Engancharse a la misa dominical
Me parece que hay que entrar por el camino de la simplificación. Los planes pastorales de diócesis y parroquias me superan. Objetivos, contenidos, actitudes que fomentar, valores que proponer. Si hablamos de actividades, ya es que ni cuento. Entre catequesis, campamentos, liturgias varias, grupo de A, B, C y X, salidas, excursiones, Cáritas, cultura, vida ascendente, fiesta parroquial y encuentros a diversos niveles: parroquia, arciprestazgo, vicaría, diocesanos, alguna peregrinación… un estrés de padre y muy señor mío.
Todo esto me parece bien. Cuanta más vida una parroquia, mejor que mejor. Dicho esto, yo creo que lo que hay que lograr es que la gente se agarre a la misa dominical de forma que se convierta en algo tan consustancial, tan natural, como respirar, comer, caminar, dormir. Cuando me encuentro con una familia que, por ejemplo, al planificar un viaje, lo primero que se pregunta es dónde ir a misa el domingo, o cuando salir o regresar para no perderla, esa es una familia católica enganchada a la Iglesia.
No siempre hemos sabido valorar convenientemente la misa del domingo. Sin embargo, es algo tan fundamental que se nos presenta como primer mandamiento de la santa madre Iglesia y su obligatoriedad bajo pecado mortal. No es por fastidiar, evidentemente. Es que es algo tan clave, que uno no puede permitirse faltar a ello. Es más, cuando se habla de un católico perdido, lo primero que se nos dice es que ya no iba ni a misa los domingos.
La misa dominical supone que uno, al menos una vez por semana, tiene la oportunidad de encontrarse con otros católicos, rezar, escuchar la Palabra, oír una homilía, compartir unas monedas en la colecta y enterarse de la vida de la comunidad. Al menos una vez por semana uno asistirá a la celebración del santo sacrificio.
Es la clave. La misa del domingo. En esto necesitamos insistir a niños y adultos. Llega un momento en que esto se convierte en algo tan natural que uno no se plantea la posibilidad de un domingo o un festivo sin ir a misa el domingo. Y al revés. Suelo decir a los niños que la mejor forma de perder la fe es olvidarse de la misa dominical.
No falla. El primer domingo que uno no va a misa, el segundo y el tercero, siente remordimiento. A partir del cuarto, uno descubre que tampoco es tan importante. Más adelante, se decide que lo importante es ir cuando se sienta, que ir por ir sin sentirlo no merece la pena. Sigue la cosa por ese “los que van son los peores”. Continúa por el camino de que para hablar con Dios no necesito ir a la iglesia y acaba que bueno, que en realidad algo tiene que haber.
Misa dominical. Siempre. Para todos, en cualquier edad, en cualquier momento. En casa y fuera, en vacaciones y durante el año ordinario. Domingo y festivo, navidad y agosto, siempre.
¿El resto? Vendrá solo. El riesgo es limitar la Iglesia a ser buenos, compartir, estar con los débiles y lo de la misa no es para tanto. Nos hemos cargado el invento. Los de misa dominical son los de siempre, los que no fallan, los que apuestan por la Iglesia. Por eso, siempre, viva la misa del domingo.
¿De dónde salen los grandes colaboradores? ¿De dónde los comprometidos? Los de verdad, de la misa del domingo.
35 comentarios
¿Y lo que supone realmente comulgar?
Llegar a la edad de 40 años y estar todavía que si el precepto, que si la obligación y no haber descubierto la Eucaristía como don y gracia.
También hay gente que va a Misa todos los domingos y permanece como "un saco de patatas", sin participar de la liturgia, estando de cuerpo presente sin estar.
¿Nuestras Misas son realmente asambleas fraternas? Que esa es otra.
La manera de atraer facilitando no suele dar buenos frutos, uno sólo agradece que el metraje de una película sea corto cuando la película es mala porque "Lo que el viento se llevó" nunca aburrió a nadie en 1940. Mis alumnos de primaria soportaban una película infantil de dos horas en 1970, y, al final de mi vida profesional tenía ya que ponerles cortos y, aún así, algunos empezaban a impacientarse a los 10 minutos.
