Del "caso Pagola" al "caso Uriarte"
Pocas noticias están teniendo tan largo recorrido como todo lo que gira en torno al libro “Jesús. Una aproximación histórica” del teólogo vasco José Antonio Pagola. De un éxito editorial indudable, el mismo ha sido leído por miles y miles de católicos en toda España, puerta abierta a su lectura en todo el mundo. Si el Jesús que nos presenta Pagola fuera el Jesús de la Iglesia, habría que felicitarle efusivamente. No es el caso. Tanto la carta pastoral del obispo de Tarazona, monseñor Demetrio Fernández, como la Nota de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la De de la Conferencia Episcopal Española sobre el libro, nos indican que el Jesús de Pagola, por muy atractivo que pueda resultar al lector, no es el Jesucristo confesado por la Iglesia en su Credo, en su fe.
Conviene hacer una recapitulación de lo ocurrido desde su publicación:
- Se publica el libro. Se venden unos 50.000 ejemplares en los primeros meses
- Se escriben distintas reseñas de la obra, unas positivas, otras neutras y otras claramente negativas. Éstas últimas, de signo claramente doctrinal, empiezan a difundirse en ámbitos eclesiales.
- Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona, publica una carta pastoral desaconsejando la lectura del libro. En la web de su diócesis hace acompañar su carta de los análisis realizados por varios teólogos españoles. Concretamente los de los sacerdotes José Rico Pavés, José Antonio Sayés, José María Iraburu y Luis J. Argüello. Es entonces cuando, por decirlo de alguna manera, salta el escándalo. Pero conviene decir que, a día de hoy, la carta pastoral de don Demetrio es el documento de más rango magisterial publicado sobre el Jesús de Pagola.
- Pagola responde afirmando que acatará lo que la Iglesia dictamine. Sus defensores no siguen esa vía moderada y se lanzan a descalificar con saña al obispo de Tarazona y los teólogos que juzgan que el Jesús de Pagola es heterodoxo.
- Roma se hace cargo del asunto. Se suceden las visitas a la Santa Sede, entre ellas la de monseñor Uriarte, obispo de San Sebastián, diócesis a la que pertenece Pagola. Desde la Congregación para la Doctrina de la Fe el mensaje es claro: que sea la comisión episcopal para la doctrina de la fe de la CEE la que analice el libro. Monseñor Uriarte hace, literalmente, caso omiso a la congregación vaticana. Ha decidido ir por libre en la tarea de salvar a su teólogo más “prestigioso".
- Uriarte y Pagola llegan al acuerdo de que se debe realizar una revisión del libro. Desde Roma se advierte que toda revisión debería de ser juzgada por la comisión de la CEE. Sin embargo, la misma se encarga a una serie de teólogos que, curiosamente, se habían mostrado favorables al primer “Jesús” de Pagola. Parte de esa revisión es sometida al juicio de monseñor Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona-Tudela, quien sostiene que el libro sigue siendo inadecuado desde el punto de vista de la fe católica. Entretanto, desde la CEE se perfila el contenido de la Nota que habría de señalar las graves deficiencias doctrinales del libro.
- En una jugada ciertamente poco compatible con la colegialidad episcopal, monseñor Uriarte hace público un miércoles su decisión de conceder, el lunes anterior, el imprimatur a una nueva versión del libro de Pagola. Ese mismo miércoles la Comisión Permanente de la CEE aprueba la publicación de la Nota de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, la cual es dada a conocer a los medios a pesar del imprimatur de Uriarte. El obispo de San Sebastián no logró su objetivo de parar la nota y además se saltó el plan establecido desde Roma para abordar e intentar “solucionar” este asunto.
- Hace unas semanas se publica en catalán el libro revisado de Pagola, con el imprimatur de monseñor Uriarte.
Hasta ahí los hechos. La primera pregunta que cabe hacerse es si la nueva versión del Jesús de Pagola, publicada en catalán, ha corregido aquello que señaló tanto el obispo de Tarazona como la Nota de la CEE. Dado que monseñor Uriarte ha concedido el imprimatur, lo lógico sería pensar que sí. Lo normal es que la revisión del primer Jesús de Pagola haya convertido en ortodoxo un libro que no lo era. De lo contrario, la situación de monseñor Uriarte, que no del propio Pagola, sería gravísima. Si un obispo concede el imprimatur a un libro que es heterodoxo, ¿en qué lugar queda ese obispo?
