O volvemos a San Agustín y Santo Tomás, o no hay nada que hacer
Pero gracias sean dadas a Dios, porque siendo esclavos del pecado, obedecisteis de corazón a la norma de doctrina a la que habéis sido entregados, y libres ya del pecado, habéis venido a ser esclavos de la justicia.
Romanos 6,17-18
Corren recios tiempos para aquellos que creen que aunque el cristianismo no es una mera recopilación de doctrinas fundadas en la Escritura y la Tradición y acrisoladas por siglos de Magisterio eclesial, sin la sana doctrina es de todo punto imposible desarrollar una pastoral adecuada que pueda conducir a los hombres al encuentro con Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre y, en cuanto tal, único mediador entre Dios y los hombres.
Aun más, quienes así piensan y lo dicen, suelen ser acusados de fariseos, escribas, fundamentalistas y toda una catarata de adjetivos similares. Los acusadores pretenden poco menos que convertir el cristianismo en una religión de sentimientos buenistas que busca hacer que el paso por este valle de lágrimas que es la vida sea lo más “fácil y cómodo” posible, sin tener en cuenta que precisamente lo que está en juego en los años que vivimos a este lado de la frontera determinará nuestro destino en toda la eternidad. Y créanme, esa eternidad dura mucho. De hecho, no tiene fin. Si tuviéramos un mínimo de sentido de lo eterno, entenderíamos que las pocas o muchas décadas que nos toque vivir ahora son la nada comparadas con lo que llegará después.
Hay hoy una casi absoluta falta de entendimiento de la verdadera naturaleza de Dios. Nos han dibujado un Dios al que apenas importa el pecado. Creen que el hecho de que Dios sea amor está por encima de su condición de santo, como si su amor y su santidad fueran dos fuerzas contrapuestas. La realidad es que la santidad de Dios es incompatible con el más leve de los pecados. Y tanto nos ama Dios que envió a su Hijo a redimirnos, a salvarnos no solo de la consecuencia de nuestros pecados, sino a liberarnos verdaderamente de la esclavitud en la que vivimos cometiéndolos.
Porque Dios es santo nos ama. Porque nos ama tanto, quiere hacernos santos. Y su gracia es el instrumento para edificar nuestras almas como templos de santidad en los que su Espíritu Santo habite, transformándonos a imagen y semejanza de su Hijo Jesucristo, el Santo de los santos.
Equivocada sería igualmente la imagen de un Dios justiciero, que esperara cualquier fallo grave nuestro para enviarnos de cabeza y sin remedio al infierno. Un Dios deseoso de condenar a los hombres no habría enviado a su Hijo a salvarlos.
Una vez establecido que Dios quiere nuestra salvación, es absolutamente necesario que todos entiendan que semejante obra es principalmente divina. No hay nada saludable que el hombre, fuera de Dios, pueda hacer para acercarse a Dios. Y todo lo saludable que el hombre hace, en Dios, para acercarse cada vez más profundamente a Dios, es don de Dios. De tal manera que incluso los méritos verdaderamente propios del hombre son la corona de la gracia divina, que es quien produce en nosotros tanto el querer como el hacer (Fil 2,13). Como enseñó San Agustín:
Cristo toma forma, por la fe, en el hombre interior del creyente, el cual es llamado a la libertad de la gracia, es manso y humilde de corazón, y no se jacta del mérito de sus obras, que es nulo, sino que reconoce que la gracia es el principio de sus pobres méritos.
San Agustín, Comentario a Gálatas, 37
Dios nos salva en Cristo y por medio de Cristo, de tal forma que el nombre de cristiano no debería describir meramente al seguidor de Jesucristo, sino a aquellos que son verdaderamente recreados a su imagen y semejanza, a aquellos que pueden decir con el apóstol: “Ya no vivo yo, es Cristo quien viven en mí” (Gal 2,20).
Lo escrito hasta ahora es apenas una exposición torpe de mi entendimiento de la doctrina sobre la salvación y la gracia, pero no creo que diste mucho de lo que durante siglos fue enseñado y predicado por la Iglesia. Cito del libro “De Cristo o del mundo” (Gratis Date), del P. José María Iraburu:
La doctrina católica de la gracia ha confesado siempre que es Dios quien mueve al hombre por su gracia a pensar, a querer y a obrar el bien. De tal modo que el hombre puede, sin Dios, obrar el mal; pero necesita siempre el concurso de Dios para realizar el bien, en todas y cada una de las fases de su producción. En la línea del bien, por tanto, la gracia precede siempre a la acción del hombre, que actúa libremente bajo el influjo de la misma gracia divina. Así, Dios y el hombre actúan como causas subordinadas: la causa principal es Dios, y el hombre la causa segunda. Ésta es, por ejemplo, la doctrina de San Pablo, San Agustín, Santo Tomás, y hasta el siglo XVI hay en ella un acuerdo general entre los autores católicos, que sólamente difieren a la hora de explicar cómo se produce esa subordinación causal misteriosa.
Sin embargo, probablemente como contrarreacción a los errores de Calvino sobre la predestinación -su doble decreto es inaceptable- y de Lutero sobre la gracia -la robó su carácter santificante-, se introdujo en la Iglesia el antiguo error semipelagiano, que en el fondo hacía depender la salvación del hombre del propio hombre. Vuelvo a citar la obra del P. Iraburu:
Esta unanimidad profunda en la doctrina de la gracia se va a quebrar en el siglo XVI con la reaparición de la tendencia semipelagiana, condenada en el año 529 en el II concilio de Orange (Denz 370-379). El término semipelagiano no fue usado en la antigüedad, y fue inventado cuando Molina enseñó en la Concordia (1589) cómo Dios y el hombre concurren, como causas coordinadas, o más exactamente incompletas, que se complementan para la producción de la obra buena. Muchos entonces vieron estas enseñanzas como pelagianorum reliquiæ, o más exactamente, como sententia semipelagianorum, refiriéndose con este término a aquellas posiciones que algunos, como los monjes de Marsella (massilienses) habían defendido en el siglo V. Según ellas, depende del hombre, de su mayor o menor generosidad, hacer este bien o ese otro bien mayor -aunque se admite que, para realizarlo, es necesario el concurso de la gracia divina-. Actualmente, como veremos, en la extrema decadencia de la fe en Occidente cristiano, ésta es la doctrina más generalizada.
Por el contrario, la Iglesia, en la antigüedad y en el milenio medieval, entiende el cristianismo ante todo como gracia. Y así, por ejemplo, considera evidente una enseñanza como la de Santo Tomás, según la cual «es el amor de Dios el que crea e infunde la bondad en las criaturas» (STh I,20,2); y, por tanto, «no habría unos mejores que otros si Dios no hubiese querido bienes mayores para los primeros que para los segundos» (I,20,3; +23,4). Cuando verdades como éstas producen rechazo en la mayoría -según la cual Dios ama más a los mejores, porque son más buenos-, eso significa que han perdido muchos la recta tradición católica sobre la doctrina de la gracia.
Alguno dirá que al fin y al cabo, todo esto son disquisiciones teológicas que no afectan a la vida de los cristianos. Craso error. Sigo citando:
Las consecuencias de esta inversión del binomio gracia-libertad son incalculables, tanto en la espiritualidad general, como en lo referente a los caminos de perfección. Concretamente, en la visión semipelagiana, el «dejar el mundo» para seguir a Cristo, es posible a cualquier cristiano, «con tal de que lo quiera, pues es cuestión de generosidad: querer es poder». Quienes así piensan admiten luego, eso sí, que la realización de esta generosa opción es imposible sin la ayuda de la gracia. Si no admitieran eso, serían pelagianos. Mientras que admitiéndolo, se quedan en semipelagianos.
Que a pesar de la enorme difusión de esa visión molinista de la gracia divina que, en palabras del profesor Eudaldo Forment…
“El molinismo, que se presentaba como una reacción defensiva al determinismo luterano y quería salvar la libertad humana de los ataques protestantes, termina negándola.” “El resultado (de la doctrina molinista) es la pérdida de la libertad humana y una reducción de la eficacia de la causalidad divina” (y por ello de la gracia)
“El problema de la concordia entre prederteminación y libertad", EUNSA, pág. 160
… Dios siga salvando a tantos es solo posible, precisamente, por la eficacia de su gracia, que es más poderosa que los errores que se la oponen. Al fin y al cabo, los sacramentos siguen intactos y obran ex opera operato. Cito al Beato Dom Columbia Marmion, de su obra “Jesucristo, vida del alma” (Gratis Date):
Una de las manifestaciones de la condescendencia de nuestro divino Salvador al instituir los sacramentos consiste en que los signos que contienen la gracia, la producen por sí mismos [ex opere operato]. El acto sacramental, la obra practicada, la simple aplicación al alma de los símbolos y ritos, hecho con arreglo a lo prescrito, eso es lo que confiere la gracia, y la confiere independientemente, no de la intención, pero sí del mérito personal de aquel que lo administra. La indignidad de un ministro herético o sacrílego no puede poner óbice al efecto del Sacramento, si ese ministro se conforma con la intención de la Iglesia y trata de ejecutar lo que hace la Iglesia en semejantes casos. El Bautismo, administrado por un ministro heretico, es válido. -¿Por qué?- Porque Cristo, Hombre-Dios, quiso colocar la comunicación de las gracias por encima de toda consideración del mérito o de la virtud de aquellos que le sirven de instrumento; el valor del Sacramento no depende de la dignidad o de la santidad humanas; radica en la institución del Sacramento por Jesucristo y esto es lo que origina en el alma fiel una confianza ilimitada en la eficacia de esos auxilios divinos [Secura Ecclesia spem non posuit in homine… sed spem suam posuit in Christo, qui sic accepit formam servi ut non amitteret formam Dei. San Agustín, Ep. 89,5].
Bendito sea Dios que a pesar de que se difundió la desfiguración de la doctrina sobre su gracia nos sigue salvando a través de ella.
Si San Pablo fue el apóstol de la gracia, se puede afirmar sin temor a equivocarnos que San Agustín y Santo Tomás de Aquino -discípulo que supera incluso a su maestro, el obispo de Hipona- son sus principales exponentes. Si Molina, como es ampliamente reconocido (vean 1 y 2), se apartó de ellos, a nosotros nos toca regresar a sus enseñanzas. Una pastoral firmemente enraizada en una sana doctrina sobre la gracia es camino seguro para superar cualquier crisis presente y futura. Una pastoral basada en un buenismo que ignora el poder de la gracia para transformar al hombre pecador en hombre santo, solo puede provocar un desastre mayor del que ya contemplan nuestros ojos.
Reforma o apostasía. Santidad o muerte.
Luis Fernando Pérez Bustamante
127 comentarios
Predicar y testimoniar la doctrina católica de la gracia, y explicarla según la escuela agustino/tomista, es hoy muy necesario. Porque la invasión semipelagiana es tremenda y ha hecho un gran daño.
La insólita aunque permitida doctrina molinista, enquistada en el supermolinismo semipelagiano que nos invade, ha hecho un gran daño. Es sorprendente, como dice D. Eudaldo.
Como afirma L. Bouyer:
"La mejor luz para aclarar en alguna medida este misterio viene de una profunda observación de san Agustín que santo Tomás debía llevar a su desarrollo completo. Y es que Dios, si crea en nosotros el querer y el obrar, según otra expresión de san Pablo (Filipenses 2, 13) es el Autor en nosotros de TODO bien, y por encima de todo, de nuestro propio consentimiento a la gracia".
Y termina:
" será preferible no pretender aclarar semejante misterio más de lo que san Agustín o santo Tomás creyeron posible".
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LF:
Sabio consejo de ese sabio teólogo, :D
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LF:
Te responderá Alonso, :D
De ahí la importancia de lo dado por Jesucristo, no se puede manipular sólo recibir , Es su Vida.
Los sacramentos, la Eucaristía siguen intactos y obran ex opera operato. ya que es Cristo mismo instituyendo la Última Cena ofreciendo en el pan y vino su Cuerpo y su Sangre , la densidad de la Eucaristía es toda la vida del Señor, su Muerte, su Resurrección ,su Ascensión ,su Venida en Pentecostés donde funda la Iglesia. La Iglesia es el mismo Espiritu Santo y nosotros somos los pobres pecadores que Dios nos ama dándonos a su HIJO muerto y Resucitado, en el Altar cada día se hace presente el Señor tan claramente que para nosotros se vuelve oscuridad a nuestros sentidos , no basta seguirlo, es entrar en el misterio profundo de su Vida que su vida se incorpore a nuestra vida y que nos cambie y transforme en vida divina, sometiendo nuestra humanidad a su Divinidad y nada es posible sino somos humildes ,ya que todo lo humano debe ser transformado si queremos vivir en el Señor y participar del Misterio trinitario.por eso la gracia de Dios es intocable pero se recibe y llena al ser de una gran alegría.
"Lo que origina en el alma fiel una confianza ilimitada en la eficacia de esos auxilios divinos"
El alma que se fia de su Señor que participa en la Eucarístia con lo que supone de Verdad y de Misterio ,el Señor le abre los torrentes de la gracia para divinizarla.
Permíteme aclarar la duda.
Es necesario tener en cuenta que la correspondencia a la gracia es fruto también de la gracia, en el sentido en que lo explica el Concilio de Orange:
Can. 20. “Que el hombre no puede nada bueno sin Dios. Muchos bienes hace Dios en el hombre, que no hace el hombre; NINGÚN bien, empero, hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre”.
NADA tenemos, pues, que no hayamos recibido (1 Cor 4, 7)
También es muy bello como lo explica el Catecismo:
"2007 Frente a Dios no hay, en el sentido de un derecho estricto, mérito por parte del hombre. Entre Él y nosotros, la desigualdad no tiene medida, porque nosotros lo hemos recibido todo de Él, nuestro Creador.
2008 El mérito del hombre ante Dios en la vida cristiana proviene de que Dios ha dispuesto libremente asociar al hombre a la obra de su gracia. La acción paternal de Dios es lo primero, en cuanto que Él impulsa, y el libre obrar del hombre es lo segundo, en cuanto que éste colabora, de suerte que los méritos de las obras buenas deben atribuirse a la gracia de Dios en primer lugar, y al fiel, seguidamente. Por otra parte, el mérito del hombre RECAE TAMBIÉN en Dios, pues sus buenas acciones proceden, en Cristo, de las gracias prevenientes y de los auxilios del Espíritu Santo."
"2011 La caridad de Cristo es en nosotros la fuente de todos nuestros méritos ante Dios. La gracia, uniéndonos a Cristo con un amor activo, asegura el carácter sobrenatural de nuestros actos y, por consiguiente, su mérito tanto ante Dios como ante los hombres. Los santos han tenido siempre una conciencia viva de que sus méritos eran pura gracia."
Por tanto la correspondencia a la gracia es fruto de la gracia, en virtud de los méritos de Cristo, de los cuales se nos hace participar como si el mérito fuera nuestro y en verdad lo sea. Dios causa principal, el hombre causa segunda subordinada y no coordinada (que es lo que opina el semipelagianismo)
Espero haberte ayudado, amigo. Un abrazo en el Señor, con su Madre
Sin embargo, probablemente como contrarreacción a los errores de Calvino sobre la predestinación -su doble decreto es inaceptable- y de Lutero sobre la gracia -la robó su carácter santificante-, se introdujo en la Iglesia el antiguo error semipelagiano, que en el fondo hacía depender la salvación del hombre del propio hombre.
Respondo:
¿De verdad, piensas que ellos introdujeron el error del semipelagismo? Es todo lo contrario el lema protestante siempre ha sido que la salvación del hombre es solo por gracia.
Por otro lado ya que reconoces que Dios predestina para salvación, te diré que Calvino no era claro referente a la condenación del hombre, en sus escritos variaba su opinión. Lo que si es que los protestantes creen en su mayoría que no es Dios quien condena al hombre desde la eternidad sino que es exclusivamente el hombre quien se condena por sus propios pecados.
Pero este no es el tema lo se.. Solo queria dar esta aclaración.
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LF:
No he dicho que Lutero y Calvino introdujeran el semipelagianismo. He dicho que el mismo reapareció en la Iglesia por una mala contrarreacción de algunos a las tesis de Lutero y Calvino.
Calvino es rotundo respecto a la condenación. Dice que todos los condenados lo están porque Dios decretó que iban a condenarse de la misma manera que decretó los que iban a salvarse. De esa manera, hace a Dios responsable absoluto de la condenación de los réprobos, lo cual es inadmisible para la fe católica.
