26.12.17

Que arrasen las pirámides de Egipto. Por antiguas

Qué antiguo te estás volviendo. Hay que actualizarse. Eso me dijo una antigua feligresa al conocer la parroquia de la Beata Mogas. Los tres principales signos de carcundia que ella observaba eran la adoración perpetua, los confesionarios y los reclinatorios para facilitar la comunión de rodillas a los que desearan recibirla de ese modo.

Únicos argumentos. Cosas antiguas. Modernizarse. Supongo que hoy me llamaría carca y con más motivos, ya que en Nochebuena y Navidad, en Braojos, en prueba de recalcitrante conservadurismo, tuve la desfachatez de revestirme con una casulla de seda del siglo XVIII, y utilizar un cáliz también del XVIII. Y no fue nada aislado, que para la Purísima un servidor ya había estado rebuscando en el museo parroquial y conseguí encontrar una preciosa casulla azul evidentemente de guitarra, cosa del todo inadmisible para todo fiel cristiano medianamente actualizado, insertado en la realidad y profético en su inanidad.

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24.12.17

Pa uno o dos que van, no merece la pena

Mis pueblos no son Madrid, ni las tres parroquias la Beata Mogas. Lo primero a lo que he tenido que acostumbrarme es a olvidarme de iglesias llenas, gente a cualquier hora y amplia respuesta de los fieles ante cualquier iniciativa.

Celebro misa cada día, los domingos en las tres parroquias y los días laborables, dos en cada uno de los pueblos. La asistencia, escasísima, especialmente en días laborables. Algún día he celebrado solo, con una persona, con dos… alguna vez con siete u ocho… También ocurre los domingos. Ayer, sábado, fui por la tarde a suplir a un compañero en una parroquia cercana. Misa dominical. Cuatro personas: dos religiosas que acudieron con las llaves para preparar todo y dos más. También esto es Madrid.

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21.12.17

Destetar

Hay un fenómeno, bien es verdad que afortunadamente escaso, que siempre me ha causado un cierto estupor. Me refiero a esos maridajes de sacerdote y grupo –comunidad pueden llamarlo- que unen los destinos de ambos con más fidelidad y estabilidad que en un matrimonio de los de antes. De dos formas se da este fenómeno.

Una forma es el sacerdote con comunidad cristiana portátil. Es decir que don Senén se reúne con un grupo de gente, que la gente se reúne con dos Senén, y vaya donde vaya el buen cura, su comunidad con él. ¿Qué a don Senén se le traslada a la parroquia de santa Gundisalva? El grupo se va a santa Gundisalva. ¿Qué al cabo de los años otro traslado lo lleva a la de san Perengano? Sin problemas, allá va la comunidad. Y no solo va, sino que se hace con las riendas de todo, convencidos de que la nueva parroquia funcionará gracias a ellos.

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19.12.17

Evangelio y doctrina. El cardenal Tobin, otro que tal baila

Que un periodista afirme que una cosa es el evangelio y otra la doctrina, es algo que no pasa de una simple opinión muy suya. Que alguna Joaquina despistada lo corrobore, no deja de ser anecdótico y una cuestión de menor relieve. Que lo afirme un sacerdote resulta preocupante. Que lo sostenga el cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark, es como para que se te pongan los cuatro pelos que te quedan como escarpias del siete.

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18.12.17

Ante todo, y sobre todo, el Evangelio y, después, la doctrina

Pues ya ven, esto que parece el summum de la perfección evangélica, la cima de la nueva evangelización y la expresión más sublime de la caridad pastoral, es el mayor fraude, la manipulación más torticera de la realidad y el retorcimiento más sinuoso de la teología que pueda darse, y todo en aras de una supuesta “actualización bondadosa e imprescindible” de la praxis pastoral. Se lo explico.

Es muy sencillo. Si el evangelio va primero, y la doctrina en segundo lugar, eso quiere decir que evangelio y doctrina son cosas diferentes, más aún, pueden ser contradictorias, y más aún, que la doctrina no siempre es evangélica.

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