Cura periodista cuenta su estancia en Roma

El pasado 17 de marzo dediqué una entrada en este Blog El Olivo a un cura amigo. El título de aquel día fue: A José María Gil Tamayo, cura comunicador. Lo pueden encontrar pulsando aquí.

A la vuelta a la diócesis de origen, me envió un correo electrónico muy cariñoso. Ahora en la revista diocesana titulada Iglesia en camino ha concedido al director de la misma una entrevista, donde se entera uno de los entresijos de aquellos días en el Vaticano. La cuelgo tal cual:

Durante el Cónclave había 5.700 periodistas acreditados ante los que cada día comparecíais. ¿Cómo se vivía eso?
Desde el punto de vista informativo ha sido un auténtico reto. Por una parte se ha visto clara la importancia del hecho religioso en la sociedad contemporánea, el liderazgo de la Iglesia en el mundo, hablando desde el punto de vista humano, independientemente de lo más importante para nosotros que es la visión cristiana, la visión religiosa de este acontecimiento sin la cual no tendríamos una perspectiva adecuada de lo que ha ocurrido.

¿Eras consciente de que vivías algo histórico?
Sí. Primero por la renuncia de un Papa, que lleva consigo, aparte de la novedad, muchos análisis. Estábamos ante un hecho prácticamente inédito. Segundo el periodo de sede vacante, la llegada de los cardenales de todo el mundo…
y después entrábamos en un cónclave: la dinámica del cónclave, la escenografía, digamos los elementos que intervienen en el cónclave.

Explicar eso durante un mes para medios de todo el mundo sería complicado.
Debemos pensar que allí estaban destacados más de 1.000 medios de comunicación de más de 80 países en los que se utilizan unas 25 lenguas diferentes, en total 5.700 periodistas entre redactores, técnicos de televisión, fotógrafos… Tenían prácticamente tomados todos los alrededores de la Plaza de San Pedro con sets de Televisión con lo que eso supone de costo, utilización de satélites para las comunicaciones, toda la infraestructura del centro de prensa etc.
Esa maquinaria, digamos, ese evento hay que alimentarlo con información porque tienen que dar cuenta, tienen que hacer rentables las inversiones que han hecho sus medios enviándolos a Roma.

Las ruedas de prensa eran a tumba abierta, preguntaban de todo.
Sí, y para nosotros había muchas cosas novedosas. Había un Papa que se iba, era novedoso cómo llamarlo, cómo referirnos a él, cómo cambiar de etapa el día 28 de febrero a las 8 de la tarde y, luego, pasar a otra que era la llegada de los cardenales, la Sede vacante, el dinamismo de cómo funcionaba esto.
Además teníamos que hablar de unas reuniones que de por sí son secretas. Teníamos que hablar, que alimentar un gran aparato mediático, que es el más grande que ha habido jamás en la Santa Sede, dando información y manteniendo un trato con los periodistas porque sabíamos que detrás de ellos estaba la opinión pública, porque creíamos, y creemos en la comunicación y que los católicos tienen derecho a saber lo que estaba ocurriendo, porque la opinión pública quiere ver en la Iglesia esa trasparencia. Teníamos que conjugar la transparencia con la privacidad, de la que también desde el punto de vista institucional tiene necesidad la Iglesia como cualquier organización.

¿Eran incómodas determinadas preguntas?
Yo creo que hay que comunicar viendo en los periodistas no unos contrincantes, sobre todo los que participamos de la doble condición de periodistas y sacerdotes.
Entendíamos que nuestros compañeros y compañerasnos preguntaran lo que nos preguntaban porque nosotros también haríamos esas preguntas si estuviéramos al otro lado de la mesa. Es más, teníamos que decirlo con el lenguaje que entienden y no con un lenguaje de canonista.
Tenemos que hacer entendible a la Iglesia en el mundo de la comunicación. Esta es una opción muy clara, es una opción por una trasparencia por la cual hoy la Iglesia tiene que estar en el mundo y tiene que llegar a la gente. Esa ha sido la tarea.”

Juan José Montes

Me gustan y subrayo estas palabras de José María Gil Tamayo: “Yo creo que hay que comunicar viendo a los periodistas no unos contrincantes, sobre todo los que participamos de la doble condición de periodistas y sacerdotes”

Así se define el papel de los curas en los medios: comunicar sin tener a nadie como contrincante. Si todos los hiciéramos los frutos de la evangelización en los medios se notarían inmediatamente.

Tomás de la Torre Lendínez

1 comentario

  
Caminant
Volvemos al tema de la comunicación y de la palabra,don Tomás. Ayer hablabamos de S.Lucas,su Evangelio y su visión "periodística" de la Buena Nueva. Hoy lo hacemos de aquellos informadores que,gozosamente,hablan de la Iglesia,orgullosa y sencillamente también.
Firmeza,fe y sencillez son los caminos.
Un abrazo,pater.(Mi tripa sigue dando algunos problemas pero uno es ya un viejo combatiente)
13/04/13 6:39 PM

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