La mayoría de los protestantes creían eso hasta que llegó el pentecostalismo y, con su falta de referentes doctrinales, ha conseguido que ese tema ni siquiera se tenga en cuenta en un sentido u otro entre sus fieles, que ya son mayoría entre los protestantes. Pero el protestante evangélico tradicional seguía mayoritariamente a Calvino en lo referente a la gracia y la predestinación, antes que a Arminio.
Entiendo que la gracia santificante es expresión del amor que Dios nos tiene. Me parece que ser Padre misericordioso no es ser padre consentidor, y que lo que llaman buenísimo de bueno no tiene nada porque no es lo que Dios quiere para nosotros. Confundimos el amor de Dios con el amor humano, puesto que el Amor es gracia espiritual, perfeccionador, santificante... Y el amor humano es carnal, erotico, interesado, también generoso... No quiero extenderme. Lo que quiero decir es que estos días leyendo vuestros artículos y las noticias sobre la Iglesia recordé haber leído en el evangelio de San Juan la oración sacerdotal de Jesus intercediendo por nosotros, su Iglesia. Emociona enormemente lo que Jesus le pide al Padre para nosotros... Y nosotros, en lugar de ofrecernos junto con El en sacrificio a Dios, estamos veinte siglos después buscando hacer trampas para vivir el amor a nuestra manera en lugar de como nos enseño. "Un mandamiento os doy" ...
De joven me desanimaba pensando que era imposible seguir a Jesus, el caso es que leía los evangelios y me conmovían, pero leyendo después los escritos de los apóstoles compredi como obra el Espíritu Santo gracias a Dios. Siempre me decían que tenía que ser buena y portarme bien de ahí mi fracaso.
Por esto quiero daros las gracias por lo bien que enseñáis lo que tanto me costo aprender siendo católica toda mi vida. Y preguntaros por qué creéis que sigue pasando esto, que mucha gente de la Iglesia no conoce bien la doctrina católica y por eso son mundanos, piensan que no se pueden cumplir las normas y pasan, viven como paganos porque no se les aportó el detalle fundamental.
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LF:
Sigue pasando porque apenas se predica sobre estas verdades de la fe católica. Y si no se predica, ¿cómo va a saber la gente?
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LF:
La crisis viene de mucho tiempo atrás. No es cosa de Kasper y Marx. Cuando esos dos cardenales no eran nadie, el catolicismo ya estaba infectado de semipelagianismo.
Obviamente la crisis ha empeorado, pero poner a Kasper y Marx en su sitio no arreglaría el hecho indiscutible que indica el P. Iraburu en la cita que he dado:
Las consecuencias de esta inversión del binomio gracia-libertad son incalculables, tanto en la espiritualidad general, como en lo referente a los caminos de perfección. Concretamente, en la visión semipelagiana, el «dejar el mundo» para seguir a Cristo, es posible a cualquier cristiano, «con tal de que lo quiera, pues es cuestión de generosidad: querer es poder».
"... Las causas de esta justificación son: la final, la gloria de Dios, y de Jesucristo, y la vida eterna.
La eficiente, es Dios misericordioso, que gratuitamente nos limpia y santifica, sellados y ungidos con el Espíritu Santo, que nos está prometido, y que es prenda de la herencia que hemos de recibir.
La causa meritoria, es su muy amado unigénito Jesucristo, nuestro Señor, quien por la excesiva caridad con que nos amó, siendo nosotros enemigos, nos mereció con su santísima pasión en el árbol de la cruz la justificación, y satisfizo por nosotros a Dios Padre.
La instrumental, además de estas, es el sacramento del bautismo, que es sacramento de fe, sin la cual ninguno jamás ha logrado la justificación.
Últimamente la única causa formal es la santidad de Dios, no aquella con que él mismo es santo, sino con la que nos hace santos; es a saber, con la que dotados por él, somos renovados en lo interior de nuestras almas, y no sólo quedamos reputados justos, sino que con verdad se nos llama así, y lo somos, participando cada uno de nosotros la santidad según la medida que le reparte el Espíritu Santo, como quiere, y según la propia disposición y cooperación de cada uno.
Pues aunque nadie se puede justificar, sino aquel a quien se comunican los méritos de la pasión de nuestro Señor Jesucristo; esto, no obstante, se logra en la justificación del pecador, cuando por el mérito de la misma santísima pasión se difunde el amor de Dios por medio del Espíritu Santo en los corazones de los que se justifican, y queda inherente en ellos.
Resulta de aquí que en la misma justificación, además de la remisión de los pecados, se difunden al mismo tiempo en el hombre por Jesucristo, con quien se une, la fe, la esperanza y la caridad;
pues la fe, a no agregársele la esperanza y caridad, ni lo une perfectamente con Cristo, ni lo hace miembro vivo de su cuerpo. Por esta razón se dice con suma verdad: que la fe sin obras es
muerta y ociosa ..."
"Declara además, que el principio de la misma justificación de los adultos se debe tomar de la gracia divina, que se les anticipa por Jesucristo: esto es, de su llamamiento, por el que son llamados sin mérito ninguno suyo; de suerte que los que eran enemigos de Dios por sus pecados, se dispongan por su gracia, que los excita y ayuda para convertirse a su propia justificación, asintiendo y cooperando libremente a la misma gracia; de modo que tocando Dios el corazón del hombre por la iluminación del Espíritu Santo, ni el mismo hombre deje de obrar alguna cosa, admitiendo aquella inspiración, pues puede desecharla; ni sin embargo pueda moverse sin la gracia divina a la justificación en la presencia de Dios por sola su libre voluntad. De aquí es, que cuando se dice en las sagradas letras: Convertíos a mí, y me convertiré a vosotros; se nos avisa de nuestra libertad; y cuando respondemos: Conviértenos a ti, Señor, y seremos convertidos;
confesamos que somos prevenidos por la divina gracia. "
Esa gente se ha acercado mucho más al "otro lado" que nosotros y su testimonio se contradice con el del Magisterio de muchos de los Padres de la Iglesia que cita usted ¿A quién deberíamos creer? Yo no lo tengo tan claro ya desde hace tiempo.
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LF:
Dos cosas:
1- Por supuesto que hay casos de personas que han experimentado un ECM que han visto literalmente una situación infernal. En 1985 la investigadora Margot Grey concluyó que un 12% de las experiencias cercanas a la muerte eran claramente negativas o infernales. Grey dedicó un capítulo al asunto en su libro Return from Death (Regreso de la muerte). Yo he leído unas cuantas, conozco un caso muy concreto de alguien muy cercano a mí y en todo caso, no salen más porque por lo general la gente no quiere contar malas experiencias. Si todas hablaran, ese porcentaje aumentaría enormemente.
2- Las visiones de los místicos, que son mucho más fiables, dicen lo que dicen. Y, sobre todo, la Escritura es rotunda al respecto.
Usted crea lo que le apetezca, pero ese no es el tema del post.
Y ahí esta que tenemos que entender que nuestra libertad es real pero es una libertad creada y subordinada a la providencia divina. Ahí nuestro orgullo y la formación liberal que tenemos todos los modernos se van a revelar contra San Agustín y Santo Tomás (no en vano la modernidad empezó con Lutero quemando la Suma Teologica y nosotros somos, lo queramos o no, hombres modernos) y San Pablo y, al final, contra Dios.
A esto hay que añadir que todo lo que tenga que ver con nuestra Salvación cae bajo la predestinacion, esta movido por la gracia y tiene como causa eficiente y ejemplar a Jesucristo, que es el que nos salva.
Al final hay que entender que nuestras acciones meritorias son, como todo, de Dios en primer lugar. Y de hechos en cuento las creamos nuestra am dejan de ser meritorias.
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LF:
Nuestra parte de esfuerzo es obra de Dios en nosotros. Obra de la que nos hace partícipes, ciertamente, pero no hay una parte nuestra ajena a su proceder en nuestra alma.
No es una mera disquisición linguística. Es la fuente de muchos fracasos en la vida espiritual.
Que Dios me perdone si estoy en un error, pero pienso que la salvación del hombre depende del propio hombre. Si no, para qué venir a este valle de lágrimas si bastara con que Dios dispusiera quienes tenían que ser salvos y quienes no. No harían falta pues las pruebas. Ni que el hombre en su libre albedrío tuviera que optar por el bien o el mal.
Otra duda que tengo desde hace algún tiempo. Dios todo lo sabe, todo lo conoce, por tanto desde antes de crear al hombre, sabía que el hombre iba a caer en el pecado, ¿Por qué pues lo creó y sabiendo además que por ese pecado en el que el hombre había de caer, Dios mismo tendría que hacerse hombre y venir a redimirlo. Si todo depende de la gracia o no gracia que puede tener el hombre y que deriva solamente de la Voluntad de Dios, el hombre no tiene culpa si no se le ha dado esa Gracia.
He hecho estas preguntas en esta casa y en alguna otra, y aunque se me ha contestado, las respuestas no me han acabado de convencer. Y bien que lo siento. Y aunque esas respuestas no hayan aclarado mis dudas, no he querido seguir preguntando por no ser molesta o motivo de escándalo, que bien sabe Dios que no es en absoluto mi intención.
Envidio la época de mi vida en que todas estas preguntas no estaban en mí, oscureciendo mi fe y llevándome muchas veces al desaliento y a la tristeza más profunda. Porque sin una vida llena de Fe, la vida no merece ser vivida.
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LF:
Dices que Dios te perdone si estás en un error. No tengas problema, que Dios te perdona. Pero debes abandonar ese error.
Como la salvación del hombre tuviera que depender en última instancia del hombre, apañados iríamos.
Dices que has hecho las preguntas y las respuestas no te han convencido. Pues bien, pide a Dios que conceda el don de convencerte, porque si las respuestas que se te han dado son conformes a la fe católica, y parece que es el caso, DEBES aceptarlas. Es más, incluso aunque en un principio no las entiendas, admite por obediencia a la fe que son la verdad. Que no sería la primera vez que lo que creemos por obediencia lo acabamos entendiendo completamente. A mí me pasó con algún dogma de fe católico cuando regresé a la Iglesia. No lo veía del todo claro pero lo acepté. Y hoy lo veo muy claro, por pura gracia de Dios.
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LF:
No hay peor cosa que el ciego que insiste en que ve cuando no ve.
Esta es la cita completa de San Agustín:
“Este breve mandato se te ha dado de una vez para siempre: Ama y haz lo que quieras; si te callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor; ten la raíz del amor en el fondo de tu corazón: de esta raíz solamente puede salir lo que es bueno (SAN AGUSTIN, Coment. a la 1. a Epístola de S. Juan, 7).”
Deducir de ahí que podemos pecar bajo la excusa del amor, cuando es evidente que hay amores incompatibles con la santidad -por ejemplo, el que se profesan los adúlteros-, es pisotear el verdadero amor.
En otras palabras, San Agustín no dice "si amas puedes pecar", sino que todo el bien que podamos hacer debe tener como referente el amor. Pero, ¿qué dice la Escritura que es el amor?:
Conocemos que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues ésta es la caridad de Dios, que guardemos sus preceptos. Sus preceptos no son pesados.
1º Juan 5,2-3
Y:
El que dice que le conoce y no guarda sus mandamientos, miente y la verdad no está en él.
1ª Juan 2,4
Ojo, no vaya a ser que Cristo nos diga el día del juicio:
"Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora decís: Vemos, y vuestro pecado permanece".
Jn 9,41
No hay excusa para pecar. Y quien busca excusas se pone a sí mismo ante el abismo de la condenación eterna. No seamos como Félix:
Pasados algunos días, vino Félix con su mujer Drusila, que era judía, y mandó que viniese Pablo, y le escuchó acerca de la fe en Cristo. Disertando él sobre la justicia, la continencia y el juicio venidero, se llenó Félix de terror. Al fin le dijo: Por ahora retírate; cuando tenga tiempo volveré a llamarte.
Hech 24,24-25
Y:
Ay de los que al mal llaman bien, y al bien mal; que de la luz hacen tinieblas, y de las tinieblas luz; y dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo
Isa 5,20
¿Te escandaliza que te hable así? Estoy obligado a ello:
Si yo digo al malvado: “¡Vas a morir!” y tú no le amonestares y no le hablares para retraer al malvado de sus perversos caminos para que viva él, el malvado morirá en su iniquidad, pero te demandaré a ti su sangre. Mas si, habiendo tú amonestado al malvado, no se convierte él de su maldad y de sus perversos caminos, él morirá en su iniquidad, pero tú habrás salvado tu alma.
Y si se apartare el justo de su justicia, cometiendo maldad, y pusiere yo una trampa delante de él, él morirá. Por no haberle tú amonestado, morirá en su pecado, y no se recordarán las obras buenas que hubiere hecho, pero yo te demandaré a ti su sangre. Pero, si tú amonestaste al justo para que no pecara y dejare de pecar, vivirá él, porque fue amonestado, y tú habrás salvado tu alma.
Eze 3,18-21
Y es por pura caridad. De la auténtica. Pues no hay mayor caridad que ser instrumento de Dios para la salvación de otros:
Hermanos míos, si alguno de vosotros se extravía de la verdad y otro logra reducirle, sepa que quien convierte a un pecador de su errado camino salvará su alma de la muerte y cubrirá la muchedumbre de sus pecados.
Stg 5,19-20
Aunque a mí me parece que entre los cristianos está muy extendida la antropología de Rousseau: el hombre es bueno por naturaleza, sólo le corrompe y malogra la presión social. Por tanto, cuando más se libre el hombre de las ataduras sociales y sea más fiel a mí mismo, más bueno y feliz será. Y estará en armonía consigo mismo, con la naturaleza, y con Dios, que no es nada más que la Bondad suprema.
Para un seguidor de Rousseau las palabras gracia, salvación, pecado... no tienen ningún sentido.
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LF:
Tal cual, pero aún es peor. Se piensa que la humanidad evoluciona de tal manera que en algún momento la presión social no solo no corromperá, sino que facilitará esa bondad natural.
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LF:
Es harto complicado que yo haga una exposición erudita, porque no soy erudito. Y de donde no hay no se puede sacar. Pero si hago de puente entre la erudición y los lectores que están como yo y eso les sirve, sean muchos o pocos, me doy por bien pagado.
Dios sabe lo que hace, obviamente, y también lo que permite, pero personalmente me apena mucho que no se haya pronunciado la Iglesia en la disputa "De Auxiliis". Molina estuvo a un pelo de ser condenado, dice el historiador de la Iglesia Jedin, pero al final no hubo pronunciamiento dogmático.
Eso ha dejado a la teología católica en una situación de indefinición que a algunos les gusta elogiar como reconocimiento del misterio, pero que en la práctica produce una gran confusión. No falta el misterio en otros temas en los cuales el Magisterio se ha pronunciado, gracias a Dios, dogmáticamente.
El punto central, a mi modo de ver, es que San Agustín y Santo Tomas, siguiendo a la Escritura, han sabido captar que el axioma fundamental en este tema es lo contrario de lo que pensamos espontáneamente: el hombre es libre porque Dios causa sus actos libres, no a pesar de ello.
NI calvinistas y jansenistas, por un lado, ni pelagianos ni semipelagianos por otro, han sabido comprender eso.
Saludos cordiales.
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LF:
A mí no es solo que me apene. Es que me produce una desazón enorme, porque veo en ello la raíz principal de todos los males que han aquejado a la Iglesia en los últimos tiempos. Es muy triste pensar en tantas almas perdidas o desaprovechadas -más esto que lo otro- por una decisión "pastoral" en favor de una paz eclesial, que buscaba que no se condenara una teología perniciosa para las almas por el hecho de que era mantenida por una orden religiosa muy importante.
Sé que es complicado que la mayoría de nuestros lectores lo entiendan, pero en ello andamos. Aun así, quienes lo deberían de entender son los pastores y teólogos. No porque lo diga yo, que soy poco menos que la nada, sino porque lo han dicho grandes teólogos y maestros de la fe.
Ahora bien ¿estamos todos perdonados? La cuestión que yo planteo entonces es, ¿estamos todos arrepentidos por nuestros pecados?
Creo que hay que señalarlo claro, Dios perdona a todo el mundo, pero a todo el mundo arrepentido. Y solo pidiendo perdón de corazón, estando deseosos de cambiar y de reparar el mal causado podemos recibir el perdón.
Las enseñanza heréticas, don Luis Fernando, son 1) Decir que Dios no perdona a todo el mundo, que el perdón es solo para unos pocos. Falso, el perdón se ofrece a todos los seres humanos, otra cosa es que no todos lo acojan y se arrepientan. 2) Decir que Dios nos perdona a todos, luego no hay que pedir perdón. también es falso. Confunden la oferta de perdón con la demanda de perdón. No todo el mundo quiere arrepentirse, luego Dios no da a quien no quiere.
