Dimite «obispesa» luterana por encubrir pederasta

Malos tiempos para la lírica. Pobre Jepsen, no tiene quien le escriba. Reniegan de ella aquellos que aplaudieron su nombramiento como «obispesa» ¿Dónde están hoy las feministas?

¿Recordáis?, el problema de pederastia se solucionaría si los curas fuesen mujeres y/o estuviesen casados. Pues va a ser que no, y aquí, los dos juntos. ¡Menudo mazazo para José Manuel Vidal!, menudo ridículo de la progresía eclesial.

No se trata de un tú más, o un tú también, pero descontextualizar y negar la realidad no ayuda nunca a resolver los problemas.

El caso es, por desgracia, repetitivamente asqueroso. Un pastor (en este caso protestante) comete abusos en la década de los 80, y no se actúa como se debía. En mayo, la «obispesa luterana» Jepsen dice que nunca supo del asunto, y resulta que no es verdad. La hermana de una de las víctimas amenazó con contarlo todo, y Jepsen dimitió.

Una vez más se rompe la asociación sacerdote-católico (varón y célibe, claro) Ojalá la sociedad tome ejemplo de cómo afronta los hechos la Iglesia Católica, aprendiendo de sus errores, y del liderazgo, también humano, de Benedicto XVI. ¿Se perseguirá en serio el turismo sexual en Asia o en Cuba?

Y los que ven en el sacerdocio femenino el bálsamo de Fierabrás han tenido pruebas empíricas antes de lo previsto. Yo, la verdad, creo que podían haber cuidado un poquito más la selección, ¡hombre! que son las primeras y debían dar la talla, después de la dimisión de «obispesa» de Hannover, Margot Käßmann, por ir hasta las cachas de alcohol al volante y que tuvo que dimitir en febrero de la presidencia del Consejo de la Iglesia Evangélica Alemana, esperábamos algo más. Vamos, digo que debían haber cuidado la selección. Porque hubo selección, ¿no?