El Amado y la doncella
El Amado y la doncella
Te amo preciosa niña. Tus cabellos son de platino como la mirada de mis ojos. Tus labios son rosas sin espinas, dulces y abiertos para recibir mis besos de amor. Amor puro y prístino nace de mi corazón y va a tu encuentro. Ven a mí, pequeña. No te tardes. Escucha la música de mi voz al llamarte y acude a mi presencia.
Querida mía, amor mío y reflejo de mi esencia. Deja que te vista de lino blanco. Permíteme curar tus heridas y no temas el dolor que te causen mis manos. Te amo tanto que necesito limpiar toda mancha que el pasado haya dejado en tu bendito rostro. Serás como siempre pensé. Dulce, cariñosa, con amor por el mundo, llevando mi santidad por doquiera que vayas.