8.09.08

Asunto Lumen Dei

Hasta ahora no me he pronunciado en este blog sobre la cuestión del conflicto “Lumen Dei". Y no digo conflicto “en” o “de” Lumen Dei, sino conflicto “Lumen Dei", porque es obvio que si en una asociación privada de fieles que apenas cuenta con seiscientos y pico miembros, un número muy importante de los mismos se ha tirado literalmente al monte, el problema no son esos miembros sino la propia asociación en sí.

Parto de un hecho que en mi opinión no admite discusión. Me fío infinitamente más del criterio de Monseñor Sebastián que del de todos y cada uno de los miembros de Lumen Dei que están protagonizando el escándalo más patético de los últimos meses. Yo tengo ya pocas dudas de que buena parte de la Unión era una secta. Así, con todas sus letras: s-e-c-t-a. Por respeto a la persona del fundador de la Unión, me limitaré a decir del mismo que como mínimo demostró una más bien escasa capacidad de discernimiento a la hora de elegir a sus “sucesores". Sabiendo lo que sé de él, no creo que quepa atribuirle ni de lejos lo que sus “hijos espirituales” están demostrando ser. Pero fundador aparte, la abierta rebeldía de un sector de la Unión contra el Comisario Pontificio, al que están faltando al respeto de una forma MISERABLE, demuestra que Roma tenía toda la razón al intervenir esa asociación.

Pero voy más allá. El comportamiento de Roma en los dos últimos meses está siendo de una irresponsabilidad manifiesta. Yo no sé a qué mente privilegiada se le ocurrió elegir a Monseñor Sebastián como el candidato idóneo a encargarse de este marrón. Don Fernando estaba la mar de tranquilo en su retiro tras largas década de servicio al Señor y la Iglesia como pastor de almas. Por supuesto, obedeció y aceptó lo que Roma le pidió. Es decir, ha hecho lo que los rebeldes de Lumen Dei no están dispuestos a hacer. Pero, ¿es mucho pedir que la Roma que metió a don Fernando en este jaleo tenga el “detalle” de apoyarle públicamente ante los ataques furibundos de los sectarios que le atacan y ponen en solfa en los medios de comunicación? A ver, señores, ¿quién hay en la Santa Sede responsable de esta cuestión?, ¿dónde está?, ¿ha venido ya de las vacaciones?, ¿está missing?, ¿no sabe o no contesta?

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7.09.08

Y encima nos insulta

Que lo sepáis toda la panda de fachas reaccionarios que os oponéis al aborto. Sois todos unos cínicos y unos hipócritas que os envolvéis en altos valores morales para ir, ¡a quién se le ocurre!, en contra de una ley del aborto que mejora las garantías actuales. Así lo ha dicho el insigne Zapatero, presidente del gobierno español por la gracia de las urnas de una nación que asesina a cien mil de sus hijos al año.

El caso es que ese señor que tenemos por presidente ha dicho dos cosas ciertas. La primera, que hace falta envolverse en altos valores morales para oponerse al aborto. Quien no tiene ni moral ni altura de miras no se opone. Lo acepta sin rechistar. Y también es cierto que la nueva ley servirá para mejorar las garantías actuales de los que se forran a base de matar seres humanos en el seno materno. Hay que proteger a los matarifes de las clínicas abortistas no vaya a ser que aparezcan varios fiscales y jueces con un poco de dignidad, que osen investigar lo que pasa en esas empresas machaca-restos-de-fetos que se reparten por casi todo el territorio nacional cual agujeros negros de la indignidad humana. Lo de Isadora y la Clínica el Bosque no puede volver a repetirse. Hay que darles garantías para que sigan abriendo en canal a fetos de hasta 7-8 meses. Si acaso, habrá que investigar si cobran en negro, que al fin y al cabo eso perjudica a toda la nación porque ya sabemos que Hacienda es de todos.

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6.09.08

Los primeros cristianos contra el aborto. Ejemplos para el cristiano del siglo XXI

Para cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad humana es claro que una de las plagas más infecta, desastrosa e inmunda de nuestra sociedad en pleno siglo XXI es el aborto. La Iglesia Católica, así como la mayoría de las iglesias y comunidades eclesiales separadas de ella, condena sin paliativos la aniquilación de seres humanos en el seno de sus madres. Dado que la Biblia apenas habla específicamente del aborto, aunque obviamente hay indicios muy claros de que las Escrituras consideran que el feto es una vida humana (p.e Jueces 16,17; Salmo 22,9-10; Lucas 1, 15-16 y 41-44; Galatas 1,15), es importante que estudiemos lo que creían los primeros cristianos acerca de este tema. Su testimonio es unánime y no deja lugar a dudas en la condena del aborto. La Didajé, que pudo haber sido escrita incluso en el siglo I, es quizás el primer testimonio patrístico en el que se introduce dicha condena:

“He aquí el segundo precepto de la Doctrina: No matarás; no cometerás adulterio; no prostituirás a los niños, ni los inducirás al vicio; no robarás; no te entregarás a la magia, ni a la brujería; no harás abortar a la criatura engendrada en la orgía, y después de nacida no la harás morir.”
(Didajé II)

En la Epístola de Bernabé, escrita en la tercera década del siglo II, se llama hijo al feto que está en el vientre de la madre, se prohíbe expresamente el aborto y se le equipara al asesinato:

