¿Cuántos de vosotros sabíais que San Josemaría era profeta además de santo?
Prácticamente todo el mundo católico conoce la vida de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Los vídeos con sus charlas a los miembros de la Obra están en youtube. Sus obras están al alcance de cualquiera. Lo que no tantos conocen, más bien pocos, es que al final de su vida el santo y fundador del Opus Dei envió a los fieles de la Prelatura algunas cartas importantes, conocidas como las Tres Campanadas.
Las cartas no estaban destinadas al publico en general, sino a un uso restringido de los miembros de la Obra. Sin embargo, dado que hoy es un santo de toda la Iglesia, creo que es necesario contribuir a su difusión. ¿Por qué? Por dos razones:
1- Describen la situación de la Iglesia en el postconcilio.
2- Describen la situación de la Iglesia hoy.
Obviamente no son palabra de Dios en el sentido que tiene la Escritura. Pero sí son palabras de profeta, de un hombre que se sumió en la gracia divina para ser instrumento de salvación de muchos. El pueblo de Dios tiene derecho a conocerlas. Los textos completos de dos de las campanadas están en la red. Es fácil encontrarlos mediante Google. Ya he usado párrafos de la tercera campanada en algunos posts de los últimos meses. Este está dedicado a citar textos de la primera. Pero recomiendo que se lea entera.
Un último consejo. Mis comentarios a las palabras de San Josemaría son solo algo de paja que separa los lingotes de oro. Podéis pasar tranquilamente sin leerlos. Os basta con leer al santo y profeta:
Tiempo de prueba son siempre los días que el cristiano ha de pasar en esta tierra. Tiempo destinado, por la misericordia de Dios, para acrisolar nuestra fe y preparar nuestra alma para la vida eterna.
Tiempo de dura prueba es el que atravesamos nosotros ahora, cuando la Iglesia misma parece como si estuviese influida por las cosas malas del mundo, por ese deslizamiento que todo lo subvierte, que todo lo cuartea, sofocando el sentido sobrenatural de la vida cristiana.
Llevo años advirtiéndoos de los síntomas y de las causas de esta fiebre contagiosa que se ha introducido en la Iglesia, y que está poniendo en peligro la salvación de tantas almas.
La salvación de muchas almas está en peligro, decía el santo. ¿Qué no diría hoy, cuando vemos lo que ha avanzado la secularización dentro de la propia Iglesia?
No es tiempo para el sopor; no es momento de siesta, hay que perseverar despiertos, en una continua vigilia de oración y de siembra.
¡Alerta y rezando!, que nadie se considere inmune del contagio, porque presentan la enfermedad como salud y, a los focos de infección, se les trata como profetas de una nueva vitalidad.
Ay de aquellos que llaman profetas a los que arrancan al catolicismo del alma de millones de fieles, vendiéndoles como cosa del Espíritu Santo lo que es la profanación de una Tradición bimilenaria. Toca rezar, rezar y rezar.
Convenceos, y suscitad en los demás el convencimiento, de que los cristianos hemos de navegar contra corriente. No os dejéis llevar por falsas ilusiones. Pensadlo bien: contra corriente anduvo Jesús, contra corriente fueron Pedro y los otros primeros, y cuantos - a lo largo de los siglos - han querido ser constantes discípulos del Maestro. Tened, pues, la firme persuasión de que no es la doctrina de Jesús la que se debe adaptar a los tiempos, sino que son los tiempos los que han de abrirse a la luz del Salvador. Hoy, en la Iglesia, parece imperar el criterio contrario: y son fácilmente verificables los frutos ácidos de ese deslizamiento. Desde dentro y desde arriba se permite el acceso del diablo a la viña del Señor, por las, puertas que le abren, con increíble ligereza, quienes deberían ser los custodios celosos.
