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18.10.08

Domund paulino

El Papa Benedicto XVI ha escrito un documento con motivo de la Jornada Misionera Mundial, el conocido Domund, cuyo lema es: Como Pablo, misionero por vocación.

Al comienzo del mensaje, el Santo Padre afirma que la humanidad tiene necesidad de liberación exponiendo la realidad humana y eclesial actual. Y se pregunta. “¿Qué será de la humanidad y de la creación?, ¿hay esperanza para el futuro, o mejor, hay un futuro para la humanidad?, ¿cómo será ese futuro?.

Las respuestas las encuentra el Papa en San Pablo, quien había comprendido muy bien que sólo en Cristo la humanidad puede encontrar redención y esperanza. Por ello entendía, de modo imperativo y urgente, la misión de anunciar la promesa de la vida en Cristo Jesús, nuestra esperanza, para que todas las gentes pudieran beneficiarse de la misma herencia y ser partícipes de la promesa del evangelio. San Pablo era consciente que la humanidad siempre está privada de Cristo, está sin esperanza y sin Dios en el mundo. Efectivamente quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sotiene toda la vida.

Más adelante, el San Padre afirma que la misión es cuestión de amor, y que debemos evangelizar siempre. Lo dice muy claro: “Mientras continúa siendo necesaria y urgente la primera evangelización en no pocas regiones del mundo, la escasez de clero y la falta de vocaciones afligen hoy a muchas diócesis y a institutos de vida consagrada. Es necesario insistir en que, aún en medio de dificultades crecientes, el mandato de Cristo de evangelizar a todas las gentes continúa siendo una prioridad".

Una vez más, el Papa vuelve a San Pablo, quien afirma que no es motivo de gloria predicar el evangelio, sino deber y gozo, pues él se sentía prisionero de Cristo para los gentiles, sabiendo que podrá contar, en las dificultades y en las pruebas, con la fuerza que procede de El.

El Papa se dirige a todos afirmando que estamos llamados a tomar parte, de manera cada vez más relevante, en la difusión del evangelio por todo el mundo. Por lo tanto, debemos ser testigos con nuestra vida de que los cristianos pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación.

Casi en la terminación Benedicto XVI indica: “La colecta, que esta Jornada Misionera Mundial se hace en todas las parroquias y comunidades, sea signo de comunión y de solicitud reciproca entre las Iglesias. En fín, intensifíquese cada vez más en el pueblo cristiano la oración, medio espiritual indispensable para difundir entre todos los pueblos la luz de Cristo, luz por antonomasia, que ilumina las tinieblas de la historia".

Tomás de la Torre Lendínez

17.10.08

Juan Pablo II, a treinta años

Justamente ayer tarde se cumplían treinta años de la elección de aquel Papa, de voz fuerte, de altura humana, de sensatez espiritual, amigo de Dios y amigo del hombre, quien tomó el nombre de Juan Pablo II y dirigió la nave de San Pedro durante más de cinco lustros.

Aquella tarde del 16 de octubre de 1978, ante todo el mundo, en el balcón de la logia, apareció un hombre llegado del Este, que afirmó: “No tengáis miedo. Abrid vuestras puertas a Jesucristo". A partir de ahí comenzó un pontificado marcado por el acercamiento del Papa a todos los seres humanos, realizando más de un centenar de viajes a la mayoría de los países de los cinco continentes.

En la última visita que Juan Pablo II hizo a España en 2003, pude estar en el encuentro de Cuatro Vientos. Fue algo que todos los presentes lo han contado según el Espíritu Santo le ha sugerido. Yo ví a una persona ya en el declive de su vida, pero lleno de la vida de un más allá, sabiendo vivir sus dolores y cruces de acá sin esconderlas a una sociedad que huye y tapa el dolor, porque le recuerda la cercanía de la muerte de cada cual.

Miraba a Juan Pablo II y lo veía en otro día y en diferente lugar. Fue el 5 de noviembre de 1982, en su primera visita a España, cuando en el polígono de Almanjayar, de la capital granadina, estuvimos escuchándole hablar de los educadores a los educadores. De Andrés Manjón, fundador de las escuelas del Ave María, de Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, y del padre Gras, fundador de las Hijas de Cristo Rey.

Entonces era un hombre ágil, que habia pasado un año antes por el quirófano para salvarse de la muerte de las balas que le habían disparado en la plaza de San Pedro. Todos los educadores recibimos el aliento de un gran educador y pedagogo de la fe cristiana, quien llegó a decirnos que siempre tuvieramos como único modelo al Divino Maestro Jesús de Nazaret en la misión formadora y educadora.

Cuando han pasado treinta años de su elección como sucesor de San Pedro, es interesante que cada quien recordemos los momentos que este singular Papa nos ha dejado en la propia experiencia espiritual, intelectual, moral y pastoral. Es una forma de desear verlo pronto elevado a los altares, como pedia el pueblo en su entierro: !Santo, súbito¡.

