misas iguales". (S.S. Benedicto XVI).
Nota del B. Ya se ha invitado a leer el decreto del Cardenal Arinze. No es mala idea para evitar ese tipo de confusiones...
Nota del B. No le conozco, pero es sabido y resabido que Internet nos envalentona a todos en los comentarios: os ruego A AMBOS que no os déis cuerda, que como tenga que poner moderación previa otra vez...
En el Rito armenio, sin embargo, no se ha dado una situación que es la que en el Rito Romano ha provocado el problema que estamos discutiendo: la traducción a las lenguas vernáculas. Esta traducción, que de suyo no puede ser considerada como mala, ya que está perfectamente autorizada, exige, no obstante, un enorme celo y vigilancia, pues la norma que rige la FIDELIDAD a la Tradición eclesial y litúrgica en nuestro Rito (que es el latino) está plasmada en los libros LATINOS, y no en ninguna de las traducciones. De ahí el celo del Papa, pero no por un "rubricismo" ni nada parecido, sino por un convencimiento, que forma parte de la Fe, de que nuestra fidelidad al propio Rito, en la propia Tradición eclesial, conlleva un mayor derramamiento de gracia de Dios a traves de los "canales" privilegiados que son los Sacramentos (sobre todo, en este caso, la Eucaristía).
Y esto es por una sencilla razón: cuanta más obediencia en la fe y el amor, más salimos de nosotros mismos para "cumplir la voluntad del Padre" y no la nuestra, siguiendo el camino del Hijo del Hombre. Este "descentramiento" de nosotros mismos, por el que huimos de nuestras propias "genialidades" para ponernos verdaderamente al servicio de ese gran río que es la Tradición viva de la Iglesia, trae consigo más santidad, más celo por las almas... al final, estoy convencido, y creo que el Papa también, de que estas cosas "también", y de qué manera, contribuyen a llenar las Iglesias, porque es Dios -no nosotros- quien las llena, sirviéndose de nuestro humilde abajamiento y fidelidad.
Perdón por tanto rollo, pero me parecía importante acotar bien el problema que creo ver en el fondo de todo esto.
¿Se sabe algo de si se hará lo mismo para la versión catalana (o gallega o vascuence)?
Todo es Gracia de Dios, pero ¿no será esta una iniciativa de El? Se conocerá por los frutos de conversión, en el cuerpo Místico de Cristo, para Gloria del Resucitado y el bien de todos.
Uno de los problemas más visibles de la nueva misa lo constituyen los abusos que se han ido cometiendo tras su implantación. Pero esa nueva misa, por sí misma, hacía más fácil que se fueran introduciendo esos abusos a la vez que podía inducir a algunos al protestantismo. Cuando se usa la lengua vernácula, es más fácil que el celebrante se ponga a hablar más de la cuenta o, incluso, que se atreva a cambiar alguna vez el ordinario de la misa. Cuando el celebrante mira a los fieles, en lugar de mirar todos juntos en la misma dirección, es más fácil que se sienta tentado a verse como el protagonista del acto, sobre todo cuando a ese celebrante se le da la oportunidad de escoger entre varias fórmulas en algunas partes de la misa. Cuando se permiten el canto popular e instrumentos no tradicionales, es lógico que cambie la atmósfera de la celebración. Cuando hay más palabra (y además, en vernáculo) y menos silencio, o cuando se simplifica la liturgia, se consagra en voz alta y no se comulga de rodillas, es más fácil que se pueda perder el sentido sacrificial del acto. Esos abusos, cada vez más graves y frecuentes, no son más que una de las muchas consecuencias de la expansión del modernismo por la Iglesia.
Una de las características principales del modernismo, y que lo hace a la vez más peligroso que ningún otro error, es que, a diferencia de otras herejías anteriores, no se formula oponiéndose frontalmente a un dogma, sino que se va introduciendo sibilina y paulatinamente, propagándose como una infección, lo que provoca que a la larga el efecto sea más desastroso, pues acaba dejando sin defensas a gran parte de la feligresía. Por algo San Pío X, el papa que consiguió describir magníficamente en su encíclica “Pascendi Dominici Gregis” en qué consiste el modernismo, dijo de él que era algo más que una herejía; era la síntesis de todas las herejías, porque, en vez de proclamar un error, abría paso a todos ellos.
