Sólo Dios basta.
¿Para qué nos vamos a engañar? Cuando estamos en medio de una prueba donde la fe parece que no nos alcanza para sostenernos en pie, lo que queremos es que acabe cuanto antes. Podemos saber lo que dice la Escritura acerca de lo fortalecidos que saldremos de la misma. Podemos repetirnos una y otra vez que el Señor sacará un bien de todo el mal que parece caernos encima como una losa. Podemos, y en verdad debemos, hacer uso de nuestra fe como si fuera un músculo a punto de sufrir una rotura de fibras bestial que le deje inútil para los restos. Pero lo que en verdad queremos es que todo termine cuanto antes para poder volver a un tiempo de refigerio espiritual, de reposo del alma y del corazón, siquiera para reponer fuerzas de cara a afrontar nuevas pruebas, si es que han de llegar.
Los asiduos a este blog saben que tanto yo como los míos estamos pasando por un tiempo complicado. Siendo necesaria y prudente la discrección, no he contado detalladamente todo lo que estamos viviendo, pero sí he pedido la mejor ayuda que puedo recibir de los que están al otro lado de la pantalla: la oración. Os estoy eternamente agradecido por cada plegaria en favor nuestro. Y es de justicia que reconozca que aunque no tengo una balanza para medir el peso de esas oraciones, sin duda están sirviendo para inclinar el plato hacia el lado bueno.
No es que veamos una luz al final del tunel oscuro. Es que ya casi estamos cruzando el umbral que separa ese tunel de lo que hay afuera del mismo. Vendrán otros túneles en este trayecto de la vida que debemos recorrer antes de llegar a la estación término en el cielo, pero mientras nos mantengamos en los raíles de la vía de la Iglesia de Cristo, el Señor mismo hará de locomotora que nos conduzca al destino deseado, tanto como familia como cada uno de nosotros individualmente.Si algo estoy aprendiendo en medio de todo esto, es que el refrán "el hombre propone y Dios dispone" es real como la vida misma. Y menos mal que es así, añado. El Dios que nos ama tanto que envía a su Hijo para salvarnos es el mismo que, si le dejamos, debido a ese mismo amor que nos profesa, nos guía por la senda perfecta de su voluntad, aunque la misma a veces nos parezca enormemente difícil de transitar.
Decía Santa Teresa de Jesús:
Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa,
Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta.
Reconozco que todavía me turbo mucho y que hay cosas que me han causado y me causan espanto, pero bien sé por experiencia propia que sólo Dios basta. Y no sólo basta. Sobra.
A Él sea la gloria,
Luis Fernando Pérez Bustamante
20 comentarios
Por cierto a mí el cura, carmelita, me decía además de sólo Dios basta, una cosa que repito cuando he de apretar los dientes porque la prueba es realmente dura, son palabras de Santa Teresa "aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera"
Dios escribe recto en renglones torcidos, ahora mismo yo paso un momento difícil en el camino de la Fe, te comprendo hermanos, solo puedo decirte que la luz está al final del tunel, pero no te preocupes, tú no caminas solo, Cristo va contigo, es más, te lleva en sus brazos.
La Paz
Carlos, mándame un email que he perdido todas las direcciones que tenía.
Pax, bonum et veritas
Abrazos.
Incluso cuando pasas el túnel, nos das ejemplo de cómo afrontar las dificultades cristianamente. Gracias por tu palabra y por tu vivencia. Te encomiendo en mis oraciones desde el principio de la mudanza. Haz tu lo mismo, pues yo tambien lo necesito. La Luz nos guia y nos espera. Un abrazo. ¡Y sigue remando mar adentro!
Y que ella ruegue por nosotros ahora, siempre ahora también.
Veo que tienes una una fe profunda y que te dejas abandonar en Dios, ese es el camino.
Diferimos en todo lo relacionado con la ortodoxia y otro contenidos de la Iglesia jerárquica, pero cuando se tocan fibras de dolor todo se relativiza, pues está la persona antes que cualquier diferencia. Creo en mi modesto parecer que esto es el mensaje evangélico de amor.
Cuenta con mi ayuda en aquello que esté en mi mano poderte servir.
Con fraternal afecto un abrazo.
Un abrazo fuerte, mucho ánimo y un aluvión de oraciones.
Un abrazo fuerte en Cristo
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