La cuarentena de Socio
No. No son días para peleas, reivindicaciones ni andar colgándose medallas. Para eso ya tenemos a los políticos. Son días para vivirlos en serenidad, oración, presencia de Dios y mucha paz. Días para la solidaridad con tantos enfermos, con las familias que están perdiendo a los suyos, con los hermanos sacerdotes que se han visto contagiados.
Socio está en cuarentena. Ni va a padecer la enfermedad ni pude contagiarla, pero la padece resignado con su amo. La verdad es que, en principio, apenas debería notar diferencia alguna, ya que estamos en casa y sale al jardín de la casa parroquial como siempre, pero sabe que algo no va bien. No me digan por qué, pero lo sabe.
Básicamente duerme, pero me ayuda en algunas cosas. Si salgo a tender la ropa, me acompaña. Si me acerco a la leñera a por unos troncos para animar la chimenea, siempre se viene conmigo. De paso, aprovechamos para jugar un rato a la pelota. No hay nada que le guste más, y si le doy la oportunidad de rematar de cabeza, ya es lo máximo.
Hace unos días estuvimos arreglando el césped. No hace falta explicar cómo se lo pasó. No sé si sacar de aquí el significado de “perro verde". Como los niños cuando se meten en un charco. Es verdad que toca baño, pero en el fondo te ríes.
Los perros acaban entendiendo perfectamente a su amo. Socio y no nos entendemos a las mil maravillas. Cuando entramos en casa, tras su maquillaje en verde, solo necesité decirle: “Socio, estás cochino, así que ya sabes lo que toca".
No necesitó más. Directamente se fue al baño y, estoicamente, porque no es especialmente aficionado, se sometió a un lavado a fondo.
En casa, cuando se queda solo, se porta bien, aunque en alguna ocasión no se ha resistido a la trastada. Por ejemplo, hace unos días decidió abrir la lavadora y repartir la ropa sucia por toda la casa. En otra ocasión decidió el señorito subirse a una cama, agarrar la colcha y tirarla al suelo. Eso lo hace cuando se aburre o está enfadado conmigo, quizá porque se ha quedado más tiempo solo del que él calculaba.
Para mí es una suerte pasar la cuarentena con este bichejo. A la iglesia no se viene. En cuanto salimos de casa y ve que nos acercamos al templo, directamente se da media vuelta. Me ha salido poco piadoso. En casa del herrero…
Feliz jornada. Y saludos muy especiales de parte de Socio.
19 comentarios
Aunque usted nunca está solo, me alegro de que tenga la compañía de Socio.
También le felicito por el buen adiestramiento del can, que no vaya a la iglesia demuestra la excelente piedad del dueño.
En otro orden de cosas, creo que hay que unirse a las oraciones y consagración de la península Ibérica, tenemos mucho tiempo para rezar, interesarnos y dialogar con familia y amigos, una experiencia triste pero que resultará enriquecedora si es que sobrevivimos a ella y si no, que Dios se apiade de nosotros.
Mensaje del 13 de diciembre de 2020
“Convoca a la gente y diles: sin arrepentimiento y verdad en su oración, este mal durará mucho más de lo que ustedes piensan; vuélvanse a Mí, su Dios y arrepiéntanse; una oración sincera y universal me llegará a Mí, su Dios; el ayuno puede arrojar demonios; cualquier sacrificio es aceptable a Mí; desháganse de su espíritu de letargo y renuncien a sus malas acciones y hagan la paz conmigo, su Dios; déjenme escuchar: “Señor, ten piedad de mí, pecador”, y Yo mostraré compasión y derramaré bendiciones sobre todos ustedes; vengan, no teman, Yo estoy escuchando; ..ic”
Dios escribe derecho en renglones torcidos. Tal vez sea su manera de exponer como nefastos, corruptos y buenos para nada a los gobiernos anticristianos de España y México.
No entiendo como es que la gente los vota, pero ahora, es muy claro que mienten, son incapaces y no les importa la vida de sus compatriotas.
Ya llegará el momento en que los tengamos que echar en sana sea la parte, hoy la prioridad es la sanidad.
( Perdón Padre Jorge). Sí, silencio, oración por todos y ayudar a todos. Que no de palabras huecas y conceptos retóricos obsoletos que nada resuelven. Otra vela para vísperas. Cuídese, que los demás haremos lo que podamos.
Le rezo su Avemaría.
Y el miércoles a las doce del mediodía, todos con el Papa a rezar a Dios nuestro Señor.
Devuelva los saludos al simpático socio.
Y cuidense todos.
Aparentemente qué incómoda está... pero ahí pasa sus noches...
Da risa verla tan grande y ahí encajonada...
Los perros son lo más... muchos, que no todos, siempre deseosos de agradar, a su manera, a su amo.
Saludos al Socio
Una vez la quise regresar a casa para no ir a dar escándalo en la iglesia con su presencia y que se regresa la ingrata antes que yo. Cuando llegué ya estaba ella debajo de una de las bancas, descansando (durmiendo).
Gracias por contar sobre su perrito. Es una maravillla.
Cuídese Padre Jorge, también lo hago
Ave María
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