Hasta Lamet se descuelga de los postulados de Juanjo Tamayo
Acabo de leer una carta abierta que el jesuita Pedro Miguel Lamet escribe a Juanjo Tamayo. Trágica, desgarradora, amarga, en la que le dice que no, que no es eso, que se está pasando y que se ha colocado en una posición ante la iglesia completamente insalvable.
Trágica, desgarradora y amarga carta sobre todo para Tamayo, que ve cómo hasta su amigo del alma, con el que compartía su pan, se desmarca de su pensamiento y trayectoria diciéndole, en un lenguaje suave, cosas gravísimas.
Una carta que comienza con un dorado de píldora justo para que se trague sin darse demasiada cuenta un jarro de acíbar: “un fraternal desahogo nacido de mi amistad”. Ya sabemos lo que significa una misiva que principia con frase similar: te voy a dar de bofetadas hasta en el DNI.
Sigue el P. Lamet recordando otros tiempos en los que Tamayo colaboró con personajes del calado de Floristán, Lois, Caffarena o Díez-Alegría, que “roturaban su crítica desde una posición de pertenencia, amor y espiritualidad que aportaba credibilidad a su radicalidad evangélica, siempre constructiva”. Tela. Vaya carga de profundidad: pertenencia, amor, espiritualidad, radicalidad constructiva. Uno comprende que de esto Tamayo nada de nada. Ni amor, ni fidelidad, ni nada que sea positivo.
Como vamos viendo, la carta no tiene desperdicio. Porque Lamet dispara con balas del 15: “percibo en ti de un tiempo a este parte una postura extrema que produce la sensación de que te has puesto una coraza tal o revestido de un curioso personaje que no quiere bajarse del potro rebelde por sistema, pase lo que pase, sobre todo si las mejoras, los cambios, las buenas noticias proceden de la jerarquía”. Ya ven lo que esto significa: hagan lo que hagan los obispos, haga lo que haga el papa, siempre en contra, parece que no tanto por las ideas, sino porque sí. Siempre en contra. Y no lo digo yo, ni lo dice Infocatólica. Nada menos que Lamet.
El mismo Lamet reconoce cómo algunos medios de comunicación tienen por objeto manipular para echar tierra a la Iglesia: “te has convertido “teólogo oficial de PRISA”, llamado a opinar sobre todo por El País y la “Cadena SER”. No nos engañemos, querido Juanjo, tú y yo sabemos con qué intención recaban entrevistas estos medios en lo que a Iglesia se refiere”. Ya iba siendo hora de que se cayeran del caballo, que hay que ver cómo han coqueteado con estos medios que al final han tenido que reconocer que no buscaban ni la verdad ni la información, sino la manipulación y el descrédito de la Iglesia. Más vale tarde.
Acusa Lamet a Tamayo de intransigencia, hasta el punto de que califica la postura de este así: “esta postura me parece tan intransigente como la que tantas veces hemos criticado de la jerarquía cuando se cierra al diálogo, y tan maximalista como los que han defendido que en moral sexual no hay “parvedad de materia”. Según tu dictado, la única solución para asumir los principales postulados de la TL sería o fundar otra Iglesia o salirse de ella, como cristianos por libre, rechazando de paso todo lo que hay de bueno en tantos obispos, curas, monjas y cristianos anónimos que quizás sin conocer ni por el forro a la TL intentan seguir de cerca a Jesús de Nazaret, dentro de la limitaciones y fragilidad que todos tenemos, tú y yo incluidos”.
¿Necesitan más? La carta de Pedro Miguel Lamet a Tamayo es una enmienda a la totalidad que encierra, sin duda, y para empezar, un desencanto de Lamet por todo lo que ocurre y porque aunque dice que Francisco algo renueva, no hay primavera que valga. Lamet no es un carca nostálgico, ni un ultramontano. Todo lo contrario. Pura disidencia, modernidad y progresía. Y aquí lo interesante es descubrir cómo, hasta los más progres y liberales como Lamet, se desmarcan de una postura, la de Tamayo, que solo se sostiene en un seguir adelante tratando de atravesar unos muros de hormigón acompañado de un ejército que va desertando por momentos.
Hasta ahora las críticas a Tamayo jamás habían procedido de lo que podemos llamar sus filas. Hoy parece que ni los suyos son capaces de comprender su postura. Triste final. Pero es que no podía ser de otra manera.
