Uganda: el negocio del sacrificio ritual de niños
Me he quedado de piedra con el reportaje de la BBC. Las aldeas que rodean la capital, Kampala, están atenazadas de miedo. Padres y profesores vigilan a los niños en los trayectos a la escuela. Hay carteles que advierten del peligro de secuestro por brujos con el propósito de sacrificios humanos.
La práctica estaba en desuso hasta hace unos tres años, pero renace con el auge económico del país. Los sacrificios perpetrados tiene como objetivo atraer la abundancia económica y la buena salud.
Ya han sido descubiertos cientos de víctimas, cuerpos mutilados de niños en las carreteras. Según fuentes no oficiales, claro. El gobierno no da la cara.
Los reporteros se hicieron pasar por representantes de una compañía de construcción y localizaron a un brujo. Le pidieron un ritual para atraer el éxito. El brujo sacrificó un animal, les pidió 250 £ y les citó para el día siguiente. Entonces les propuso un «ritual más poderoso: enterrar a un niño vivo en el lugar de la construcción».
Recordé otro reportaje de la BBC sobre la situación de las niñas en los orfanatos chinos. Aquel documental conmovió a los españoles y se dispararon las solicitudes de adopción. Supongo que hoy que imperan «valores progresistas» no se mueva un dedo, sacrificar los propios hijos por la carrera profesional o la estética está hasta bien visto. Dicen que es un derecho. Eso sí, son los propios hijos, quizá en eso debamos cifrar los avances sociales.
O quizá, sólo quizá, sea para demostrar que todas las civilizaciones y culturas son iguales y sólo hay un enemigo a batir. ¿Lo adivinan?
26 comentarios
Pero lo que definitivamente me gustó fue la comparación que hace el autor con la cultura occidental, hace pensar y reflexionar sobre lo que hacemos con los niños "la gente buena". Espero que sirva para hacernos más congruentes. Ruego por todos estos niños nacidos y los no nacidos de occidente.
Paula, gracias y bienvenida, lo de la "buena gente" es así. Pensaba sobre todo en el aborto, pero lo que dices es mucho más sugerente.
Es que el diablo disfraza el mal de bien y, de esta manera, lo presenta a sus víctimas. Es lo que se llama la tentación. Lo dice Benedicto XVI en su libro "Jesús de Nazaret", cuando habla de las tentaciones del desierto: que tentar con el mal haciendo que parezca mal es demasiado burdo, así que tiene que disfrazarlo de tal manera que parezca un bien.
Lo que pasa es que el descenso hacia las profundidas del mal es un proceso muy lento, cuesta abajo, pero una cuesta que apenas se percibe. Al principio, son cosas sin aparente importancia, pero, poco a poco, va uno cayendo, envileciéndose, despojándose de "escrúpulos" morales.
Satanás es muy listo, más listo que nosotros, pues tiene inteligencia de ángel. Es tan listo, que ha conseguido seducir a toda la humanidad: Ahí tenemos los sacrificios humanos que se realizaban en la antigüedad, los sacrificios rituales de hoy en día como los que habla el post y, en nuestra sociedad actual, la aceptación social del aborto. Satanás ofrece el camino más cómodo, la puerta ancha, y, en esta comodonería es donde el que cae en la tentación, va descendiendo confortablemente, poco a poco, hacia el mal más hondo hasta llegar a ser capaz de cometer los pecados más viles y abyectos. El pecado, como dijo el padre Jorge Loring, es la gran bajeza, la gran locura, la gran primada y la gran canallada. Ver aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=HQ40XmeEhWA
O aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=4GBYyf9WAWo
http://www.youtube.com/watch?v=b-6s_m_cpRE&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=wspKGVgMd0U&feature=related
Necesitamos la ayuda de la gracia santificante para poder resistir a la tentación. Solos, no podemos.
Creo que todos vamos a estar de acuerdo en que este tipo de prácticas es simple y sencillamente deleznable; sin embargo, habrá mucha gente que buscará y rebuscará alguna excusa que haga parecer menos aberrante a ese tipo de prácticas sólo por formar parte de las actividades habituales de sus deidades.
Todos sabemos que Yavé demandaba de los judíos la consagración a él de todo primogénito, tanto de animales como de hombres (Éxodo 13, 1-2). Los niños y los animales que le pertenecían a Dios le eran entregados por medio de un sacrificio ritual; sin embargo, en el caso de los bebés existía la posibilidad de sacrificar a un animal en sustitución del niño (“rescate”), pero esto no era obligatorio, si el padre no tenía un animal con que rescatar al infante o no quería hacerlo, no tenía más alternativa que sacrificar a su hijo y ofrendarlo a Dios.