“No vacilarás sobre si será o no será. No tomes en vano el nombre de Dios. Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida. No levantes tu mano de tu hijo o de tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor.”
(Ep Bernabé XIX,5)

y

“Perseguidores de los buenos, aborrecedores de la verdad, amadores de la mentira, desconocedores de la recompensa de la justicia, que no se adhieren al bien ni al juicio justo, que no atienden a la viuda y al huérfano, que valen no para el temor de Dios, si no para el mal, de quienes está lejos y remota la mansedumbre y la paciencia, que aman la vanidad, que persiguen la recompensa, que no se compadecen del menesteroso, que no sufren con el atribulado, prontos a la maledicencia, desconocedores de Aquel que los creó, matadores de sus hijos por el aborto, destructores de la obra de Dios, que echan de sí al necesitado, que sobreatribulan al atribulado, abogados de los ricos, jueces inicuos de los pobres, pecadores en todo.”
(Ep Bernabé XX, 2)

El primer apologista latino Minucio Félix, llama parricidio al aborto en su obra Octavius de finales del siglo II:

“Hay algunas mujeres que, bebiendo preparados médicos, extinguen los cimientos del hombre futuro en sus propias entrañas, y de esa forma cometen parricidio antes de parirlo.”
(Octavius XXXIII)

El apologeta cristiano Atenágoras es igualmente tajante en su consideración sobre el aborto cuando escribió al Emperador Marco Aurelio:

“Decimos a las mujeres que utilizan medicamentos para provocar un aborto que están cometiendo un asesinato, y que tendrán que dar cuentas a Dios por el aborto… contemplamos al feto que está en el vientre como un ser creado, y por lo tanto como un objeto al cuidado de Dios… y no abandonamos a los niños, porque los que los exponen son culpables de asesinar niños”
(Atenágoras, En defensa de los cristianos, XXXV)

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5.09.08

El aborto, la maternidad responsable y los acomodados

El gobierno ha anunciando por boca de su vicepresidenta que pretende que la nueva ley del aborto sirva para promover la maternidad responsable. Así, ¡¡con dos cojones!! -perdóneseme la expresión-. Ya es que no tienen ni el más mínimo atisbo de vergüenza. Si hay que mezclar conceptos incompatibles entre sí, se hace. Todo sea por la causa. Hablar de maternidad responsable y aborto es como hablar de terrorismo y respeto a la vida ajena, de pederastia y amor por los niños, de amor a España y militancia en ERC. Pero les da igual. Sus terminales mediáticas se encargan de poner el adobe para que buena parte de la sociedad se trague ese pincho moruno infecto.

En el mismo contexto, la cara joven del ejecutivo ha añadido que todos serán escuchados para la elaboración de la nueva ley. Lo cual, traducido al lenguaje real, significa que serán escuchados todos los que el gobierno quiere escuchar. No escuchará ni a la Iglesia, ni a las asociaciones pro-vida, ni a las mujeres que se han arrepentido de haber abortado y han pasado una pesadilla psicológica después, ni a los profesionales que pueden demostrar que la vida humana empieza desde la concepción. Y sobre todo, las futuras víctimas del aborto tampoco tendrán voz. Al gobierno la voz de las víctimas, como ya vimos con el tema del terrorismo y la negociación con ETA, le resulta molesta.

Pues aun en estas circunstancias, es posible que todavía haya un sector en la Iglesia que quieran buscar la forma de acomodarse a la nueva situación. Es posible que en determinados movimientos eclesiales, de los que no voy a dar el nombre pero sé sus nombres, haya elementos que deseen que los obispos y los fieles no monten más jaleo ante el socialismo gobernante. Es decir, es posible, de hecho es real como la vida misma, que algunos antepongan la comodidad de vivir como cristianos tibios (o sea, de los que vomita Cristo) antes que quemar todas las naves en la lucha contra esta Kulturkampf contra la vida y los valores cristianos. Esos cristianos de salón y de prebendas político-empresariales son la escoria de la Iglesia. Pilatos se lavó las manos porque no sabía. Ellos se las lavan sabiendo lo que supone ese gesto.

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4.09.08

Más paro, más crisis, más aborto

No estoy del todo de acuerdo con la teoría de que el PSOE quiere modificar la ley del aborto para desviar la atención de la crisis. Muy al contrario, creo que esta modificación forma parte del plan de ingeniería social emprendida por Zapatero hace más de 4 años. Quizás la razón de las prisas actuales está en que los socialistas no tienen del todo claro que esta vaya a ser una legislatura larga. Por eso mismo creo que tras el aborto llegará la eutanasia y más EpC, con legislación radical contra los padres que se opongan. A diferencia del PP, el PSOE sabe que su éxito electoral futuro no está en la buena gestión económica sino en la formación de una conciencia social imbuida de los valores de una cultura pagana, hedonista y contraria a la vida.

Cuando Aznar tuvo mayoría absoluta, dejó para última hora algo tan esencial como la reforma de la educación en España. Tan tarde llegó, que no dio tiempo a que dicha reforma se pusiera en marcha. Los ocho años de gobierno de la derecha en este país no sirvieron para dar un solo paso atrás en contra de la descomposición moral de nuestra sociedad. La unidad y determinación frente al terrorismo, tan importante en la era Aznar, se fueron a hacer gárgaras con el apoyo explícito o pasivo de la mayoría de los españoles, lo cual demuestra que el sustento moral de los mismos es más bien nulo.

En ese caldo de cultivo es muy fácil cultivar el virus de la legislación abortista, de la eutanasia y de todo aquello que vaya radicalmente en contra de las raíces cristianas que, con mejores y peores momentos, sustentaron España durante siglos.

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