Cuarenta minutos con el móvil apagado y sin muñecos que se muevan en una pantalla empieza a ser difícil de aguantar para todos los que no tenemos una preparación previa de largos años metidos en un tren que tardaba once horas entre Madrid y Algeciras, sin más distracción que ver pasar los postes de teléfono por la ventanilla.
La famosa introspección, la imaginación, el recogimiento, el control del aburrimiento, etc...exigen práctica y no se improvisan.
Una sociedad nerviosa, deseosa de estímulos continuos y dependiente de lo externo, como es la que vivimos, es el peor tipo de sociedad posible para todo lo espiritual. Ese es el problema.
El soportar el ser sin hacer es misión imposible para los jóvenes de hoy en día, en cambio pueden cambiar de actividad continuamente sin percibir que son, y no se lo pregunte porque no saben, no contestan.
Pero a los malos curas les gusta mucho eso de ser buenos y compartir, y como no creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía desprecian la Misa.
La purga que necesita la Iglesia es brutal, y uno de los primeros pasos es quitar obispos cansados y tibios e impulsar la vocación, no ya de nuevos presbíteros, sino de los que ya están y ya no sienten nada.
Un comentarista más arriba se queja de que los feligreses no saben lo que significa la Eucaristía. Bien, ¿acaso se les explica alguna vez? Luego señala que no se puede estar con el "cumpli-miento", es decir, con el cumplo y miento. De acuerdo, pero esto es no menos aplicable a los curas que cumplen y mienten cuando deberían en verdad celebrar y no cumpli-mentar la misa. Si es penoso hallar a feligreses que asisten como "sacos de patatas", peor aún es soportar una misa en la que el cura se aburre en medio de su celebración, se aburre de la vida parroquial, se aburre de ser párroco. Y para no aburrirse, se apunta a lo que le echen: excursiones, actividades juveniles, marchas, jornadas mundiales de la juventud, de la senectud o de posmenopáusicas, viajes ¿religiosos? de ensueño por costas exóticas, retiros excitantes, charlas improvisadas..., con tal de dar color y barniz de activismo y compromiso a lo que no pasa de ser un cumplo y miento que oculta su bostezante a-burri-miento.
"Canon 1247: El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa;
y se abstendrán además de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor, o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo".
Participar es la obligación, no alcanza con ir a Misa. No se suple con nada.
Qué es participar ?, cómo se participa ?, ahí es donde está el tema.
Seamos capaces de verlo a Cristo en las manos que lo muestran en su manera transubstancial y salgamos de la Misa en paz para seguir en la Misión cotidiana.
Habría que añadir que tampoco ayudan mucho las confesiones con horarios de oficina. Quizás se dirá que hay menos sacerdotes y por eso lo del horario. Creo, sinceramente, que si hubiera más confesiones y disponibilidad para ellas, se podría evangelizar mejor, pues el pueblo vería que si el sacerdote está en el confesonario, está para algo importante.
Las muchas actividades parroquiales pueden parecer interesantes, pero sin descuidar las fundamentales: los Sacramentos. El sacerdote es consagrado para la Eucaristía y la Confesión y no debe descuidarlas ya que son su misión principal y nadie del pueblo cristiano le puede sustituir en ellas.
La homilía será importante, sin precisar el tiempo de la misma, si se dedica a la predicación de la palabra de Dios y no a comentarios sin sustancia espiritual ni teológica.
Habría que empezar a educar desde 0, haciendo una reflexión crítica comenzando primero por los mismos obispos y curas.
Estuve hace unos meses en unas confirmaciones y la duración de la celebración fue de 3 horas. Y ya no lo digo por el tiempo, que también, sino sobre todo por el mensaje que se trasmite, que a la gente de a pié no le llega, que no se puede dar una clase magistral de Teología, que para eso está la enseñanza, que hay que llegar a la gente y no hablar de cosas que ni entienden. Quien de los presentes, católicos poco practicantes creéis vosotros que van a repetir otra celebración de este tipo?