Tomás de la Torre Lendínez

16.10.08

El miedo a la libertad

Nos desean mudos. No quieren que estemos en ningún medio de comunicación. Nos atacan, pero no nos rematan. Nos acosan, pero revestidos con piel de ovejas del rebaño estabulado y manipulado. Tienen un miedo horroroso a la libertad de expresión. La opinión pública siempre es suya, no admiten la pluralidad en el debate de la sociedad y sus individuos. Nos califican de “dogmáticos” y “doctrinarios” cuando ellos se proclaman los más respetuosos de todos y de todo.

Eso sí, cuando alguien les pone el dedo en la llaga que más les duele entonces organizan una cacería en toda regla: hoy al cardenal de Madrid por su intervención en el Sínodo de obispos. Ayer fue o fueron equis. Mañana les cotará a otros. El caso es que no deje de funcionar la picota como en la Edad Media.

Por esto me alegro del nacimiento del blog de Alerta Católica, quien en su presentación deja claro marcado el campo de sus actuaciones y próximas publicaciones. Además, me llena de satisfacción que sean laicos sus componentes, para que tengan la máxima libertad de investigación, de rectificación, de comunicación a quien proceda, y de publicación en Religión en Libertad.

Porque, insisto en el miedo a la libertad que existe dentro de la propia Iglesia para poner negro sobre blanco. Se necesita Alerta Católica. Bienvenida.

Y todos nos necesitamos, porque los lobos con piel de oveja, estén dentro o fuera de la Iglesia, tambien tienen mucho miedo a la libertad de los que expresamos y señalamos lo que les puede hacer mella en sus conceptos borreguiles. Siempre he pensado las palabras del Señor Jesús sobre la sagacidad de los hijos de las tinieblas y la candidez de los hijos de la luz, que se complementa con la comparación de la sencillez de las palomas, y la sagacidad de las serpientes.

Más que les pese, más que se hagan barata publicidad, más que quieran buscar nuestra mudez, aquí seguiremos a la sombra de este Olivo, el arbol bíblico, testigo mudo del miedo de Jesús en la noche del Jueves Santo cuando sudó sangre y pidió al Padre que le apartara la responsabilidad de beber el caliz que iba a beber. Jesús aguardó en el monte de los Olivos a Judas, el traidor y toda la patulea de gente que acudieron con armas y palos a la caza de un bandido, que se entregó a aquella turba recibiendo un beso del traidor, que lo habia vendido por treinta monedas. Jesús era libre, y libre aceptó su Muerte y Resurección. Así se cumplió la voluntad del Padre.

Esa misma libertad y disponibilidad nos mueve. Aquí estamos. Y aquí seguiremos hasta el último hálito de nuestra vida.

Tomás de la Torre Lendínez

15.10.08

La contraprogramación al barco

Parece que es una contraprogramación, pero no lo es. Ya llevaba tiempo organizandose las jornadas de delegados de pastoral familiar y movimientos. El lema es: La familia en el siglo XXI, la legislación actual y prevista frente al Magisterio de la Iglesia. Tendrán lugar en El Escorial desde la tarde del viernes hasta el domingo a medio dia.

En estos días se persigue un doble objetivo:

1.- Conocer, reflexionar y prepararse para afrontar la dificultad de vivir la fe en medio de una cultura que legisla a favor del aborto y de la mal llamada eutanasia, y que impone por ley una educación moral conforme a principios contrarios al bien del hombre y, por tanto, de la sociedad.

2.- Celebrar, recordar el Megisterio de la Iglesia que orienta y fundamenta la fe en el vigésimo aniversario de Christifideles laici, de Juan Pablo II sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo, y el cuarenta aniversario de la encíclica Humanae vitae, de Pablo VI, en el contexto de la doctrina social de la Iglesia.

En estas jornadas se compartirán experiencias y trabajos realizados en los últimos meses en relación, por ejemplo, con la objección de conciencia frente a la imposición de la asignatura de Educación para la ciudadanía, así como con la propuesta del lema y prioridades para las próximas fechas de Familia y Vida. Habrá conferencias, mesas redondas, presentación de comunicaciones y de material pastoral sobre la familia y la vida.

Está claro que la familia preocupa y ocupa a la Iglesia, quien invita a reflexionar y orar para que la primera Iglesia doméstica, formada por el padre, la madre y los hijos, no sucumba ante una legislación esencialmente de muerte, de abandono y de arrinconamiento de la célula básica de la sociedad, que es la familia, donde hemos nacido todos a la vida humana y a la de fe cuando nuestros padres nos llevaron a recibir el sacramento del bautismo, y así entramos a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios, que es la Iglesia.

Tomás de la Torre Lendínez

14.10.08

Yo aborté en el barco

Estamos en una vivienda de una pareja joven. Acaban de instalarse en una ciudad andaluza. Sus nombres son Juan y Paqui. Ante un humeante café, comenzamos la entrevista.

-¿Cómo fue que abortaste en el barco holandés?

