La gracia de ser cura de pueblo

Aunque siempre escribo para todos, hoy me van a permitir que lo haga pensando de manera especial en los sacerdotes, y especialísimamente en los compañeros que, como un servidor, ejercemos el ministerio en el mundo rural. No es nada fácil.

No son pocos los sacerdotes que viven o sienten la pastoral rural, la que llevamos a cabo en pueblos, demasiadas veces mínimos, como algo que hay que hacer, pero sin ilusión, sin esperanza, sin demasiadas ganas de sacarlo adelante. Es decir, me tocó, pues nada, a hacer lo que se pueda. Los hay que se acostumbran incluso a vivir así, y los hay locos por largarse a una parroquia mayor. Tampoco todos comprenden el ministerio de un sacerdote en pueblos diminutos y se preguntan si no sería suficiente con mandar a alguien alguna vez.

Fui párroco rural de dos parroquias de tamaño mediano, y ahora el Señor me ha concedido vivir y trabajar en tres pueblitos que, entre los cuales no llegan a cuatrocientos habitantes. ¿Merece la pena? No solo merece la pena, sino que es una gracia de Dios.

El sacerdote de pueblo, de pueblos, es sacerdote de todos y de todo. Cuántas veces en las grandes parroquias el cura acaba especializado en un ámbito de la pastoral: los jóvenes los lleva mi compañero, los bautizos los prepara D. Fulano y para liturgia hablar con sor Veremunda. El cura de pueblo hace de todo: es el que casa y bautiza, atiende a los cuatro de catequesis, está con los jóvenes, si los tiene, visita mucho, eso sí, a los ancianos, auxilia a los moribundos, entierra. El cura de pueblo está en la fiesta patronal, y el día de los santos. El cura de pueblo reteja, barre, ordena el archivo y hace sus cuentas para estirar hasta el infinito los tres euros con cincuenta de la colecta del domingo.

El cura de pueblo tiene la gracia de conocer a las familias, saber quienes son los nietos, los tíos.

El cura de pueblo tiene el privilegio de haber sido enviado a atender a los pobres, a los débiles, acompañar a los solos, vivir una iglesia tan en salida, tan humilde, que no tendrá nadie muchas veces ni para escuchar “y con tu epíritu”. Sacerdote de todo y de todos, que conoce a todos, que sirve a los que se van quedando sin servicios de ningún tipo.

El cura de pueblo tiene la inmensa suerte de vivir de una manera muy especial la fraternidad sacerdotal. En las ciudades los sacerdotes nos vemos o no. En los pueblos, tenemos que vernos, ayudarnos, compartir. Nos hacemos más hermanos sacerdotes.

Ser cura de pueblo supone partir de una gratitud inmensa a Dios que nos regala ese enorme privilegio. Gracias Dios mío porque me has regalado naturaleza, calor humano, cercanía, gente necesitada.

Me van a permitir mis lectores y mis compañeros algunas ideas para vivir con gozo ese ser cura rural de pueblos mínimos donde parece que nada tiene sentido.

Quizá la primera es reconocer la responsabilidad de los mismos sacerdotes, de la Iglesia, en esta aparente frialdad que se pudiera notar en nuestros pueblos. Pueblos había “de castigo”, donde siempre acababan recalando los curas más díscolos. ¿Qué podemos esperar ahora? Y también tenemos que purgar nuestros pecados sesentayocheros cuando alegremente, porque sí, muchos pueblos fueron despojados de sus tradiciones para encontrar a cambio nada. Ahí estamos. Añado el poco cuidado con los bienes de la iglesia ¿dónde irían a parar aquellos candelabros de plata?, aunque tuvieran que venderse para evitar la ruina del campanario.

La pastoral rural es la pastoral de la gracia y el optimismo. Pastoral de gracia porque todo nos tiene que venir de Dios. Una pastoral que tendremos que hacer los curas sobre todo rezando, pidiendo a Dios, invitando a rezar. El principal ministerio del cura de pueblo es rezar y celebrar, sobre todo, pensando no en si viene gente o no, sino en la fuerza que viene de Dios.

Y es la pastoral del optimismo, del que se alegra porque hoy vino una persona a misa, porque ayer atendió a un enfermo y le pudo ayudar a bien morir, porque ha podido hablar con alguien remiso. Optimismo porque uno cree que es posible una apertura a la gracia de Dios, está convencido de ello, y no deja de tocar el último hilito por conseguir un alma para Cristo. Es la pastoral que pasa del “solo vienen dos” al “hoy ya han venido dos”. A ver qué se me ocurre para que acuda el tercero, mejor la tercera.

Para acabar, no me miren la pastoral rural desde la eficacia empresarial. Sí, eso de un cura trabajando en Madrid, en otra parroquia, en el obispado, estudiante, y que los fines de semana, o en los entierros, se desplaza. Fundamental vivir en el pueblo. El párroco rural no va a atender a los pueblos, vive en ellos, es uno más. Vive en el pueblo, pero no es del pueblo. Está como todos, pero es un hombre de Dios. Y da gracias por la oportunidad de servir, aunque los frutos inmediatos estén cocinados con la harina de la ingratitud.