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LF:
Digamoslo de otra manera. Dios quiere que todos los hombres se salven, pero no todos los hombres se salvan. La culpa de que no se salven no es de Dios sino de los hombres. Sin embargo, la "culpa" de que muchos se salven sí es de Dios, aunque hace co-protagonistas "secundarios" de esa obra de salvación a sus elegidos.
Pero profundicemos brevemente acerca de este obrar a partir del don de la libertar que Dios nos ha donado de forma radical. Dios nos ha creado "radicalmente" libres, cuando da un don lo da plenamente. Con ello se patentiza que la gracia obra en nosotros, si "previamente" mediante nuestra libertad le hemos dicho un "sí" a Dios, pues Dios normalmente actúa si le damos entrada en nuestra conciencia, y no "fuerza" de forma "predeterminada a que le sigamos. Esto no es ni pelagianismo ni "semipelagianismo (cuya aclaración nos llevaría a una larga disquisición) pues el pelagianismo considera que en nuestro libre obrar no se precisa de la gracia, cosa distinta a la que estoy planteando. Si no fuéramos radicalmente libres, no se entendería por ejemplo, la condenación eterna.
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LF:
Voy a dejar que Alonso le responda, pero desde ya le digo que la auténtica libertad consiste en que se nos conceda obrar el bien, no en elegir entre el bien y el mal.
Bastaría de hecho coger la Pascendi y aplicarla nuevamente. Lamentablemente, lo que se ha hecho desde el CVII parece ser justo lo contrario, como si se hubiera tomado dicha encíclica como hoja de ruta para divergir de ella en todo punto...
Incluido, claro está, el completo abandono de Sto. Tomás. Recuerdo, por cierto, una ocasión, cuando estaba en Comunión y Liberación, en que se me ocurrió hablar a los responsables en España del movimiento de la necesidad de retomar la filosofía perenne de Sto. Tomás. Me miraron con total perpeljidad, como si yo fuera Indiana Jones y les hubiera propuesto ir en busca del Santo Grial.. Y esto en uno de los movimientos supuestamente "conservadores" de la Iglesia.
Así nos va.
Un abrazo, y gracias por tus magníficos artículos.
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LF:
La reforma iría encaminada a una restauración, evidentemente. Se trata de:
Así dice Yahvé: Haced alto en los camino y ved, preguntad por las sendas antiguas: ¿Es ésta la senda buena? Pues seguidla y hallaréis reposo para vuestras almas. Pero dijeron: “No la seguiremos.”
Jer 6,16
Hoy ni siquiera responden "no la seguiremos" porque apenas nadie se plantea volver a las sendas antiguas.
Pero creo que llegaría mas a la mente de todos si se ponen de relieve los efectos.
El problema del buenismo semipelagiano es la pédida absoluta del sentido del pecado -por insuperable -y por tanto de la necesidad de la redención .Cristo no es Dios con nosotros, ni resulta útil (ni menos indispensable) la eficacia del sacrifico de la cruz.
Además, como vemos en algunas propuestas para el sínodo , se exageran los aspectos buenos de las cosas malas, (son inevitables) lo que en sustancia es una incitación a pecar.
El interesado en todo esto , a todas luces: el enemigo.
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LF:
El semipelagianismo no niega que resulte útil la eficacia del sacrifico de la Cruz. El problema es que hace depender esa eficacia, en última instancia, de la voluntad del hombre... incluso aunque sea asistida por la gracia. Con lo cual la salvación del hombre depende más del propio hombre que de Dios. Y no es eso lo que la Revelación enseña.
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LF:
Aun así, la gracia de Dios vence el mero voluntarismo de muchos para poder salvarlos. Si no, imagínate el panorama.
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LF:
Sobre la verdadera libertad:
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1408091138-ilibres-o-esclavos
También San Juan de la Cruz, en la Frase que comento siempre, habla de que estamos en un estado de gran bajeza, somos migajas caidas de la mesa del Señor, que puede hacer una Migaja, sin Cristo.
La Espiritualidadf del Carmén Observante, es decir seguir a Santa Teresa, mi madre, y San Juan de la Cruz, son antidotos contra todas las espiritualidades hetedodoxas, que andan por la Ciudad de Dios.
Siempre con Fidelidad a la Iglesia, los Santos Padres, la sagrada y viva Tradición,el denzinger, el magisterio extraordinario y ordinario, sobre todo el que tiene que ver con la Fe y la moral.La Veritatis Splendor, es una enciclica infalible, trata de la Moral,paso el aviso Ja!!Ja!!.
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LF:
Erasmo, que curiosamente tiene muy buena fama, hizo mucho mal en todo lo relacionado con la gracia. De hecho, a Lutero le vino relativamente bien sus errores para poder acusar a la Iglesia de pelagianismo.
Si todo depende de la Gracia, ¿por qué unos se condenan y otros se salvan?
¿No hay en este hecho cierta predestinación que "protestantiza" el fondo del planteamiento: "todo depende de la gracia" ?
Ya que, siguiendo este principio, unos reciben la gracia necesaria para la salvación mientras que otros no reciben la suficiente para adherirse a ella oincluso la suficiente para no rechazarla.
Gracias por vuestra paciencia.
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LF:
La doctrina de la predestinación de los salvos es doctrina católica, afirmada repetidamente por Papas y concilios... aunque ahora apenas se predique o se enseñe. No confundir con el doble decreto de predestinación de Calvino.
Sobre eso hay bastante material escrito en InfoCatólica. Me costaría bastante resumirla en un comentario.
El "sí" a Dios es el acto cumbre de nuestra libertad, y por eso mismo, es imposible que sea independiente de la gracia de Dios.
Dios no fuerza nuestra libertad, por lo dicho: Él hace que nuestra respuesta sea libre.
La libertad es don de Dios no solamente como capacidad para obrar, sino también en cuanto al acto concreto.
Dios llama a la puerta de nuestra libertad mediante su gracia suficiente, y nosotros abrimos libremente la puerta, movidos por su gracia eficaz.
El Papa Francisco resume la doctrina agustiniana y tomista en esa frase suya: "Dios nos primerea".
Como dice San Pablo: "¿Qué tienes, que no hayas recibido?"
Saludos cordiales.
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LF:
El problema es que muchos creen que la libertad es fundamentalmente la elección entre el bien y el mal. Pero como enseña el Papa León XIII en la encíclica Libertas Praestantissimum:
Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.
“Por lo demás, parece que Clemente VIII hacia el fin de su vida miró con ojos más benignos la opinión de los jesuitas, cuando el Cardenal Du Perron, el mayor teólogo polemista católico después de Belarmino y Stapleton, vino a Roma y le dijo que todos los calvinistas y luteranos de Francia y Alemania se llenarían de júbilo por la condenación de la opinión de los jesuitas y verían en ella una aprobación de sus doctrinas sobre el libre albedrío.” (T. XXIV, pp. 225 – 226)
En la nota al pie de página dice:
“En su respuesta a una carta de Du Perron de 10 de febrero de 1605 dice Belarmino (traducción nuestra): “Doy ahora a Dios Bendito muchas gracias, porque ha hecho venir a Roma a la persona de S.E. en tiempos de la controversia “De Auxiliis”, porque si bien muchas veces he hecho saber a N.S. [el Papa] cuán cercana al Calvinismo es la opinión de la predeterminación física, y cómo es aborrecida por la mayor parte de las Universidades católicas, máximamente de aquellas que hacen frente a los herejes, sin embargo la parte contraria ha tratado de que no se me dé plena fe por ser Jesuita, y por consiguiente, interesado. Pero en S.E. no se puede encontrar objeción ninguna, siendo evidente a todos que Ud. puede juzgar mejor que cualquier otro en esta controversia y no tiene otro interés que la verdad y la fe católica: así que Dios lo ha enviado, para que las pasiones de muchos otros y la emulación que tienen con los Jesuitas, no haga oscurecer la verdad en asunto de tanta importancia”. (…) Que Du Perron había sido una buena lanza para los jesuitas, lo escribió más tarde, en 7 de setiembre, el canónigo Gualdo a Peiresc (Prat, Cotón, V, 243).”
San Roberto Belarmino, S.J., gran campeón de la Iglesia frente al protestantismo, gran sabio y gran santo, aquí es ejemplo claro de cómo la santidad en los bautizados no es garantía de infalibilidad.
Aquí él y Pastor nos hacen ver cómo uno de los principales elementos determinantes, por decir poco, del hecho de que el molinismo no fuese condenado, fue la particular situación que vivía la Iglesia en ese tiempo, en dramática lucha con el protestantismo, y teniendo como principal arma de combate a la Compañía de Jesús.
Muchos pensaron, y al final, parece que también lo pensó el siguiente Papa, Pablo V, que puso fin a la controversia suspendiendo todo pronunciamiento oficial de la Iglesia sobre el tema discutido, que condenar la tesis defendida por los Jesuitas iba a inutilizar el instrumento magnífico dado por Dios a su Iglesia en ese momento tan crítico.
Esas Universidades católicas a que se refiere San Belarmino obviamente que son en su gran mayoría al menos Universidades gestionadas por los Jesuitas, que efectivamente eran quienes llevaban de frente la controversia con el protestantismo.
El argumento de la “emulación” fue muy utilizado por los molinistas para reducir la oposición de los dominicos a una cuestión de celos, envidias y rivalidades. Pastor también recurre a él ampliamente.
Parece que esta “emulación” tenía algo más profundo detrás de sí, pues aún hoy la controversia entre el molinismo y el tomismo sigue siendo una de las más arduas y profundas de la teología católica.
Y no es que sean temas del todo suntuarios y evitables. Cualquiera que intenta pensar coherentemente la doctrina de la gracia tiene que
plantearse ineludiblemente el tema.
Saludos cordiales.
1) Dios predestina a los elegidos a la vida eterna.
2) Dios no predestina a los réprobos a la condenación eterna.
3) La predestinación divina no niega la libertad de las creaturas racionales, sino que se deben afirmar conjuntamente ambas verdades.
4) La reprobación de los que se pierden, entendida como pena por sus pecados, es posterior a la previsión divina de sus culpas.
A partir de aquí discuten las escuelas teológicas católicas, por ejemplo, si la predestinación de los justos es anterior a la previsión de sus méritos (tomismo) o posterior (molinismo).
Saludos cordiales.
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LF:
Me alegro que creas tener las cosas mucho más claras que el P. Iraburu y yo.
«Tú sabes que en las celebérrimas cuestiones sobre la predestinación y la gracia y sobre el modo de conciliar la omnipotencia de Dios con la libertad humana, hay en las escuelas multiplicidad de opiniones. Los tomistas son acusados como destructores de la humana libertad y como seguidores no ya sólo de Jansenio, sino hasta de Calvino; pero como ellos responden muy bien a lo que se les objeta y su sentencia no fué nunca reprobada por la Sede Apostólica, en ella se hallan impunemente los tomistas y no es lícito a ningún superior eclesiástico en el presente estado de cosas removerlos de su sentir. Los agustinianos son acusados de seguidores de Bayo y de Jansenio. Responden ellos que son favorecedores de la humana libertad y eliminan según sus fuerzas lo que se les opone; y como su sentencia no ha sido hasta el presente condenada por la Sede Apostólica, no hay quien no vea que nadie puede pretender que se aparten de ella. Los seguidores de Molina y de Suárez son proscritos por sus adversarios como si fuesen semipelagianos; los Romanos Pontífices no han dado hasta ahora juicio sobre este sistema moliniano, y por ello prosiguen en su defensa y pueden seguir ... »
Es clara una especie de graduación descendente en la evaluación que el Papa hace de las distintas posturas.
Saludos cordiales.
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LF:
Lee Romanos 9,13-26 y hablamos.
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LF:
Créame si le digo que los que están o estarán en el infierno están tan condenados como Satanás, aunque ellos o hayan estado nunca en el cielo.
Te parece que la salvación depende del hombre porque si depende de Dios para que pruebas y valles de lagrimas, etc.
Si te digo lo que aprendí sobre esto pensaras que es mi opinión y te vas a quedar igual, ya que mejores respuestas habrás tenido y no te han resultado.
Yo pase por lo mismo. Todavía necesitamos explicaciones de parábolas porque de teologia sabemos poco y entendemos menos.Pero el Plan de Dios es igual para sabios que sencillos. Jesus y sus apóstoles dicen que busquemos en las Escrituras. No para interpretarlas por libre, sino pidiendo a Dios ayuda. Si pides se te dará según tu necesidad.
Cuando no entiendas algo confía en Dios, reza, medita en su Palabra, escucha, de muchas maneras te llegara luz y conocimiento, por un blog, una circunstancia personal, un encuentro... Pide y esperaen el Señor abierta a recibir.
Dios no pone pruebas para que "ganes" tu salvación te la regala. Permite circunstancias en tu vida para que le conozcas, para que aprendas como te ama y que quiere de ti. No te lo pone difícil, nosotros lo hacemos difícil porque nos resistimos.
El libre albedrío no es para escoger entre el bien y el mal como dices. Dios nos da libertad, inteligencia, otros muchos medios y todas las riquezas de su gloria porque nos ha creado para hijos suyos, pero nosotros, con todo eso, intentamos ser autónomos e independientes, así nos creamos un valle de lágrimas en lugar de un bienestar y un idilio de amor correspondido.
Las dudas, pegas y preguntas equivocadas que te surgen te las pone el maligno porque esta rabioso de tanto como puedes llegar a unirte al Señor.
Sigue preguntando pero directamente al Señor que El es tu respuesta.
Un abrazo hermana.
Por otra parte si se verifica (1) no veo entonces por qué la salvación seria una recompensa, dado que el hombre nada tiene que ver en ella. Y resultaria injusta la condenación eterna, ya que esta seria consecuencia de que "Dios no lo escogió". Me temo que no entiendo el significado de la palabra "predestinación", las cosas no pueden ser tan complicadas, no puede ser que para vivir la fe haya que ser doctor en teologia.
No le des vueltas a algo que esta mal planteado. Todos somos llamados y los elegidos los que atienden a la llamada con fidelidad, amando a Dios sobre todas las cosas y mas que a si mismo.
La salvación no es una recompensa es un regalo solamente tienes que cogerlo y ser fiel al amor de Dios.
Esta bien que los sabios busquen explicaciones para ayudar a la enseñanza del misterio de Dios. Pero Dios no es objeto de ciencia, no podemos explicarlo solamente saber lo que El nos muestra de si mismo. Cuanto mas le amamos mas se nos muestra.
Lee bien todo el Nuevo Testamento para empezar, que muchas veces le damos vueltas a los temas en lugar de ir aprendiendo con sencillez y perseverancia. Cristo hablaba y hacía referencia a la Biblia y añadía lo que era encargo del Padre para enseñarnos. Aprendamos de El que es el rostro de Dios para nosotros. No queramos meter un océano en un cuenco y seguir quejándonos de que no entendemos, es un disparate. La sabiduría de las cosas de Dios no las conseguimos, nos son dadas según su voluntad.
Es, sin duda, para los sencillos, pero que aceptan poner fe en el Misterio revelado, en vez de querer que la verdad revelada sea clara y sencilla, que es otra cosa.
Y si la comprensión espontánea que tenemos de la fe resulta que va contra esa misma verdad revelada, entonces sí, hace falta algo de teología para rectificar la situación.
La Iglesia no acepta la paridad entre la Predestinación, que se aplica a los que se salvan, y la Reprobación, que se aplica a los que se pierden, porque la primera es absolutamente gratuita, mientras que la segunda, entendida como condenación y pena por el pecado, supone la previsión divina de las culpas, y especialmente, de la impenitencia final. Dios salva gratuitamente, pero no condena gratuitamente.
Por otra parte, hay que insistir: la predestinación divina no excluye la operación de nuestro libre albedrío, sino que la incluye. La iniciativa última es de Dios, pero no es Dios el único que actúa, precisamente porque nos mueve a actuar, y nos mueve a actuar libremente.
“Nos mueve a actuar libremente”: la meditación de esta frase es lo que nos tiene que llevar a captar la clave de este asunto, para no caer en dicotomías u oposiciones contrarias a la fe.
Y en el caso de los que se condenan, se condenan por sus pecados libremente cometidos. A partir de ahí se plantea la discusión entre los teólogos. Unos dicen que en última instancia no tienen la gracia eficaz porque pecaron, otros dicen que en última instancia pudieron pecar de hecho porque no les fue dada la gracia eficaz.