Previa confesión, se nos da una enorme cantimplora para atravesar el Sáhara; el regazo de nuestra niñez que perdimos; las caricias puras del amor primigenio; el recordatorio que nacimos para Quien nacimos;la posibilidad de limpiarnos de las adherencias que no podemos evitar en este mundo; una luz en las tinieblas; la fuerza del león de Nemea y un arrullo que intuimos y nos espera, entre otras infinitas cosas.
Lamento no acertar en lo que me gustaría que fuera una exacta definición de ella por falta de recursos expresivos, pero de cualquier manera, NUNCA nos alejemos de la Misa.
Se debería ya cortar con el rollo del dinamismo "encarnado en comunidad" y todo eso, ¿no? Por muy virguera que sea una misa de domingo y por muy vivo y abrazado que esté el aforo, nunca superará en espectacularidad y poder de atracción a un cotillón de fin de año, por ejemplo. Déjennos tranquilos con la participación, que la obligación verdadera es "Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar". Cada uno es un mundo ante Dios, y hasta un poeta tan poco practicante como León Felipe lo captó a la primera:
"Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios".
Y personalmente, creo que desde hace veinte años que por MIsericordia Divina; se me permitió regresar a Casa en la Iglesia Católica de Cristo.
El Plan Pastoral desde entonces hasta el dia de hoy; me parece que es el mismo.
Las únicas variantes, y eso en muy pocos casos; son en el personal encargado para llevarlas a cabo. (...)
Francamente considero que en la gran mayoría de los grupos parroquiales; existen siempre las mismas luchas de “poder”, entre intrigas, conveniencias personales, mucha inmadurez, y quizás hasta satánicos camuflados., porque esto se evidencia año con año en el fruto que entregan, por el verdadero propósito designado para la Misión Pastoral, ya que es nulo o muy poco.
Creo que estos grupos; a veces sirven más cómo una especie de muralla humana, que no deja salir aire desde adentro, por lo que a veces este se enrarece tanto que resulta sofocante. Y mucho menos permiten entrar a la luz del Sol, para que pueda iluminar hasta el último rincón del lugar; quizás pecando de ese modo por omisión, y permitiéndoles a las nubes negras avanzar hacia adentro, trayendo consigo tormenta y destrucción.
Pienso que un buen remedio para tratar de evitar esto último, sería quizás; que los encargados de los grupos pastorales, tuvieran una duración específica en su cargo, no mayor a cinco años; para que así por la fragilidad humana persistente, nadie llegue a sentirse “dueño de su parcela” en la Viña del Señor. (...)
Personalmente; colaboré durante tres años con mi granito de arena en oración y disposición, para la expansión del Reino de Cristo en la tierra.
Y aunque me parece que debido a una condición personal, no tuve ninguna responsabilidad muy relevante en dicha Tarea.
Por salud mental y emocional; he tenido que regresar a participar cómo desde un inicio, sólo en la Misa del Domingo.
Considerando gracias a Dios, un honor y no un derecho cualquier otro llamado del Espíritu Santo, para volver algún día a participar directamente en la preparación y Celebración del Sacrificio Vivo y Santo, en La Iglesia Católica de Cristo.
Por.eso creo que usted tiene mucha razón; en su consideración de buscar colaboradores en la Misa del Domingo, porque pienso que ahí permanece una buena relación, en cada encuentro con el Señor.
Saludos! DLB.
Rezada la Avemaria.
Leyendo su artículo veo que la formación religiosa que han dado las monjas después del VII ha sido mejor que la dada por religiosos o curas o frailes en colegios religiosos, y aunque más sencilla la de las sores, ha permanecido.
Y nunca un domingo sin su Misa.
In Domino.
NB: Aún me acuerdo de mi Sor María de Párvulos y la Q que era la del pajarito.
Le rezo su Avemaría.