Lo que hay que entender es que el idioma de la misa no tiene la importancia que muchos creen por una sencilla razón: porque la misa es un acto dirigido fundamentalmente a Dios. Por tanto, no hay ningún problema en decir las oraciones de la misa en latín. Sólo en la parte dirigida específicamente a los fieles, es decir, las lecturas y la homilía, es lógico que se emplee el idioma vernáculo. Usando el latín se tiene la misma e invariable misa en cualquier lugar del mundo, sin los cambios semánticos que puede tener toda lengua viva, sin el peligro de malas traducciones (la mayoría, a propósito) y sin que, como ocurre hoy en día, el cura de turno se crea el protagonista del acto y se ponga a innovar a su antojo. Además, en estos tiempos en que la inmensa mayoría de la gente está alfabetizada y en que, encima, hay una mayor facilidad para hacer largos viajes, muchos de ellos a países con otro idioma, tendría aún más sentido utilizar la que fue durante mucho tiempo la lengua universal de la misa y de los sacramentos por ser la lengua universal de la Iglesia. Dicen que con la reforma se pretendía una “participación activa” de los fieles en la misa. ¿Qué es más “activo”, leer un misal o limitarse a oír, aunque sea en lengua vernácula? A propósito, ¿se ha conseguido algo con la nueva misa?
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“Con la reforma litúrgica de Pablo VI acaeció algo más que una simple ‘revisión’ del Misal anterior, pues se destruyó el edificio antiguo y se construyó otro, si bien con el material del cual estaba hecho el edificio antiguo y utilizando también los proyectos precedentes. (...) Para la vida de la Iglesia es dramáticamente urgente una renovación de la conciencia litúrgica, una reconciliación litúrgica. (…). Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que nos encontramos depende en gran parte del hundimiento de la liturgia”. (Cardenal Josef Ratzinger, hoy S.S. Benedicto XVI, en 1.992).
“Hoy no hay dos misas iguales”. (S.S. Benedicto XVI).
Nota del B. Agota usted muy bien el tema, y llega a las cuestiones de fondo. Le recomiendo la lectura de la crónica del congreso en la que expertos liturgistas encauzan la cuestión... Y no son precisamente "mal llamados tradicionalistas" sino sacerdotes fieles en todo a Benedicto XVI y a la Iglesia, que defienden la Misa Tradicional a la par que un Novus Ordo bien celebrado (que no está reñido con el latín ni el ad orientem). Gente, en suma, que entiende que Summorum Pontificum está renovando la Iglesia a través de su tradición y que las formas del rito se van a poder enriquecer. ESO es Hermenéutica de la continuidad. Reciba un abrazo.
Habla usted de participar, el tan manido verbo para implantar la nueva misa. Me remito a lo que dije: leer una traducción parece más activo o participativo que limitarse a oír en vernáculo, que es lo que hace la gente ahora. Además, los mayores momentos de silencio de la misa antigua invitan más al recogimiento y a la sensación de adoración y de sacrificio. Esto también es participar ¿Realmente usted cree que la gente ahora participa más? Evidentemente, cada uno es como es, pero la atmósfera de una celebración puede inclinar a la gente en un sentido u otro en su religiosidad. La misa antigua ofrece un clima de veneración, solemnidad, recogimiento y sacrificio que no se ve en la misa nueva, aunque se haga sin abusos o extravagancias del cura de turno.
El problema de fondo, insisto una vez más, es que se sigue sin entender bien qué es la misa. El modernismo ha protestantizado en cierto modo la forma de ver las cosas por parte de muchos católicos, la mayoría de las veces sin que nos demos cuenta, y eso ha llegado a la forma de ver la misa. Creen muchos que la misa es algo hecho para los hombres, o al menos algo que se tiene que hacer pensando en los hombres, cuando es algo hecho en adoración de Dios. Más aún: es un sacrificio sin igual, la renovación incruenta del sacrificio de Cristo ofrecido a Dios Padre. Asimismo, y también en sintonía con el protestantismo, hoy se valora más la palabra que la oración y el recogimiento; incluso, se da más importancia a la palabra que al mismo sacrificio, como si la misa fuese una simple catequesis. Así no es de extrañar que saliesen misas para niños o para jóvenes, muchas de ellas infumables por su ñoñería, por cierto.
