Pedro Sánchez, más de lo mismo
EL PSOE tiene nuevo líder. Pero aparte de su apariencia juvenil y del hecho de que todo cambio suele aportar una dosis de optimismo a los que lo realizan, en realidad nada ha cambiado en lo fundamental.
Pedro Sánchez vuelve a vender la burra del socialismo como si fuera un caballo de pura raza. Andaluz, para más señas. Pero las patas del equino ya nos las conocemos. Una es el aborto como un derecho, al que seguramente añadan la eutanasia. Otra es el anticlericalismo de toda la vida, al que ponen como máscara carnavalera el anuncio de la suspensión del concordato de España con el Vaticano. La tercera es una política económica que ha demostrado ser un fracaso, y que además no se diferencia esencialmente de la que pueda hacer el PP. Es más una cuestión de matices que de fondo. Y la cuarta pata es el proverbial cainismo que la izquierda quiere imponer a los españoles, bajo el mantra de “vamos a derrotar a la derecha". Ayer Pedro Sánchez dijo: “Lo que queremos es una España digna… dirigida por una izquierda que construya el futuro gobernando el presente. Esa es la España por la que tenemos que luchar y con la que yo estoy convencido de que podemos parar a la derecha“. O sea, se ve que los españoles de derechas no son dignos y hay que pararlos.
Como cola del caballo, el socialismo ofrece más adoctrinamiento estatalista en las escuelas -Sánchez quiere recuperar la EpC-, y un discurso nacional errático, que ahora presentan como estado federal, algo que ni ellos mismos saben en qué consiste. Sí, es cierto que el nuevo secretario general del PSOE parece tener un discurso algo más contundente contra los secesionistas, pero no creo que vaya más allá de una pose.
Lo cierto es que a la izquierda española del sistema le ha salido un grano muy gordo en Pablo Iglesias y su formación “Podemos". Es una opción de extrema izquierda populista que amenaza con poner patas arriba todo el sistema democrático y el país entero. O sea, algo así como una plaga bíblica con aires caribeños chavistas, que recoge el descontento de multitud de españoles hartos de tanta corrupción política y tanto sometimiento a unas tesis económicas que, por más que el desempleo remonte un poco, tienen a millones de familias al borde de la miseria.
El factor Podemos puede hacer que el PSOE se escore aún más a la izquierda tanto en el discurso como en el fondo. Y eso no puede ser bueno para el país. Como además enfrente tienen a un PP absolutamente vacuo en cuanto a valores éticos, morales y de modelo de país, el panorama no puede ser más desolador.
¿Y qué pinta la Iglesia y lo que queda de catolicismo en este país? Nada. Literalmente nada. Recogemos lo que se ha sembrado en las últimas décadas. En cualquiera de estos vaivenes políticos, el catolicismo español se verá sin concordato y con sus colegios teniendo que dar asignaturas que chocan de bruces con nuestra fe. Nos dejarán existir si nos limitamos a ser una ONG eficaz (Cáritas) que atienda a los necesitados que los políticos provocan con sus políticas. Pero nada más.
Luis Fernando Pérez Bustamante