Hermanos curas de pueblo: qué suerte tenemos.

23 comentarios

  
Aro
Muy de acuerdo con lo que dice, pero además hay que tener en cuenta que muchas parroquias de Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia, de varios miles de habitantes, pero que no llegan a 400 fieles practicantes.
26/02/18 1:48 PM
  
M.Angeles
Precioso. No puedo estar mas de acuerdo.Si bendicion es para vd. ni me imagino lo contentos que estaran en Braojos, Gascones y La Serna.
26/02/18 1:50 PM
  
Martinna
No se me ocurre nada más que decir : muchas felicidades para usted y sus pueblos con las bendiciones de Dios.
26/02/18 1:52 PM
  
Desde Valencia
Leyendo su artículo -después del Avemaría por su intención y por la Iglesia en general, que me he quedado horrorizada con la "misa carnavalera"- he recordado a mi padre, que de niño fue monaguillo en una aldea y tenía un recuerdo maravilloso del cura, un señor muy polifacético que atendía varias parroquias y para él fue un verdadero maestro.
Que Dios y la Virgen le bendigan.
26/02/18 1:59 PM
  
SR.
Bravo. Y nada más.


Ave María, llena eres de gracia...
26/02/18 3:25 PM
  
Francisco de México
Hermanos curas de pueblo: qué suerte tenemos.

AMEN, con Ave María.
26/02/18 3:28 PM
  
maru
Hay que ver lo q hizo San Juan Maria Vianney en el pueblecito al que lo destinaron. Todavia hace poco q pude leer más extensamente, de lo q conocia, lo q realizó en Ars. No se desanime D. Jorge, admiro a los sacerdotes que viven y ejercen en el rural y no hace falta mucho para saber que es vd. un buen sacerdote. Que el Señor y su madre le ayuden.
DIOS TE SALVE MARIA, ....
26/02/18 4:19 PM
  
rastri
Yo soy un feligrés que desde que vino el joven cura a nuestro pueblo, casi diez años ha, suelo ir a misa cada día, leo, hago las lecturas en las misas mu a menudo. Tengo una formación teológica suficiente, creo, como para hacerme escuchar. Y como feligrés de este cura aún no he conseguido tener un minuto de atención con el en cuestión.
-¿Y qué hacer? : Decirle al Obispo que a este cura no le gusta ni el pueblo ni las gentes, que no se gana ni el sueldo que le pagan. Y de estos, como cardenales en discernimientos, haylos. desgraciadamente los hay más de lo que uno quisiera.

-Don Jorge que Dios le guarde su fe, porque meterse en asuntos de Dios y reírse de El, no es buen negocio, ciertamente que no.

26/02/18 5:21 PM
  
Roberto
Quizá la cuestión no es si los pueblos son grandes o pequeños, sino si hay comunidades cristianas en ellos.
No todo el mundo que habita en pueblos se siente iglesia, tiene fe y valora el tener un presbítero presidiendo la comunidad. También la secularización ha llegado al mundo rural.
He conocido a sacerdotes que atienden a varios pueblos y te lo dicen: nuestra presencia es testimonial y de referencia, pero a la Misa van cuatro, los jóvenes (pocos) suelen pasar bastante, estamos para ayudar a bienmorir, funerales y sacar el santo en las fiestas patronales. Quieres organizar algo sólido (curso de Biblia, etc) y te acuden las personas de siempre, las tres catequistas, alguna madre y poco más.

Y con el tiempo y la despoblación progresiva de muchos pueblos, habrá un cura para atender a 6 o 7 núcleos rurales, o más.
26/02/18 7:23 PM
  
Anacoreta
Para usted no ha sido un castigo, sino una bendición para usted y sus fieles, ya lo verá. Siga así, que solo no está. Ah, y recuerdos al Socio, supongo que lo tendrá bien abrigado por los fríos serranos.
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum...
26/02/18 8:14 PM
  
Margarita
Padre Jorge, gracias por su testimonio y especialmente porque ha puesto de referencia al Santo Cura de Ars y pienso que así han de ser todos los sacerdotes. Esa cercanía y oración que muchas veces necesita el pueblo, es más difícil realizar para un sacerdote empeñado en varios afanes.
He conocido a un sacerdote franciscano que es un santo, el Padre Boris Tanderic. Él vive para el Señor como lo hace usted, no se despega del confesionario, ahora lo han trasladado y se me hace un poco más difícil ir donde él está, ruego a Dios en mis oraciones que tenga siempre esa disposición y apertura para quienes buscamos el sacramento de la confesión. Como extraño confesarme y eso que voy a misa diario y puedo pedirle al sacerdote que me confiese pero a veces no lo hacen por falta de tiempo, se van pronto a atender otras necesidades de la Iglesia. El Padre Boris no, él vive prácticamente encerrado en su convento y recibe a quien le busca. Benditos sean ustedes los sacerdotes, los encomiendo en mis oraciones
26/02/18 8:24 PM
  