En Religión en Libertad hemos tenido el privilegio de contar con el análisis que ha hecho don Joan Antoni Mateo García del “Jesús catalán” de Pagola. Cualquiera que conoce cómo está el patio en la teología de nuestro país, sabe que el padre Joan Antoni no es un “cualquiera". Pues bien, su opinión sobre el libro revisado es contundente hasta decir basta. No la voy a resumir porque es preferible que el lector la lea por sí misma.
El problema que tenemos delante es de unas dimensiones considerables. Si el profesor Mateo García tiene razón, y me da que va ser que sí la tiene, el imprimatur de monseñor Uriarte puede y debe ser retirado por Roma. La Congregación para la Doctrina de la Fe hizo lo que estuvo en su mano para que todo esto no saliera de España. Pero si el libro revisado de Pagola sigue siendo deficiente desde el punto de vista de la fe católica, si el Jesús de Pagola sigue sin ser el Jesús de la Iglesia, Roma tomará cartas en el asunto de forma directa. Para entonces no estaremos ya sólo ante el caso Pagola, que en todo caso se puede encontrar con una nota del Vaticano, lo cual es mucho peor para su credibilidad como teólogo católico que el tener una nota de una comisión episcopal nacional. Para entonces estaremos ante el caso Uriarte. El caso de un obispo que en su intento de salvar la cara a un teólogo de su diócesis, se saltó a la torera lo que Roma le había pedido, se pasó por el forro lo que salió de la Conferencia Episcopal y, sobre todo, dio como válido algo que es contrario a la fe católica en la persona de nuestro Señor y Salvador. Creáme, señor Uriarte, que hay mejores formas de pasar a la historia como obispo católico.
Una cosa es clara. Hay algo que está por encima del buen nombre de un teólogo y de un obispo: La integridad de la fe católica y su transmisión correcta a los fieles. Ya es grave que tantos hayan leído el Jesús de Pagola sin apreciar su incompatibilidad con el Jesús de la fe. Pero mayor gravedad tendría si la Iglesia mirara para otro lado. Está claro que no lo ha hecho hasta ahora. Esperemos que no lo haga con la excusa de no dejar mal a un pastor que no ha hecho lo que hacen los buenos pastores.
Luis Fernando Pérez Bustamante
16 comentarios
Una solución salomónica no podría ser ¿qué se adjuntará a la obra la carta de Don Demetrio?.
En cuanto a la actitud de Uriarte pues lo que ha conseguido es que yo por lo menos desconfíe de todo lo que me venga de la Jerarquía.
Ahora bien, con el imprimatur de Uriarte, a ver quién les dice que no lo sigan vendiendo. Por eso, la solución es simple: Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe y a otra cosa mariposa.
El problema es que la CDF va a un ritmo lento. La nota no saldría antes de unos cuantos meses, por no decir años.
A mí, personalmente, me da lo mismo que venda un millón de ejemplares mientras la Iglesia ratifique de forma clara que ese Jesús no es el Jesús de nuestra fe. Lo que hagan luego los fieles que lo hayan leído es cosa de ellos. Al fin y al cabo, el "sensus fidelium" hace décadas que está hecho trizas. Esto no sería ninguna novedad.
¿No estaremos publicitando sobremanera un libro tan irrelevante como el de Pagola?
Prefiero este Jesús a una Iglesia llena de inquidisores.
Un abrazo a todos.
Esa es otra de las "virtudes" del Jesús de Pagola. Gusta mucho a los que no les gusta nada la Iglesia fundada por el propio Cristo. Ciertamente sintomático.
De todos modos, solo es mi opinión (de un católico, como tú. Aunque tú creas que por no estar de acuerdo en ciertos temas, ya estamos fuera de la Iglesia).
Un abrazo y feliz día
Y desde luego yo sí creo que en todo lo relacionado con Jesucristo, las cosas son blancas o negras. O se cree en el Cristo de la fe de la Iglesia o en otro Cristo. No hay sitio para Cristos intermedios.
Respecto a lo de ser católico y no estar de acuerdo con lo que la Iglesia enseña en ciertos temas.... pues depende de qué temas hablemos. En principio lo normal es que un católico acepte todo lo que su Iglesia le enseña, si es que en verdad la considera como su Madre y Maestra. Ahora bien, si de lo que hablamos es de dogmas de fe, ahí ya lo "normal" es "obligatorio". No se puede ser católico y rechazar los dogmas de la fe católica, de la misma forma que no se puede ser musulmán y estar a favor de comer carne de cerdo, beber alcohol y creer que Mahoma es un profeta menor. Vamos, puro sentido común, ¿no te parece?
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