Les molesta la Palabra de Dios y los obispos que la predican
Todos los asistentes a la Misa de hoy han escuchado las palabras de San Pablo a los fieles cristianos. Palabras que, como bien confesará cualquiera que se precie de ser católico, son inspiradas por el Espíritu Santo. Por tanto, no son la mera opinión particular de un apóstol, aunque ello ya debería de ser lo suficientemente valorado como para tenerlas en cuenta. No, ese párrafo leído hoy lleva la autoridad del mismísimo Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad, que procede del Padre y del Hijo y que junto con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria.
Sin embargo, a algunos que pretenden hacerse pasar por cristianos, les ha molestado que un obispo, concretamente el de Córdoba, haya usado en su carta de esta semana el texto de 1ª de Corintios (1Co 6,13-15.17-20), en el que San Pablo es tajante al pedir a los cristianos que huyan de la fornicación. Ni que decir tiene que se refiere a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, incluso las que no implican adulterio.