16 comentarios
Me llama la atención esta frase:
"Según tu dictado, la única solución para asumir los principales postulados de la TL sería o fundar otra Iglesia o salirse de ella, como cristianos por libre..."
En realidad esa es la única solución no en relación con la TL sino con los que están infectados de la teología liberal y quieren que la misma triunfe definitivamente en la Iglesia. Lo cual es imposible porque la Iglesia dejaría de ser la Iglesia. Pero sobre eso ya he escrito en anteriores ocasiones.
A lo mejor Lamet no quiere ser arriano como Tamayo pero, en verdad, hay tantas formas de estar alejado de la Iglesia católica que un disimulo tampoco es como para que las campanas suenen más de la cuenta.
Pero bueno... algo es algo.
Y el caso es que algunas citas de Hamlet podrían aplicar al caso:
- "No sabes qué enfermo está todo aquí en mi corazón", descripción bastante certera de la situación actual del mundo, de la sociedad, incluso de la Iglesia y sus "diversas corrientes".
- "Que para peces de verdad, buenos son anzuelos de mentiras". Esto lo dice Polonio, no Hamlet, pero aplica sobradamente a tantos cantos de sirena mentirosos que arrastran a tantas personas verdaderas y generalmente bienintencionadas.
- "Algo está podrido en el estado de Dinamarca". Hoy sería más breve señalar los sitios en que no hay nada podrido.
- Y, naturalmente, "Ser o no ser, esa es la cuestión": Por lo que cita D.Jorge que dice Lamet, que no Hamlet, Tamayo ha decidido no ser.
PD: Bien está que se corrija a Tamayo, y bien está que lo haga alguien cercano, que tendrá más ascendiente sobre él.
Pero cuidado, porque si Lamet es tan progre como Tamayo, al otorgar validez a esta carta suya puede haber quienes entiendan que se le está concediendo validez en otras cosas, y debe quedar claro que no es así.
De hecho, tengo mis dudas sobre si la misiva misma no reprende conforme el marco católico sino conforme una postura también "progremente" errada, aunque intermedia, algo menos extremista que la de Tamayo (y posiblemente por ello más peligrosa, porque al tener un pie en la ortodoxia es más difícil "verla venir", como pasa con toda mentira que se mezcle con verdad).
Un saludo.
El diestro " Arrianito de Palencia " no sólo es incapaz de llenar una plaza de tercera, sino que además le empiezan a abandonar sus banderilleros.
"Gustavo [Gutierrez] ha sido recibido por Francisco. De alguna manera se le ha rehabilitado en L’Osservatore. Parece que [Leonardo] Boff cuanta también con las simpatías del Papa. El proceso [de beatificación] de [Oscar] Romero ha sido desbloqueado. Por sus declaraciones en el avión se diría que hay buenas noticias para la comunión de los divorciados y la reforma de la curia está en marcha. Que lo del celibato no será fácil y lo de la ordenación de la mujer quizás imposible, de acuerdo."
Como ven, toda una declaración de intenciones: la progresía anticatólica campando a sus anchas, la comunión a los adúlteros (porque los divorciados que viven una vida casta no tienen hoy ningún problema), una curia a su medida, que los sacerdotes en lugar de a su Señor se deban a "sus señoras", y patear lo que Cristo fundó mediante la herética ordenación de sacerdotisas.
Así pues, el reproche no es por un "te pasas de anticatólico" sino más bien por un "se te ve demasiado el plumero y nos pones en evidencia a todos", sin olvidarnos del "¿No te das cuenta de que destacar demasiado no conviene al 'jefe', cuyo mayor triunfo consiste en que la gente crea que no existe?"
PD: Que conste que si Monseñor Romero está realmente "limpio", me parece perfecto que se le canonice.
Eso sí: los responsables de decidirlo no deben olvidar que esta persona es ya usada como bandera de ideologías corruptas y criminales, como ariete del marxismo CONTRA la Iglesia de Cristo, para sustituirla por la Iglesia de Marx. Así pues, su canonización, de producirse, será indudablemente vendida (previa manipulación, faltaría más) como una legitimación de esas ideologías.
Y es muchísimo más difícil arreglar un roto que evitar hacerlo.
Un saludo.
No predicaba para los poderes de este mundo, sino que los denunciaba a todos.
Llegó a matarlo, primero la bala de la derecha, y luego la izquierda lo tomó como bandera.