Como bien decía San Agustín: ”El mal pastor lleva a la muerte incluso a las ovejas fuertes” (Sermón 46, sobre los pastores). Se ha pretendido y se pretende que el mundo sea luz de la Iglesia en vez de la Iglesia luz del mundo. Y se abre la puerta a los pecdos del mundo para que sean aceptados, y considerados invencibles, entre los propios fieles, ignorando el poder de la gracia y la obra del Espíritu Santo en las almas.
En situaciones como las que padecemos, las verdades eternas han de quedar firmemente asentadas en nuestra alma, orientando nuestra conducta. Para que las verdades eternas estén con esta firmeza, hemos de ser hombres o mujeres de vida interior. Por eso, hijos míos, desde el comienzo de nuestra Obra, no me he cansado de enseñar lo mismo: la única arma que poseemos es la oración, rezar de día y de noche. Y ahora os vuelvo a repetir lo mismo: ¡rezad!, ¡rezad!, que hace mucha falta. Estoy persuadido de que esa corrupción creciente que se ve en el mundo, se debe a que muchos en la Iglesia han dejado de rezar.
La verdad nos hace libres. La oración nos hace firmes. Recemos para estar firmes en la verdad que nos liberad del mal que acosa al mundo y a la Iglesia. Y alimentemos nuestra alma con la sana doctrina, la cual nos puede hacer salvos (1 Tim 4,16).
No podemos dejar de insistir. No buscamos nada para cada uno de nosotros, por interés personal; buscamos la santidad, que es buscar a Dios. Y Él espera que se lo recordemos con insistencia. Se están causando voluntariamente heridas en su Cuerpo, que va a ser muy difícil restañar.
Cuidadme los actos de culto, de modo especial los sacerdotes. El que no diese categoría a una simple inclinación de cabeza, no ya como manifestación elemental de respeto, sino de amor, no merecería llamarse cristiano.
Tenganlo en cuenta aquellos que ni siquiera se arrodillan durante la consagración.
La Santa Misa es el centro y la raíz de nuestra vida interior, es el momento supremo para adorar, para romper en acción de gracias, para invocar, para desagraviar. Algunos se afanan todo lo posible por arrancar, del dogma, la certeza de esa renovación incruenta del Sacrificio divino del Calvario. ¡Razón de más para que nosotros cuidemos con especial tesón vivir la Misa bien identificados con Cristo Señor Nuestro, que es el Sacerdote principal y la Víctima!
Tenganlo en cuenta aquellos que han convertido la Misa en un show, en un entretenimiento a imagen y semejante de los entretenimientos mundanos. La Misa, estimados hermanos, es la actualización de lo que ocurrió en el Calvario. Sí, también es acción de gracias, es alabanza y adoración. Pero una vez el sacerdote pronuncia las palabras de la consagración, lo que está presente en el altar es el Cordero de Dios que se ofrece al Padre como sacrificio por nuestros pecados.
Petición, adoración y desagravio, hijos míos. Es hora de reparar al Señor. Desagraviadle, porque es el momento de quererle. Siempre es la hora de amarle, pero en estos tiempos, cuando se hace tanta ostentación de presuntuosa indiferencia, de mal comportamiento, cuando se pretende ahogar el trato personal entre Dios y la criatura con la excusa de un superficial comunitarismo; en estos tiempos, hijos, hemos de acercamos más aún al Señor para decirle: Dios mío, te quiero; Dios mío, te pido perdón.
Adora, ama, pide perdón a Dios. Ofrécete a Él.
Cultivemos un fuerte espíritu de expiación, también porque hay mucho que reparar dentro del ambiente eclesiástico. Debemos pedir perdón, en primer lugar, por nuestras debilidades personales y por tantas acciones delictuosas que se cometen contra Dios, contra sus Sacramentos, contra su doctrina, contra su moral. Por esa confusión que padecemos, por esas torpezas que se facilitan, corrompiendo a las almas muchas veces casi desde la infancia.
