Ya era hora de que alguien recordara lo que es el rito de la paz
Nada que nos deba extrañar. Cuando las cosas se desmadran, se salen de lo previsto, y se transforman en lo que jamás se pensó, normal que alguien diga algo. Lo del rito de la paz, especialmente en celebraciones “especiales” (bodas, comuniones, funerales) se había convertido en un jolgorio de no te menees. Llegaba el momento de la paz y se montaba una como si acabáramos de ver llegar a los tíos de América después de cuarenta años. No era normal.
Como no lo era que justo antes de acercarse a recibir la comunión el personal se distrajera de tal forma que luego costaba Dios y ayuda que volviesen a entrar en el interior del misterio. Ya sabe, Padre nuestro, cinco minutos de saludos, carreras, besos y abrazos y hale, a tranquilizarnos que toca comulgar. Algo había que hacer.
Me ha resultado divertido descubrir cómo hay gente que se ha molestado muchísimo con el cardenal Cañizares acusándole nada menos que de no comprender “el efecto Francisco”. Pues mal andamos de vista y de entendederas, porque si hay alguien que quiere reconducir el rito de la paz es el papa Francisco en persona, según se lee en el mismo documento: “El Santo Padre Francisco, el 7 de junio de 2014, ha aprobado y confirmado cuanto se contiene en esta carta circular…” Vamos, que es el papa el que ha dicho que se mande la circular y que ya está bien.
Nos pasa mucho en la liturgia. Olvidamos lo esencial o lo ninguneamos, para echar toda la carne en el asador en lo que es justamente un tema menor, tan menor que el darse la paz el misal romano lo recoge como “si parece oportuno”. Todavía no hace mucho una catequista decía que había que fomentar el rito de la paz porque los niños lo valoran mucho. Ese es el gran error. No hemos sabido educar a los niños para valorarlo importante y nos hemos quedado es destacar lo meramente accesorio.
Importante es escuchar la Palabra, importante la consagración. Importante la comunión. Importante destacar la Palabra con cirios, gestos, incienso. Importante que llegue la consagración y todo ayude a valorar como algo EXCEPCIONAL el momento: ponerse de rodillas, el sonido de las campanillas… No digo nada la comunión enseñando a los fieles a recibirla con las debidas disposiciones y distribuyendo el cuerpo de Cristo con solemnidad y devoción.
Se nos va la olla buscando destacar lo más insustancial: procesiones de ofrendas interminables para ofrecer lo que después nos volvemos a llevar a casa, un darse la paz larguísimo, el niño, la mamá, el papá o el señor Mariano con unas acciones de gracias que duran y duran. Y claro, se hace todo tan largo que tenemos que abreviar comiéndonos una lectura, recitando la plegaria eucarística a todo correr y omitiendo el silencio tras la comunión por la cosa de que se hace tarde. Porque claro, la procesión de ofrendas, la paz y la acción de gracias del abuelo son intocables.
Menos mal que han puesto sensatez con lo de la paz. Aunque para mí que se han quedado cortos. Yo directamente la suprimiría en celebraciones especiales y con gente poco habitual.
Merece la pena que lean el documento. Lo pueden encontrar aquí.
24 comentarios
El rito de la paz ya era opcional... pero nunca he ido a ninga misa donde el cura se lo haya saltado.. y bien que dicen algunos de ellos que tiene caracter "opcional" pero no se atreven a suprimirlo de vez en cuando...
¿ Y qué decir de los cantos de la paz ? Además de que no deberían haber, además, se utilizan músicas laicas cuando está totalmente prohibido...
En fin D. Jorge... si yo no me he enterado mal... no va a pasar nada...
Por cierto, me disgusta la expresión "costo Dios y ayuda"... ya lo decía la Santa de Ávila "sólo con Dios basta".
Saludos
Yo quisiera que los curas dieran instrucciones precisas sobre qué gesto se puede hacer, qué gestos son inapropiados e inadmisibles y que al menos una vez al año obligaran a cada uno a ir a darle la paz a la persona con la que están peleando.
En cuanto a suprimirlo... le deseo buena suerte. Y le recomiendo revisar que los extintores estén bien cargados porque ese día van a saltar los tridentes y las antorchas en el pueblo santo.
No es mi deseo fanfarronear, pero esto ya lo pensaba yo hace mucho tiempo. No solo el numerito que se montaba en acontecimientos tales como 1ª comuniones, funerales, bodas... (Vd. lo dijo en uno de sus artículos muy claramente: hemos sustituido la fe y la liturgia por el espectáculo), sino incluso en la misa dominical.
Verá, yo suelo dar la paz a mi mujer e hija, que están a mi lado. Como me pongo en una esquina del banco, no tengo nadie al otro lado. Pues no es raro:
1. Que los del banco delantero se vuelvan y todos (5 personas) me estrechen la mano.
2. Que los del banco trasero me golpeen repetidamente la espalda hasta que me vuelvo y le doy la paz... a otros 5.
Imprimiré este documento y lo llevaré a los sacerdotes de mi Parroquia, aunque ya he hablado con ellos varias veces de este asunto. A ver si por venir con la firma del Cardenal Cañizares hacen caso (y un poco de catequesis)
Dios le bendiga.
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Papel mojado, tiempo al tiempo.
Y en esto igual desde kikos a progres...
