Análisis de las elecciones
Ayer votó menos de la mitad de los españoles llamados a las urnas, cosa lógica tratándose de las elecciones al parlamento europeo. Los resultados completos pueden consultarse en la web del Ministerio del Interior.
El PP de Rajoy ha ganado por 3.5 puntos al PSOE de Zapatero. Si, con la crisis brutal que padecemos, a los populares les parece que ese es un resultado para lanzar las campanas al vuelo, pues allá ellos. Ciertamente la victoria no es por los pelos, pero no creo que sirva para tener una certeza de que van a poder volver a gobernar dentro de tres años. Respecto a Zapatero, hará como si no hubiera pasado nada y seguirá a lo suyo: más demagogia, más profetismo buenista de baja estofa, más ingeniería social, más de lo mismo.
Del resto de partidos que han obtenido representación en Europa, sólo me interesa hablar de UPyD. Se ha acercado a Izquierda Unida y en muchas capitales de provincia es ya la tercera fuerza política. Ese partido tiene un hándicap muy importante. Su principal capital, Rosa Díez, es en la práctica su único capital. Sin Rosa, UPyD sería casi la nada. Con Rosa ya se han convertido en algo importante. No sé, ni me importa, si sacan sus votantes de la izquierda o de la derecha anti-rajoyesca, pero ahí están.
Como bien saben los lectores de InfoCatólica, el miércoles, jueves y viernes de la semana pasada entrevistamos a los cabeza de lista del Partido SAIn, Familia y Vida y Alternativa Española. El mismo viernes publicamos un editorial animando a votar a cualquiera de esas tres opciones. Pues bien, sus resultados son los siguientes:
Partido SAIn, 5.987 votos
Familia y Vida, 9.802 votos
Alternativa Española, 19.678 votos
De SAIn y FyV me esperaba algo así. De AES no. No es que pensara que fueran a acercarse siquiera a la opción de tener un eurodiputado, pero qué menos que superar los 50.000 votos. Aunque claro, cuando al empezar el proceso electoral sólo conoce tu existencia el 3% de la población, y esa es la realidad de AES, resulta muy complicado que puedas optar por cruzar la línea del marginalismo más absoluto. A AES no le ha valido de nada, electoralmente hablando, el apoyo de los tories, pues parece claro que los británicos residentes en España estaban ayer en la playa. Y la presencia de Rafael López-Diéguez en Cope, radio y televisión, la Gaceta, Hispanidad y portales pequeños como el nuestro, no ha sido suficiente como para dar un salto de calidad. Cierto es que con un presupuesto 15 veces inferior -sí, he dicho 15- al de Libertas, AES sólo ha conseguido 3.127 votos menos que la gran apuesta de Ariza y su Intereconomía. Al inefable Declan su aventura en España le ha costado 50 euros por voto. Pero ya se sabe aquello de “mal de muchos, consuelo de tontos". Eso sí, Ariza debe de estar contento. Se ha cargado a Ciutadans y el PP ha obtenido un resultado formidable en Cataluña, situándose muy cerquita de CiU. Eres grande, Julio.
Sí me parece interesante resaltar que AES no ha recogido un solo voto de la ultraderecha. Las dos falanges que se han presentado, así como DN y FN, han sacado resultados similares o incluso superiores a los que obtuvieron en otras convocatorias de este tipo. Es decir, las dos decenas de miles de votantes del partido de López-Diéguez no salen de ese caladero y eso, en mi opinión, es bueno.
A destacar es también el hecho de que PUM+J, partido de inspiración cristiana del que yo desconocía su existencia hasta que el otro día asomaron en Religión Digital, ha obtenido 24.103 votos, más que Libertas y que AES. Pero en definitiva, suponiendo que la CTC se hubiera presentado, el potencial de votos de los partidos pro-vida y pro-familia habidos y por haber (incluso metiendo a Libertas) llegaría a los 100-125.000. Esa es la realidad y el que no quiera verla se equivoca.
La pregunta obligada es si tal circunstancia puede cambiar en el futuro. Creo que la presentación de una lista unitaria, en la que de verdad todos se olvidaran de politiquerías y personalismos que, con los votos contados, demuestran ser de una estupidez extrema, ayudaría a superar esos 125.000 votos de los que he hablado antes. Pero haría falta que se triplicara esa cifra para conseguir un parlamentario en Europa dentro de 5 años. Y para entonces el aborto ya no estará “de moda", el matrimonio gay será visto, incluso por el votante de derechas, como la cosa más normal del mundo y la EpC habrá pasado todos los filtros legales, Tribunal Constitucional incluido. No sé si para entonces seguirá gobernando Zapatero, pero para el caso da lo mismo. De estar Rajoy, u otro de su partido, quizás nos libraríamos de la EpC, pero nada más.
La realidad es que entre esa minoría cada vez más menguante de católicos practicantes en España, los que votan pensando sobre todo en los principios no-negociables que emanan de la Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI, son a su vez otra muy exigua minoría. Prevalece antes el voto útil, la abstención o cualquier otra consideración. Y si alguien piensa que la Iglesia Católica en España va a mover un solo dedo por cambiar esa realidad, es que no conoce bien a nuestros obispos, arzobispos y, sobre todo, cardenales. En relación al papel de la jerarquía y su influencia en los fieles a la hora de votar, el modelo taranconiano está incrustado en el ADN de la iglesia española, para lo bueno y para lo malo.
En resumidas cuentas, el voto católico es casi inexistente en España. Los católicos practicantes votan pero usan más o menos los mismos criterios que el resto de los españoles cuando se acercan a las urnas. Su fe no influye apenas a la hora de considerar a quién van a votar, siendo que el voto es la herramienta más directa para cambiar a los gobernantes. Tampoco nos pille de sorpresa tal cosa. Se ha pasado de unas generaciones en las que el catolicismo social marcaba el transcurrir de la nación entera, a otras en las que el peso social de los católicos ha quedado reducido a su manifestación cultual y a la capacidad de organizar manifestaciones más o menos concurridas de viento en viento. Y no hay más, señores míos. Los que pensamos que las cosas deberían ser de otra forma somos cuatro gatos. Y además, en pelea.
Luis Fernando Pérez Bustamante