La opción por alguna de estas alternativas entiendo que es libre dentro de la Iglesia. Personalmente adhiero a la segunda.
En todas estas cosas, a lo más que puede aspirar nuestra inteligencia, muchas veces, es a que no se pueda probar una contradicción formal en la verdad revelada. Y hay que acordarse de que no es fácil probar una contradicción, porque implica probar que alguien afirma y niega al mismo tiempo el mismo predicado, tomado en el mismo sentido exactamente, del mismo sujeto.
Agrego lo que el Papa Benedicto XIII dijo a los dominicos, tradicionales sostenedores de la tesis tomista, en 1724 cuando se los estaba acusando de jansenistas:
“Despreciad con gran ánimo, por tanto, queridos hijos, las calumnias intentadas contra vuestra sentencia especialmente de la gracia por sí e intrínsecamente eficaz y de la predestinación gratuita a la gloria sin ninguna previsión de los méritos, que laudablemente hasta ahora habéis enseñado, y que vuestra escuela con recomendable estudio se gloría de que proceden de los mismos santos doctores Agustín y Tomás, y de que son consonantes con la Palabra de Dios, los decretos de los Sumos Pontífices y los Concilios, y los dichos de los Padres.”
Benedicto XIII, Bula Demissas preces, 1724.
Saludos cordiales.
Aquí se aplica, sobre todo, lo de Bossuet: debemos tener firmemente ambos extremos de la cadena, aunque no veamos los eslabones que los unen.
Saludos cordiales.
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LF:
Fíjate que no sería necesario elevar el nivel de autoridad magisterial de determinados puntos, sino simplemente aplicar el derecho canónico respecto a los que niegan dichos puntos con el nivel de autoridad magisterial que ya tienen.
Porque si se eleva el nivel pero el derecho canónico se deja en el baúl de los recuerdos, como ocurre hoy en día en multitud de casos, estaremos en la misma situacion.
No he leido todos los comentarios, porque al llegar a cuando se habla de la experiencia ECM la atencion se ha disparado hasta el infinito. Una vez lei de estas cosas; no extrai conclusiones porque parece que no esta claro del todo (por desgracia!!!!!) unos dicen que todavia hay alguna consciencia, es decir, que no se esta realmente 'muerto' (y que por ello volverian a la 'vida'); eso si, tenia la idea tipica de esto que es el tunel de luz sensacion como de confort ... etc etc ni idea que tambien habia casos de expreriencias no tan "agnosticas" (?) (por decirlo asi!!!!). Gracias LF por el libro citado que intentare leer.
La verdad es que, entraba tambien por otro comentario, el de Isabel (de Granada), no se como explicar, bueno, por un lado animarte, Isabel, no pierdas tu confianza en lo que crees, tan profundamente que llena la vida, quiza las dudas y preguntas sirvan para cuidar la fe, no decaigas!!! y esto que podria parecer como un halago no lo es, porque te lo digo de corazon, pues tambien tengo una reflexion al respecto de tu comentario y que es una cosa que siempre he pensado. Como nos conocemos un poco por haber discutido en el blog que tenia D. Santiago Mata, Isabel, se cual es la epoca en la que te educaste y formaste. Y como escribes, en esos años no te asaltaban estas dudas que son capaces de ensombrecer algo tan profundo como la conviccion.
A ver si me puedo explicar sin necesidad de mucho rollo! ;-.) lo que quiero decir y me da la impresion, es que antes no se enseñaba bien, o lo que se enseñaba era lo suficiente o justo para conocer tan solo de manera superficial el catolicismo; por ello la gente decia que era catolica pero en el fondo no se creia de manera firme, se creia solo por convencion, por tradicion, de manera mas aparente que real, (no lo digo por ti Isabel!!!! sucede que tu comentario me ha recordado una idea que siempre he pensado al respecto del catolicismo en España).
Por eso alguna vez he comentado que el catolicisimo nunca ha cuajado del todo en España y ello a su vez podria explicar las "rachas" de indiferencia (ahora) o de puro rechazo (ademas violento) en los terribles años 30s de mucha parte de España por la religion.
Bueno! se me ocurren mas cosas para comentar, pero es tarde, esto seguro que es largo y ademas es como medio OT!!! disculpas :-(
Saludo, buen finde :-)
Ahora no recuerdo si fue Norberto del Prado o J.B. Bossuet que decían que esta doctrina de la gracia siempre sería piedra de tropiezo para la Iglesia pues al Diablo le encanta negarla: su rebelión personal fue causada por negarse a vivir de la gracia. Ese es el pecado de Adán: negarse a depender de Dios para ser mejor, creer que hay mejoría y plenitud sin dependencia de Dios.
En total acuerdo con lo que dices. Firmo lo del buenismo. Pero no es solo la predicación de un Dios flojo o tolerante el problema.
Desde los tiempos de Báñez a los que hace referencia el Padre Iraburu, los dominicos profetizaban que llegaríamos donde estamos hoy porque decirle a la gente que se puede alcanzar perfección cristiana y rectitud moral disminuyendo o negando la eficacia intrínsenca de la gracia, irremediablemente se terminaría en laximos morales. Parece contraintuitivo y paradójico, pero así como lo dijo Agustín de Pelagio, quien persigue perfección moral sin reconocer su pobreza y la eficacia de la gracia divina, terminará pecando, si no de pecados carnales sí de espirituales que son mucho peores.
Me encantó el documento del PCDF Müller previo al sínodo del 2014 donde decía que dudar de la durabilidad del matrimonio o de la fidelidad del separado de su matrimonio era dudar de la gracia.
Lo radical de estas denuncias sería reconocer que esto que vivimos es el producto de haber querido implantar un Catolicismo estilo Metodista. Muy exaltar al hombre y su bondad sin darle su lugar de preminencia a los canales de gracia y a la gracia misma. Ahí hay una trampa. Es la misma trampa de Pelagio. Por eso decía Báñez que Lutero, Calvino y Pelagio en realidad sufrían del mismo error, solo que con síntomas contrarios.
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LF:
Bien, de momento es una gracia que haya podido atraerte por acá, :D
Por supuesto, estoy de acuerdo con lo que dices. Lo del catolicismo estilo metodista te ha quedado bordado.
Un gran abrazo.
Santo Tomás enseña que los ángeles fueron dotados con la fe sobrenatural al ser creados, y así, por la fe en esa Revelación, y no por visión, conocieron la voluntad de Dios respecto de ellos, y pudieron optar libremente a favor o en contra de lo que Dios les pedía.
Y así, los que (movidos por la gracia eficaz, obviamente) aceptaron el llamado divino accedieron a la visión beatífica, y son los ángeles buenos, los que lo rechazaron, se condenaron para siempre, y son los demonios.
Saludos cordiales.
Es un tema "liosiosisimo":
-Todo es gracia (lo entiendo y es muy liberador saberlo)
-Qué Dios da más gracia a unos q a otros (creo firmemente en ello, "x la cuenta que trae" -broma-)
-Libertad y gracia juntas (creo pero no "lo pillo").
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LF:
Bueno, la Trinidad también es un misterio, :D
Si eliminamos la Gracia (Pelagio), la cruz de Cristo deja de tener sentido alguno; si eliminamos la libertad y Dios predestinase incondicionalmente a algunos hombres al infierno (Calvino), o a todos a la salvación no podríamos decir que Él es bueno o que es justo. Aun así, los católicos sí creemos en el misterio de la reprobación, en que existe un misterio llamado "reprobación", esto que es que "Dios, en un decreto de su inmutable voluntad predestinó a algunos a la condenación POR HABER PREVISTO SUS PECADOS" (L.OTT).
Hay reprobación, sí pero en todo caso es materia de fe que "Dios nos da a todos los hombres las gracias suficientes para salvarnos"
Y nunca olvidemos el dicho de San Agustín: "Dios que te hizo sin ti, no te salvará sin ti".
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LF:
Piano piano, va lontano. Pero habrá que empezar por algo, obviamente.
Pues fíjate LF, q me parece mucho más comprensible y profundamente razonable la Trinidad q un Dios sin las tres personas. Y lo entiendo mejor q lo de la Gracia y derivados. (vale, y ahora oigo la carcajada de los teólogo x mi osadía. Tb la entiendo) :)
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LF:
Sospecho que no eres la única, :D
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LF:
Bueno, de milagros Dios sabe un rato, :D
hay que tener en cuenta que Dios inicia en nosotros nuestra buenas obras, sosteniéndolas y terminándolas, para que las llevemos a cabo por nosotros mismos y las terminemos. Y esto, lejos de impedir nuestra libertad, la facilita, activa, potencia, libera.... porque la gracia vivifica realmente la voluntad y la capacita para el acto libre sobrenatural.
Por eso incide el tomismo en que la gracia mueve a la voluntad a moverse por sí misma.
La aceptación de la gracia es cien por cien obra de la gracia, y POR ESO es al cien por cien obra de la libertad.
Por el contrario, no somos nosotros los que comenzamos nuestra obra buena, sino el Señor, que sin preceder mérito nuestro, da comienzo en nosotros y con nosotros nuestra acción completamente libre y nuestra y saludable, en la que cooperamos con su gracia plenamente.
“También profesamos y creemos saludablemente que en toda obra buena, no empezamos nosotros y luego somos ayudados por la misericordia de Dios, sino que es Dios el que, sin que preceda merecimiento bueno alguno de nuestra parte, da comienzo a la obra, inspirándonos la fe y el amor de Sí mismo” (Denz 200)
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Parece que la eficacia de la gracia disminuye la libertad humana.
Por el contrario, la eficacia de la gracia robustece y perfecciona la voluntad en orden al acto, y asegura su plena libertad, sanando y restaurando la libertad humana.
“A esta regla de nuestras acciones, a este freno del pecado, la bondad divina ha añadido ciertos auxilios especiales, aptísimos para dirigir y confirmar la voluntad del hombre. El principal y más eficaz auxilio de todos estos socorros es la gracia divina, la cual, iluminando el entendimiento y robusteciendo e impulsando la voluntad hacia el bien moral, facilita y asegura al mismo tiempo, con saludable constancia, el ejercicio de nuestra libertad natural. Es totalmente errónea la afirmación de que las mociones de la voluntad, a causa de esta intervención divina, son menos libres” (León XIII, Libertas, 6).
¿No quedan molinistas?
¿No repudian se les asocie al error de Pelagio?
¿Que contestan sobre esa acusación?
Si no necesariamente, ser molinista debe llevar al pelagianismo (el de siempre, el semi, o el neo), el bloquear firmemente que por error de interpretación del jesuita Molina, se derive en herejia pelagiana: ¿no sería una manera eficaz, complementaria, de combatir esta herejía?.
¿No se le desmonaría un supuesto apoyo, que en realidad no tendría?
En vez de tener un punzón tomista enfrentándola, podríamos tener una tenaza de dos brazos tomista y molinista, apretando y demoliendo sus errores.
No lo afirmo, escribo preguntando.
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LF:
Quede claro que la versión aguada del molinismo que presentaron los jesuitas para evitar su condena... no es herética.
Como muchos te leen solo deberías ser mas discreto al juzgar tajantemente que Calvino enseño la doble predestinación.
Lamentablemente no puedo dar énfasis no se poner negritas, pero espero captes el punto.
Libro 1 Cap.8
Pighio, sin embargo, aún aguijonea su violenta oposición alegando que si lo que yo enseño fuere cierto, es decir, que los que perecen han sido ordenados a muerte eterna por la voluntad eterna de Dios, la razón de lo cual nos es imperceptible, las personas así ordenadas son hechas merecedoras de muerte eterna, y no halladas tal. Respondo que tres cosas han de considerarse tocante a este punto:
1. Que la predestinación de Dios, por la cual decretó, antes de la Caída de Adán, lo que debía ocurrir en todo el linaje humano y en cada individuo, está inalterablemente fija y determinada.
2. Que Adán mismo, a causa de apartarse de Dios, fue merecidamente señalado para muerte eterna.
3. Por último, que en la persona de Adán, ahora caído y perdido, su posteridad resultó también condenada eternamente; pero de tal modo condenada eternamente que Dios juzga dignos del honor de Su adopción a todos aquellos que libremente escogió de entre esa descendencia.
Ninguna de estas estupendas cosas es producto de mis fantasías, ni he fabricado ninguna parte de ellas. Ni estoy obligado, en el caso presente, a evidenciar cada detalle, pues considero que ya lo he hecho muy efectivamente. Todo lo que voy a hacer es lavarme de la calumnia con que mi contendiente me ha manchado, al decir que de ninguna manera puede lograrse que estas cosas armonicen o se avengan entre sí. Mientras que lo que yo en todo tiempo he enseñado invariablemente, y todavía enseño en este día, es que siempre que la elección es el tema de discusión, el gran punto que ha de mantenerse, de principio a fin, es que a todos los réprobos se les deja justamente en muerte eterna, porque murieron y fueron condenados eternamente en Adán; y también que los que son por naturaleza hijos de ira perecen justamente; y finalmente, que, por lo tanto, nadie puede tener motivo para quejarse de la excesiva severidad de Dios, teniendo en cuenta que todos llevan, en sí mismos y en sus personas individuales, la culpa y merecimiento de muerte eterna.
Cuando, en la discusión de la doctrina de la predestinación, se habla del primer hombre, mi enseñanza es que tenemos que considerar siempre que el solemne caso es éste: que habiendo sido creado perfectamente justo, cayó espontánea y voluntariamente, y que por tal caída acarreó destrucción eterna sobre sí mismo y sobre toda su futura raza. Y si bien Adán no cayó ni se destruyó a sí mismo y a su posteridad, o sin el conocimiento de Dios o sin Su voluntad ordenadora, eso ni aminora su propia falta ni implica a Dios en culpa alguna. Debemos siempre tener presente que Adán, voluntaria y espontáneamente, se despojó a sí mismo de aquella perfecta justicia que había recibido de Dios; y que de su propia voluntad se entregó al servicio del pecado y de Satanás, y de esa manera se despeñó en la destrucción eterna.
Los hombres, sin embargo, continuamente ofrecerán una misma excusa para Adán —que no le era posible evitar lo que Dios mismo había decretado. Pero, para establecer la culpa de Adán de una vez y por todas, su transgresión voluntaria es suficiente, y más que suficiente. En realidad, no es el consejo secreto de Dios la causa real y virtual del pecado, sino, manifiestamente, la voluntad y la proclividad del hombre.
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LF:
¿Ahora va a resultar que el doble decreto de la predestinación calvinista no es cosa de Calvino?
¿Entonces cómo es posible que el Sínodo de Dort (1619) en Holanda y la Confesión de Westminster (1647) en Inglaterra afirmaran explícitamente la doctrina de Calvino de la doble predestinación?
¿Y qué hacemos con este texto suyo?:
"Llamamos predestinación al eterno decreto de Dios por el cual ha convenido consigo mismo lo que cada hombre debía llegar a ser. Pues no todos son creados en iguales condiciones; mientras que para algunos ha sido preordenada la vida eterna, para otros ha sido preordenada la condenación eterna" (Instituciones 3.21.5)
Pero vamos, no es este el tema de este post. Si acaso, intenta convencer a los propios calvinistas. Por ejemplo, a estos:
http://presbiterianareformadapr.org/el-concepto-de-la-predestinacion-de-juan-calvino-rvdo-carlos-cruz-moya/
Mira lo que dicen:
ESTO NOS LLEVA A LAS SIGUIENTES CONCLUSIONES:
1. JUAN CALVINO VEÍA LA DOCTRINA DE LA PREDESTINACIÓN COMO UNA PRÁCTICA Y DE LLAMADO A LA SANTIDAD.
2. ESTO NO QUITA EL HECHO EVIDENTE QUE CONSIDERABA LA DOCTRINA COMO UNA DE GRAN PROFUNDIDAD UNIDA AL DECRETO Y LA PROVIDENCIA.
3. EN LA EDICIÓN FINAL DE LAS INSTITUCIONES (1559) ESTAS SIGUEN EL “ORDO SALUTIS” Y NO EL LÓGICO-TEÓLOGICO.
4. NO HAY NINGUNA BASE HISTÓRICA PARA DECLARAR QUE CALVINO CONSIDERABA LA DOCTRINA COMO UNA DE “CONSUELO” EN FORMA ROMÁNTICA Y PASAJERA.
