No se conformarán con dar de comulgar a los divorciados vueltos a casar
En el avance de la cultura de la muerte, especialmente en todo lo relacionado con las leyes que despenalizan el aborto y la eutanasia, la estrategia siempre ha sido clara. A saber:
1- Se presentan casos extremos. Por ejemplo, una niña de 11 años embarazada tras haber sido violada.
2- Se dan datos falsos sobre mujeres muertas por abortar en condiciones insalubres.
3- Se abre la puerta a la despenalización en ese tipo de supuestos, introduciendo algún coladero como el de la salud psicológica de la madre.
4- Se acaba considerando el aborto como un derecho.
Idem con la eutanasia, que en los países europeos donde está legalizada ha empezado a utilizarse para ayudar a suicidarse no solo a enfermos terminales sino a personas con graves problemas psicológicos. Y parecido ocurre con las uniones homosexuales, que en un primer momento eran reconocidas solo como uniones civiles y luego pasan a equipararse a los matrimonios, con derecho a adopción.
Pues bien, es exactamante lo mismo que está ocurriendo en la Iglesia en relación a tres sacramentos: Matrimonio, Confesión y Eucaristía.
En el magnífico post de Alonso Gracián sobre la clara influencia en Amoris Laetitia de las tesis luteranas de Bernhard Häring sobre la relación entre gracia, ley y pecado, un comentarista afirma lo siguiente.
El artículo, interesante, no consigue encontrar fisuras en la exhortación si es que ese era su objetivo. Sin mencionarla, está en perfecta consonancia con Veritatis Splendor pero con un matiz: consigue descomponer la resplandeciente Luz de la Verdad en su espectro visible. Esa es la diferencia en la Ley divina y su aplicación normativa. La Ley es siempre la misma, y no admite excepción, pero hay matices que no se pueden obviar y a los que se llega aceptando esa Luz en toda su integridad.
Y esto le he respondio:
O sea, hay excepciones. Llamemos a las cosas por su nombre. No son matices. Son excepciones.
La ley -el dogma, añado- indica que el matrimonio es indisoluble, que el divorcio y recasamiento es adulterio y que, incluso independientemente de la imputabilidad, no se puede tomar la comunión en esas condiciones.
Si resulta que tras la AL ningún divorciado vuelto a casar puede comulgar, ¿de qué estamos hablando? ¿a qué estamos jugando? ¿por qué no aparece el Papa y dice claramente que nada ha cambiado en ese punto en concreto? Al fin y al cabo, fue lo que le dijo al cardenal Meisner a finales del 2013. Cito:
En mi última visita al Papa Francisco pude hablar muy francamente con el Santo Padre sobre todos los temas. Y también le dije que cuando habla en forma de entrevistas y breves discursos se quedan algunas preguntas abiertas, que para los no iniciados deberían en realidad precisarse más. El Papa me miró fijamente y me dijo que le mencionara un ejemplo.
Y mi respuesta fue entonces que a su regreso de Río a Roma, mientras viajaba en el avión, se le mencionó el problema de los divorciados vueltos a casar. Entonces el Papa simplemente me respondió: «los divorciados pueden comulgar, pero no así los divorciados vueltos a casar. En la Iglesia Ortodoxa se pueden casar dos veces». Hasta ahí su declaración.
¿Y bien? ¿hace tres años no podían comulgar y hoy sí? ¿qué ha cambiado de las palabras de Cristo sobre este tema, de las de San Pablo sobre las condiciones para acceder a la comunión y de las enseñanzas del magisterio católico desde por lo menos Trento hasta ahora? ¿nada?
Y si no ha cambiado nada, ¿por qué hay cardenales y obispos diciendo que los divorciados vueltos a casar ya pueden comulgar?
Mire, caballero, a los que queremos que la Iglesia sea fiel a Cristo, a la fe que está llamada a custodiar, defender y difundir, se nos puede tratar como fundamentalistas, como rigoristas, como lo que quieran. Pero como estúpidos, no, por favor. No nos traten como imbéciles. No lo somos.
De todas formas, se equivocan quien cree que todo acabaría con el quebranto de tres sacramentos que supone dar de comulgar a divorciados vueltos a casar. Quieren más. Mucho más.