Ahora que tenemos todo eso delante de nuestros ojos, ahora que vemos como se ataca a la doctrina en nombre de una falsa misericordia, ¿no habremos de seguir el consejo del santo?
Pongámosle delante, al Señor, el número de almas que se pierden y que no se perderían si no se les hubiese metido en la ocasión; almas que abandonan las prácticas religiosas, porque ahora se difunde impunemente propaganda de toda clase de falsedades, y resulta en cambio muy difícil defender la ortodoxia sin ser tachados —dentro de la misma Iglesia, esto es lo más triste— de extremistas o exagerados. Se desprecia, hijos míos, a los que quieren permanecer constantes en la fe, y se alaba a los apóstatas y a los herejes, escandalizando a las almas sencillas, que se sienten confundidas y turbadas.
¿Osará alguien decir que eso que fue escrito hace cuarenta años no es el pan nuestro de cada día hoy? Tened consuelo los que sois defendidos por el santo y profeta aunque se os tilde con esos calificativos. No estáis solos. Él, y tantos como él, interceden en el cielo por vosotros.
Comprendemos claramente que la fidelidad a Jesucristo exige permanecer en continua vigilia, porque no cabe confiar en nuestras pobres fuerzas. Hemos de luchar siempre, hasta el último instante de nuestro paso por la tierra: éste es nuestro destino. Luchar, no sólo en nuestro interior, sino también por fuera, oponiéndonos a esa presión destructora, peleando denodadamente contra el demonio, porque Satanás no descansa en su labor devastadora: él fue homicida desde el principio (Ioann. VIII, 44). No es lógico desentenderse de esa contienda, hijas e hijos míos. Nos hemos negado a tantas cosas lícitas y nobles por servir a la Iglesia, por salvar almas. Tenemos más deber y más derecho que otros, tenemos más responsabilidad.
Ojo, no basta con la lucha interior, con el combate contra el pecado en nuestras vidas. Hay dar la cara afuera. Pero nadie puede pretender dar la batalla exterior si no está en el camino de la santidad. No perdamos un año más de nuestras vidas sin entender eso y ponerlo por obra, en gracia de Dios.
En una palabra, vigilar, hijos, es luchar, para ser buenos cristianos. La situación actual de la Iglesia impone, con más responsabilidad que nunca, la correspondencia sincera a nuestra vocación. Precisamente ahora es más indispensable la fidelidad, el procurar vivir cara a Dios, sabiendo que arrastramos defectos, pero que esto no nos autoriza a desertar.
¿Eres pecador lleno de defectos? Yo también. Probablemente más que tú. Pero desertar es de cobardes. Y estamos llamados “a combatir por la fe, que, una vez para siempre, ha sido dada a los santos” (Jud 3).
La lucha tiene un frente dentro de nosotros mismos, el frente de nuestras pasiones. Vigila quien pelea interiormente, para apartarse decididamente de la ocasión de pecado, de lo que puede debilitar la fe, desvanecer la esperanza o desmejorar el Amor. Es fuerte, y bien estimulada por el diablo, la presión que todo hombre padece para alejarle de la consideración de su destino eterno.
No seremos buenos soldados de la milicia de Cristo en el mundo si no somos buenos soldados armados de la gracia de Dios para derrotar el pecado en nuestras vidas. Y Cristo necesita buenos soldados en la guerra a la que tenemos que asistir.
Fijaos que se fomenta un clima mundial, para centrar todo en el hombre; un ambiente de materialismo, desconocedor de la vocación trascendente del hombre, que sofoca cruelmente la libertad de la persona humana o, al menos, confunde la libertad con el libertinaje, comercializando las pasiones. Causa pena contemplar masas enteras de gente que se dejan conducir por el dictado de unos pocos, que les imponen sus dogmas, sus mitos e incluso todo un ritual desacralizado.
