Cosas que uno aprende del prosés
Por supuesto que esto no es un blog de política y mucho menos de políticos, aunque tendrán que reconocerme que hasta de la política aprende uno cosas para la vida, los principios y hasta la fe.
Una de las cosas más sorprendentes de todo el proceso este que todos conocen por el “prosés” es el poco convencimiento que tienen del mismo sus principales impulsores y, sobre todo, la incapacidad de sacrificarse ni un mínimo por aquello en lo que creen en conciencia. Ha bastado ver la prisión en lontananza y los más aparentemente comprometidos han sido los primeros en bajarse las calzas, masculinas o femeninas, renunciar a sus actas, desdecirse de lo dicho y largarse fuera de España.
Hablo de esto únicamente por lo que tiene de significativo en esta sociedad nuestra. Nos quejamos de que la gente no viene a la iglesia, de la ausencia de vocaciones, del relativismo que nos ahoga, de la poca perseverancia de niños y jóvenes en su camino de fe. Es verdad que tal vez en la Iglesia no hemos sabido comunicar la fe, educar convenientemente, lo que quieran. En el fondo nos hemos amoldado a una sociedad débil, egoísta, interesada tan solo en el propio yo.
Decimos que la gente rechaza lo religioso. No es del todo así. Estamos en una sociedad, la española sin ir más lejos, en la que, con el cuento, sí el cuento, de la democracia y de la libertad, no hay más valores que lo que me interesa a mí, más principios que mi propio provecho ni más objetivo que hacer lo que me da la gana. Sociedad en la que los principios no existen o son cambiantes, Groucho marx dixit, y en la que el sacrificio parece algo para los demás.
Lo más vergonzoso del prosés es que se sustente en unos personajes que no aguantan ni el primer asalto. Gallitos ayer para votar a un candidato a presidente del todo imposible. Gallinas que acaban la sesión y renuncian a sus actas antes de presentarse ante el juez o que incluso se van del país. Gallitos que aplauden la posible república y gallinas que se desdicen ante el juez. Gallitos que sacan pecho en el parlamento catalán pero que ruegan con lágrimas al juez su libertad alegando que todo era poco menos que un paripé.
Esta es nuestra sociedad. No es que no haya vocaciones para religiosos o sacerdotes. No hay vocaciones para la vida religiosa, ni para el sacerdocio, ni para la política si es que el seguirla pudiera causar el más mínimo incomodo. Fácil ser político cuando no se arriesga nada y se cobra, abundantemente, a fin de mes. Otra cosa es cuando las ideas políticas, las que proclamas, las que defiendes, tus principales valores, te pueden llevar a prisión. Ahí se demuestra la calidad de las personas. El político de talla, la persona de talla, es quien tiene unos principios y los defiende aún a costa de su fama, su dinero y su vida, como los mártires.
El político que ante las dificultades renuncia, se esconde, se desdice y se larga no es más que un reflejo de una sociedad débil incapaz de cosas tan imprescindibles como la fidelidad, el sacrificio, la entrega.
En esta sociedad débil y acomodaticia, no es fácil encontrar vocaciones para todo aquello que signifique compromiso, entrega y sacrificio. Ya lo ven. Hay para políticos mientras sea cobrar, pero no si hay que dar la cara. No hay para la vida religiosa, el sacerdocio o el matrimonio.
25 comentarios
Saludos cordiales.
Vivimos en la sociedad líquida y relativista y consumista por excelencia. No hay nada de valor más allá de nuestros sentimientos, por muy atrofiados que estén. No voy a Misa porque me aburro, no participo en política porque es siempre lo mismo, no leo porque es un "rollo"...
Ese es el mensaje que damos a la juventud hoy en día: "píllate" un trabajo poco exigente donde ganes mucho dinero. Nada de relaciones estables (léase matrimonio) ni hijos, que son un peñazo. Que tu rutina sea trabajar, volver a tu piso a ver series, y trabajar al día siguiente. Si eso en vacaciones o en el "finde" sal con tus amigos, acude al tugurio más extravagante o consume la droga más actual, y luego "cuélgalo" en tus redes sociales. Cuantos más "likes" consigas, mejor. No te fies de organizaciones que te exigen mucho, como la Iglesia. A esos les han lavado el cerebro. No salgas de tu comodidad.