Además del sacrificio de los primogénitos, también existía el ANATEMA, que era todo aquello que se le consagraba a Dios. En Levítico 27, 28-29, se dice lo siguiente: “En cambio, lo que uno CONSAGRE a Yavé por anatema, cualquier cosa que le pertenece, HOMBRE, animal o campo de su herencia, no podrá venderse o RESCATARSE. Todo anatema es cosa muy SAGRADA para Yavé. NINGÚN SER HUMANO CONSAGRADO COMO ANATEMA SERÁ RESCATADO: SERÁ MUERTO”.
Nadie puede decir que esa ley era un invento judío y que no provenía directamente de la voluntad de Dios, ya que en el inicio del capítulo 27 se dice claramente que Yavé habló a Moisés para darle a conocer esas leyes que el pueblo judío tenía que cumplir.
Una prueba innegable de sacrificio humano ofrendado a Yavé es el caso de Jefté (Jueces 11, 30-31 y 39). En este caso, Jefté consagró en anatema a su propia hija si Yavé le otorgaba la victoria en una contienda bélica. En este caso no hubo “rescate”, es decir, no se sacrificó a un animal en sustitución del condenado, porque no se trataba de un primogénito, además de que era mujer y Dios sólo exigía el sacrificio de los primogénitos varones. En este caso, Dios no detuvo a Jefté para impedirle que sacrificara a su hija por fuego, dejó que éste continuara con el sacrificio que le había ofrendado.
En el caso de los Aztecas, es verdad que con el cristianismo se erradicaron los sacrificios humanos que éstos ofrendaban a sus dioses, sin embargo, esos sacrificios fueron sustituidos por las antorchas humanas a Yavé. Así que a final de cuentas todo quedó igual, sólo cambio la forma de matar a la gente.
Con toda esta evidencia, ¿se podría decir que las organizaciones cristianas que trabajan en Uganda serán acusadas de “quemar brujos” o de destruir el “patrimonio cultural” ugandés por condenar esas prácticas crueles, cuando Yavé exigía exactamente lo mismo que los dioses paganos de Uganda?
El Aborto hoy en día es un sacrificio a Moloc perpetrado por toda la Humanidad.
¿A qué te refieres exactamente con eso de las antorchas humanas a Yahve? No sé si sabrás que, con el Nuevo Testamento, dejó de usarse ese término, que, por otra parte, no es más que una hipótesis.
Por otra parte, parece que te confundes:
1º El dar al anatema no es ningún sacrificio ritual. En el anatema, hay un componente de maldición que no existe en el sacrificio.
2º En cuanto a Jefté, había pasado mucho tiempo con los gentiles, los cuales tenían por costumbre estos sacrificios humanos. Cuando Jefté jura a Dios que sacrificará al que le salga primero a recibir, Dios acepta el sacrificio, no porque lo apruebe sino porque, como el juramento es algo muy serio, no se puede tomar a la ligera pesando: "como sé que no se me va a exigir y no voy a adquirir ningún compromiso, puedo jurar lo que me dé la gana".
3º He leído desde el Génesis hasta el segundo libro de los Reyes y no he visto en ninguna parte que se dijera nada de la posibilidad de sacrificar de manera real y efectiva a los primogénitos humanos.
4º Todos estos sacrificios fueron sustituidos por el sacrificio de la cruz, que se actualiza todos los días en la Santa Misa de manera incruenta, donde es Dios mismo el que se ofrece a sí mismo: el sacerdote actúa en nombre de Jesucristo, que, según la doctrina católica, es la segunda persona de la Santísima Trinidad, por lo tanto, Dios; la hostia, o sea la víctima, se convierte en el cuerpo de Cristo, que es ofrecida al Padre. En resumen, en este sacrificio se identifican sacerdote, víctima y divinidad.
Por partes:
a)En el párrafo "...Yavé demandaba de los judíos la consagración a él de todo primogénito...", es cierto, lo dice, pero consagración es una cosa y lo que Vd. afirma otra, nada que ver hace una exégesis errada, porque la consagración de los primogénitos , al igual que la ofrenda de las primeras cosechas, tiene el sentido de reconocer a Dios como señor de la fecundidad y de la vida, bien diferente de lo que enuncia.
b)El jerem o anatema es una consagración total e inapelable, no se piensa en que la persona o animal consagrados deban morir, cuando esto se escribe nunca se daba el caso. Así mismo, el término se refiere a una cosa o persona apartada de la vida común de los israelitas.
c) En el caso de Jefté se menciona y describe el voto, pero no la aprobación ni del redactor ni de Dios.
Ergo es falso que el Dios de Jesucristo exija ..., y si tiene alguna prueba póngala a la vista.
“1º El dar al anatema no es ningún sacrificio ritual. En el anatema, hay un componente de maldición que no existe en el sacrificio.”