En segundo lugar está la pérdida que supone acabar con un tesoro artístico y cultural como la misa antigua. Puede parecer un asunto menor, comparado con lo más importante, que es el aspecto puramente religioso, pero, como decía el clásico, nada hay en el intelecto que no haya pasado primero por los sentidos. La atmósfera de un acto, como dije antes, es importante y, sobre todo, influyente. Salvando las distancias, los militares, por ejemplo, lo tienen muy claro a la hora de llevar a cabo todas sus ceremonias.
¿Cuándo fue cambiado las "deudas" por "ofensas"? He oído alguna vez rezado el Padrenuestro en español con "deudas", por lo que me imagino que alguna versión "oficial" habría en español aparte de la latina. ¿Cuándo cambia esto?
Quejas litúrgicas de un consumidor
Adelantaré que no tengo ninguna autoridad, pero he comunicado mi descontento a muchos sacerdotes, bastantes obispos y algunos cardenales, y casi todos me han dado la razón; pero no veo que se hayan corregido mis motivos de inquietud por quienes podrían hacerlo.
Siempre he tenido la impresión de que la religión cristiana ha estado acompañada por lo que llamo «adherencias histórico-sociales» que no pertenecen a su núcleo religioso. Los misioneros han tratado con frecuencia de convertir a personas de otros pueblos, no sólo a la fe cristiana, sino a ciertos usos procedentes del origen navarro, escocés, bávaro o provenzal de sus familias. Esto explica el afán de que se vistan los habitantes del África negra, por ejemplo.
Pues bien, encuentro un peso excesivo del Antiguo Testamento en la actual liturgia de la misa. Es una obra admirable y venerable que representa la primera fase de la revelación, pero procedente de múltiples autores, de diversas épocas y varios géneros literarios, que no se pueden confundir. Está lleno de tales adherencias del pueblo de Israel. Algunos textos son de valor religioso inmarcesible; otros, fuera de contexto, son peligrosos e inquietantes. El exterminio de los primogénitos egipcios o la complacencia en pasar a cuchillo a ciertos habitantes de un pueblo pueden resultar perturbadores. El llamado «salmo responsorial», con sus repeticiones, puede degenerar en una cantinela rutinaria.
Otro aspecto discutible es la lectura habitual de la epístola, encomendada a alguno de los fieles. San Pablo, sobre todo, es de notable concisión y densidad intelectual; si no se lo lee muy bien, con las pausas necesarias, no se entiende nada; me gustaría saber cuánto retienen los oyentes de la lectura usual. Las traducciones de los textos de la misa son con frecuencia problemáticas. Se solía decir:«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Era la traducción literal y fiel del latín («pax hominibus bonae voluntatis»), muy próxima al griego, en que se habla de «eudokía». Ahora se oye:«Paz a los hombres que ama el Señor». ¿De dónde sale? Sospecho que del francés, fuente no demasiado autorizada, como revela su mala sintaxis; en español habría que decir «a quienes ama el Señor». Pero esto es también inaceptable: ¿es que no los ama a todos? En la iglesia oigo con frecuencia decir:«Los hombres que aman al Señor»; esto no se justifica, pero es una reacción del buen sentido de los fieles.
Más grave es la traducción impuesta del texto «Domine, non sum dignus ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo et sanabitur anima mea». Se oye ahora:«Una palabra tuya bastará para sanarme». No es eso: se convierte un imperativo -la súplica del centurión- «di una sola palabra» en un enunciado. ¿Por qué? ¿De dónde ha salido tal dislate? Personalmente lo digo en latín.