Por ejemplo, uno de los que ha salido a leerles la cartilla a los cuatro cardenales que osaron hacerle preguntas al Papa sobre el capítulo VIII de Amoris Laetitia, ha sido el cardenal Hummes, brasileño. Este purpurado dijo esto en una entrevista allá por julio del 2014:
Se Jesus vivesse hoje, ele seria a favor do casamento gay?
Não sei, não faço nenhuma hipótese sobre isso. Quem deve responder isso é a Igreja em seu conjunto.
Poco después, el cardenal Pell nos avisó que lo de los divorciados vueltos a casar era solo la punta del iceberg, y que lo que querían los heterodoxos era el gaymonio:
«La comunión para los divorciados vueltos a casar es para algunos padres sinodales -muy pocos, ciertamente no la mayoría- solo la punta del iceberg, el caballo de Troya. Ellos quieren cambios más amplios, el reconocimiento de las uniones civiles, el reconocimiento de las uniones homosexuales»
En diciembre de ese mismo año, el todavía obispo de Amberes, Mons. Johan Bonny, no dejaba lugar a dudas. Pidió el reconocimiento de las uniones homosexuales no solo en las leyes civiles, sino en la propia Iglesia :
«Debemos buscar en el seno de la Iglesia un reconocimiento formal de la relación que también está presente en numerosas parejas bisexuales y homosexuales. Al igual que en la sociedad existe una diversidad de marcos jurídicos para las parejas, debería también haber una diversidad de formas de reconocimiento en el seno de la Iglesia»
Y claro, ha vuelto a insistir en ello este mismo año, hace poco, sin que ningún monseñor vaticano le haya desautorizado ni haya pedido que le quiten el báculo:
«no podemos seguir afirmando que no hay otras forma de amor aparte del matrimonio heterosexual. Nos encontramos con el mismo amor en un hombre y una mujer que conviven juntos, así como en parejas de gays y de lesbianas».
Y:
«La pregunta es: ¿Hay que tratar de forzar todo en un único e idéntico modelo? ¿No debemos evolucionar hacia una diversidad de rituales en los que podemos reconocer la relación de amor entre homosexuales, incluso desde el punto de vista de la Iglesia y de la fe?»
Aunque la relatio final segundo sínodo e incluso Amoris Laetitia no abre la puerta a esa barbaridad, el objetivo de los cardenales y obispos heterodoxos es evidente. Y si logran, que no lo lograrán, cargarse la doctrina católica sobre el matrimonio, lo siguiente, el reconocimiente de las uniones homosexuales, vendría a continuación. Y luego, no lo duden -y si lo dudan, lean al jesuita Masiá o la benedictina Forcades-, todo lo que tenga que ver con la bioética.
Si se abre una brecha en el corpus doctrinal católico en materia sacramental, el edificio entero se vendrá abajo. Tardará más o menos, pero se derrumbará. Por Cristo y su promesa, sabemos que tal cosa no ocurrirá. Pero para que no lleguemos a tal extremo puede ser necesario que los cardenales y obispos que aman la salvación de las almas más que su carrera eclesial y su buena fama ante el mundo, se planten firmes como rocas preguntando lo que haga falta y advirtiendo que no cederán de ninguna de las maneras. O sea, exactamene lo que hizo San Pablo en Antioquía cuando San Pedro “merecía reprensión” (Gal 4,11). Si toda la Escritura “es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la justicia” (2ª Tim 3,16), ese versículo de Gálatas también. Se usó con los papas Honorio, Juan XXII y Zósimo. Si toca hacerlo ahora -no me corresponde discernislo-, hágase.
Santidad o muerte.
Luis Fernando Pérez Bustamante
39 comentarios
Ahora estamos en una situación igualmente crítica. Lo que está en juego es si el matrimonio es, de verdad, indisoluble, si la gracia nos capacita para dejar de vivir en pecado -sea adulterio, sea cualquier otro grave- y si se puede comulgar o no estando en la condición de pecado público. No vale con que digan con la boca pequeña que nada ha cambiado si luego en la práctica hacen que todo cambie. Y si Pedro vuelve a jugar ese juego, hace falta que San Pablo le vuelva a plantar cara.
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LF:
A mí no. Empieza a haber miedo real a un gran cisma. Prefieren templar gaitas.
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LF:
Más división hubo en el cisma de Occidente.