Así pues, me permito algunas reflexiones sobre el caso:
1.- Si la Iglesia le canoniza, en principio no tengo nada que objetar ya que confío en que se habrá hecho con las máximas garantías de veracidad en el estudio del caso y de honradez en el veredicto (aunque con Müller encabezando la Congregación para la Doctrina de la Fe, me veo obligado a forzar voluntariamente esa confianza, ya que esta persona no me inspira precisamente confianza). Así pues, si Romero es canonizado, entiendo que será tras haber descartado absolutamente la presencia de cualquier rastro de tóxico marxismo en las tesis que defendió en vida, que marcaron su discurso y que desembocaron en su asesinato.
2.- Desde luego, no es descartable que Romero sólo contemplase las formas ortodoxas (no marxistas/anticatólicas) de Teología de la Liberación, pero su cercanía a figuras descollantes de las formas marxistas permiten sospechar que su ortodoxia tal vez no fuese tanta ("dime con quién andas y te diré quién eres", dice el sensato refrán).
3.- Así, si resultase que sus tesis estaban manchadas de marxismo, que su discurso estaba politizado, que su muerte no se debe tanto a la militancia cristiana cuanto a otras razones, más de tipo ideológico o político, entonces no se le debería canonizar (lo cual no equivale a señalarle como malvado sino sólo como no tan ejemplar).
4.- Pero hay otra derivada a considerar: dado que la canonización no existe meramente para subrayar la bondad de una persona sino para declararle "canon" (ejemplo a seguir universalmente) de vida cristiana, imagino que debería ser relevante para la canonización no sólo cómo fue la persona sino también cómo será su ejemplo si se le canoniza.
5a.- Y esto trae a colación la manipulación de su figura por la militancia marxista, que con tanta ansia espera esta canonización: si Romero vivió realmente una vida ejemplar (cosa que ignoro), ¿no podría suceder que fuese contraproducente su canonización precisamente porque el ejemplo que la gente conoce no sea el Romero real sino la versión de la propaganda marxista?
5b.- Y si su canonización es hoy contraproducente por la razón antedicha, ¿no sería entonces aconsejable postergar dicha canonización sine die, hasta que los rescoldos de la propaganda deformante marxista se hayan apagado y pueda garantizarse que el ejemplo que derive de su canonización será el verdadero y, por tanto, el católico y no el marxista?
Hay no pocos casos de santos que han esperado incluso siglos a su canonización, de modo que imagino que no debería ser algo tan grave.
PD: Tal vez me equivoque, pero juraría que en los procesos de canonización la presunción no es de inocencia sino de culpabilidad, dado que en ellos se exige demostrar la santidad de la persona fuera de toda duda razonable. Imagino que en un caso controvertido como este el detalle no es baladí.
Un saludo.
Decía que la propaganda marxista que vende una imagen ideologizada de un monseñor Romero militando en sus filas puede desaconsejar su canonización, ya que el ejemplo que muchos percibirían y seguirían sería el del Romero marxista y no el del Romero católico.
Pero también puede ser esa precisamente una razón para canonizarle pronto: partiendo de la base de que si merece la canonización es precisamente porque su creencia no estaba contaminada de marxismo, su figura sería un gran ejemplo de cómo puede vivirse y morirse por y para una vocación por los pobres verdaderamente católica y no marxista.
Este ejemplo podría mostrar que existe una Teología de la Liberación no marxista y enseñar cómo diferenciarlas.
El problema de esta segunda opción es que sería una apuesta muy arriesgada: sólo daría un ejemplo canónico efectivo (de "vida católica y no marxista" en lugar de "marxista y no católica") si la Iglesia lograse superar a la propaganda marxista, llegar a donde ésta tiene el monopolio ideológico e informativo, vencer el mensaje manipulado allá donde esté.
Y eso, desgraciadamente, es hoy prácticamente imposible en demasiados sitios.
Sinceramente, desearía que Romero fuese merecedor de la canonización y que dicha declaración redundase en buen ejemplo para todos... pero reconozco que no consigo confiar plenamente en que se den ambas cosas.
Un saludo.
Me llama la atención que verdadera santas españolas, como la Venerable María de Jesús de Agreda o Sor Patrocinio, concepcionistas descalzas, tengan sus procesos de beatificación paralizados y por lo que conozco de ellas, con méritos insuperables, mientras otros parecen avanzar muy rápido .
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