Pena, sí, mucha pena, enorme causa ver que tantas almas van camino de la perdición. Porque quien ama a Dios, ama lo que Dios ama. Y Dios ama al pecador, no queriendo que se pierda sino que se arrepienta. ¿Cómo permanecer impasibles si estamos rodeados de personas, incluso familiares y amigos, a los que no llega la luz del evangelio y viven en las tinieblas del error y del pecado?
Es preciso enfrentarse contra esta tendencia, con los resortes de la doctrina cristiana, en una perseverante y universal catequesis. Es, hijos míos, un elemental compromiso de caridad para la conciencia de un católico.
¿Quiénes son aquellos perversos que llaman a la Iglesia a dejar a un lado la doctrina para hacer una pastoral a imagen y semejanza de lo que el mundo quiere? Es necesario, como dice el profeta, enfrentarse a ellos. Y eso, aunque os digan lo contrario, es caridad.
Resulta muy penoso observar que -cuando más urge al mundo una clara predicación- abunden eclesiásticos que ceden, ante los ídolos que fabrica el paganismo, y abandonan la lucha interior, tratando de justificar la propia infidelidad con falsos y engañosos motivos. Lo malo es que se quedan dentro de la Iglesia oficialmente, provocando la agitación.
Aquellos que amáis a la Iglesia, que amáis las almas, ¿no veis como abundan esos eclesiásticos hoy en día? ¿no veis que se han quedado dentro? ¿no veis lo que hacen? Si no veis, pedid a Dios que os abra los ojos.
Por eso, es muy necesario que aumente el número de discípulos de Jesucristo que sientan la importancia de entregar la vida, día a día, por la salvación de las almas, decididos a no retroceder ante las exigencias de su vocación a la santidad. Sin este esfuerzo de auténtica e interior fidelidad, decidme ¿qué servicio prestaría la Iglesia a los hombres?
¡Qué cosa más linda es desgastarse y entregar la vida por la salvación de las almas! No basta con querer salvarse uno mismo. La santidad no es un talento que se entierra, sino un don que se ofrece para salvar a los demás.
Hemos llegado a la mitad de esta primera campanada de San Josemaría. Habrá más. Meditemos sus palabras y, sobre todo, pidamos al Señor el don de ponerlas por obra. Que la Madre Inmaculada nos obtenga por su intercesión la gracia de ser fieles hijos suyos, siervos de Cristo.
Laus Deo Virginique Matri
Luis Fernando Pérez Bustamante
79 comentarios
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LF:
Hombre, me parece un poco exagerada la comparación con don Blas, pero no es ese el tema del post, así que lo dejamos aquí.
Que Dios te bendiga,
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LF:
No es este post para hablar de lo que te he editado, aunque estoy de acuerdo en lo que escribiste.
Te agradezco, por lo que comentaste del Santo.
y seguimos sumisos ja!!!!Ja!!!
Dios te guarde y muchas gracias por compartirnos estas cartas, que desconocía
Cada día es todo más extraño.
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LF:
No sé si el Patriarca ha dicho eso. Lo que sí sé es que el dogma católico sobre el papado, como todo dogma, no tiene vuelta atrás.
Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
"En una palabra: el mal viene, en general, de aquellos medios eclesiásticos que constituyen como una fortaleza de clérigos mundanizados. Son individuos que han perdido, con la fe, la esperanza: sacerdotes que apenas rezan, teólogos -así se denominan ellos, pero contradicen hasta las verdades más elementales de la revelación- descreídos y arrogantes, profesores de religión que explican porquerías, pastores mudos, agitadores de sacristías y de conventos, que contagian las conciencias con sus tendencias patológicas, escritores de catecismos heréticos, activistas políticos".
Impresionante. Y en la página 76: "Y ahora -como siempre- el mal se envuelve diabólicamente en paños de virtud y de autoridad".
Un gran santo y un profeta. Mi enhorabuena a sus hijos espirituales.
saludos.