La convicción sale del juicio de discernimiento, y la justificación de la moral de situación, la cual goza de ilimitados criterios, dado que no admite ni las normas morales generales ni la casuística: es plenamente libre.
Me opongo totalmente a todo el Capítulo VIII de Amoris laetitia porque es relativista, lo cual es un grave error destructivo para la unidad. Y Francisco debería de ordenar, simplemente, que se interpretara según el depósito de la fe. Fácil.
¿Qué ocurrirá después? No lo sé, lo que sí sé es que la crisis irá en aumento, el Papa no cederá y espero que los cardenales tampoco, de modo que así como los ríos desembocan en el mar esta crisis acabará en el cisma más grande de todos los tiempos. La Iglesia será vaciada de contenido y el pequeño resto fiel del que tanto habló la Virgen en sus apariciones -y también Isaías- será acusado de cismático y sufrirá persecuciones.
Ya estamos viendo la terrible persecución a los cristianos en Medio Oriente y otros países que aplican la sharía, pero está escrito, Dios no nos abandonará y por fin el Inmaculado Corazón de María triunfará.
Si para terminar con esta agonía es preciso que pasen estas cosas, pues que pasen. Dios quiera que estemos a la altura de las circunstancias.
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LF:
Acabo de leerlo:
http://www.xlsemanal.com/firmas/20161128/papa-iglesia-opinion-prada.html
Es un claro misil a los católicos que son económicamente liberales. No entra en nada que tenga que ver con lo que escribo en este post.
Ya estamos a las puertas del infierno.
Yo sí estoy de acuerdo con JM de Prada: hay mucho católico chorlito....y muchos sembradores de cizaña... que así se llama el artículo, pero no se deja pegar url's
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LF:
Resulta que en el post digo que la promesa de Cristo es nuestra esperanza.
Pero claro, sobre los argumentos de lo que escribo, nada... silencio... a mirar para otro lado.
ese Modernismo infecto, "síntesis de todas las herejías" se hizo fuerte a partir del CVII con un clan todopoderoso de masones eclesiásticos buscando desacralizar la Iglesia de Cristo y convertirla en la iglesia del hombre. Estamos en ESO y (ya nos previno nuestra Stma Madre en Fátima y Akita de lo que ELLOS buscaban) una parte enorme del rebaño aplaude todas estas locuras blasfemas...
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LF:
En Alemania y Austria llevan décadas autorizando a dar la comunión a divorciados vueltos a casar. Décadas. Y nadie hizo ni hace nada, de manera efectiva, por impedirlo.
Comparto con LF que el Enemigo intenta ya trasladar a la Iglesia todas las asquerosidades perpetradas a la institución familiar en la sociedad civil mediante el derecho positivo e intentarán ahora adulterar el derecho divino.
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LF:
No tiene sentido que se paren en un solo tema. Quieren la aniquilación de la fe católica. No lo dicen abiertamente, salvo unos pocos. Son malos, no tontos. De hecho, son más astutos que los ortodoxos.
“Agradezco a Dios vivir en una época en la que el enemigo está afuera de la Iglesia y saber dónde se encuentra y qué se propone. Pero preveo un día cuando el enemigo esté al mismo tiempo dentro y fuera de la Iglesia. Y rezo desde ahora por los pobres fieles que serán víctimas de un fuego cruzado”
Beato John Henry cardenal Newman. Fundador del Oratorio en Gran Bretaña. (1801-1890).
A BUEN ENTENDEDOR...
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LF:
El Beato Newman debió prever que las fuerzas del liberalismo teológico que estaban aniquilando el anglicanismo acabarían por lanzar sus garras sobre el catolicismo. Y en esas estamos.
Si el Papa no responde a las cuatro dudas, ¿por qué no se las preguntamos cada uno a nuestros obispos diocesanos por escrito y publicamos sus respuestas?
Tenemos derecho a pedirles ser defendidos en la fe católica y ellos el deber de defendernos.
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LF:
Yo también he mantenido varias charlas con varios obispos. Y bueno, de todo hay en la viña del Señor.
No les pidamos "imposibles". Si el Papa no responde, ellos tampoco.
Este nivel de crítica lúcida me recuerda a aquella que se ejercía en cierto foro "Santo Tomás Moro" hace 15 años.
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LF:
O tempora, o mores.
