El tesoro del secreto del sacramento de la confesión

El gobierno de Irlanda lleva tiempo hablando de legislar contra el secreto de la confesión en los sacerdotes y obispos, quienes rompiéndolo delaten a los pederastas que se hayan confesado con ellos. El político irlandés, cuyo nombre no deseo escribir, es un bravucón del oeste americano con dos pistolones al cinto metiendo miedo a todo lo que se mueve dentro de la cantina sobre cuyo mostrador está echado.

Desde aquí le emplazo a que proponga esa ley lesiva de la libertad de conciencia individual cristiana, y perderá el gobierno en las siguientes elecciones. Le emplazo a que presente ya el proyecto de ley, y se deje de soltar bravuconadas en emisoras de radio de su país.

El secreto de la confesión sacramental ha sido siempre un tesoro que han deseado arrebatar los perseguidores de la Iglesia a los sacerdotes antes de llevarlos al pelotón de fusilamiento. Nunca lo han conseguido conquistar.

Con el sigilo sacramental los sacerdotes nos vamos de este mundo y con nosotros muere. Grandes cintas del cine como Una victima del secreto de confesión, son la mejor prueba de lo que significa para un sacerdote ser condenado falsamente y no delatar al verdadero culpable del delito que se había confesado con él tras cometerlo.

Los secretos de confesión no son algo añadido a la conciencia del sacerdote, sino que somos los mismos curas los que hacemos nuestros esos pecados, aunque los haya cometido el penitente, lo mismo que Cristo, el cordero inocente cargó con todos nuestros pecados y los lavó con su Sangre en el altar de la Cruz muriendo y resucitando para nuestra salvación.

Aquí está el sentido teológico del secreto del sacramento de la penitencia. Aquí tenemos los curas uno de los muchos motivos para derramar nuestra sangre, si llegado el momento tenemos que callar, como siempre hacemos, ante cualquier fuerza humana que desee sacarnos lo más mínimo sobre el secreto de la confesión de tal o cual persona.

El político irlandés, que, además, forma parte del partido popular europeo, pierde el tiempo en creer que puede legislar contra el tesoro del sigilo sacramental. Desde Cristo a hoy, son muchos los perseguidores de la Iglesia, ninguno ha conseguido arrancar nada de ningún sacerdote. Se han llevado solamente la vida de los curas, que hoy son mártires de la fe y defensores de su ministerio pastoral con su muerte.

Más, le vale a este político irlandés en preocuparse de su propia conciencia que desear entrar en las conciencias ajenas a través del secreto de la confesión. Es posible que si mira en su ojo encuentre una viga en él, cuando a lo mejor lo que él persigue en los demás de modo fraudulento es una simple mota de polvo.

Tomás de la Torre Lendínez

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Lean, si les apetece:

El organista del Papa en España

Blog del padre Tomás

http://tomas-de.blogspot.com/2011/09/el-organista-del-papa-en-espana.html

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5 comentarios

  
Mari Carmen
Todo eso ha estado muy bien dicho. Además, como muchos han señalado, ni el ministro ni su Gobierno dicen nada sobre el secreto profesional de los médicos y de los abogados, que no deben saber poco -por desgracia- sobre abusos. ¿Es que a estos señores no los importan las víctimas de abusos más que cuando éstos han sido cometidos por sacerdotes?
06/09/11 9:57 AM
  
Asclepio
El Blogger escribe con rotunda claridad y verdad.

El Código de Derecho Canónico, canon 983,1 dice: «El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo».

Bajo ninguna circunstancia puede quebrantarse el “sigilo” o secreto de la confesión. De acuerdo a la ley canónica, la penalización para un sacerdote que viole este sigilo sería la excomunión automática (Derecho Canónico 983, 1388).

Ocurre igual que en la Medicina con el secreto Profesional de los Médicos, que hemos jurado, el antiguo Juramento Hipocrático. 5 : " Respetaré los secretos que me fueren confiados en todo aquello que con ocasión o a consecuencia de mi profesión pudiera haber conocido y que no deba ser revelado ".

Este comportamiento es un valor tradicional de la profesión médica, que testifican todos los códigos y declaraciones de carácter ético profesional en la Historia de la Medicina.

Ambos son secretos inviolables en si, por su misma naturaleza.

Si estos secretos fueran vulnerados, ni se sería sacerdote ni se podría ser Médico.


Esa chispa de fuego celestial que llevamos en el pecho llamada conciencia, debe de permanecer siempre viva e inmaculada con respecto a nuestros compromisos profesionales contraidos con los demás aunque nos pueda costar la ruina o la muerte.

Este político Irlandés no sabe lo que dice, ni el grave terreno que pisa; atenta contra la libertad individual de la persona, y demuestra una suprema ignorancia de lo que es un sacerdote de Cristo.

Sus ideas resultan altamente infames y bochornosas, y debería dimitir inmediatmente por incompetente e inepto.
06/09/11 11:28 AM
  
juan
Padre,sin desperdiciar nada de éste su post, me quedo con esto que me llega al alma:"... sino que somos los mismos curas los que hacemos nuestros esos pecados, aunque los haya cometido el penitente, lo mismo que Cristo, ...
No hay dios como nuestro Dios.
Gracias Padre.
06/09/11 1:32 PM
  
Gregory
Nunca falta un político que busca publicidad con medidas extravagantes como esta esperemos que prive la sensatez en el medio politico irlandes y se enfoquen e los problemas de la nación que no son pocos.
06/09/11 2:48 PM
  
Eduardo Jariod
Si no se preserva el secreto de confesión en todo caso y circunstancia, sencillamente nos cargamos el sacramento mismo. Sin secreto no hay confesión posible.
06/09/11 4:12 PM

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