¿Cómo puedo conseguir el texto completo de la tercera campanada?
Gracias Luis Fernando.
No le viene mal recordad esto al nuevo vicario, antes vicario regional en Argentina, que escribió: “Queremos gritar con fuerza lo mismo que hace tantos años ¡Libertad, Igualdad, Fraternidad!”.
Anda, anda, seas quién seas. Si formase parte de una secta, te aplaudiría; y como no, lo denuncio.
A San Josemaría le considero un profeta y un santo, pero leyéndole tomé la determinación de no continuar asistiendo por medios de formación de la Obra, ya que no encontré coherencia entre los criterios y palabras proféticas de las Tres Campanadas y los los actuales criterios y espiritualidad de los miembros de la Obra, desde los sacerdotes que conozco, pasando por numerarios y supernumerarios.
Lo primero que me encontré, es que no he encontrado ningún miembro de la Obra que interprete estas Tres Campanadas con la hermenéutica correcta (como si se hace en este post), para todos los miembros del Opus Dei con quienes he hablado sobre estos textos, estas Tres Campanadas son algo de una época concreta y ya pasada; además siempre les ha molestado que yo las haya leído y publicado en su momento, -porque son propiedad privada de la Obra- , como una carta que solo debe leerla a quien se la envía. Lo que parece que no tienen en cuenta en la Obra es que en el momento en que San Josemaría se convierte en Santo, todos sus textos, incluso los que permanecen ocultos, son propiedad de toda la Iglesia.
Si, San Josemaría era un profeta; hay incluso, muchos mas textos proféticos, un ejemplo, no más en 1968 escribió una carta a sus sacerdotes donde decía lo siguiente: Pero guardad los misales y los ornamentos, porque volverá la misa de toda la vida, la de San Pío V!
Un saludo y enhorabuena por este post
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LF:
A mí estos textos me los ha dado a conocer alguien de la Obra que quería que se difundieran. Y en eso ando. Entiendo que en su día no se publicaran fuera de la prelatura. Pero, como dices y digo al principio del post, es ya un santo universal. Todos deben poder leer este material.
Por cierto, en 1968 estaba vigente la Misa según el usus antiquior, así que la misa de toda la vida no se había ido. Eso sí, volver, volvió con Benedicto XVI, aunque no se había ido del todo.
Estas Tres Campanadas, sin ser yo de la Obra, las conocí por internet hace como mínimo tres o cuatro años.
Las Tres Campanadas, no tiene un desarrollo cronológico como la historia, sino como toda profecía tiene una planificación kairológica (acontecimientos, eventos, hechos).
Por ello, como no son "convenientes", no interesan porque nos cuestionan nuestra vida, siempre hay muchas excusas para reinterpretarlas:
que si son propias del contexto teológico e histórico en que fueron enunciados, que si son terrorismo y propagan el miedo, que no son dogmas de fe, que son catastrofistas y apocalípticas, que son opiniones expresadas sui generis...
Son muy necesarias, ad intra del Opus y ad extra para todos. Porque como humanos también los de la obra a veces flaquean y el camino se hace agotador. Así que enhorabuena y a seguir con ellas.
La lucha contra el modernismo no va acabar. En realidad yo creo que está perdida a nivel global, pero el Señor nos pide que la demos para rescatar a los más posibles, así como los animales entraron en el arca, antes del gran "diluvio".
Hay que seguir la lucha con la paz de saber que el Señor está al mando.
"Estar alerta que nadie os engañe, porque vendrán en mi nombre y engañarán a muchos"
Se han producido extraños cambios en el Opus en Roma, que nadie comenta.
Recemos porque el Papa Francisco acierte y no haya insubordinación.
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LF:
Quiero decir que los profetas suelen hablar en base a lo que Dios les da a hablar, pero solo la Escritura es inspirada por el Espíritu Santo.