Dejando de lado todos los defectos de mi vida espiritual, que son muchos y ciertos, he pensado mucho sobre esta frase pq me parece que representa el sentir de muchos consagrados y resume perfectamente la esencia del problema al que se enfrenta la Iglesia. Aparte del bajísimo nivel intelectual del comentario, representa a un Dios que no es padre sino un abuelo chocho al que le da igual lo que hacemos. Yo no creo que Dios sea así, pero un sector importante de la Iglesia parece que si lo hace, y de ahí el problema, de concepciones radicalmente diferentes sobre la naturaleza de Dios. Partiendo de esto no es sorprendente que exista un cisma encubierto.
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LF:
Le reconozco mucho valor por preguntar eso a un religioso. Las posibelidades de encontrarse una respuesta como la que le ha dado eran elevadísimas. El nivel de fidelidad a la fe católica de los religiosos en España, sobre todo en la cuestión de la moral sexual, es similar al nivel de mi fidelidad a esa misma fe cuando era protestante evangélico. De hecho, creo sinceramente que siendo protestante yo era más católico que la mayoría de los religiosos de hoy en día. Y la "culpa" de esa situación no se le puede atribuir a Francisco.
Llevo largos años escribiendo sobre la existencia de un cisma de facto dentro de la propia Iglesia. Parece que se acerca el tiempo en que dicho cisma sea "de iure". Es lo que pasa cuando existe un cáncer y no es tratado con quimioterapia o cirugía. Acaba por invadirlo todo.
Pero ahi está la VERDAD, eterna, inmutable, sugiero que Bruno Moreno, escriba un libro, sobre las refutaciones,hay tanta ignorancia, en sus argumentos, relativismo puro, subjetivismo puro, producto del Pecado, enorme que hay en ellos, que pretenden sustituir la VERDAD, a CRISTO,IMPOSIBLE,por sus opiniones maleficas,Haciendo un enorme mal a la Humanidad, ignorando todas las fuentes que hay sobre el tema, son eneormente ignorantes y serios.
Es ASI. Es lo preferible.
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LF:
Un cisma nunca es preferible.
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LF:
A estas alturas, ya no me extraño de nada. Veremos cosas peores. Muchos están recolocándose para que no les pille la riada mal situados.
Sin duda alguna, este Sumo Pontífice debería de dar sólo doce horas para que rectifique públicamente de sus tesis al obispo de Amberes, antes que quede excomulgado; si fuera Papa, esto es lo que haría.
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LF:
Más bien recemos para que el Papa responda a las dudas conforme al magisterio de sus antecesores. Cuando los cardenales se ponen a "sustituir" a un Papa la cosa acaba mal.
«En Alemania y Austria llevan décadas autorizando a dar la comunión a divorciados vueltos a casar.»
En Austria no sé, pero en Alemania ¡como no van a dar los sacramentos a quien paga religiosamente la Kirchensteuer, que hay que satisfacer a la clientela!. Eso sí, como le pasó a un conocido mío español ingeniero trabajando en Alemania, como no estaba dado de alta no le quisieron casar y lo tuvo que hacer en España.
Denisovc:
«pero mucho me temo que dichos fieles tendrán que "salirse" de la iglesia oficial.»
Pues a mí que me echen, a ver si tienen lo que hay que tener.
Salmantino:
« Me replicó diciendo que esto era consecuencia de mi psicología pq soy demasiado racional y rigorista y repitiendo como un mantra que "Dios quiere que seamos felices", sin más matices ni respuesta a mis objeciones.»
Es que el modernismo no es sólo un ataque contra la Fe, es también un ataque contra la Razón. Es un arma de cretinización masiva.
Como ilustración gráfica, miren cómo empieza la destrucción de una presa de materiales sueltos: empieza con un chorrito insignificante que va socavando el núcleo de la presa, igualico que la herejía cuando consigue abrir una brechita:
www.youtube.com/watch?v=JKOVQDJEq5E
Y que las personas de buena voluntad con gran confusión mental entre ellos De Prada, lo lean.
La confusión puede afectar a todos,se debe ser fiel en todo a CRISTO, para el bien de la humanidad.
Hay que ser fiel a la VERDAD Total sino no hay doctrina Social aplicable.