Silvia Inés
Por un lado Misa carnavalera (o payasada diabólica?) y por otro un buen sacerdote cumpliendo con su santo deber, otro Cura de Ars... Animo, querido Padre !
26/02/18 8:30 PM
  
claudio
Añadiría Cura de pueblo "chico". El ámbito rural únicamente recibe y acepta a aquellos (ordenados o desordenados) que pueden sentirse rurales, ser rurales. No es para cualquiera. La urbanidad es para cualquier persona, la ruralidad no. Lo extraordinario es que en muchísimos casos las vocaciones se originan en los pueblos. Los Seminarios deberían tener un año misionero rural. Hay reglas sobre la amistad, el respeto, la conducta cotidiana, el equilibrio, los límites en el hacer y decir, que únicamente se aprenden en la convivencia real que otorga lo rural, el conocer a los demás por lo que son y no por lo que parecen o dicen ser. En el pueblo el Cura almorzaba todos los días en el restaurante frente a la plaza con el Director del Hospital, el de Correos, el boticario y otros notables que cortaban la jornada.
26/02/18 9:23 PM
  
PABLETE
Que Dios lo bendiga padre Jorge y le de salud para atender a sus feligreses. Soy chileno y vivo en una ciudad de 100 mil habitantes (San Antonio) en la que hay cuatro parroquias. Pues bien, con mi madre asistimos a Misa a la más lejana, atraídos por las notables homilías y el amor a la Eucaristía y a las formas sagradas de su párroco, el padre Vicente Véliz. Me siento agradecido a Dios por poder elegir, por ello que pena lo que le ocurre a Rastri que deba soportar el padecimiento de sentir que su sacerdote no es digno de la sotana que viste y que suerte la de sus feligreses que lo tienen a usted, digno presbítero. Gracias por su blog, lo leo con gran deleite y espero un día poder tener la gracia de poder visitarlo, pese a la gran distancia.
26/02/18 10:37 PM
  
Aro
Creo que los pueblos de la sierra madrileña ya no son rurales al estilo clásico, pues en ellos hay muchas casas que son segunda vivienda y que multiplican su población en Semana Santa y sobre todo en verano. Esos ciudadanos ocasionales necesitan también asistencia espiritual, de lo que seguramente tampoco son conscientes ellos.
26/02/18 10:39 PM
  
Tannhäuser
"Beatus ille qui procul negoti is" y en su caso, Pater, mas aún, pues está ocupado, pero en los asuntos de Dios. Seguro que realizará una gran obra en esos tres pueblos y Dios se lo pagará.

Le rezo su Avemaría
27/02/18 8:57 AM
  
Alfonso
Rezo y pido porque haya mas sacerdotes como usted. Un abrazo padre !!
27/02/18 12:29 PM
  
Luis Enrique
Al hilo de lo que expone el Padre, dejo este enlace de germinans germinabit, que explica brevemente los problemas de un joven cura rural.

germinansgerminabit.blogspot.com.es/2018/02/estamos-aqui-para-apoyaros-y-ayudaros.html

27/02/18 2:12 PM
  
GUILLERMO OSPINA ARCHILA
Que emosion tan grande para los seglares que trabajamos para Dios a nuestra propia manera que nos inspira el Espiritu Santo. Que bendicion, tenerte como paradigma de lo que es el verdadero amor a Dios. El te va a llenar de alegria en cada minutoi de tu vida. Con Cristos como tu: nuestra iglesia Catolica se hará invencible. Demuestrales a todos curas y laicos comprometidos como es que de brazo con Maria Santísima: se hace verdadera Iglesia. Mi correo electronico es corpoidear @gmail.com como tu querido Padre ya lo conoces desde que te hice llegar mi Guia para evangelizacion sobre la muerte y la vida eterna.
27/02/18 11:02 PM
  
Miguem7
D. Jorge, estoy por trasladarme a ese pueblo suyo. ¡Qué suerte tienen sus vecinos!
28/02/18 9:22 AM
  
Javi
"Todo es gracia": Últimas palabras de la intensa película de Robert Bresson sobre la célebre novela "Diario de un cura rural" de Georges Bernanos.
28/02/18 12:12 PM
  
Tito España
¡Emocionante escrito sobre lo que es o debe ser un sacerdote!
28/02/18 7:35 PM
  
Cachorro
Padre me encanta su artículo y soy devota del santo Cura d’Ars. Cada mañana, en mis preces de Laudes rezo por todos los sacerdotes y los llevo en el corazón. Cuánto me gustaría vivir en uno de sus pueblitos, quizás el mas chico... Animo en su Ministerio, seguro que se siente muy cerca del Maestro entregado a sus feligreses. Creo que somos muchos los que le encomendamos en nuestras oraciones para que el grano que está sembrando dé ricos frutos.

Ah! Socio está muy guapo recién salido de peluquería con su abriguito verde. Qué suerte tiene el amigo...

Pater, Ave y Gloria.
01/03/18 12:05 AM

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