El anatema es un sacrificio ritual. Es un sacrificio porque se da muerte a una persona, y es ritual porque la muerte de la persona es ofrendada a Dios según las reglas establecidas en el culto. Claro que hay un componente de maldición, pero sólo para las víctimas, no para los victimarios que lo consideran como ofrenda agradable a los ojos de Dios.
“2º En cuanto a Jefté, había pasado mucho tiempo con los gentiles, los cuales tenían por costumbre estos sacrificios humanos.”
Jefté no sacrificó a su hija a Dios por el hecho de haber convivido con gentiles, lo hizo porque la había CONSAGRADO a Dios según la ley del anatema que Dios mismo comunicó a Moisés en Levítico 27: 28-29.
“3º He leído desde el Génesis hasta el segundo libro de los Reyes y no he visto en ninguna parte que se dijera nada de la posibilidad de sacrificar de manera real y efectiva a los primogénitos humanos.”
Si no existía la posibilidad de sacrificar de manera real y efectiva a los primogénitos humanos, ¿por qué existía el rescate? El rescate libraba al padre de asesinar a su propio hijo, pero si el padre no quería o no tenía un animal válido para realizarlo, tenía que matar a su primogénito. Eso fue justamente lo que sucedió en la historia de Jefté, él no podía hacer rescate alguno, por eso no tuvo más remedio de sacrificar a su hija.
Norberto:
“a)En el párrafo "...Yavé demandaba de los judíos la consagración a él de todo primogénito...", es cierto, lo dice, pero consagración es una cosa y lo que Vd. afirma otra, nada que ver hace una exégesis errada,…”
En Números 8: 17 se dice lo siguiente: “Porque míos son todos los primogénitos de los hijos de Israel, tanto de HOMBRES como de ganado. El día que di MUERTE a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, los CONSAGRÉ a mí.”
Como Dios mismo lo menciona en este versículo, la muerte o sacrificio de los primogénitos equivale a consagración, ¿dónde está la exégesis errada?
“b)El jerem o anatema es una consagración total e inapelable, no se piensa en que la persona o animal consagrados deban morir, cuando esto se escribe nunca se daba el caso.”
Parece que usted no leyó el versículo de Levítico 27: 28-29 que mencioné en mi primer comentario. Cuando Dios dio esa ley a Moisés, le dijo claramente que: “NINGÚN SER HUMANO CONSAGRADO COMO ANATEMA SERÁ RESCATADO: SERÁ MUERTO”.
Y claro que se mataba a todos aquellos que se consagraban como anatema. Mire, solo como ejemplo le mencionaré el caso de la victoria que los judíos tuvieron sobre Sijón y Og, Deuteronomio 3: 7: “Los CONSAGRAMOS en ANATEMA, EXTERMINANDO, a aquella GENTE, como lo habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: acabamos con todas las ciudades, HOMBRES, MUJERES y NIÑOS”. Y hay muchos ejemplos como éste.
“c) En el caso de Jefté se menciona y describe el voto, pero no la aprobación ni del redactor ni de Dios.”
Había aprobación de Dios porque así lo ordenó en Levítico 27: 28-29. Dios no le puede ordenar al pueblo judío el cumplimiento de una ley, y luego decir todo lo contrario cuando el pueblo da cumplimiento cabal a la misma.
"El anatema es un sacrificio ritual. Es un sacrificio porque se da muerte a una persona, y es ritual porque la muerte de la persona es ofrendada a Dios según las reglas establecidas en el culto. Claro que hay un componente de maldición, pero sólo para las víctimas, no para los victimarios que lo consideran como ofrenda agradable a los ojos de Dios."
1º No es el simple hecho de matar lo que caracteriza a un sacrificio religioso. Consiste en inmolar una víctima para ofrecerla a la divinidad. Esta víctima consiste en un bien del oferente: por ejemplo, una cabeza de ganado o las primicias de las cosechas.
2º En esta clase de sacrificios, no hay ningún componente de maldición para las víctimas.
3º Eso que el anatema se realizaba según las reglas establecidas en el culto, no lo tengo muy claro. Para empezar, no se realizaba en el lugar de los sacrificios rituales, en el altar, situado en el templo desde que este fue edificado en Jerusalén. Además no he leído nada referente a las reglas concretas establecidas para consagrar al anatema.
4º En el anatema hay un componente de maldición para las víctimas. Se destruye aquello que se maldice. Por ejemplo, Yahve ordena dar al anatema algunas ciudades debido a las abominaciones cometidas por sus habitantes o por el mal comportamiento con el pueblo de Israel. Por si no lo sabes, en la Antigüedad se tenía la costumbre de destruir las ciudades enemigas con todos sus habitantes. Eran tiempos muy duros. También se podía dar al anatema a una persona, pero, antes, tenía que ser maldita. ¿Te suena lo de la pena de muerte?