Dices: "Apelar a lo ocurrido en Antioquía entre San Pablo y San Pedro no es un capricho. Lo que estaba entonces en juego era ni más ni menos que el hecho de si los gentiles debían guardar TODA la ley mosaica o no. San Pedro, por lo que vemos en Hechos 15, creía que en teoría no, pero por la vía de los hechos estaba apoyando el sí".
En realidad, en el caso de San Pedro era, lo mismo que hoy en día, por respetos humanos. También por respetos humanos Herodes mandó cortar la cabeza de San Juan Bautista, que había tenido la osadía de echarle en cara que no le era lícito estar casado con la mujer de su hermano. Y, hoy en día, peor aún: en algunos casos ocurre hasta por el dinero: si no pueden comulgar, no aportan.
Y, como dices: "si Pedro vuelve a jugar ese juego, hace falta que San Pablo le vuelva a plantar cara.".
Que el Espíritu Santo te siga iluminando.
Por alguna extraña razón el Papa no interviene poniendo orden y claridad, lo que provoca en no pocos, una sensación de ser "ovejas sin pastor". No, a pocos, nos agobia una sed de "asistencia visible y palpable" (porque la invisible la tenemos siempre, más que nunca). Personalmente, quisiera ver en los pastores de mi parroquia y de mi país, un claro pronunciamiento al respecto por el bien de los fieles. La Iglesia no se agota en la jerarquía, el Pueblo de Dios es el destinatario y la razón de ser aquella. Un pastor que no cuida sus ovejas, que no se desvela por ellas, sería un mal pastor. Y peor aún si el mismo pastor les expone a un peligro escandaloso.
Aunque sabemos que las puertas del infierno no prevalecerán, existe ese miedo natural ante el desastre que se avecina. Ya nos han llegado cismos espirituales de graduación diversa, que si bien muchos vemos ya los estragos causados, muchos insisten en que no pasa nada... pero el tsunami se acerca y no cabe cruzarse de brazos a esperar qué pasa.
Por lo menos unamos las manos y doblemos rodillas pidiendo ardientemente la intercesión de la Madre de Dios, destructora de todas las herejías, en quien Dios ha puesto su complacencia y le ha otorgado el reinado sobre la creación y goza de la gloria de su Hijo por encima de los santos y los ángeles.
Esta claro, más que nunca, que no es una lucha contra la carne ni la sangre.
No tenemos más que ver cómo se introdujo de manera falsaria el aborto en 1985, con los tres famosos supuestos (dentro de los cuales, el coladero era el de la salud psicológica de la madre) y ver cómo ahora, tras la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, el aborto se concibe como un derecho, en su art. 3.2.
Pero mucho me temo que ahora no van a tardar 25 años entre la brecha y la demolición. En el orden espiritual las cosas no son como en el orden jurídico, que tienen un devenir lento, con corolarios progresivos. No. En el orden espiritual, una vez abierta la brecha, se cae, como un castillo de naipes, todo el bello y perfecto edificio de la fe, que no tolera imperfección alguna. Sólo se conservará en el corazón del resto fiel, porque exteriormente aparentará estar destruido.
Hace dos o tres generaciones, a cualquier católico -sin excepción- le hubiera parecido algo diabólico reconocer el aborto como un derecho. Hoy la mayoría de católicos lo acepta.
Hace dos o tres generaciones, los católicos consideraban el preservativo como objetivamente pecaminoso (aunque algunos lo usasen). Hoy la inmensa mayoría lo considera una cuestión de conciencia, y el porcentaje de los que lo rechazan en su vida matrimonial es ínfimo.
Hace tres generaciones, si a un católico se le preguntase sobre casar con todos los efectos a una pareja de homosexuales, pensaría que estamos de broma. Hoy -estoy convencido- la mayoría de católicos acepta esa parodia de matrimonio.
Hace tres generaciones todos los católicos -sin excepción- comulgaban de rodillas y en la boca (y como diría Pablo "con temor y temblor"); hoy se mira mal al que se arrodilla en el suelo (ya no hay reclinatorio) para recibirla.