Ave María, llena eres de gracia...
Vocaciones sacerdotales a la baja.... vocaciones para la vida matrimonial también.
El llamado "procés" era un gran teatro de la clase media catalana que ha interesado a diverso sectores poderosos españoles que exista, para tapar la gravedad de lo que se nos viene encima, y como tal acabará. No será la primera y última función teatral en España. Despúes del prucés vienen otros especdtáculos. Al tiempo.
Voy con cierta frecuencia a Barcelona y la impresión es pésima: templos en mal estado, templos vacíos, vocaciones en caída libre... Y de los monasterios, ¿para qué hablar? Ya hablan suficientemente el abad de Montserrat, la Forcades o la Caram. Se les entiende todo. Para echarse a llorar.
DIOS TE SALVE.....
¿Y en "Madrit"?... unos pasteleando para ver lo que también se podían llevar y otros cobardes.
Y otra cosa, mossen Mariner, en tu pueblo seguro que ha calado esa imagen de la España (Andalucía, que es lo que entiende a día de hoy un catalán cuando lee esa retahíla descriptiva que sueltas "acaparando subsidios, rechaza el esfuerzo no remunerado, no quiere problemas, mucha fiesta y juerga continua y poco trabajo, ninguna responsabilidad y mucho sueldo. A vivir que son cuatro días, y ya llevamos dos.") subsidiaria, pero la realidad es que Cataluña, región de España, tiene un déficit de 70 mil millones de euros y los que chupan el bote en esta desgraciada región española se cuentan por número igual o mayor que en otras regiones españolas.
En cuanto a la Iglesia Católica fue, el Concilio Vaticano II el que propicio el derrumbe de las vocaciones y en general, la pérdida de la Fé.
Oremos en esta Semana Santa, para que Jesús en su Crucifixión por nuestros pecados, tenga misericordia de todos nosotros y nos salve.
2ª Carta a Timoteo, 3,1-9
Quiero que sepas que en los últimos tiempos sobrevendrán momentos difíciles.
Porque los hombres serán egoístas, amigos del dinero, jactanciosos, soberbios, difamadores, rebeldes con sus padres, desagradecidos, impíos,
incapaces de amar, implacables, calumniadores, desenfrenados, crueles, enemigos del bien,
traidores, aventureros, obcecados, más amantes de los placeres que de Dios;
y aunque harán ostentación de piedad, carecerán realmente de ella. ¡Apártate de esa gente!
Así son los que se introducen en los hogares, seduciendo a mujeres frívolas y llenas de pecados, que se dejan arrastrar por toda clase de pasiones,
esas que siempre están aprendiendo, pero nunca llegan a conocer la verdad.
Así como Janés y Jambrés se opusieron a Moisés, ellos también se opondrán a la verdad: son hombres de mentalidad corrompida, descalificados en lo que se refiere a la fe.
Pero no irán lejos, porque su insensatez se pondrá de manifiesto como la de aquellos.
Lo peor que se puede hacer en política es el ridículo, y los políticos nacionalistas del " prosés" lo están haciendo la mar de bien.
( me refiero al ridículo)
Rezo su Ave Maria.
" Estoy hasta los mocos de estas mamarrachadas independentistas catalanas, vascas y lo que te rondaré morena; de las sandeces hediondas de la clerecía progre; del discurso de esos seres tan grotescos que atribuyen los problemas con la nieve a la corrupción y al heteropatriarcalismo, y" todos somos Ana Julia Quezada". Son gentuza que no creen en lo que ellos mismos dicen y que se ríen de su electorado ( o del Magisterio de la Iglesia, o de su subvencionador ) a su puñetero morro, pero que siguen viviendo, no mal por cierto, de lo que proclaman combatir. Me gustaría asistir a sus felices reuniones reivindicativas en la austera Suiza con una mochila"
Naturalmente le he llamado al orden, y le he recordado lo importante que es la misericordia. Él, supongo que contrito y avergonzado, se ha ido llorando.
Otra cosa distinta es que como católicos nos gustaría saber la verdad plena sobre la renuncia papal. Pero esto es pedir mucho, me imagino. Al menos de momento.
No pongo ni quito nada, por favor infórmense antes de criticarlo, que esto es verdad, aunque no se crea.
Es evidente que el cartel trajo sus consecuencias...
Dejar un comentario