5. MUCHO MENOS Y ES UN ROTUNDO DISPARATE DESVINCULAR A LA CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER EN SU CONCEPTO DE PREDESTINACIÓN DE CALVINO, CUANDO LA EVIDENCIA ABRUMADORA, COMO HEMOS PRESENTADO AQUÍ, INDICA QUE LOS TEÓLOGOS DE WESTMINSTER FUERON FIELES A SU MAESTRO.
6. QUIERO TERMINAR CON ESTE SEXTO PUNTO. CALVINO CREÍA EN EL DOBLE DECRETO DE PREDESTINACIÓN Y PUNTO.
Pues eso. Y punto.
Estas también son palabras de Calvino:
"Y si bien Adán no cayó ni se destruyó a sí mismo y a su posteridad, o sin el conocimiento de Dios o sin Su voluntad ordenadora, eso ni aminora su propia falta ni implica a Dios en culpa alguna."
"En realidad, no es el consejo secreto de Dios la causa real y virtual del pecado, sino, manifiestamente, la voluntad y la proclividad del hombre."
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LF:
Más bien habría que decir que Calvino dice a veces una cosa y otras otra. Aun así, eso de "voluntad ordenadora" -no meramente permisiva- es lo que es, aunque luego él quiera que no sea lo que es. Por otra parte, en su obra manga, la que ha configurado el protestantismo no arminiano, que era el mayoritario hasta la llegada del pentecostalismo, dice lo que dice.
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LF:
El problema de la new age es más su componente gnóstico que su derivada pelagiana.
"Llamamos predestinación al eterno decreto de Dios por el cual ha convenido consigo mismo lo que todo hombre PODRÍA llegar a ser. Todos son creados en iguales condiciones: para todos ha sido ordenada la vida eterna, pero algunos eligen la condenación eterna".
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LF:
No te lo tomes a mal, pero ¿en serio que vamos a dedicarnos a buscar una lectura católica a la doctrina de uno de los peores heresiarcas que ha dado la historia?
Porque el protestantismo sin Lutero habría sobrevivido teológicamente sin mayor problema. Sin Calvino y sus Instituciones, ni por un casual.
Me han gustado mucho los comentarios que he leído y que entre todos, me han dado un poquito más de luz, que bien sabe el Señor que la necesito. Voy a tomar apuntes para ir repasándolos, y entre ellos y la lectura del Nuevo Testamento, especialmente de los Evangelios, espero ir comprendiendo un poco mejor cuestiones que me quedan muy oscuras.
A las monjas con las que me eduqué en la fe, tengo que agradecerles el habernos dado una buenísima base católica, e incluso nos hablaban sobre temas de los que ahora no se hablan, cómo que hay misterios que Dios no ha querido revelar a los hombres, y que lo mejor para cuando tengamos dudas es dejarnos llevar por el Magisterio de la Iglesia, que es lo que me ha contestado Luis Fernando, y que es lo que intento hacer. Ya quisiera yo que a mis hijos, también formados en colegios religiosos, les hubieran hablado tanto y tan bien de lo que es la religión católica. Entre otras cosas leíamos los Evangelios y los representábamos en la pizarra con ¡¡¡tizas de colores!!! Yo era la encargada de dibujarlos ¡je!, rezábamos mucho, siempre al empezar las clases y al terminarlas, bajábamos mucho a la bellísima iglesia que tenía y sigue teniendo el colegio, también a rezar, a confesar, a oir misa...Nos daban estupendas catequesis. Teníamos una gran vivencia de la fe. Y gozábamos de buenísimos consejos de las monjas, que tanto me han servido después en la vida.
Mis padres sin embargo, niños durante la Guerra Civil, no tuvieron acceso a la estupenda formación cristiana que gracias a Dios y a ellos, pude adquirir. Y por tanto me apena, el estado de confusión y alejamiento de Dios que se vive hoy en día y que tanto daño están causando a esta desgraciada sociedad.
Un abrazo a todas y a todos y que Dios os lo pague y nos bendiga.
El problema vino cuando se me dijo que mi parte no era mía, sino Suya. Eso llevaba a una reacción bastante visceral de duda hacia Dios y hacia mi mismo, entre el quietismo y la desesperación, que me devolvía a la certeza de que alguna parte había mía -pues tanto me cuesta la minucia que avanzo hacia Él, (y a veces casi más retrocedo dos pasos tras andar uno...) que más parece obra imperfecta mía (esfuerzo humano), que obra perfecta suya (gracia divina)-. Yo, razonando, iba disminuyendo mi parte, pero aun cuando me quedase en un 0,00001 de mérito, si fuera "independiente", obra mía que colabora independientemente con la gracia, ya era determinante. Porque sin ella, sin mi parte, aunque mínima, no habría nada. Por lo tanto esta teoría seguía siendo igual de errónea que si mi porción constituyese un 15, 25 o 50%, puesto que la exposición correcta implica que el esfuerzo humano sea fruto de la gracia divina, es decir, que todo procede la Gracia; es decir, que mi parte también es suya.
La cuestión creo que está en comprender eso que habéis dicho de que el mérito del hombre pertenece al propio hombre, sí, pero también y sobre todo a Dios. Y supongo como única explicación que me aquieta -y que someto a juicio- el recordar que Dios es Creador y yo creatura, ¡anda que no tiene delito haberlo olvidado hasta este punto! que todo yo soy producto suyo, que por lo tanto mi parte es también y sobre todo suya, porque sin Él no hay yo. Es que, parece absurdo, pero con el pensamiento de arriba de algún modo uno llega a ponerse al mismo nivel de Dios, y eso no tiene ni pies ni cabeza. Precisamente, es querer ponerse los pies al nivel de la cabeza en cuanto la acción de su movimiento...
Ahora también me parece que asumo bastante bien lo de Causa primera y causa subordinada, que creo que viene a ser lo mismo que lo de Creador y creatura, aunque esto último me muestra más gráficamente y menos técnicamente - si me meto en honduras aún tengo tentación de perderme- lo necio de mi proposición primera.
Como decía, someto a juicio tuyo, Luis Fernando, y de Alonso, si ahora lo he entendido o he metido la pata hasta el fondo en algún paso. Que capaz soy... (sin duda, merced a mi esfuerzo "independiente" y no a Dios en tal caso).
Un saludo y perdón por la extensión.
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LF:
No te fíes demasiado de mi juicio porque sigo siendo un simple catecúmeno en esto de la gracia pero así, a primera vista, creo que lo has entendido bien. Los méritos de nuestras buenas obras son dones de la bondad divina (cf Cc. de Trento: DS 1548). “La gracia ha precedido; ahora se da lo que es debido [...] Los méritos son dones de Dios” (San Agustín, Sermo 298, 4-5). Lo cual no hace que seamos meros agentes pasivos de esas obras.
A mí me encanta esta descripción de San Agustín:
«Manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos, y, al coronar sus méritos, coronas tu propia obra» (Prefacio de los Santos I, Misal Romano; cf. "Doctor de la gracia" San Agustín, Enarratio in Psalmum, 102, 7).
Con todo este debate, se me ha venido al pensamiento un pasaje de la novela "Fortunata y Jacinta", en el que Rubín (marido de Fortunata) empieza a hacer elucubraciones teológicas, y Fortunata le dice: "No pienses en esas cosas, que dan dolor de cabeza".
En cuanto al estudio de la Teología, no tengo yo muy claro que a muchas personas les sirva para mucho, pues después de haber conocido a algunas de esas personas, no veo que el haber estudiado esta ciencia, las haya hecho mejores personas, ni siquiera mejores cristianos, ya que incluso dejan de cumplir Mandamientos que para mí son primordiales, y se quedan tan frescos.
Y pediros perdón por alargarme tanto en tantas ocasiones. Debe ser debido a los muchos años que me he pasado en soledad, sin apenas poder relacionarme con nadie, y tengo por ello necesidad de expresarme.
Que tengáis un feliz fin de semana.
creo que puede ser de ayuda tener en cuenta que, como afirma el tomista Étienne Gilson, en “El espíritu de la Filosofía medieval", siguiendo a san Agustín:
“No basta decir que (la gracia) se “agrega” (al libre albedrío) como un poder complementario, sino que modifica su estado, en que lo confirma o cura. Con la gracia, no tenemos nuestro libre albedrío más el poder de la gracia (¡semipelagianismo-añado yo) , sino que el libre albedrío, por la gracia, se hace potencia y conquista su libertad” (Obra cit., cap.15, pág. 290)
Y más adelante, explica que la posibilidad de pecar no es un rasgo propiamente de libertad, sino de esclavitud, y que la gracia reduce la posibilidad de pecar, y por tanto aumenta la potencia de voluntad, aumenta la libertad, radicando así la eficacia de la gracia.
“El hombre es libre, y hace el mal por su albedrío ,pero no por aquello que hace que su albedrío sea libre. Creado libre, el ser humano pecó por el poder que tenía de pecar, pero ese poder no forma parte de su verdadera libertad, que era la de no pecar. En otras palabras, la libertad del hombre era la de un querer creado libre de la servidumbre del pecado, su libre albedrío era, pues, al mismo tiempo, un poder eficaz. Ese albedrío abdicó de su poder pecando. ¿Diremos que esa abdicación es constitutiva de su libertad? Una libertad que se disminuye, aun libremente, es infiel a su esencia” (Obra cit. cap cit. pág 291)
"623 Dz 318. “Dios omnipotente quiere que todos los hombres sin excepción se salven (1Tm 2,4), aunque no todos se salvan. Ahora bien, que algunos se salven, es don del que salva; pero que algunos se pierdan, es merecimiento de los que se pierden.”
Es decir, Dios quiere que todos se salven, pero debido al misterio del pecado hay merecimiento de condenación, por el que algunos no se salvarán. No obstante, usa de misericordia con quien quiere y sin ser injusto de ninguna manera. Por eso en la santa Misa pedimos al Señor que nos cuente entre sus elegidos. La oración, como decía san Alfonso María de Ligorio, es medio infalible.
Sabemos que Dios no va a castigar a nadie que no lo merezca. De esto podemos estar seguros. Nadie se va a condenar injustamente, porque en Dios no hay injusticia.
Cuando decimos que la salvación es don de Dios, decimos TAMBIÉN que por eso mismo es acto libre. Quien se salva por gracia, se salva con libertad, fruto de la gracia maravillosa de Dios y su eficacia vivificadora.
Dios no niega a nadie gracias que pueden salvarle. Es el empecinamiento voluntario y radical en el mal la causa de la condenación de los que se condenan.
El concepto de libertad cristiana -libertad para obrar el bien- sí que lo recibí con asentimiento desde la primera vez que lo leí, en Donoso Cortés. No sé, lo vi claro, quizá porque por mi experiencia y por haber nacido ya en época apóstata, de humanismo sin Dios, sobre todo sin Dios cristiano, las bobadas roussonianas sobre la bondad y perfección del hombre no me calan. Ocurre luego que la falta de conocimiento hace que admitamos una sentencia pero podamos rechazar lo que conlleva al ignorarlo. Como me pasaba con el tema de ser todo Gracia, y de ser Dios quien salva. Porque cuando uno no conoce, se puede dejar llevar por cierto orgullo, no de mala intención, porque no se tiene por desatinado, pero que tiene en germen muchas cosas. Por eso como decís, es fácil creer que lo que supone el semipelagianismo es correcto si nadie corrige, porque es muy bonito pensarse más grande de lo que es uno sin que suponga consecuencias espirituales, y luego, claro, llega la Verdad, el orgullo se subleva, y nos pone a prueba... Pero es que está uno cansado de ver que hoy no ya sólo se requiere desde el mundo la libertad para escoger entre bien y mal, sino que después, para demostrarnos libres, es obligatorio hacer el mal -en el liberalismo no hay moral privada, eso se ve en las legislaciones- , porque claro, oye, en caso contrario, ¿cómo van a distinguir entre la libertad de la entrega y el simple sometimiento? Total, una mentalidad de adolescente, que encuentra su libertad al romper las reglas.
Pero, en fin, que yo sí al menos he cogido en esencia la cuestión ya me vale por ahora, porque hace unos meses me devanaba los sesos cosa mala.
El otro problema que planteabas, entre la providencia y la libertad, yo más o menos lo entendí a grandes rasgos hace un año, que escogí hacer un trabajo para una asignatura sobre "La consolación por la filosofía" de Boecio precisamente para meterme con el tema. Trata justamente de eso, la existencia del mal, la providencia, la libertad humana... Y lo escribe en un año de cárcel, en el 523-24, cuando está sentenciado a muerte por parte del rey bárbaro de Roma, arriano, por falsas acusaciones de connivencia con la católica Bizancio. La realidad es que por ser un hombre honrado molestaba a otros consejeros en sus fechorías, y cayó en desgracia... El caso es que la obra está muy bien y se sigue con placer su desarrollo, porque en ella Filosofía -entendida ya casi como en la Edad Media, sinónimo de conocimiento verdadero- viene a salvar a Boecio de la desesperación de lo divino en que ha caído por sus desgracias, habiendo olvidado todo lo que sabía, y podemos identificarnos con él y aprender mientras él en la ficción lo hace. Y así incluso hay pasajes graciosos por su paradoja. Por ejemplo a Boecio, en la cárcel y a punto de morir, Filosofía le dice que los hombres malvados no existen, porque en la naturaleza del hombre el mal es un desvío y no parte de la esencia - esto es lo mismo que el mal uso de la libertad-:
"En efecto, aquellos que son malvados, no digo que no son malvados, niego pura y simplemente que existan. Pues de la misma manera que podrías decir que un cadáver es un “hombre muerto”, pero no simplemente “hombre”, no tendría inconveniente en reconocer que los hombres corrompidos son malvados, pero no podría admitir que, en el sentido absoluto del término, existen."
Imagínate la primera reacción de Boecio cuando lo oye en su celda. A ver si es que su celda tampoco existe...
Lo que no sabría decirte a ciencia cierta es si con sólo la obra de Boecio queda uno con todo claro. Yo porque la extensión de mi trabajo era larga, tenía espacio para recurrir a estudios y artículos, y ahí conocí también a Etienne Gilson, pero como no me sobra tiempo, aunque después me compré una obra suya no he podido casi tocarla.
Un saludo a todos.
Los potentes fuelles de la gracia hacen cantar el órgano del libre albedrío. Y ¡cómo se levanta la columna sonora hasta lo alto!
Yo pienso que el enamoramiento es una buena analogia para meditar sobre la gracia y la libertad.
Nadie se enamora sin querer y todo el mundo puede decir que nunca se ha sentido tan libre,como cuando es movido por esa especie de fuerza de atracion que pareciera exterior a el,pero que es intrinseca a lo mas profundo de su ser.
En cierta forma,podemos decir que es esa fuerza la causante de nuestro enamoramiento y nuestro asentimiento lo damos con todo nuestro querer.
El Amor,perfecciona la voluntad
La gracia,ordena el libre albedrio a la perfeccion o perfecta libertad.
La Paz de Cristo.
pd;Gracias y gloria a Dios por la labor del bloguer.
a) Sto Tomás es sin duda una de las cumbres del pensamiento, tanto teológico como filosófico, completando a Aristóteles en la cuestión del "actus essendi", que Aristóteles no entrevió, y como consecuencia, el considerar la causa eficiente como creadora, que para Aristóteles era simple motor moviente, de acuerdo con la cosmología griega.
b) Pero Sto Tomás no agotó ni desarrolló todas las cuestiones, tal como pone de relieve la fenomenología (autoconocimiento de los fenómenos de conciencia y de sus registros psicológicos), tal como ponen de relieve pensadores como E. Gilson, Edith Stein, Carlos Cardona, etc, y los personalistas como Maritain, Weber, Mounier, etc., y el mismo Juan Pablo II (leer algunas de sus encíclicas y su tesis doctoral "Acción y Persona".
c) La Iglesia como institución fundada por Jesucristo siempre ha tenido en cuenta la libertad, pero históricamente durante varios siglos, no se ha tenido plena conciencia de esta facultad humana, tanto los cristianos como los no cristianos. De hecho, no es hasta el Concilio Vaticano II, al reconocer la libertad religiosa y la estricta separación de la Iglesia y el Estado, que se toma conciencia de este extraordinario don de la libertad que Dios (el esencialmente libre) nos ha donado al crearnos a su imagen y semejanza.
d) El no tener conciencia de nuestra plena libertad, puede llevarnos a la postura de Lutero, cuya formación nominalista adquirida en la Erfurt, le ocasionó su rechazo de Aristóteles y en consecuencia su desprecio de la metafísica, lo que derivó en tener una concepción no analógica, sino unívoca respeto a la relación entre Dios y el hombre y afirmar que a mayor libertad en el hombre, menor libertad en Dios y viceversa. El hombre -en cuanto persona individual- es plenamente libre en cuanto participa de la libertad plena de Dios. (es interesante conocer la controversia entre Erasmo de Rotterdam (al margen de sus peculiaridades) y Lutero sobre la cuestión de la libertad)
No digo más, porque no me agrada extenderé, pero sin duda queda cuestiones tan importantes sobre la libertad y la gracia que de momento no me adentro. Sólo decirte que cuando digo que la libertad del ser humano es radical, me refiero al principio o de la libertad, aunque evidentemente la recta libertad nos lleva a la virtud y la desordenada libertad a la esclavitud del vicio. Pero el ser humano, como ser finito, en el punto de arranque o decisión interior, es tan libre para hacer el bien o el mal. Sino ¿qué sentido tendría el sacramento de la confesión? ¿qué sentido tendría, sino fueran actos libres, los actos de amor a Dios?