Creo, en fin, que la A.L. es un intento desesperado de ajustar con calzador de hierro la doctrina milenaria de la Iglesia a la realidad de un mundo que ya no quiere saber nada de doctrinas sobre el contención, la castidad, el sacrificio, la necesidad de la conversión o la fuerza transformadora de la Gracia; es un intento de mantener la doctrina en la teoría y a la vez cambiarla en la práctica, y en última instancia -como muy bien ha intuido LF en tantos artículos- es el reflejo de una radical falta de fe en la capacidad de Jesús de transformar nuestras vidas de pecado. Es una rendición literal de los pastores a los lobos.
Y es - a mi humilde juicio de cristiano- el peor camino que se ha podido tomar, y hará que, al igual que ha sucedido con otras cuestiones de moral, dentro de una generación -si el Señor no lo impide antes- la inmensísima mayoría de católicos vean como normal que los adúlteros, los arrejuntados o cualquier pecador público, sin arrepentimiento, conversión y penitencia, accedan a la comunión eucarística.
En el artículo, De Prada se refiere a las manifestaciones de Francisco en materia económica y social, no en lo demás. Y en este campo, bien que con su imprecisión habitual, sí se sitúa cerca de la doctrina tradicional católica, que dista mucho de la alianza tácita con el liberalismo económico que la jerarquía tiene entablada desde hace décadas. Hay gente que oye a los liberales la radio episcopal y creen que el Espíritu está detrás de ellos. Pues de eso nada de nada. La doctrina social tiene que ver con las cajas de ahorro y las cooperativas, no con los bancos y la competitividad empresarial a toda costa.
Y no se olvide que De Prada es un autor despreciado y marginado por el oficialismo católico por decir cosas que muy pocos se atreven a decir.
Siempre recuerdo aquello de Apocalipsis 16, 8 y siguientes: "El cuarto Angel derramó su copa sobre el sol y se le permitió quemar a los hombres con fuego: los hombres fueron abrasados por un calor ardiente, pero en lugar de arrepentirse y dar gloria a Dios, blasfemaron contra su Nombre, que tiene poder sobre estas plagas. El quinto derramó su copa sobre el trono de la Bestia, y su reino quedó sumergido en tinieblas. Los hombres se mordían la lengua de dolor, pero en lugar de arrepentirse de sus obras, blasfemaron contra el Dios del cielo, a causa de sus dolores y de sus llagas."
Y aquello otro "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán" Lucas 16, 31.
¡¡Dios quiere que nos salvermos!!. Saldría a la calle gritándolo como una loca. La felicidad plena no existe en este mundo, es mentira. Una mala noche en una mala posada, eso es lo que es la vida, y sin la Verdad de Cristo mucho peor. Y por todas partes se encuentra una que quienes debieran despertar la fe y el deseo de salvación, lo que hacen es narcotizar a las gentes para que no sientan la necesidad de salvación, y su único deseo sea buscar una felicidad que nunca encontrarán en este mundo, y a cualquier precio.
Esa creo que puede ser la raiz de los problemas que tiene la Iglesia, ya sólo se busca el placer de los sentidos, y no somos conscientes de que tenemos un alma.
Si Dios permite esta jerarquía, pudiendo liquidarla con sólo pensarlo, ¿querrás tú ponerte a justiciero en su lugar?
Porque el cisma es un gravísimo pecado y por lo tanto nos está vedado.
Y además una supina tontería: los corruptos se mueren de ganas porque el resto fiel les deje el campo orégano.
Los eclesiásticos que han defendido la Exhortación y han atacado a los cuatro cardenales, no han dicho que la doctrina de la Iglesia la conserven, ¡NO! Ellos admiten abiertamente su disenso contra la fe, doctrina y Ley divina, nos lo dicen en nuestras narices.
Lo cual implica responder a la dubia de forma que sea contraria a la fe católica.
Estos antropocentristas dicen que Francisco y dos sinodos, están por encima de las palabras de Cristo. ¿Acaso eso no es presentarse como un dios? ¿no están diciendo yo soy un dios? ¿No es exaltar el pecado y humillar a Aquel que nos salva del pecado y sus consecuencias?
Presentan el PECADO mortal del adulterio como algo querido e incluso pedido por su dios, están predicando ¡LA AVERSIÓN A DIOS! Darle la espalda al Creador, para convertirse a la criatura.
De eso se trata, así como puede ser el adulterio, puede ser el asesinato de los no nacido. la sodomía, o cualquier aversión a Dios, lo cual es más que una herejía: es apostasía, blasfemia y SATANISMO.
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