La dignidad de un barril de petróleo

La semana pasada unos cuantos hijos de Satanás cumplieron la voluntad de su padre en Pakistán y volaron por los aires llevándose la vida de decenas de mártires cristianos cuyo “delito” era acudir a Misa. Ahora hemos sabido que hay indicios de que otros hijos de Satanás están haciendo negocio con los órganos de los fallecidos. Así se cierra el círculo de la infamia. Martirizados por el odio a la fe y vendidos como mercancía por la idolatría al dinero.

Desde los gobiernos de Occidente estas cosas se ven con una perspectiva diferente. Es posible que a nuestros gobernantes se les suba un poco la ceja izquierda o la derecha -depende de su opción política- al ver las imágenes de esos atentados, pero al ratito siguen viviendo como si nada hubiera ocurrido.

Si en vez de volar cristianos los fundamentalistas islámicos se dedicaran a volar campos de petróleo, la cosa sería distinta. Ahí sí que llegarían los ejércitos de las grandes potencias occidentales. Para los Obama, Hollande y Cameron de turno, vale más un barril de petróleo que un pobre desgraciado cristiano cuya vida es segada por un terrorista suicida.

De hecho, los cristianos suelen ser las víctimas “colaterales” de la intervención de Occidente en países de mayoría musulmana. A pesar de que nuestros gobernantes no son cristianos ni por un casual, los fundamentalistas les identifican con la fallecida “Cristiandad” y la toman contra los que siguen a Cristo en sus países.

Si a eso se une que los pastores de los cristianos en esos países llevan tiempo denunciando que Occidente apoya a los terroristas en conflictos como el de Siria, y que nuestras empresas armamentísticas se forran con ello, pues podemos llegar a la conclusión de que si Cristo advierte que Satanás es el príncipe de este mundo, vemos claro que nuestros gobiernos son fieles lacayos de ese príncipe.

Luis Fernando Pérez Bustamante

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Luis Fernando
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28/09/13 11:57 AM

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