No me parece que se pueda decir que la Iglesia no conoció plenamente la libertad hasta el Concilio Vaticano II. Por el contrario, desde el Concilio, y ya desde antes, el olvido de San Agustín y Santo Tomás ha hecho subir el nivel de superficialidad de la teología y la filosofía en la Iglesia, así que para ver tratados realmente sólidos sobre la libertad y sobre casi todo lo demás hay que ir a la escolástica y a la neoescolástica.
En cuanto a la "catolización" de Calvino (!!) ha quedado más bien pelagiana, porque al parecer se dice que Dios da a todos el mismo punto de partida y luego cada uno elige.
Saludos cordiales.
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LF:
Hans Küng pretendía que Trento podía ser compatible con la doctrina protestante -yo más bien diría doctrinas-, lo cual le produjo poco menos que un ataque de risa a Karl Barth, el teólogo protestante más importante del siglo XX junto al luterano Dietrich Bonhoeffer.
Una aclaración nada más: cuando decimos que todo es de Dios como Causa Primera y todo nuestro como causa segunda, no estamos diciendo, obviamente, que Dios sea el sujeto de nuestros actos libres.
Es decir, si Dios me mueve a salir al campo, el acto de Dios no es salir al campo, sino moverme a salir al campo. Yo elijo entre salir al campo o no hacerlo, Dios elige entre moverme a salir al campo o no moverme a ello.
En ese sentido, todo mi acto libre es de Dios, no porque Él sea sujeto de ese acto, sino porque es Causa Primera del mismo. Mientras que yo soy causa segunda y sujeto de ese acto a la vez.
Saludos cordiales.
Primacía y Soberanía de la gracia
Fil 1,6:
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo
Ese post explica, magisterio y teología católica en mano, cómo se produce lo que enseña san Pablo en ese versículo.
Gracia y libertad IV
Sin prisa, estimados. La buena doctrina a veces necesita de una digestión larga para alimentar nuestra alma.
Solamente decir, para resumir, que el movimiento de Oxford (Cardenal Newman) y la declaración conciliar "Dignitatis Humanae", y colateralmente la "Lumen Gentium", han sido dos hitos fundamentales para recobrar la conciencia de la plena libertad del ser humano.
La gracia es justamente la que nos hace libres porque nos hace participar del Ser de Dios, el que ES (Ex 3,14), el que da el ser a todo lo que existe, de modo que no tiene sentido pensar que la gracia viene como algo adicional a lo que somos, es más bien lo que nos hace ser en Aquel que es.
Esto me hace pensar en que el Santo Rosario debería ser un poderoso compendio sobre la libertad y la gracia, pues decimos 53 veces: "llena eres de gracia el Señor es contigo". Lo que a su vez me hace pensar en aquello que la misma Virgen María dice de sí misma: "Proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho por mí grandes obras." El medio por el que Dios desencadena su gracia en nosotros es nuestra humillación. Entonces la primera cosa que tenemos que hacer es no resistir a las mociones de la gracia que nos quieren humillar.
También me hace pensar en lo que Jesús dijo de su bendita Madre: "mi madre es la que escucha la Palabra de Dios y la practica" (Lc 8,21). Esas son "las grandes obras" que Dios hace por María. La gracia actúa uniendo nuestra voluntad a la de Dios, y entonces nuestro obrar es el obrar de Dios... y por eso debe comenzar por la humillación. Esto también me recuerda las palabras de Jesús: "mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra" (Jn 4,34). Somos criaturas de Dios con la facultad de colaborar con su obra creadora. Dios nos infunde su amor, este amor a Dios nos hace desear su gracia, y esa gracia nos permite obrar en Dios: «Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo» (Jn 5,17). De esto nos habla bellamente San Pablo cuando dice «Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe ene el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.» (Gal 2,19-20)
Dios nos da gracias sobreabundantes para seguir ese camino del anonadamiento (del que también nos ha hablado el Papa Francisco), de manera que aún con nuestras concupiscencias y caídas, debemos mantenernos firmes en la fe, «trabajando por nuestra salvación con temor y temblor» (Fil 2,12), «porque hemos llegado a ser partícipes de Cristo, con tal que mantengamos firmemente hasta el fin nuestra actitud inicial.» (Hb 3,14), y debemos «animarnos mutuamente cada día mientras dure este hoy, a fin de que nadie se endurezca, seducido por el pecado.» (Hb 3,13), sabiendo que el «poder divino, en efecto, nos ha concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos conocer a aquel que nos llamó por la fuerza de su propia gloria.» (2 Pe 1,3)
Es importante recordar que toda esta doctrina católica es palabra que da vida, no podemos tomarlas como curiosidades interesantes sobre lo que algunos buenos teólogos dicen de Dios, porque, en palabras de Benedicto XVI, nosotros "Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva." (Deus Caritas Est).
«Por eso, hermanos, procuren consolidar cada vez más el llamado y la elección de que han sido objeto: si obran así, no caerán jamás y se les abrirán ampliamente las puertas del Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.» (2 Pe 1,10-11)
«Que el Dios de la paz –el mismo que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre de una Alianza eterna– los capacite para cumplir su voluntad, practicando toda clase de bien. Que él haga en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.» (Hb 13,20-21)
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LF:
María es, por gracia, todo lo que la Iglesia está llamada a ser. Siendo protestante, yo arremetía especialmente contra el dogma de la Inmaculada Concepción. Pero el Señor fue tan bueno conmigo que me "devolvió" a María como Madre -lo fue siempre, pero yo la rechazaba- en el Santuario de Lourdes, donde ella se presentó ante una cría, que luego llegó a ser santa. precisamente como la Inmaculada Concepción.
Meditar en la obra de Dios en María es algo que produce una gran alegría en el alma. Que el Salvador y fuente de toda gracia sea llamado en la Escritura "fruto del vientre" de María es una de las enseñanzas más impactantes de la Escritura. No en vano, dos de los grandes santos del siglo II, San Justino mártir y apologeta, y San Ireneo de Lyon, discípulo de san Policarpo de Esmirna, quien a su vez fue discípulo de San Juan evangelista, vieron que ella era la Segunda Eva, abogada de la primera Eva y causa de nuestra salud (salvación). En el Fiat de María al arcángel San Gabriel está el sí de la humanidad redimida al don gratuito de la salvación. Por eso ella es poderosa intercesora. No al margen de su Hijo, como desgraciadamente los protestantes creen que afirmamos, sino EN su Hijo.
Paz a cualquier costa, cuando está en juego, la verdad, nunca!!!!
Esa paz, a toda costa por el bien de la paz eclesial y por razones pastorales, es totalmente ajeno a la Verdad Total que es el SEÑOR, en persona al que no se lo puede traicionar.
Hay una inquietud buena,cardenal Newman, en el libro de San Francisco de Sales, y una ira buena Piper, Virtudes Fundamentales,, cuando la Verdad es la traicionada, es totalmente justo el enojo, la fuerza del alma.
Sino somos como Niestche, nos llama moluscoides.
Y pensar siempre que un hombre derrotado, fué el mayor triunfo que existió en la humanidad, aún humanamente hablando.
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LF:
Yo creo sinceramente que Dios ama tanto a sus elegidos que su gracia supera cualquier pastoral mal enfocada, aunque ciertamente sería harto deseable una pastoral centrada en la gracia, desde su ámbito sacramental -que se está perdiendo-, como en los frutos que produce a través de la oración y de las mociones sobrenaturales que el Señor está listo para enviar a todos aquellos que buscan su rostro.
Por otra parte, cada vez tengo más claro que quien, por gracia, descubre la grandeza de la obra de la gracia de Dios en su alma, pega un salto de gigante en el camino de la santidad.
Una observación más. Es interesante notar cómo por detrás del pelagianismo están precisamente los dos pecados que la Escritura le atribuye a Satanás: el orgullo (Is 14,13-14, Ez 28,17) y la envidia (Sb 2,24). El orgullo porque no queremos reconocer no tenemos de qué gloriarnos, y que sin Cristo nada podemos hacer. Envidia porque no queremos reconocer que Dios da a quien quiere como quiere. Combatir el pelagianismo, pues (y todos sus matices), es definitivamente combatir el buen combate.
Siempre cuidando de no caer en los excesos, cuidando ser bien entendidos sobre esta materia que no es sencilla. Por eso San Ignacio de Loyola advertía en sus Ejercicios Espirituales:
"Assimismo no debemos hablar tan largo instando tanto en la gracia, que se engendre veneno para quitar la libertad. De manera que de la fe y gracia se puede hablar quanto sea possible mediante el auxilio divino, para maior alabanza de la su divina majestad, mas no por tal suerte ni por tales modos, mayormente en nuestros tiempos tan periculosos, que las obras y líbero arbitrio resciban detrimento alguno o por nihilo se tengan."
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LF:
Aun teniendo razón, porque la tentación del quietismo está siempre presente, San Ignacio dijo eso en el contexto de la herejía protestante, en la cual las buenas obras eran consideradas como poco menos que algo ajeno a la salvación.
En todo caso, se entiende por qué la plaga del molinismo prendió en la Compañía de Jesús. No es casual que, a pesar de haber dado multitud de santos, esa orden religiosa esté hoy a la cabeza de la secularización interna dentro de la Iglesia.
LF:
"El problema es que muchos creen que la libertad es fundamentalmente la elección entre el bien y el mal. Pero como enseña el Papa León XIII en la encíclica Libertas Praestantissimum:
Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección."
b)
Néstor:
"Es decir, si Dios me mueve a salir al campo, el acto de Dios no es salir al campo, sino moverme a salir al campo. Yo elijo entre salir al campo o no hacerlo, Dios elige entre moverme a salir al campo o no moverme a ello."
c) Ahora pregunto, para mejor entender, como se coordinan ambos pareceres, si salir al campo fuera lo bueno o no hacerlo lo malo: ¿no hay elección entre el bien o el mal?.
Y si la hay, ¿en esta elección está en juego no la libertad sino otra facultad del obrar humano?.
De la lectura del texto de León XIII, no entiendo se niegue a la libertad como posibilidad de elección entre el bien y el mal, sino no debe entenderse esta posibilidad sea (pertenezca) a "la esencia y a la perfección de la libertad".
Gracias a todos, por tantos buenos comentarios.
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LF:
Sospecho, y si uso este verbo es porque no estoy seguro, que la gracia eficaz hace posible la verdadera libertad en los elegidos de Dios, que siempre está orientada al bien y a su salvación, mientras que otras gracias, que se dan a todos los hombres, dejan un margen a un tipo de libertad imperfecta en la que cabe el error e incluso el pecado. Y también sospecho que la gracia eficaz, aun siendo en teoría rechazable, realmente siempre produce el efecto buscado por Dios.
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LF:
No, de hecho no lo hacen. De ahí la "infabilidad" de la predestinación.
Pero recordemos que Trento indica que salvo revelación especial, nadie puede saber si se encuentra entre los elegidos. Por eso hay una plegaria eucarística en la que se reza "cuéntanos Señor, entre tus elegidos".
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LF:
Que es arriesgado no lo niego. Pero que es católico, no lo dude:
"Por su predestinación, Dios ha previsto lo que El había de hacer, para conducir infaliblemente a sus elegidos a la vida eterna."
San Agustín, De Predestinatione sanctorum, c. X)
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LF:
Creo que la primera cita de Sto Tomás que da Alonso Gracián en su último comentario explica lo que dices.
""Dios inmutablemente mueve a la voluntad por la eficacia de la virtud que mueve, la cual no puede fallar, pero por la naturaleza de la voluntad movida, la cual se halla indiferentemente respecto de diversas cosas; no se induce necesidad, sino que permanece la libertad. " ( De malo (q. VI, a. I, ad 3u m )
"Dios cambia la voluntad sin forzarla. Puede, por otra parte, cambiarla porque El obra en la voluntad, como en la naturaleza... De donde así como la voluntad puede cambiar su acto en otro, asi y mucho más ampliamente, lo puede Dios."
Sto Tomás, De
verítate (q. XXII, a. 8)
Y san Agustín:
"La predestinación es la presciencia y la preparación de los beneficios por los cuales son certísimamente salvados todos los que son salvados" (San Agustín, De dono persever., c. XIV)."
Todo se resume en definitiva la frase de San Agustín que citaba Luis Fernando, que resume todo:
""Por su predestinación, Dios ha previsto lo que El había de hacer, para conducir infaliblemente a sus elegidos a la vida eterna."
San Agustín, De Predestinatione sanctorum, c. X)
en el libro De dono perseverantiae (c. 14) que: "por los beneficios
de Dios certísimamente son salvados todos los que se salvan", De
donde, si es intención de Dios que mueve, que el hombre, cuyo corazón
mueve, consiga la gracia, infaliblemente la consigue, según aquello
de Juan (VI, 45): "Todo el que oyó las cosas de mi Padre, y aprendió,
viene a mí." Sto. Tomás, (I-II, q. CXII, a. 3)
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LF:
Permíteme invitarte a no asomar nunca más por este blog a mostrar tu ignorancia absoluta sobre los temas que se tratan y además a provocarnos.
Y si asomas, ya sabes. Como si no asomaras. Ni yo te leeré.
Tengo una gran Bibllioteca, los malos libros antes de mi conversión , me hicierón mucho daño.
Siempre les recuerdo a mis hijos, como junte tanta porquería, hice una montaña, le tire kerosen, le prendí fuego, con furor, y odio.Me infectarón la cabeza, esos Best Sellers, y tantos escritores de moda para el mundo.
Con mi mujer compramos libros, es la riqueza que hay, sino los leemos nosotros lo leen ellos, y así fué.Son caros en esté momento, por eso recomiendo que los lean, saquen con la impresora copias, y los meditén.Hacén mucho por Nuestra Madre Común .
Por otra parte Monseñor Schneider hablo de los soldados de Cristo que están en internet, supongo que están ustedes y otros.
Escuchen la belleza en el Blog de Raúl, Bruno,etcson muy buenos ,que Dios los bendiga siempre.
Hay que amar al projimo......Sin la Gracia, sin Dios.......sonrie Dios te ama, es una farsa.
Hermanos hay que pensar, y aceptar que nos corrijan personas, que entiendén más que nosotros.y sobre todo cuando se cita la fuente.
"Los fieles católicos recibimos TODAS las enseñanzas de Cristo y de la Iglesia, sabiendo que, aunque algunas nos resulten incomprensibles, todas son expresión de la bondad-hermosura-misericordia de Dios, que tanto amó al mundo que nos entregó a su Hijo, y Él dio su sangre en la cruz por nosotros.
Aquellas verdades que nos resultan incomprensibles, inconciliables con la bondad de Dios, la compasión de Cristo, etc. las recibimos igual que todas las otras. Pero las dejamos a un ladito de nuestra mente (suspender el juicio) cuando no somos capaces de pensar en ella con paz.
NOS FIAMOS ABSOLUTAMENTE DE LA SABIDURÍA Y DE LA BONDAD Y EL AMOR DE DIOS."