La semana que viene se casa un amigo mío por la Iglesias. Ambos son ateos, pero ella es profesora de educación física en un colegio concertado y no se quiere casar por lo civil para ahorrarse problemas con el colegio. Supongo que entre casos así y los que no quieren dar el disgusto a sus padres o abuelos...
Sólo será útil para casos especiales, como misas oficiales y casos parecidos.
Para el día a día, la situación seguirá como de costumbre.
La eliminación de los abusos sólo puede pasar por la eliminación completa del rito de la paz, circunstancia que no se dará.
Al menos aquí en Catalunya, la mayoría de curas harán caso omiso de las intrucciones o consejos de la Congregación para el Culto Divino; eso sí, si lo hubiesen dicho los monjes de Montserrat: eso va a misa. Y que a ningún laico se le ocurra recordar al vicario o párroco de turno la declaración de la Congregación para el C.D. porque el buen "mossèn" se convertirá como un cuervo en estado catalíptico. Y los curas regulares son los más desobedientes.
Creo que habría que comentar la desobediencia continua del clero a cualquier instrucción, ya sea del mismo Pontífice, o de las diferentes Congregaciones. Yo he sido testigo cuando salió la Instrucción sobre los abusos litúrgicos, el párroco de mi parroquia manifestó que ellos harían lo que les daría la gana.
Olvidan siempre que los fieles laicos, que somos la mayoría, tenemos derecho a una liturgia correcta. Pisotean nuestros derechos siempre.
La expresión Dios y ayuda es coloquial y muy usada en colegios religiosos. Es una expresión que se entiende perfectamente viniendo de esos sitios y teniendo algún año más de 60.
Agradezco la enfatización de D. Jorge sobre la autoría del Papa Francisco de esta carta circular mediante el Nos mayestático.
In Domino.
Aplaudimos en su totalidad esta Circular.
La Eucaristía no es un acto cultural, ni un entretenimiento, ni un chiste de mal gusto. La culpa de quién es? de los sacerdotes. Sobre todo de aquellos que permanecen en la Iglesia para desbaratarla, destruirla. Esos son los ideologizados por la teología de la liberación. Que los OBispos ejerzan, por favor, su autoritas!
No reza nunca el Credo y se viste según le parece.
Todo esto y más, ha minado la moral de muchos, que ya han dejado de ir regularmente a misa.
Lo saben sus superiores, pero no hacen nada.
Mientras tanto rezo,espero y confio en que cambie el cura, o lo cambien a él.
Por favor, dad datos concretos del cura y de la Iglesia o Parroquia a que pertenece, para que sirva de denuncia aunque sea sólo en nuestro ámbito.
Por mi parte, cuando algo se ha "salido de madre" me he quejado al Párroco y si no hacía caso, al Vicario. Y ahora tengo un asunto que está ya en el Obispo; y en las páginas de Infocatolica he dejado constancia de ello e informaré en su día del resultado final.
Al tratarse de un asunto relativamente menor (aunque en la Liturgia no hay nada "menor"), si no queréis llegar a extremos mayores, al menos dad los datos para que estos indignos -sí, sí, indignos, indignos presbíteros- sufran al menos la vergüenza de verse "en los papeles".
Y respecto al tema de fondo, me parece una auténtica iniquidad que el Oficiante abandone el altar con el Santísimo para ir a hacerse el popular, paseándose por el templo de mano en mano como si estuvieran en el bar.
Respecto a los curas que van por libre, particularmente los nazi-onalistas, Monseñor Munilla les ha dado un buen "repaso" ayer. Pero su actitud es especialmente ridícula: ¿a quién se creen que representan estos "perlas"? ¿A Alguien Superior o a alguien del "staff político" de su aldea?
Mucho me temo que no va a servir de nada. Va a continuar el descentramiento antes de la comunión, los saludos a los amiguetes y la dispersión tan querida por Satanás.
Nadie va a hacer ni caso.
No hacían falta siete años de consideraciones para decir esto. Hubiese bastado un fin de semana y unas pocas lineas con "consejos" (que nadie lee ni sigue).
Pero nadie se atreve a dar reglas claras y precisas, hacerlas cumplir, y luego explicarlas para que las comprendan los que quieran comprenderlas y los demas simplemente las obedezcan.
Marear la perdiz para que todo siga siendo el mismo desmadre disperso.
Cuesta abajo y sin frenos.
Por cierto, nadie se nos ha echado encima por 'pervertir' un rito tan importante, y sí hemos recibido felicitaciones por este cambio.
Ahora bien, ya hay alguno que está pensando en los "kikos" y en corregirles.
El rito de la paz, por permiso explícito, en las Misas de las comunidades sigue el rito ambrosiano, y está antes de la consagración. De esta manera no hay perturbación posible durante la consgración. Además es más propio de la vida comunitaria, pues se puede utilizar como un último momento para reconciliarte con un hermano y prepararte mejor para recibir al Señor.
Saludos!
Leo a Alex hablar del "rito ambrosiano" el cual, sólo por el nombre, debe de tener sus buenos dieciséis siglos. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Había o no había rito de la paz antes de la reforma tras el CVII?
Ya sé que no es la actitud de un buen cristiano, pero cuando no se puede, no se puede. Y pidiendo a Dios que nos reconforte para no caer en la desesperación.
En éstos momentos recurro a leer el Libro de Job, en el que desahogo mi tristeza, doy cauce abierto a las lágrimas, y sigo cómo Dios me da a entender.
¡Mucho ánimo, y pida a Dios por usted y por nosotros!
Saludos
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