No cabe duda que el Opus Dei,aunque fundado en 1928,jugó un papel crucial de fidelidad y lealtad en los tiempos tormentosos del post concilio y que iluminó a multitud de cristianos en la confusion generalizada de los 60 y 70.
De todas formas no está de más señalar algo que san josémaria repetia con frecuencia y que a todos nos viene bien recordar de vez en cuando cuando las dudas o inquietud nos acechen: ¨¡¡siempre con el papa,sea quien sea¡¡¡¨.
Desviando un poco el tema, ¿Quién es quién en ese "dibujo"(casi que diría foto) del Consejo de redacción de Infocatólica, Diciembre 2014, que está en la portada?
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LF:
Yo. Cosas de nuestro genial viñetista, EO, :D
Este escritor y periodista recoge el texto completo y hace una muy buena introducción.
Supongo, LF, que comentarás ese párrafo que comienza: "Se escucha como un colosal non serviam!..." . aunque toda la carta es bastante impresionante...muy muy recomendable, aunque no gustará a la legión de conformistas ni tranquilizará a los que creen vivir en el mejor de los mundos...
PAX CHRISTI,
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LF:
La tercera campanada ya la he citado en posts pasados. No sé si le dedicaré posts solo a ella.
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LF:
Bien, lo consultaré.
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LF:
Rezamos para que la Obra llegue a tu patria. Y pronto.
De paso aprovecho para sumarme a párrafo final de Longinos, que viene igual de bien en estos tiempos que las proféticas palabras a las que se dedica el post. Lo copio para que no haga falta buscarlo:
No está de más señalar algo que san josémaria repetia con frecuencia y que a todos nos viene bien recordar de vez en cuando cuando las dudas o inquietud nos acechen: ¨¡¡siempre con el papa,sea quien sea¡¡¡¨ Longinos
No es ese el tema del post. Pero es fácil de entender. Si yo me lucrara vendiendo estos artículos...
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LF:
El profeta también cuenta lo que pasa en "su" actualidad.
La profecía no es meramente el decir que va a pasar algo y luego pasa.
"A mí estos textos me los ha dado a conocer alguien de la Obra que quería que se difundieran"
Dado como funciona la dirección "espiritual" en el Opus hay que entender que es la institución quien quiere que se difundan. Y como es casi simultaneo a los cambios en su dirección en Roma es lógico entender que forman parte de un todo. Cambios al parecer sugeridos por el Papa al hablar al obispo Echevarría de que cuide su salud, aunque no sabemos si los nombramientos van en la línea del Papa. Una "campanada" que sería tan necesaria hoy como hace tres años, y que el Opus quiere que se difunda precisamente hoy.
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LF:
Yo no sé si la institución quiere o no quiere que se difundan. Que me lo haya dado alguien de la Obra no significa otra cosa que esa persona me los ha querido dar. Ni más ni menos.
Que se difunda hoy es casi casual. No tiene nada que ver con el nombramiento de vicario auxiliar y nuevo vicario general. Nada de nada.
La profecía describe el futuro para iluminar el presente, y busca sobre todo la conversión para evitarla. Harina de otro costal es si se tratan éstas de profecías o de «conjeturas» (deducidas por la razón), lo cual por otra parte no les quita validez.
LF:
Me lo imaginaba. En cualquier caso, ¿el texto es fiel?
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LF:
Sí. Vamos, si no lo fuera, te aseguro que ya me lo habrían dicho.
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LF:
El tema del post no es el Opus, aunque sea sobre textos del fundador del Opus.
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LF:
Buena parte de lo que dice en esas campanadas encaja como mano al guante en esos dos pontificados. En especial, la falta de firmeza en combatir la herejía. No basta con afirmar la verdad. Hay que expulsar la mentira de cátedras, seminarios, púlpitos, congregaciones religiosas, etc. Y no se ha hecho. Toca cosechar esa "siembra" y vendimiar esas uvas. Y a fe que la estamos cosechando. Y vamos a beber ese vino hasta la última gota. A ver si así, una vez comprobemos a qué lleva la debilidad ante el mal, espabilamos de una vez.