La participación consciente y madura en la Eucaristía, existe por lo tanto una obligación seria de conocer la Liturgia y lo que llamamos partes de la Misa, siglos de Liturgia nos preceden, encontremos el atractivo de ver a Cristo realmente presente y elevado en las manos del celebrante.
San Juan Pablo II ( Carta encíclica "Dives in Misericordia", § 13) lo expresa en forma definitiva cuando enseña que es imprescindible "sobre todo la participación consciente y madura en la Eucaristía y en el sacramento de la penitencia o reconciliación. La Eucaristía nos acerca siempre a aquel amor que es más fuerte que la muerte (Ct 8,6): en efecto, « cada vez que comemos de este pan o bebemos de este cáliz », no sólo anunciamos la muerte del Redentor, sino que además proclamamos su resurrección, mientras esperamos su venida en la gloria (Cfr. 1 Cor 11, 26; aclamación en el «Misal Romano»)".
Pero, verdaderamente. ¿quien sigue siendo creyente? Que hacer con los que han abandonado la Iglesia? Como traerlos nuevamente a la fe de la Iglesia? Que hacer con los alejados? Con tantos que sufren por no conocer a Jesucristo?
Hay que poner en marcha otro tipo de PLAN PASTORAL. Que pienso no se organiza en un despacho. Para dar respuesta a la realidad del mundo de hoy.
No digo para nada que sea "compadrear con el mundo . El mundo y sus pompas son incompatibles con Jesucristo y su IGLESIA.. Pero la pastoral de sólo Sacramentos sirve para mantener lo poco que queda pero no atrae a los alejados.
No es Vano lo de NUEVA EVANGELIZACIÓN DE SAN JUAN PABLO II
¿De verdad tiene que ser así?? Yo asisto a una Misa de sábado y domingo que dura 45 minutos, con una homilía de 20 (¡y se nos hace corta!), seguida de 15 minutos de Adoración al Santísimo. El Sacerdote lo hace todo .... ¡¡incluso lee él las lecturas!! (¡uyyyy..... qué poco participativo es estoooo!!).
Le diré que voy con mis hijos adolescentes..... ¡y no se aburren!!
He llevado también a mis sobrinos adolescentes, que estaban de vacaciones..... ¡¡y han querido repetir!!!
Y es una Misa silenciosa, sin cantos ni alharacas (sólo un par de estrofas de algún canto eucarístico, al exponer y reservar), sin excentricidades del celebrante, sin espectáculo, en la que se puede comulgar de rodillas y con devoción.
En fin.
en ese contexto cuesta la misa dominical, ni que decir de la misa diaria, o un rato de adoración entre semana.. Cuando el amor de nuestra vida, no es el Señor cuesta todo.
los que se fueron... pues hay que aceptarlo o dejaron de creer o nunca creyeron.. la formula es "pro multis", no por todos.
Hablamos de misas amenas... quiero una función de teatro o payasos que me amenicen voy al circo o al teatro.
Que si la homilía es larga o corta, eso significa que nos cuesta el tiempo dedicado al Señor, si estamos mirando el reloj, estamos midiendo el tiempo, que le dedicamos al Señor.
He ido a misas, que el celebrante parecía que tenia un ataque de diarrea, pues no se explica que siendo domingo durara 45 minutos, he participado en otras alargadas con cantos y más cantos; y
He tenido la gracia y la dicha de ir a misas de Rito Bizantino, la primera vez me impresiono, la riqueza del rito... pero algo me robó el corazón, el cura nunca mira su reloj, son ceremonias que duran casi 2 horas.
Salvo, a misas celebradas por sacerdotes enrolados en la teología de la liberación, donde cambian hasta las rubricas, no me siento comoda y procuro evitarlas.
Pero yo no voy por el coro, ni por el cura, ni porque es una capilla o una catedral, yo voy por el Señor , eso inculque a mis hijos desde que nacieron hoy tienen 21 y 14 años y acomodan sus horarios para no faltar a misa.
¿En qué lugar ocurre eso? Es que si me queda cerca me apunto.
Laudetur Iesus Christus
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