InfoCatólica / De profesión, cura / Archivos para: Julio 2013

11.07.13

Rafaela acaba de estrenar el coche de don Jesús

La noticia se extendió por todo el pueblo a la velocidad de la luz. No hacía cinco minutos que don Jesús había aparcado su coche nuevo a la puerta de la iglesia y ya se comentaba en el bar. Los más espabilados hasta sabían el precio: marca tal, modelo tal, de tanta potencia, y con extras… pues le ha salido por lo menos por tantos mil euros. La consecuencia, evidente: caramba, cómo viven los curas…

No se iban a quedar al margen las buenas mujeres de misa diaria. Un coche nuevo siempre es un coche nuevo, y si es del señor cura, razón de más: bonito coche, don Jesús… Gracias, si algo os hace falta…

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10.07.13

Catarata de críticas contra la encíclica de Francisco

¿Acaso se esperaban otra cosa? Era lo previsible en la progresía eclesial. Tras varios meses de vendernos la moto de la primavera eclesial que por fin llegaba con Francisco, comienzan a vislumbrarse los nubarrones de siempre. Es verdad que gustan los gestos del papa, a mí también, pero me temo que escuece su doctrina. Eso de que hable con inusitada frecuencia del demonio, la oración, la confesión o la Iglesia como el CAMINO y no una vía más, son cosas que acaban haciendo pupa. Cuatro meses hablando de la renovación eclesial y nos sale ahora Francisco con esta encíclica que parece gusta más bien poco.

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9.07.13

Bodas de plata y oro. Mejor en la misa parroquial

En esto, como en casi todo, cada maestrillo tiene su librillo. Y cuando hablo de opciones pastorales hablo justo de eso, de posibilidades y de los experimentos que uno ha ido haciendo y el resultado que ve.

No hay nada definido en la iglesia sobre bodas de plata y oro matrimoniales. Apenas unas oraciones propias dentro de los textos de la celebración del matrimonio. A partir de ahí, cada cual lo hace como puede. También en esto he visto de todo, llegando incluso a convertir el evento en una especie de segunda boda con padrinos, entrada solemne de “novios” y parafernalia semejante. Allá cada cual con lo que vea más conveniente.

Lo que si intento, por todos los medios, es que la celebración sea en dentro de una misa parroquial. No solo por evitar la proliferación de misas que en algún momento puede resultar un problema, sino sobre todo, por encima de todo, como testimonio ante la comunidad.

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8.07.13

Madre Teresa: opio de las clases altas

Ahí tienen el último exabrupto del “amigo” González Faus. Para esta gente es ver a la beata Teresa de Calcuta y ponerse de todos los colores, rechinar los dientes y sufrir espasmos varios. Algo así como un endemoniado ante el agua bendita y la cruz.

¿Pero se puede saber qué narices les ha hecho esta buena mujer para que la tengan tantísima manía? Ese es el meollo de la cuestión. Porque la buena de Teresa de Calcuta tiene todos los ingredientes para ser icono del progresismo más progre: es mujer (y por tanto, según sus teorías, está discriminada en la Iglesia), es pobre, y se supone que puede aportar pocos bienes a las inFAUStas arcas vaticanas, y está volcada en la causa de los débiles que según el amigo Faus es algo que en Roma resulta molesto. Es que lo tiene todo: mujer, pobre y con los pobres. Vamos, como para hacer cruces de Palacagüina con su imagen, repartir sus escritos en cada congreso de teología y llevar un trozo de su sari como reliquia. Pues no. Nada de nada. No solo rien de rien sino que la han elevado a la categoría de “opio de las clases altas”.

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7.07.13

Fray Gorrón

Para fray Macario era importante el voto de pobreza. Por eso, entre otras cosas, no tenía carnet de conducir y se había prometido a sí mismo no tomar jamás un taxi. Eso sí, constantemente: ¿P. Manuel, me puede llevar en el coche de la comunidad a tal sitio, D. Fulano, sería tan amable de acercarme con su coche a tal lugar a recoger unas cosas, doña Menganita, me acercaría mañana a la estación de autobuses, que voy de viaje y tengo una maleta bastante pesada?

También valoraba mucho la pobreza el P. Senén. Por eso no solía llevar apenas dinero encima. Pero tampoco se privaba de nada. Buenas vacaciones en casas de familias distinguidas, comer en los mejores restaurantes, refrescos, cine, teatro… Padre ¿y la pobreza? Es que me invitan…

Fr. Alberto pasa todos los años unos cuantos días en la playa en casa de unos familiares a mesa y mantel. No paga nada ni por la casa, ni por la manutención. Si salen a comer fuera, ellos pagan. Si un refresco, invitado. Los viajes o con ellos, o con el billete pagado. No se priva de nada. Ellos pagan. Otro pobre.

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