La primera comprende 20 secciones: de §1 a §20
La segunda, cuatro: de §36 a §39.
La tercera, 29: §1 a §29.
¿Están bien, en particular la segunda? ¿Falta algo?
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LF:
Que yo sepa la segunda no se ha publicado.
Pensaréis que, entonces, ser fieles no es tarea cómoda. Hijos míos, dificultades las ha habido y las habrá siempre, aunque las circunstancias actuales son verdaderamente duras, precisamente porque las asechanzas del diablo —repito— vienen alentadas desde dentro de la Iglesia".
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LF:
¿? ¿Para qué cita los textos que ya he citado en el post?
Por eso decía que la situación parecía remontarse a duras penas en los dos pontificados anteriores; creíamos que la evolución natural sería seguir recuperando las esferas perdidas. Los dos últimos Papas parecían diques de contención que lentamente querían reencauzar la situación. Ahora vemos que, en realidad, lo que no se hizo mantuvo la fragilidad a flor de piel. Por ver el lado bueno, llama la atención que en el último año y medio cada vez más cardenales, obispos y laicos hemos espabilado al ver y denunciar la realidad de lo que está ocurriendo. El suponer antes que la autoridad petrina hacía lo que buenamente podía nos relajaba. Ahora la enfermedad está al descubierto con más claridad y eso obliga a estar alerta.
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LF:
Pienso que no vale con contener el mal. Hay que trabajar para hacerle retroceder. Muchos pastores -lo sé por ellos- llegaron a la conclusión hace 10-14 años de que la biología solucionaría el problema. Craso error.
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LF:
No pasa nada. No hace falta que se disculpe Entiendo que haya algún párrafo que le llame más la atención. En ese caso, lo pone pero añada algún comentario al texto.
Paz y bien.
Más habría valido quitarse lastre y dejar la parte sana que tener la gangrena latente para extenderse cuando le fuera posible.
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LF:
El cisma oculto lleva siendo una realidad desde hace décadas. Ahora es más visible. Y a más alto nivel.
No hay "unos y otros", por desgracia para quien está tan orgulloso de ser "de los unos".
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LF:
¿Dice usted declaraciones como esta?:
http://infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1109020921-ante-una-iglesia-en-peligro-d
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1109021123-yo-creo-que-no-se-acaba-de-en
Porque lo que es yo, llevo algo así como siete años escribiendo sobre el asunto:
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/cisma_de_facto
Y Tornielli también lleva lo suyo:
http://infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1202050436-la-rebelion-contra-el-papa-un
Y no parece que las autoridades eclesiásticas correspondientes hayan tomado medidas. Además, ¿qué medidas van a tomar con un seglar que opina que llevamos mucho tiempo viviendo un cisma silencioso y oculto -y por tanto no declarado- que ahora es más visible? ¿me van a suspender a divinis? ¿quizás me reducirán al estado laical... siendo ya laico?
No haga el ridículo, oiga.
Saludos.
El Papa Francisco ha dicho que hay tres lobys en la Iglesia: político, económico y masónico. Nadie le ha hecho caso y nadie se pregunta si su obispo o su párroco pertenece a uno de estos lobys. Benedicto XVI, el miércoles de ceniza seguido de su renuncia, denunció a quienes usan el nombre de Dios para sus fines de poder.
Hubo un cisma extraño, el de Lefebvre, un obispo progresista que acaba organizando un cisma “por la derecha”, teniendo como bandera la misa tradicional.
Hace año y pico intervienen a los Franciscanos de la Inmaculada, sin más información sobre la causa que la posible instrumentalización de la misa tradicional. Extrañamente esta orden no está presente en España y sí en muchos países, ¿por qué no en España?.