-Paqui: Nosotros eramos una pareja muy joven, yo tenía 19 años, me quedé embarazada, estaba en el segundo año de la carrera. En mi casa no aceptaron la situación. Me pusieron la maleta en la puerta.

-Juan:!En ese momento decidimos irnos a vivir juntos¡. No podía ser de otra manera. Alquilamos un apartamento con el dinero que yo disponía de trabajillos extras. Yo estaba en el curso cuarto de mis estudios.

-¿Cómo llegasteis a conocer el asunto del barco?

-Paqui: Yo tengo una amiga metida en asuntos de organizaciones no gubernamentales. En el café de la Facultad le conté mi situación. Me propuso una solución rápida y final.

-Juan: Cuando Paqui me propuso que deseaba abortar me quedé helado. Cuando me dijo que era en un barco en altar mar me quedé mudo. Sin embargo, cuando me apuntó que sería gratis, ya vi la situación de otra manera, ya que nuestro grave problema era el económico.

-Paqui: Así fue. Mi amiga me puso en contacto con la organización de unas mujeres católicas por el aborto, o algo así, creo que se titulan. Fuimos a ver a dos personas más de ese grupo, que me trataron fenomenalmente. Y me lo pusieron todo fácil y sin ningún problema.

-¿Cómo fue el viaje, dónde embarcasteis, qué pasó?

-Juan: Nos dijeron que vendrían a recogernos un viernes por la tarde. Nos montaron en un coche con rumbo al puerto de …….. donde en un yate privado nos metieron en alta mar. Iba anocheciendo. Echaron el ancla. Nos metimos en un bote tipo zodiac. Y subimos a ese horrible barco holandés.

-Paqui: Mira, Juan, recuerda que yo iba temblando, que no sentía las piernas, que gracias a tus brazos medio me tenía en pie. De esta forma nos entraron en un barco que parecía los de los cruceros de las películas.

-¿Qué pasó allí?, ¿cómo os trataron?

-Paqui: El trato fue educado. Nos introdujeron en un camarote. Nos indicaron que ya nos llamarían para cenar. Así fue. A poco nos mandaron recado para ir al comedor. Nos acompañaron. Nos sentamos con otras parejas en similares circunstancias. Aquellas conversaciones eran lacónicas. Algunas mujeres lloraron sobre el plato de sopa. Yo fui una de ellas.

-Juan: Cuando terminó la cena, fuimos otra vez al camarote, pero antes de entrar nos indicaron que nos llamarían en cuestión de minutos. Así ocurrió.

-¿Quién os atendió?

-Paqui: Pasamos a una sala de consultas, donde me hicieron entre una enfermera y una auxiliar la historia clínica. Yo estaba embarazada de tres meses. Me extrajeron sangre. Me tomaron la tensión y me hicieron una ecografía.

-Juan:! El feto se veía perfectamente en la pantalla.¡

-Y ¿después?

-Paqui: Me dijeron que no me pasaría nada. Que tardarían dos o tres días en hacer la intervención y que, por lo tanto, nos fueramos a dormir tranquilamente. Y así hicimos. Yo no dormí en toda la noche, lloré, temblé de frio y de calor, estaba fatal.

-Juan: Nos engañaron como a chinos. A la mañana siguiente llamaron a la puerta sobre las siete. Abrí y me encontré con dos enfermeros que tomaron a Paqui de la mano y se la llevaron. A mí me dijeron que esperara en una sala donde estaba llena de hombres fumando y llenos de nervios. Me contagiaron enseguida. Me fumé casi un paquete. El tiempo se me hizo eterno.

-¿Qué ocurrió?

-Paqui: A mí me durmieron. No me acuerdo de nada. Solamente cuando desperté encontré la cara de Juan delante de mi en la cama del camarote, quien me miraba la cara y el vientre. No nos dijimos nada. Nos abrazamos con todas nuestras fuerzas. Y nos echamos a llorar como desconsolados.

-Juan: Yo me propuse no preguntarle por nada.

¿Y más tarde qué pasó?

-Paqui: Me tuvieron en ayunas durante todo el día. Solamente al anochecer me dieron un caldo caliente. Juan no quiso cenar. Y así pasamos nuestra segunda noche embarcados.

-Juan: Cuando el sol despuntaba por el horizonte, llamaron a la puerta, nos invitaron a que nos prepararamos a partir. Sin desayunar, nos montaron en las mismas naves que nos trajeron a puerto, donde cogimos un taxi hasta la casa.

-Paqui: Cuando pasaban los días me daba cuenta de lo que había hecho. Me puse en manos de nuestro amigo común el sacerdote……..quien ya nos introdujo en el camino de recuperación en todos los sentidos.

-Juan: Eramos jóvenes. Estabamos ciegos y solos. Hoy no lo haríamos, eso es seguro.

Muchas gracias por vuestro testimonio.

Dejamos a esta joven pareja. Ahora esperan un hijo. Ella está encinta de seis meses. Desean tenerlo con todas sus fuerzas. Y dicen que algunos más traerán al mundo.

Tomás de la Torre Lendínez