Nos quedamos con lo que comprendemos y nos ayuda a progresar en la santidad, y el resto lo aceptamos con confianza. También los santos nos aconsejan sobre esto:
"Quien escudriña la majestad de Dios es oprimido por la pesadumbre de tu gloria’, (Pr 25, 27). Es mucho más lo que Dios puede obrar que lo que el hombre puede entender. Se tolera, en cambio, una investigación humilde y reverente de la verdad, con ánimo de aprender siempre y caminar por la senda trazada de antemano con las sólidas sentencias de los santos Padres”.(Beato Tomás de Kempis)
“Cuando penséis en los misterios de nuestra sagrada fe, lo que buenamente no pudiereis entender, no os canséis, ni gastéis el pensamiento en adelgazarlo; no es para mujeres, ni aun para los hombres, muchas cosas”. (Santa Teresa de Jesús)
“No te metas a inquirir lo que es sobre tu capacidad ni a escudriñar las cosas que exceden a tus fuerzas, sino piensa siempre en lo que te ha mandado Dios”. “El Apóstol dice que son insondables los juicios de Dios, y tu ¿quieres escudriñarlos? (…). Si te empeñas en escudriñar lo insondable y en seguir lo irrastreable, puedes creerme, estás perdido. Intentar analizar lo insondable y seguir lo irrastreable es lo mismo que pretender ver lo invisible o expresar lo inefable”. (San Agustín)
Por otra parte, si analizamos lo que se va diciendo en los distintos comentarios, se observa que al final, casi todos decimos más o menos conscientemente , que en última instancia, la respuesta positiva o negativa que damos a Dios, procede de nuestra personal libertad. Por ejemplo:
Alonso Gracián: "Todo el que oyó las cosas de mi Padre, y aprendió,
viene a mí." (Sto. Tomás) Pregunta ¿cómo es entonces, tal como manifiesta la realidad, una y otra vez, que personas que han oído y aprendido cosas de Dios, a pesar de ello lo rechazan? De los doce discípulos, hubo uno que lo entregó.
Rexjhs: "infaliblemente" parece querer referirse a que, si el hombre sigue la divina voluntad, entonces eso lleva necesariamente a su salvación. Es decir, la carga de la prueba la referimos (si el hombre sigue la divina voluntad) a la libertad de elección.
L.F. Los elegidos de Dios de hecho no rechazan la gracia. Recordar al joven rico, que Jesús miró con amor, (le ofrecía toda su gracia) y no obstante, rechazó la proposición de seguirle. Y hay muchas otras escenas evangélica que dejan patente la libertad que Dios nos ha donado.
Y podría seguir con otros comentaristas. Sólo decir que Dios no juega con nosotros como si fuéramos polichinelas, en la que no queda claro si nos da o nos quita libertad. Lo que Dios nos da al crearnos, nos lo da sin cicaterías ni nubosidades. Toda postura que ponga en entredicho la radical libertad personal que Dios nos ha conferido, está, sin pretenderlo, acercándose a la concepción luterana sobre la libertad
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LF:
Si te parece, empezamos a citar el Magisterio, que no se dedica a especular filosóficamente.
Que plantees siquiera como luteranismo la predestinación infalible de los elegidos es erróneo. No confundas llamados con elegidos, como hace Calvino.
Esta afirmación no es cierta. El semipelagianismo sostiene que el hombre tiene la iniciativa y Dios la secunda. El semipelagianismo no trata sobre si la relación gracia-libre albedrío es de subordinación o coordinación, lo cual es un tema que se abordará en el siglo XVI y Roma aún no ha cerrado.
Lo católico es que Dios tiene la iniciativa y el hombre coopera (gracias al auxilio de la gracia, valga la redundancia) o no coopera (debido solamente al hombre). En el caso de cooperación, el mérito es en primer lugar de Dios y en segundo lugar del hombre.
La relación gracia-libre albedrío es un tema abierto y un católico puede sostener que es una relación de subordinación (como sostenían los tomistas) o de coordinación (como sostenían los molinistas, habiendo una primacía de la gracia, pues sin el auxilio de la gracia es imposible que se dé la buena obra). Si no sostenemos esto, estamos poniéndonos por encima del Magisterio.
Y de paso podemos afirmar, sin el menor problema, que las consecuencias pastorales del molinismo han sido, son y serán nefastas. Y al final a un árbol se le conoce por sus frutos.
Yo creo que aun siendo hombres brillantes para su época todos esos santos, la revisión o actualización de la doctrina también es sana de por sí y no menos legítimo. Por tanto, dependerá de su justificación para ver si se sobrepone o no a la preexistente. No creo que la fe, en su vertiente escatológica, pueda encasillarse a modo de Ley rituaria o procedimental.
Gracias,
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LF:
¿Se puede saber qué pinta el Papa en este post?
Nada.
P. José María Iraburu, (62) Voluntarismo semipelagiano –II. versiones actuales. 1
Creo que las penitencias voluntarias como el ayuno, puestas por uno mismo sin digamos "obligación" pastoral, es decir, sin ser penitencias impuestas como parte de la confesión; unido al ayuno que obliga la Santa Madre Iglesia son cosas muy beneficiosas para uno mismo. Si lo que he dicho de ayuno de dulces fuera una tontería o una ofensa a Dios me gustaría saberlo para no cometer ese pecado. La verdad que los fieles andamos un poco perdidos con estas cosas porque nos comentan muchas cosas, especialmente cosas sin importancia. En fin...
Gracias por la información y que Dios le bendiga.
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LF:
No soy pastor. Esas preguntas mejor se las hace a un sacerdote.
Así es tanto en Dios como en las creaturas racionales.
En las creaturas, además, por su finitud, existe la posibilidad de elegir lo malo, pero eso no es esencial a la libertad como tal, pues es la posibilidad de fallar en la elección y no es posible que el fallo de algo sea esencial a su noción.
El pecado es un fallo de la inteligencia y la voluntad, pero querido voluntariamente, y por eso es libre y culpable.
Saludos cordiales.
Estoy leyendo varios manuales molinistas en estos días y no se cortan a la hora de dejar claro lo que ellos entienden (equivocadamente a mi juicio, claro) que es el grave error del tomismo, y algunos van más allá todavía.
Saludos cordiales.
(Del lat. subordinatĭo, -ōnis).
1. f. Sujeción a la orden, mando o dominio de alguien.
2. f. Gram. Relación de dependencia entre dos elementos de categoría gramatical diferente, como el sustantivo y el adjetivo, la preposición y su régimen, etc.
3. f. Gram. Relación entre dos oraciones, una de las cuales es dependiente de la otra.
Resulta sorprendente e ilógico que se pueda afirmar la primacía de la gracia y al mismo tiempo negar que exista una subordinación o dependencia de la voluntad respecto a ella. Negar esta subordinación o dependencia afecta necesariamente a la doctrina de la gracia, que queda gravemente resentida.
"El que los auxilios de la gracia preveniente y adyuvante que son conferidos a los mortales según la ley ordinaria, sean eficaces o ineficaces para la conversión o justificación, depende del libre consentimiento y cooperación de nuestro libre albedrio para con ellos; y esto hasta tal punto, que está en nuestra potestad hacerlos eficaces consintiendo, o ineficaces negando nuestro consentimiento. " (Concordia, (q. XIV, a. 13, disp. XL, pp. 230, 231)
Can. 18: «Que por ningún merecimiento se previene a la gracia. Se debe recompensa a las obras buenas, si se hacen; pero la gracia, que no se debe, precede para que se hagan».
Can. 20: «Que el hombre no puede nada bueno sin Dios. Muchos bienes hace Dios en el hombre, que no hace el hombre; ningún bien, en cambio, hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre».
Can. 22: «De lo que es propio de los hombres. Nadie tiene de suyo sino mentira y pecado. Y si alguno tiene alguna verdad y justicia, viene de aquella fuente» divina.
Can. 23: «De la voluntad de Dios y del hombre. Los hombres hacen su voluntad y no la de Dios, cuando hacen lo que a Dios desagrada; mas cuando hacen lo que quieren para servir a la divina voluntad, aun cuando voluntariamente hagan lo que hacen, la voluntad, sin embargo, es de Aquel por quien se prepara y se manda lo que quieren». Orange II
«Ya no siervos, sino amigos» (Jn 15,15): en estas palabras se encierra el programa entero de una vida sacerdotal. ¿Qué es realmente la amistad? Ídem velle, ídem nolle – querer y no querer lo mismo, decían los antiguos. La amistad es una comunión en el pensamiento y el deseo. El Señor nos dice lo mismo con gran insistencia: «Conozco a los míos y los míos me conocen» (cf. Jn 10,14). El Pastor llama a los suyos por su nombre (cf. Jn 10,3). Él me conoce por mi nombre. No soy un ser anónimo cualquiera en la inmensidad del universo. Me conoce de manera totalmente personal. Y yo, ¿le conozco a Él? La amistad que Él me ofrece sólo puede significar que también yo trate siempre de conocerle mejor; que yo, en la Escritura, en los Sacramentos, en el encuentro de la oración, en la comunión de los Santos, en las personas que se acercan a mí y que Él me envía, me esfuerce siempre en conocerle cada vez más. La amistad no es solamente conocimiento, es sobre todo comunión del deseo. Significa que mi voluntad crece hacia el «sí» de la adhesión a la suya. En efecto, su voluntad no es para mí una voluntad externa y extraña, a la que me doblego más o menos de buena gana. No, en la amistad mi voluntad se une a la suya a medida que va creciendo; su voluntad se convierte en la mía, y justo así llego a ser yo mismo. Además de la comunión de pensamiento y voluntad, el Señor menciona un tercer elemento nuevo: Él da su vida por nosotros (cf. Jn 15,13; 10,15). Señor, ayúdame siempre a conocerte mejor. Ayúdame a estar cada vez más unido a tu voluntad. Ayúdame a vivir mi vida, no para mí mismo, sino junto a Ti para los otros. Ayúdame a ser cada vez más tu amigo. (29-6-2011)
No parece que el catecismo, citando Flp 2, 13, esté aquí defendiendo una coordinación entre la causa primera y la causa segunda, sino más bien una subordinación.
¿Que hay de cierto en ello?
¿Hay una campaña contra el Papa y necesitaría que también lo apoyáramos desde Infocatolica?
¿Se trata de una maniobra repugnante mas de Vidal y Bastante?
Necesitamos tu opinión!!
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LF:
Cualquier cosa es posible, pero yo me voy a desentender absolutamente de todo este tipo de movidas de aquí al Sínodo. Si los que llevamos el portal pensamos que hay que comentar algo, lo hará Bruno. Y quizás algún bloguero quiera por su cuenta decir algo. Eso ya no depende de mí.
Justo en esto consiste la coordinación semipelagiana. El hombre Y Dios. La parte de uno y la parte del otro. El hombre pone su parte, Dios pone la suya como ayuda, y el resultado es común, un concierto de partes propias y de propias potestades, el total de una suma.
Desde el momento en que no se admite la total dependencia de una de las partes, ya no hay subordinación y por tanto ya no hay primacía de la gracia, y por mucho que se afirme que si la hay, no la hay.
Reader. "El semipelagianismo no trata sobre si la relación gracia-libre albedrío es de subordinación o coordinación"
Sin embargo, esta coordinación de causas es el meollo del problema. Como afirman Ibáñez y Mendoza, en "Dios santificador, la gracia", pág. 22: "El tema de fondo en toda esta controversia es la relación entre la libre voluntad del hombre y la omnicausalidad divina".
Lo que está abierto es el tema de la relación gracia-libre albedrío. Afirmar que "coordinación" es sinónimo de semipelagianismo es ponerse por encima de Roma, que llamó a que las distintas escuelas no se acusaran mutuamente de semipelagianismo (los tomistas a los molinistas) o de calvinismo (los molinistas a los tomistas).
Si llamas "semipelagianos" a los que defienden la coordinación, estás yendo contra el Magisterio. Sí que puedes favorecer una u otra postura, pero sin llamar "semipelagianos" o "calvinistas" a los que defienden la otra postura.
Si Roma algún decidiera zanjar el tema, el molinismo no podría ser llamado "semipelagianismo" porque es diferente de aquella herejía: Molina nunca pone en duda que el inicio, el sostenimiento y la consecución de la buena obra es gracias al auxilio de la gracia (valga la redundancia) y que la iniciativa es de Dios. De la misma manera, si la posición de Báñez fuese condenada, jamás se podría decir que es "calvinista".
En resumen, Roma rechaza llamar a Molina "semipelagiano": Pablo V así lo decidió y posteriormente fue reafirmado por otro Papa (Benedicto XIII), que mantuvo la libertad en el asunto. Quien afirme que Molina es un semipelagiano se salta el Magisterio y no comprende la distinción entre la cuestión del semipelagianismo original y la de la controversia De auxiliis. Por mucho que uno defienda la posición de Báñez, no puede acusar de semipelagianismo a la otra postura. Lo mismo puede decirse de los críticos que acusen a Báñez de calvinistas.
«Al tener que precisar el papel de la libertad, L. Molina recuerda la importancia decisiva de los "dos polos" (E. Vansteenberghe) : el concurso simultáneo y la ciencia media. En los actos libres, según el teólogo jesuita, la voluntad humana no es sólo un instrumento en las manos de Dios, que es la causa principal, sino que es también causa auténtica de los efectos realizados; el concurso divino es simultáneo y no precedente respecto al ejercicio del acto mismo. Esto vale tanto en el orden natural como en el orden sobrenatural; en este último caso se necesita ciertamente el influjo de la gracia, para que la voluntad pueda producir los actos sobrenaturales, pero no es necesario admitir una moción divina ulterior que determine a la voluntad (como piensan los tomistas).»
Esto está claramente en oposición del numeral 308 del Catecismo, que cita Alonso, y también por ejemplo Benedicto XVI en su Audiencia General del miércoles de ceniza del 2007:
«Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Cf. Marcos 1, 15). El deseo sincero de Dios nos lleva a rechazar el mal y a realizar el bien. Esta conversión del corazón es ante todo un don gratuito de Dios, que nos ha creado para sí y en Jesucristo nos ha redimido: nuestra felicidad consiste en permanecer en Él (Cf. Juan 15, 3). Por este motivo, Él mismo previene con su gracia nuestro deseo y acompaña nuestros esfuerzos de conversión.
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A propósito, este dilema sobre la gracia y la libertad, y la oposición a la visión molinista también derivó en otro error: el jansenismo, con su visión pesimista de la libertad humana, que al parecer causó no poco daño.
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LF:
El jansenismo está muerto hace mucho tiempo. Y bien muerto.
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LF:
No, no está sepultado. Bueno, el molinismo original sí, porque los jesuitas le fueron quitando multitud de puntos a las tesis originarias de Molina. Digamos que el pseudomolinismo que quedó después de tanto purgar sigue la mar de vivo.
"Estáis confundiendo el semipelagianismo de los primeros siglos con el molinismo."
No. No lo confundimos, antes bien estamos mostrando su naturaleza heterogénea y dispersa a lo largo del tiempo. El semipelagianismo no es como el pelagianismo una herejía cuyos puntos esenciales son fácilmente cognoscibles.
Es lo que intento mostrar- Y le recuerdo que
"practicamente todos los autores más representativos de esta tendencia que denominamos semipelagianismo, trataron con su mejor voluntad de clarificar (...) De hecho, tanto Juan Casiano como Vicente de Lerins y Fulgencio de Rispe son tenidos por santos en la Iglesia católica, lo que implica que sus imprecisiones o errores pudieron constituir herejía material" aunque no se la pueda llamar herejía formal (Ibáñez y Mendoza, "Dios santificador, la gracia", Palabra, pág. 25)
Por eso, "el semipelagianismo ni es obra de un solo autor, ni es un sistema perfecto, ni es un conjunto coherente de errores igualmente discernible" (idem, pág. 25)
"El semipelagianismo es un empeño frustrado de conciliar de una parte un profundo antipelagianismo (es decir, la necesidad absoluta de la gracia para salvarse) y de otra la corresponsabilidad del hombre en la propia salvación (libertad humana)" (Idem)
Por tanto, el semipelagianismo está disperso a lo largo del tiempo en diversos autores, en su mayoría bienintencionados, a algunos de cuales no se les puede llamar herejes formales, aunque su obra puede contener herejía material.
Perdón, pero es que llevo días dando vueltas a ese tema, y la pregunta es obvia.
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LF:
¿O es que no puede el alfarero hacer del mismo barro un vaso de lujo y un vaso ordinario? Pues si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha longanimidad a los vasos de ira, maduros para la perdición, y, al contrario, para manifestar la riqueza de su gloria, la mostró misericordiosamente sobre los vasos de misericordia, que El preparó para la gloria.
Romanos 9,21-23
Según esta disertación, Dios sabe cuales van a ser sus elegigos y cuales van a ser los condenados (los vasos de lujo y los vasos ordinarios que van a ser fabricados por el alfarero con el mismo barro). A los condenados por tanto ¿Que necesidad tenía de crearlos y crear pues seres que sabe que van a ser para el infierno? Todo esto me lleva a conclusiones terribles.
