Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino santa

Cuando en uno de sus viajes San Pablo iba a partir desde Mileto a Jerusalén, hizo llamar a todos los presbíterios de Éfeso para darles un discurso de despedida, pues estaba seguro de que no le volverían a ver en esta vida. Destaco de ese discurso el siguiente pasaje:

Hech 20,28-32
Tened cuidado de vosotros y de todo el rebaño sobre el que el Espíritu Santo os ha puesto como guardianes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio Hijo. Yo sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño.
Incluso de entre vosotros mismos surgirán algunos que hablarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos en pos de sí. Por eso, estad alerta: acordaos de que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para construiros y haceros partícipes de la herencia con todos los santificados.

En su primera carta a los Tesalonicenses,  leemos

1 Tes 4,3-8
Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación, que os apartéis de la impureza, que cada uno de vosotros trate su cuerpo con santidad y respeto, no dominado por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Y que en este asunto nadie pase por encima de su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y os aseguramos: Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino santa. Por tanto, quien esto desprecia, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.

Es por tanto, deber de todo pastor -sin excepción- guardar el rebaño que Dios le ha encomendado. Es deber de todo pastor predicar sobre la necesidad de ser santos y no impuros. Y es deber nuestro rechazar a los lobos feroces que predican otra cosa. Es deber nuestro decir no a quienes buscan atajos, excusas, justificaciones, etc, para que los fieles no se sientan llamados a dejar atrás sus pecados para vivir en santidad, cada cual según el don que haya recibido. Y no debe extrañarnos que los lobos se disfracen de ovejas:

2ª Cor 11,14
no hay por qué extrañarse, pues el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Siendo esto así, no es mucho que también sus ministros se disfracen de ministros de la justicia. Pero su final corresponderá a sus obras.

Quienes apelan al Espíritu Santo para justificar la desviación en materia de fe y de moral son siervos de Satanás. El Espíritu Santo, siendo Dios, es el mismo ayer, hoy y siempre. El Espíritu Santo es quien, según nos enseñó Cristo, convence “al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Jn 16,8). Hoy hay quienes, incluso desde dentro de la Iglesia, nos quieren presentar al Espíritu Santo como aquel que resta importancia a los pecados, da falsas salidas a los mismos y llama a ignorar el juicio de Dios sobre quienes viven alejados de sus mandamientos. No presentan al Espíritu Santo como Dios poderoso operando en nosotros la obra de la santidad. De hecho, acusan constantemente con el dedo a los pastores fieles que no piensan dejar que el rebaño sea engañado.

Esta batalla de la que somos testigos, y en parte protagonistas, no es contra carne y sangre. Es “contra los principados, las potestades, las dominaciones de este mundo de tinieblas, y contra los espíritus malignos que están en los aires” (Ef 6,12).

Si Satanás tentó a Cristo con la Escritura, ¿qué no harán sus siervos para tentar a los redimidos por la sangre del Cordero? No en vano su objetivo mayor es que se propague la profanación eucarística. Es ahí, en ese lugar y momento en el que la Iglesia del cielo y la de la tierra se unen, donde el Enemigo de nuestras almas quiere plantar su bandera. Quienes amen el Santísimo Sacramento del Altar no se pueden quedar de brazos cruzados. Quienes se crucen de brazos hoy verán como Cristo se quedará de brazos cruzados ante ellos cuando le rindan cuentas el día del juicio.

Pastores y ovejas del rebaño de Cristo, dejad ya tibiezas y cobardías. Es hora de ponerse en pie y dar la buena batalla por la fe, por la Iglesia, por Cristo. En Él y por Él tendremos la victoria.

Santidad o muerte. Viva Cristo Rey.

Luis Fernando Pérez Bustamante

4 comentarios

  
David
Vale, muy bien, pero a parte del bla bla bla, que propones? Romper con Roma? Crear nuestro propio chiringuito? Irnos con los lefebristas?... pedís claridad, pues dad claridad, los católicos que piensan firmente que el papa Francisco está rompiendo com las enseñanzas permanentes de la Iglesia que deben hacer?. Ya digo que no es mi caso, pero me gustaría saber que es lo que proponeis exactamente.

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LF:
Yo no pienso que Francisco esté todavía haciendo eso, al menos no de forma inequívoca, pero si llegara el caso, lo que propongo lo digo en el post siguiente a este:
Dejemos que el Señor de la Iglesia haga lo que tenga a bien hacer. Y mientras lo hace, los que por gracia son justos y santos, sigan siendo justos y santos por gracia. Ninguno vamos a ser juzgados por lo que hacen otros. Seamos testigos de la verdad llevando una vida de obediencia a Dios, cumpliendo sus mandamientos y no cediendo a la tentación de la desesperación. Rezad más, confesaos más frecuentemente, acudid a Misa con más asiduidad, ayunad, haced penitencia. Y entonces, “la paz de Dios que supera todo entendimiento custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil 4,7).



Por cierto, si nos fuéramos con los lefebvristas, lo cual no es mi intención, lo mismo volveríamos enseguida:
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2016/05/01/francisco-podria-conceder-una-prelatura-personal-o-un-ordinariato-a-los-lefebvrianos-religion-iglesia-vaticano.shtml
29/04/16 2:57 PM
  
Alejandra Torres
Si AMAMOS la Sagrada Eucaristía,
permaneceremos FIELES hasta el final.
En la Iglesia edificada por Ntro. Sr. Jesucristo.
La cual es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.
Porque Él es nuestro PASTOR. Y Él conoce a sus ovejas y,
llama a cada una por su nombre.
ó debe acaso preguntarnos: ¿también ustedes quieren dejarme?
Nos ha dicho San Agustín que: "Aquel que no ha tenido que soportar tribulaciones, es que no ha comenzado a SER, un CRISTIANO de VERDAD"
03/05/16 10:44 PM
  
Alejandra Torres
Si AMAMOS la Sagrada Eucaristía, permaneceremos FIELES hasta el final. En la Iglesia edificada por Ntro. Sr. Jesucristo. La cual es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Porque Él es nuestro PASTOR. Y Él conoce a sus ovejas y, llama a cada una por su nombre. ó debe acaso preguntarnos: ¿también ustedes quieren dejarme? Nos ha dicho San Agustín que: "Aquel que no ha tenido que soportar tribulaciones, es que no ha comenzado a SER, un CRISTIANO de VERDAD"
03/05/16 10:47 PM
  
Mikel
Muchas gracias Luis Fernando por el alimento espiritual tanto de tus posts como de tus comentarios. ¡Un abrazo!

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LF:
A ti. Pero toca ayuno en los próximos meses.
06/05/16 9:48 AM

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