Los sacerdotes del Opus están todos preparados para decir la misa por el rito tradicional, aunque no la celebren así.
Hay mucha confusión actualmente. Los papeles pueden estar cambiados.
Pudiera ser que alguien instrumentalizar a otros para organizar un cisma, o amenazar con organizar un cisma.
A ver, Miguel A, Shugen, Hesicasta -ya quisieras-, Gnostic, Frances, Buscador y últimamente bon home, primer y último aviso: como vuelvas a escribir una sola letra en este portal, te mando a spam y te borro con un click los 148 comentarios que has escrito en InfoCatólica desde el 14 de octubre del 2008 hasta hoy.
¿Vale?
Pues eso. Tú mismo.
Camino. San Josemaría, siempre actual. Santo y profeta.
¿Hay algún artículo suyo reciente que pueda orientar este cisma oculto a más alto nivel?
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LF:
No, pero hay unas declaraciones del cardenal Pell sumamente clarificadoras:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=22237
A mí me da bastante tranquilidad que haya tantos cardenales que vean las cosas como son.
Y en el último post del P. Iraburu, reproduce un artículo del jesuita Enrico Cattaneo en el que habla claramente del cisma oculto:
Pero yo me pregunto, teniendo en cuenta el aire que se respiraba en el Sínodo: ¿estamos tan ciegos que ya no nos damos cuenta de esta “apostasía silenciosa”, de este “cisma oculto”, que ha afectado al catolicismo?
Creo que conviene hacer algunas precisiones: Hasta el protestantismo y poco más, quienes disentían del Magisterio no tenían otra opción más que el "Exit", por iniciativa propia o ajena. Pero el Modenismo y su heredero, el Progresismo, apuntan a más: no se contentan con desgajar partes del cuerpo Místico sino que se proponen derribar la cabeza. Por eso es que los herejes pertinaces, siendo perfectamente concientes de que su pensamiento no tiene lugar dentro de la iglesia, no se van sino antes bien, se "prenden como garrapatas".
El momento para echarlos ya pasó y no se lo aprovechó. Desde Paulo VI la Iglesia sólo sanciona lo que la mentalidad profana desaprueba, como por ejemplo la pedofilia, el peculado o la misa tradicional. A lo demás manga ancha, salvo algún aislado arresto por la galería que puede llegar, en un rapto de audacia, a traducirse en desaprobaciones explícitas a una doctrina herética pero eso sí, sin ninguna consecuencia personal para el transgresor. Faltaba más.
En ese estado de cosas, hablar de "cisma" suena surrealista. El único cuasi-cisma que se ha dado es el de los lefebristas, el cual no ha traído ningún beneficio a la Iglesia, al contrario. La lucha encarnizada que se libra, que es "a bayoneta calada y casa por casa", no se va a resolver con cismas.
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LF:
Hasta que sea retirado el katejón.
Jesús le describe una situación de su Iglesia, casi idéntica. A las tres campanadas, de San Josemaria
Pero bueno no estoy obligado a creerlo.
El Credo sí que me lo creo (el largo, el largo que es el mejor)
Saludos
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LF:
Si eres católico, estás absolutamente obligado a creer que es santo, porque en la canonización está actualmente implicada la infalibilidad papal.
"El Opus era Dei" Eulogio López. Hispanidad, martes, 28 de junio de 2011
Y al que no le guste San Jiosemaría, que se lea las Campanadas y vea sus vídeos. Es cualquier cosa menos retorcido y grandilocuente. Es serio y va al grano, está en tensión en una época en la Iglesia, como la actual. -estoy bien seguro cómo habría sido San Josemaría hoy- en la que una persona metida no podia menos que estar horrorizado. Lo sabemos por sus cartas, pero en sus vídeos mantiene muy bien el tipo. Sus hijos le querían. Y el que tenga un poco de con ocimiento de la vida del Opus Dei y ve los vídeos no puede menos que quererle.
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