Me resulta más fácil pensar que Dios crea al hombre dándole libre albedrío, y a todos les da la Gracia suficiente para poder salvarse, y que luego cada uno opta por hacer uso de esa Gracia o rechazarla.
No te vuelvo a molestar más sobre este tema. Si no lo comprendo me aguanto.
Gracias y perdona.
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LF:
La ira de Dios es ira santa. Como la que mostró Cristo al expulsar a los mercaderes y cambistas del Templo. Nada que ver con la ira humana descontrolada y pecaminosa. ¿Eso lo entiendes?
No es cuestión de que te resulte más fácil o más difícil pensar una cosa. Es que la Revelación dice lo que dice. Y es lo que debemos aceptar. Y como ya te dije, muchas veces primero se acepta, por obediencia a la fe, y luego se entiende.
Y no me molestas. Al contrario. Me das la posibilidad de explicarlo de la mejor manera que Dios me concede hacerlo.
Lo mismo podrían decir los molinistas sobre los defensores de Báñez acusándolos de calvinismo. El calvinismo tuvo ciertos aparentes antecedentes ya antes en el tiempo y sigue teniendolos en el ámbito actual. ¿Quiere decir que Báñez es un calvinista? NO, en absoluto. Un verdadero molinista no podría llamar a Báñez calvinista, pues un molinista es primero católico y Roma ha dejado bien claro que no es válido llamar a la doctrina de Báñez "calvinista".
Y con respecto a los opositores de Molina, si los llamas "semipelagianos" estás saltándote el Magisterio, que está por encima de los teólogos o los académicos. Y repito, si Molina o Báñez fuesen condenados por Roma en el futuro, no se podrían llamar "semipelagianos" o "calvinistas", serían otro error diferente, pues el primero salva la primacía de la gracia y el segundo no niega la realidad del libre albedrío ni la voluntad salvífica universal.
Llamar "semipelagiano" a Molina es hacer un falseamiento 1) del semipelagianismo y 2) de la doctrina de Molina. Otra cosa es criticar a Molina y ponerlo en cuestión.
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LF:
Llamar a Báñez calvinista es llamárselo a Sto Tomás, San Agustín, San Pablo, etc. Que es lo mismo que decir que Calvino tenía razón, con lo cual nos metemos en un serio problema. Respecto a Molina, es evidente que se tiene inventar un término nuevo, la ciencia media, ausente en la Tradición, para apoyar su tesis, que viene a ser esta:
Dios prevé por ciencia media lo que que hará la voluntad, y manda una gracia para moverla.
Es evidente que esa tesis Dios es mero espectador de lo que hace el hombre.
Y una pregunta. Si Molina era perfectamente ortodoxo, ¿por qué la Compañía de Jesús se dedicó a "expurgar" buena parte de las tesis de su libro "La Concordia del Libre Arbitrio con los Dones de la Gracia y con la Presciencia, Providencia, Predestinación y Reprobación Divinas"?
Como explica Gabaón en sus magníficos artículos sobre la cuestión:
La realidad muestra que, según la carta de Clemente VIII, quien tiene que tener cuidado al enseñar lo que enseña es el seguidor de Molina y no el Dominico, la doctrina Dominica ha sido caldeada y probada por siglos y siglos de historia católica pues no comienza sus raíces en Báñez, ni siquiera en Santo Tomás, sino en Agustín y las raíces descienden hasta más detrás hasta alcanzar a San Pablo, al mismo Jesús y a varios autores veterotestamentarios.
Ningún documento oficial dice que las doctrinas de Molina están libres de error, ninguno. Sin embargo tenemos varios documentos que respaldan la doctrina tomista sobre la eficacia de la gracia en los siguientes puntos:
1. Eficacia intrínseca de la gracia.
2. Predestinación graciosa incondicional.
3. Preconocimiento divino absoluto.
4. Premoción divina.
En otras palabras. El tomista sigue la Tradición bimilenaria de la Iglesia. El molinista, una "tradición" interpretativa que nace en Molina y que no se asienta en magisterio previo. Por mucho que el magisterio suspendiera el juicio sobre el molinismo, es evidente a quién debe seguir un católico en la cuestión de la gracia. Ahora bien, si alguno quiere seguir a Molina, allá él.
El semipelagianismo sí tiene unos puntos esenciales fácilmente cognoscibles y son los que la Iglesia condenó en la Antigüedad (Orange II, 529): el "initium fidei" no es un obra del hombre que luego es secundada por Dios. Es decir, lo católico es que Dios siempre tiene la iniciativa, sin anular el libre albedrío. Es Dios el que inicia, sostiene y culimina, sin negar al segundo agente (el hombre), que también es activo, pero el cual sin la gracia no puede hacer nada de cara a su salvación. Ni Molina ni Báñez niegan eso. Si lo hicieran, no serían católicos.
"Me resulta más fácil pensar que Dios crea al hombre dándole libre albedrío, y a todos les da la Gracia suficiente para poder salvarse, y que luego cada uno opta por hacer uso de esa Gracia o rechazarla."
no está en contradicción con la doctrina católica de la predestinación (al menos hasta donde puedo entender). Dios quiere que todos se salven. El que se condena no es porque Dios no quiso que se salvara. Otra cosa muy distinta es que Dios en su omnisciencia o presciencia, ya sepa quiénes se condenaran, pero eso no quiere decir que el lo quiso así, Dios no se puede contradecir a sí mismo.
A tu párrafo que cito entre comillas hay que añadir sin embargo que el optar por hacer uso de esa Gracia, es a su vez fruto de esa gracia. Sin embargo el optar por rechazarla es responsabilidad únicamente del que se condena.
Con respecto a la ira, lee lo que enseña el Catecismo sobre las pasiones (la ira es una de ellas). Por ejemplo te cito aquí algo:
1767 En sí mismas, las pasiones no son buenas ni malas. Sólo reciben calificación moral en la medida en que dependen de la razón y de la voluntad. Las pasiones se llaman voluntarias “o porque están ordenadas por la voluntad, o porque la voluntad no se opone a ellas” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 24, a. 1, c). Pertenece a la perfección del bien moral o humano el que las pasiones estén reguladas por la razón (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 24, a. 3, c).
1768 Los sentimientos más profundos no deciden ni la moralidad, ni la santidad de las personas; son el depósito inagotable de las imágenes y de las afecciones en que se expresa la vida moral. Las pasiones son moralmente buenas cuando contribuyen a una acción buena, y malas en el caso contrario. La voluntad recta ordena al bien y a la bienaventuranza los movimientos sensibles que asume; la voluntad mala sucumbe a las pasiones desordenadas y las exacerba. Las emociones y los sentimientos pueden ser asumidos en las virtudes, o pervertidos en los vicios.
1765 Las pasiones son numerosas. La más fundamental es el amor que la atracción del bien despierta. El amor causa el deseo del bien ausente y la esperanza de obtenerlo. Este movimiento culmina en el placer y el gozo del bien poseído. La aprehensión del mal causa el odio, la aversión y el temor ante el mal que puede sobrevenir. Este movimiento culmina en la tristeza a causa del mal presente o en la ira que se opone a él.
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En particular, como muestra el numeral 1765, la ira es buena, santa y santificante, cuando se opone al mal, regulada por la prudencia. De la misma manera el odio y la tristeza también pueden ser buenos.
lo de llamar semipelagiano a Molina o calvinista a Báñez ni se lo plantee, no vaya por ese camino, porque ni se trata de eso, ni vd ni yo ni nadie de Infocatólica va a hacerlo, porque hablamos como buenos hijos de la Iglesia obedientes al Magisterio.
Parece vd defender que sólo un hereje formal puede adolecer de semipelagianismo, y está en ello muy equivocado. Hay muchos buenos cristianos que adolecen de defectos en su doctrina de la gracia, y no con obstinada obcecación herética, sino como rechazo del pelagianismo, aunque con deficiente y torpe exposición metafísica y teológica.
Como le indicaba en mi anterior comentario, que le ruego relea, por supuesto que no podemos faltar a la caridad eclesial llamando semipelagiano formal a personas con buena intención, y en muchos casos, con santa vida, por el simple hecho de defender teologías con detalles semipelagianos o cercanos al semipelagianismo.
Como dice el Padre Iraburu:
“(El semipelagianismo) Fue formulado y difundido por hombres de muy santa vida, como los monjes Juan Casiano, abad de Marsella (+430), en su Colación XIII, San Vicente de Lérins (+445), autor del Commonitorium, y San Fausto, Obispo de Riez, antes abad de Lérins (400-490). Ellos, claramente alejados del pelagianismo –reconocían el pecado original, la necesidad de la gracia y de la oración de petición–, erraban, sin embargo, acerca de la primacía absoluta de la gracia. Queriendo reaccionar contra ciertas tesis de San Agustín, que a su entender eliminaban la libertad del hombre en su colaboración con la gracia, vinieron a afirmar que ciertos esfuerzos de la voluntad humana preceden a la gracia y que el principio mismo de la fe (initium fidei) depende del hombre. Eran hombres santos, que erraron en un tiempo en que la Iglesia no había definido suficientemente la doctrina católica sobre la gracia.” ((61) Voluntarismo semipelagiano –I. semipelagianos antiguos
Jamás osaríamos llamar hereje semipelagiano a San Fausto de Riez,
que
“es el exponente máximo del semipelagianismo (De gratia Dei: PL 58,783-836). Dios ofrece igualmente a todos los hombres su gracia salvadora, y aquellos que generosamente la reciben, son los que se salvan. No son éstos, por tanto, propiamente elegidos de Dios (Rm 8,29), sino que más bien son ellos quienes se eligen a sí mismos, mereciendo así la salvación. La predestinación no es, por tanto, sino la previsión divina de aquellos que libremente van a recibir la gracia. Y es la voluntad humana quien hace eficaz la gracia, y quien decide el grado de santidad final según el grado mayor o menor de su generoso esfuerzo personal” (P. José María Iraburu, idem.)
Vd defiende una tesis errónea: considera que no puede haber huellas de semipelagianismo en las obra de alguien que no sea hereje, y como ve, no es así. Que puede haber semipelagianismo en la obra de Molina no implica, como vd insinúa, que Molina fuera un hereje o que tengamos que llamarlo semielagiano. Ya ve que hay semipelagianismo en san Fausto de Riez, y por supuesto los buenos católicos no le llamamos semipelagiano sino santo.
Seamos serios. Me temo que vd no conoce a fondo el tema. Si se fija en la profundidad y sutileza de Orange, si se fija en el uso que los protestantes dieron del término refiriéndolo a autores escolásticos, si se fija en las razones por las que quedó acuñado el vocablo en el s. XVI, incluso en el Magisterio antijansenista; y si se fija en las doctrinas teológicas y filosóficas de la modernidad en que el semipelagianismo está presente de una u otra forma y en mayor o menor grado, como en Erasmo, comprobará la profundidad y complejidad de los temas tratados.
"Esta posición (la de Molina) después de larga y diligente discusión sobre este tema, fue desaprobada en el año 1613 por un decreto expreso de nuestro reverendísimo padre Aquaviva, prepósito General de nuestra Compañía" (Citado en "Congruísmo, de Quilliet, V. tIII)
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LF:
El molinismo puro y duro condenado por la propia Compañía de Jesús.
y que en manos del indocto pueden ser exagerados, enquistándose en este supermolinismo semipelagiano que padecemos desde hace décadas.
Porque el supermolinismo, es decir el molinismo tópico, el paradigma molinista privado de sus artificios antipelagianos, sí que es semipelagiano.
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LF:
El caso es que el semipelagianismo es una plaga en nuestro tiempo, como bien demostró el P. Iraburu:
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1002090420-62-voluntarismo-semipelagiano-1
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1002131116-63-voluntarismo-semipelagiano-2
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1002160441-64-voluntarismo-semipelagiano-3
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1002201243-65-voluntarismo-semipelagiano-4
Al parecer el semipelagianismo no es algo sólo de tiempos antiguos, sino el mal de la modernidad. Que se lo digan al bueno de Erasmo... al que nunca llamaré hereje sempelagiano, aunque había semipelagianismo en sus escritos, como se explica en manuales de Historia de las ideas..
Pues bien, ese conglomerado actualísimo y masivo de errores y "pensaciones" tiene muuucho de hipermolinismo. Es decir, de ese molinismo exagerado que defienden muchos que se creen molinistas y no han leído jamás la Concordia, ni conocen los artificios de buena voluntad del autor para intentar evitar el semipelagianismo, ni el congruismo defendido por los jesuitas en las Congragaciones de Auxiliis.
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LF:
Erasmo fue la excusa de Lutero para acusar de pelagianismo a la Iglesia.
Y no digo que el hipermolinismo es la excusa de los calvinistas, porque bastante tienen ellos con los arminianos, je je.
Este artículo trata el tema en forma bastante objetiva, parece:
"It seems, for some Protestants, the appeal of Scholasticism went beyond mere methodology. According to Gonzalez, there was also a rekindling of interest in Aristotelian logic and metaphysics among certain theologians,“some even began using the works of their Jesuit counterparts, who also were doing theology on the basis of Aristotle.”[42] Evidentially, Jacob Arminius, was one such theologian."
https://jmatthanbrown.wordpress.com/2009/11/19/the-impact-of-luis-de-molina-on-jacob-arminius/
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LF:
Primera noticia, :D
No en vano, el artículo empieza diciendo "Unbeknownst to many..."
Yo creo que Arminio llegó a su conclusión por sí solo. Que coincide en buena manera con la de Molina es evidente. De hecho, yo siendo protestante era arminiano y cuando me pasé al catolicismo no tuve que hacer muchos ajustes en este área.
Por cierto, los calvinistas, que montaron su propio sínodo -en Dort (o Dordrecht-, para abordar el asunto, persiguieron violentamente a los arminianos. Eso tampoco se suele contar.
Me da vd la idea de comentar la Concordia y analizar sus puntos básicos, puede ser interesante y provechoso.
Le agradezco sus comentarios, porque me animan a expresarme cada vez con mayor precisión y a explicitar caminos transitables. Disculpe la brusquedad anterior. Es un tema que apasiona.
Saludos cordiales en Cristo, con su madre de Gracia.
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LF:
No. La justicia de Dios es más que su ira. Pero existe la ira de Dios. La Biblia está llena de versículos que hablan de ella.
Disculpen si no fueran procedentes las cuestiones.
#Los elegidos reciben de Dios gracias eficaces, infalibles. Eso es lo que llaman predestinación?
#Los 'no elegidos' reciben gracias suficientes, aunque no eficaces. Pero de esos se salva alguno o directamente son los condenados? Porque si todos esos acabaran condenados, todavía lo entendería menos. No vería la suficiencia, si no se confirma que al menos en algunos es realmente suficiente y que podría haberlo sido en todos.
#Las personas no practicantes cómo acceden a las gracias, sean suficientes o eficaces?
#Muchos son los llamados (no todos?) Y pocos los elegidos. Podrían explicar esto? De los llamados no se salva ninguno? O no se salvan todos los llamados, pero sí algunos y no solo los elegidos?
Dios crea personas a sabiendas de que se van a condenar porque forma parte de su plan perfecto? Se ha de desvelar el misterio de la iniquidad para que los salvados podamos (Dios quiera y permita que estemos ahí) vivir eternamente en su Gloria? Lo del alfarero no lo veo porque no es como entender la diferencia entre ser salvado como la Virgen María (de modo especialisimo), como grandes santazos (de modo especial) o como alguien purgante (vaso más corriente). Es ser salvado o condenado!!! A menos que ser condenado sea más o menos como prevee Fortea. O de un modo que no alcanzamos ni de lejos a comprender. Nada. Ser como niños...
#El hecho de que Dios nos mueva al Bien, de modo eficaz o suficiente, pero permita que seamos tentados por el Mal, no es lo como estar ante la elección entre Bien y Mal? Por qué no está bien expresado que sea una elección entre dos posibilidades? Sin negar la teoría de la Gracia necesaria para poder vencer la tentación y andar el camino del Bien. Etc.
Me ha llamado la atención un comentario diciendo que el odio podía ser bueno. El humano? Me he quedado ojiplática. No entiendo eso tampoco. No lo veo, vaya.
Me ha quedado muy largo. Es un tema imposible de abarcar. Inagotable. Disculpen de nuevo. Y gracias.
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LF:
Desgraciadamente no estoy en condiciones mentales hoy en día de responder a preguntas que requieren cierta elaboración en la respuesta. Y me temo que solo yo leeré su comentario, así que mejor pregúnte a Néstor en su blog.
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