"Jefté no sacrificó a su hija a Dios por el hecho de haber convivido con gentiles, lo hizo porque la había CONSAGRADO a Dios según la ley del anatema que Dios mismo comunicó a Moisés en Levítico 27: 28-29."
No. La ofreció en holocausto, que no es lo mismo. Para que haya anatema, tiene que haber un componente de maldición para la víctima. No es éste el caso. No se habla de ninguna maldición para la hija de Jefté.
Le responderé a sus objeciones con los mismos números con las que usted las planteó:
1.- En el anatema, todas las víctimas inmoladas le eran ofrendadas a Dios. Y según Levítico 27, 28-29, él las tenía como “cosas MUY SAGRADAS”, no como cosas malditas.
2.- En un sacrificio por holocausto, por comunión, por pecado o por anatema, SIEMPRE habrá un componente de maldición para la víctima. Es ésta la que sufrirá y agonizará en su sacrificio, no el victimario ni el destinatario de la ofrenda. Para el que recibe estas muertes como ofrenda y para el victimario, puede haber una sensación de regocijo por ello, pero no para la víctima.
3.- El sacrificio de un ser vivo que se ofrendaba a Yavé no siempre seguía las misma reglas y, sin embargo, seguía formando parte de su culto. Se podía sacrificar por fuego, degüello, inanición, guerra, etc. En el caso de los sacrificios humanos ofrendados a Dios, ¿qué más da que se hagan de una u otra forma o que haya de por medio una bendición o una maldición?, al final de cuentas no dejan de ser asesinatos con los que se complace a Dios.
4.- En muchas ocasiones no se exterminaba a todos los habitantes de una ciudad a la que se le decretaba anatema por el hecho de haberse portado mal o por haber realizado cosas abominables, como dice usted; se les exterminaba por la codicia desenfrenada de poseer sus bienes y riquezas. Y dicho sea de paso, todos los exterminados se convertían en ofrendas para Yavé.
5.- La forma en la que Jefté sacrificó a su hija es lo de menos. Usted dice que no es un anatema porque el sacrificio se hizo fuera de un contexto de maldición… ok, supongamos que usted tiene razón. Si el sacrificio de la hija de Jefté no encuadra en ninguno de los diferentes tipos de sacrificios rituales que se describen en el Antiguo Testamento para el culto a Dios (sacrificio por holocausto, por comunión, por pecado, por culpas, etc.) ni tampoco con el anatema; ¿entonces diga usted cómo se llamaba ese tipo de sacrificio?
1º ¿Sabe usted lo que significa la palabra "maldición" usada en el A.T.? Porque me parece que confunde el hecho de que la víctima sufra y agonice en su sacrificio con el hecho de que esté maldita. Son dos cosas distintas. Cuando un israelita sacrificaba un cordero a Yahve, no se maldecía a la víctima. Es más, había una maldición que impedía sacrificar a la víctima. (¿No te suena nada lo del chivo expiatorio?)
Es más, si toda víctima del sacrificio fuera maldita, nunca se podría comer y, sin embargo, hay sacrificios en que la carne sacrificada es comida.
2º Cuando se dice que las víctimas del anatema son cosa sagrada para Yahve, quiere decir que no se pueden tocar, están apartadas de la intervención humana. Que sean sagradas, no significan que no sean malditas. "Maldecir" significa mal decir, o sea, decir mal. Además, la palabra latina de donde deriva, "sacer", puede significar también maldito, execrable. Hay un verso de Virgilio en la Eneida que dice: "quid non mortalia pectora cogis / auri sacra fames!" Esto es, "a qué no impulsas a los mortales, ¡maldita sed de oro!"
3º Te equivocas por completo en tu punto cuarto. Los bienes y riquezas de las ciudades dadas al anatema no podían ser tomados, quiero decir, no debían. De hecho, Samuel "regañó" a Saúl, de parte de Yahve, por haberse quedado con algunas cabezas de ganado de una ciudad dada al anatema, según él, para ofrecerlas en sacrificio. Por esto fue por lo que le fue retirada la bendición y el favor de Yahve.
4º En cuanto al sacrificio de la hija de Yahve, ya lo dije anteriormente. Jefté la ofreció en holocausto.
Cuando dije "hija de Yahve" debí poner "hija de Jefté".
Piensenlo bien creo que inocentes no deben pagar por los errores de nuestra forma de vivir.
Saludos.
TODA ESTA INFORMACION SE ENCUENTRA EN LA PALABRA DE DIOS QUE ES LA BIBLIA.SI LA OBEDECE TIENES MISERICORDIA Y NO LA OBEDECES RECIBES JUICIOS.
Dejar un comentario
Últimos comentarios