La peste moderna se extiende por el continente americano
El último que ha tenido que saltar a la palestra ha sido el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia. Parece ser que en el país gobernado por Uribe también se quiere introducir, vía proyecto de ley, la legalización de la eutanasia. Es solo una piedra más de esa pirámide de muerte que los hijos de la viuda quieren imponer sobre el, en palabras de Juan Pablo II, “continente de la esperanza". No es casualidad que la plaga de ingeniería social que estamos sufriendo en España, que hace las veces de peste negra medieval, se haya trasladado al otro lado del charco. Sin necesidad de caer en ninguna paranoia, se puede afirmar que nada de esto es casual. Más bien responde a una estrategia previamente planificada y ahora ejecutada.
La “madre patria” es la cabeza principal de una hidra que amenaza con arrasar los cimientos de civilización que quedan en aquello que una vez se llamó “Hispanidad". A la cultura de la muerte no le basta con conquistar Europa. Quiere arrasar también todo lo que hay al sur del Río Grande. Y cree, con razón, que los popularismos de corte izquierdista son un buen elemento de difusión de su veneno. Pero en Colombia no hay un tarado histérico en el gobierno, ni un irresponsable que lleva al país a su ruptura. Uribe no es nada de eso. Es de esperar que se oponga radicalmente a esta iniciativa de la oposición.