Manifiesto del norte de Madrid
Nosotros, cristianos de la zona norte de Madrid, hemos querido echar un vistazo a nuestra iglesia. Tras una serena reflexión queremos exponer nuestras reflexiones:
1. A pesar del camino recorrido como Iglesia en estos últimos años, nos causa tristeza seguir descubriendo comunidades ancladas en unos pasados años setenta, sin capacidad para responder a los retos del mundo en la hora presente. Las ideas y métodos de los setenta hoy incapaces de responder a las inquietudes e interrogantes del hombre de hoy.
2. Constatamos del abandono del concilio Vaticano II, reducido a unas pocas frases sueltas que ni siquiera citan los textos conciliares, sino que invocan un supuesto espíritu del concilio para justificar lo que nunca formó parte del patrimonio doctrinal o pastoral de la Iglesia.
3. Nos duele reconocer el abandono de los pobres, convertidos más en disculpa de una determinada ideología que en hermanos necesitados de apoyo y bendición.
4. Nos sentimos desconcertados al comprobar cómo determinados grupos que se denominan cristianos y católicos no tienen más discurso que la confrontación permanente con la jerarquía, rebuscar en los cubos de basura de la iglesia tratando de encontrar cualquier detritus, mientras omiten sistemáticamente una vida de gracia y caridad indiscutible.
Por eso, quisiéramos proponer algunas cosas:
1. Necesitamos convertirnos a Cristo, hacer que Cristo sea todo en la vida de cada uno y en la vida de la Iglesia. No podemos construir nada sobre psicología, autoayuda, falsas ideologías. Cristo en el centro. El Cristo transmitido por la Iglesia a lo largo de sus veinte siglos de existencia.
2. Es urgente aprender a descansar y confiar en la Iglesia, la de Pedro, la de los apóstoles, la del papa y los obispos.
3. Reivindicamos el Concilio Vaticano II, del que aún nos queda tanto por aprender y desarrollar.
4. En esta hora de crisis los pobres deben ocupar muy especialmente el corazón de la Iglesia. Es hora de retomar la doctrina social de la Iglesia y convertirla en propuestas eficaces y concretas de ayuda a los pobres a través especialmente de Cáritas y de la denuncia ante la sociedad del abandono en que se encuentran.
5. Urgimos la vuelta a la oración y la contemplación. La vida cristiana es gracia que nace de la oración y la vida sacramental. No puede haber cristianos adultos y comprometidos sin celebración de los sacramentos, especialmente eucaristía y penitencia, sin oración personal primordialmente ante el sagrario.
P. Jorge González Guadalix y unos cuantos cristianos.
P.D. ¿O es que nosotros no podemos publicar un manifiesto?
39 comentarios
Un saludo y feliz fin de semana.
José Manuel Genovés.
Un abrazo.
Gracias P. Jorge!
Bendiciones!
Y no olvidmos de rezar por la migraña de nuestro "honorable director", como dice el P. Iraburu. :)
Me adhiero al manifiesto. A ver quién es más del norte de Madrid que la que ahora firma.
Me adhiero al manifiesto.
Siempre contigo
Desde Colombia adhiero a tan excelente manifiesto que refleja las más profunda convicción de muchos creyentes, algunas veces perplejos frente a tanta división dentro de la misma Iglesia.
Solicito vuestra autorización para replicar el texto en distintos medios, dando el debido crédito al autor
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Jorge:
Tiene mi permiso y mi agradecimiento.
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Por cierto, basta ya de las "mucamas" y los "mucamos" que, en vez de hacer silenciosamente su tarea, toman las excrecencias de la casa y salen a los balcones a proclamar:¡Miren esto!
¿Son ellos servidores de la casa o son en cambio enemigos embozados?
Excelente punto éste del manifiesto, Padre, aunque los demás puntos y propósitos no le van a la zaga en importancia.
No dicen sino lo obvio que enseña la doctrina. ¿Por qué en nuestra Iglesia lo normal parece a veces tan extraordinario?
Soy miembro de Hermanda Estudiantes de Oviedo, pero tengo raices en la zona norte de Madrid
Gracias
Un abrazo en Cristo.
La referencia a las comunidades ancladas en los años 70 se refiere, y que me corrija D. Jorge si me equivoco, a los sitios donde no se ha salido aún de esa "confusión postconciliar" que abrió las puertas a formas de degeneración y manipulación de la doctrina como fue, por ejemplo, la marxista teología de la liberación.
Hoy en día, la susodicha "teología" está más que desacreditada; la doctrina está perfectamente concretada en la forma de un magnífico Catecismo general (y otras obras menores como el Compendio y el Youcat); la interpretación del Concilio está perfectamente definida por el Papa cuando habla de la "hermenéutica de la continuidad" en contraposición a la hermenéutica de la ruptura (la de la continuidad, viene a significar que el Concilio no anuló nada de lo anterior cada vez que no se pronunció al respecto; la de la ruptura consideraba erróneamente que el Concilio había hecho "borrón y cuenta nueva" y que nada de lo anterior valía ya, lo que dejaba un vacío que permitió "colar" muchos errores); de hecho, la Iglesia está hoy "atándose los machos" para lidiar con la "Nueva Evangelización", que es una labor de auténtico órdago, y que es la respuesta que la Iglesia plantea a las problemáticas de hoy.
Lógicamente, las comunidades que sigan en la indefinición "new age" setentera, tan superada hoy, no pueden ser apenas capaces de responder a las necesidades de hoy.
Incluso diría más: tan caduco enfoque no puede ser parte de la solución... porque es parte del problema.
Un saludo.
Desde Argentina , Chaco... Ave Maria y Adelante !
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