Y llegamos al Padrenuestro, alterado hace unos años. Es una oración de tal concisión y perfección, que me parece un fuerte argumento en favor de la divinidad de Cristo, que lo enseñó. El pretexto del cambio ha sido la «unificación» con el uso de Hispanoamérica. Me permito dudarlo: en muchos países se rezaba igual que en España, y se anunció que se iba a cambiar en lo sucesivo. Dado que los españoles enseñaron la oración a los habitantes del Nuevo Mundo, algún valor tiene ese uso; pero además las modificaciones alteran lo que era versión literal del latín y casi literal del único texto originario, el griego, salvo el problemático «epioúsion» referido al pan. Yo sigo rezando el Padrenuestro en latín o «more antiquo».
Un aspecto delicado es el uso de la lengua. La oficial de la Iglesia había sido el griego, y desde hace muchos siglos el latín. En la misa quedan restos del hebreo («hosanna», «amén») pero han desaparecido los del griego, los «kyries», sin que se vea motivo suficiente. La traducción de la misa a las lenguas vivas está plenamente justificada, pero no la casi absoluta eliminación de las misas en latín. Esta lengua era la «patria común» de los católicos, y se la podía encontrar en cualquier país. Recuerdo una misa en Nagasaki en que el único no japonés era yo. Y no pude entender una sola palabra. Creo que se deberían conservar algunas misas latinas, al menos ciertas porciones de ellas, que se omiten en cualquier lengua. ¿Cuántas veces se oye el Canon romano, admirable teológica y literariamente?
Y la justificada traducción a las lenguas vivas podría matizarse. Las hay absolutamente lejos del latín; pero hay lenguas románicas muy próximas; había innumerables fieles que no sabían latín para leer a Horacio, Virgilio o Tácito, pero que seguían muy bien el texto de la misa, ayudados por una traducción paralela. ¿No se ha perdido algo?
Y, ¿de qué lenguas se trata? En muchos lugares conviven varias: tal vez una lengua común a una nación entera y otras particulares de algunas regiones. Los criterios religiosos interfieren en ocasiones con «adherencias» o preferencias políticas que no deberían imponerse.
Otra cuestión espinosa es la música. Confieso mi preferencia por las misas en que no se la oye ni se canta. En España, los fieles suelen cantar mal; pero en eso soy tolerante, porque yo lo hacía peor. Lo que no soporto es que en una Iglesia que cuenta con el gregoriano y con la espléndida música del Renacimiento y el Barroco se escuchen canciones ridículas con una música ratonil.
Y una palabra más sobre la predicación. Aquí hay todas las variedades posibles, desde la casi total perfección hasta lo indeseable. Lo decisivo es que sea «religiosa»;que se hable de religión y no de otras cosas, aunque sean interesantes. La interpretación de las lecturas litúrgicas es exigible, y a veces se soslaya para hablar de otras cosas. Hay cuestiones capitales y que afectan a la vida religiosa y moral, que casi siempre se evitan, lo que lleva a una pavorosa incultura y a una desorientación moral que puede ser gravísima. Parece «mala educación» recordar que existe el pecado, que ciertas conductas lo son, que hay responsabilidad y riesgo de castigo. En los funerales suele darse por supuesto que el difunto era un santo y está sin duda en el cielo.
Hay algunos sacerdotes que tienen una incontenible propensión a hablar durante la celebración de la misa. Anuncian lo que van a decir -en vez de decirlo sin más-; comentan lo que han dicho, diluyendo su efecto; añaden, fuera de la homilía, consideraciones que pueden ser discretas pero son superfluas. Al mismo tiempo, se echa de menos la lectura de textos litúrgicos que pueden ser inapreciables.
La omisión de tres palabras en la petición de que Dios nos libre de todos los males -se añadía:«Pasados, presentes y futuros»- me parece una pérdida innecesaria. Era consolador pedir a Dios que nos libre de los males pasados; ni Dios mismo puede hacer que no hayan pasado; pero sí que sean males.
Espero que se perdone mi irreverencia, acaso mi impertinencia; pero es lícito aspirar a la perfección en la medida de lo posible.
POR TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES.
Nota del B. La Iglesia suple. Si se consagraba de buena fe, y quiero creer que en el 99,9% de las misas es así, entonces no hay ofensa. No busquemos tres pies al gato, por favor.
...no obstante, pienso que "pro mult...is".....puede ser en el sentido generico de la palabra latina...en referencia a "MULTITUDES" (es decir genérico a toda la humanidad)...y no creo que deba traducirse literalmente como "por muchos" de manera simplista...pareciendo que por otros no, o no por todos.... induciendo a error u herejía...
..me explico..o no me explico....
*En todo caso JesusCristo....no lo dijo en latín...sino en hebreo o arameo.....Verdaderamente, la fórmula “por todos” seguramente correspondería a la intención del Señor expresada en el texto. Es dogma de Fe que Cristo murió en la Cruz por todos los hombres y mujeres (cf. Juan 11:52; Corintios 5, 14-15; Tito 2,11; 1 Juan 2,2).
La sangre de Cristo tiene poder, evidentemente, para salvar a todos los Hombres, de acuerdo, pero al decir "nos salva a todos" estamos olvidando u omitiendo lo único que Dios tiene en cuenta por encima de su Amor (con mayúscula) que es nuestra libertad: El que nos creó sin contar con nosotros no nos salvará sin contar con nosotros.
Ayer meditaba los misterios dolorosos del Rosario. Pues bien, la agonía en el Huerto no es solo debida a la traición de Judas, o el abandono de sus discípulos, sino a que -conjeturan algunos autores- Cristo ve la cantidad de gracias que se pierden aunque se haya sacrificado.
El "Pro multis" se ajusta a la tradición apostólica que como Católicos profesamos. Creo que deberías considerar si es dogma o no con alguien más docto que yo -cosa que no es difícil- pero creo que te equivocas.
Saludos.
Nota del B. El trámite sigue su curso. No era solo el pro multis, sino más cosas de los leccionarios lo que se ha corregido. De momento, en la última plenaria se menciona que se han aprobado cosas a ese respecto, y que ahora se manda a Roma para el visto bueno de Doctrina Fidei... paciencia. No podemos hacer más.
Y no recuerdo haber oído en ninguna celebración en España eso de 'por muchos'
¿Qué ha pasado?
¿Se hacen normas y no se cumplen? ¿No hay quien obligue a cumplirlas? ¿Es, por tanto, la Iglesia igual que la sociedad española?
¿No llegó a ser norma?
Nota del B. Lo último que supe es que el misal, traducido, se envió a Roma para correcciones. Lo demás depende tanto de Santa Sede, como de la comisión de la CEE responsable (Liturgia, supongo).
Multis es el dativo o hablativo plural de multus-a-um adjetivo de tres terminaciones; pero que en los casos ( en este seria hablativo plural "pro multis") dativo y hablativo plural abarca al masculino y al femenino.
Si pasamos al castellano (lengua románica) el plural muchos se refiere al masculino y al femenino y yo pondria:( "muchos"=multitud de hombres y mujeres). Por ello, la anterior fórmula de por todos los hombres, linguisticamente estaba mal; ya que debería decir por todos los hombres y mujeres. (Cuando el masculino y el femenino son distintos se deben decir los dos; si digo "quiero mucho a mis hijos" (no necesito decir a mis hijos y a mis hijas) Si digo que estoy escribiendo para todos los internautas, me estoy refiriendo a los hombre y mujeres...
Por el WhatsApp ha circulado un video de un país hispano-americano dándonos lecciones de esto. Creo que el "Muchos" está bien. Es un indefinido que no especifica cantidad e igual pueden ser mil que millones de millones...Y termino: en la Iglesia de las Calatravas de Madrid (metro Sevilla) algunos domingos se canta en gregoriano, merece la pena. (Y alguien reparte una traducción de lo que el coro canta) POR LO DE LA MUSICA RATONIL... NON COMENT
Nota del B. No la culpo, María del Carmen. Ciertas catequésis nos han metido eso hasta en la sopa y es un error. "Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti." (San Agustín de Hipona). Es decir, Dios no repesca a quien da la espalda. el Infierno es permanente. El Purgatorio, gracias a Dios, no, pero implica una elección hecha en vida, a vivir la Palabra, o en otras palabras, a elegirlo a Él.
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