El Papa aniquila una de las armas preferidas de los heterodoxos
Llevamos décadas escuchando la cantinela de que la jerarquía católica no presta atención al “sensus fidelium”. Dado que son muchos los bautizados que no hacen ni caso o se oponen abiertamente a algunas enseñanzas del magisterio -p.e, anticoncepción, comunión de los divorciados vueltos a casar, ordenación de mujeres-, se pide que dichas enseñanzas sean revisadas para que coincidan con la “opinión pública” dentro de la propia Iglesia.
Un medio tan destacado como el National Catholic Reporter ha publicado esta semana un editorial en el que apela, entre otros argumentos, al sensus fidelium para oponerse a la doctrina sobre el sacramento del orden reservado para los hombres, que ha sido definida infaliblemente por el magisterio ordinario.
Pues bien, el Papa fue ayer contundente al señalar lo equivocados que están todos los que hacen tal cosa. En un discurso dirigido a la Comisión Teológica Internacional dijo:
Hoy en día, sin embargo, es particularmente importante aclarar los criterios usados para distinguir el sensus fidelium auténtico de sus falsificaciones. De hecho, no es una especie de opinión pública de la Iglesia, y es impensable recurrir a él para impugnar las enseñanzas del Magisterio, ya que el «sensus fidei» no puede desarrollarse auténticamente en el creyente auténtico salvo en la medida en que participa plenamente en la vida de la Iglesia, y esto requiere una adhesión responsable a su Magisterio
¿Os ha quedado claro ese mensaje, heterodoxos y herejes varios? ¿Sois conscientes de que no cuela la idea de que el sensus fidelium no es opinión pública ni la excusa para apoyar o justificar el error? Lo que vosotros hacéis y pensáis es IMPENSABLE según el Papa.
Cuando se trata de doctrinas pertenecientes al depósito de la fe, el fiel debe de aceptarlas sí o sí. El catolicismo no es protestantismo ni anglicanismo. Esas doctrinas no se discuten. Se cree en ellas o no. Y el que no cree, se situa en mayor o menor grado -dependiendo del grado de las mismas- fuera de la comunión con la Iglesia.
No es el sensus fidelium el termómetro que se usa para discernir si una doctrina definida por el Magisterio es correcta o no. Más bien se usa como herramienta para que el Magisterio ratifique algo que lleva siendo aceptado por la práctica totalidad de los fieles durante mucho tiempo. Fue el caso del dogma de la Asunción, por ejemplo. El sensus fidelium jugó un papel importante en las consideraciones previas a la promulgación del dogma. Pero ojo, dicho dogma no fue definido solo en base a esa consideración, ya que Pío XII recurrió al testimonio de la Sagrada Escritura, interpretada por la tradición eclesiástica representada por los principales teólogos escolásticos antiguos y modernos, que prueban la verdad de la Asunción.
En otras palabras, el sensus fidelium es testigo de la verdad, no del error y la herejía. Ni que decir tiene que los heterodoxos que apelan al mismo ignorarán las enseñanzas del Papa. Su problema, básicamente, es que son católicos por el bautismo pero hace tiempo que dejaron de profesar la fe católica. Si fueran coherentes, abandonarían la Iglesia para integrarse en cualquiera de las denominaciones protestantes que asumen su visión sobre lo que es la fe cristiana, el modelo eclesial, etc.
Antes o después la Iglesia tendrá que tomar una decisión sobre qué hacer con los que desde dentro de ella hacen una labor de destrucción de la fe de muchos fieles. En demasiados casos el daño no puede empezar a repararse sin la constatación oficial de la herejía y el cisma. Es preferible decirles que no son ya católicos. Que no se engañen a sí mismos ni engañen a los demás. No cabemos en la misma Iglesia los que aceptamos todas sus enseñanzas y los que viven en constante rebeldía contra el magisterio. El ser cristiano no consiste solo en creer doctrinas. Pero si no tenemos la misma fe, si no creemos lo mismo, ¿a cuento de qué la farsa de que pertenecemos a la misma Iglesia?
No sobramos los que estamos con el Papa. Sobran los que no aceptan la autoridad del Papa y de los obispos en comunión con él. Y no habrá nueva evangelización efectiva mientra sigamos cargando con el lastre de la herejía y la secularización interna. Sin faltar a la caridad, y dejando siempre las puertas abiertas al arrepentimiento y la conversión a la verdad, es hora de empezar a limpiar la casa del Señor de todo error.
Luis Fernando Pérez Bustamante
19 comentarios
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LF:
JAAAAAAAAAAAA JAJAJAJA
sensus Vidalis
JAAAAAA JAJAJAJA
Me despiporro.
@majovimo
http://about.me/majovimo
Creo que Benedicto XVI ha sido bendecido por Dios con la gracia particular de ver y hacer ver aquellas diferenciaciones de conciencia que quitan escondites al error. Ejemplo muy propio el que citas, Luis Fernando: una cosa es sensus fidelium; otra la opinión pública.
Las palabras del Papa vienen muy a tiempo ante el grotesco espectáculo que ofrece el anglicanismo del Reino Unido, donde todo quiere resolverse a través de las deformidades a que puede legar la democracia: presión, lobbies, uso manipulador de los mass media.
De nuevo, gracias, hermano.
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LF:
Sí, por eso metí al anglicanismo en el post separándole en parte del protestantismo. No es que sean distintos, pero es que del anglicanismo se planteó que era una vía media. Pero no hay vía media entre la verdad y la mentira.
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Ésta es exactamente la pregunta que yo me vengo haciendo desde que aprendí mi catecismo.
O sea, más de medio siglo atrás.
Nada menos.
Jamás de los jamases, ni siquiera durante la agitada época conciliar, he captado la más mínima señal de que esta preocupación estuviera en la agenda papal de manera prioritaria. O al menos, relevante.
Puede ser un problema de información mía.
O no.
El síntoma más claro de este afán de acumulación estadística se puede apreciar el los bautismos: ¿Se preocupa el sacerdote de hacer un seguimiento de la formación cristiana de los catecúmenos? En muchos casos que conozco, ni siquiera se ocupa. A veces, ni tiene idea de quienes sean.
¿Se preocupa acaso el sacerdote en averiguar la idoneidad cristiana de los padrinos, la cual -obvio es decirlo- no va a figurar en su certificado de bautismo ni está garantizada ipso facto por el hecho de no vivir en concubinato? ¿Busca exhortarlos a cumplir con su delicada misión? ¿Hace el adecuado y necesario acompañamiento o en su defecto, se asegura de que otro sacerdote lo reemplace en esa tarea delicadísima?
Según mi experiencia, no, no y no.
Por lo tanto, ¿podemos asombrarnos si luego los catecúmenos apostatan, siguiendo las doctrinas más extravagantes y peregrinas?
En la Democracia, en cambio, donde vale el "vox populi vox Dei", tal planteo es inaceptable.
No estaría demás que quienes defienden que la Democracia es una forma de gobierno aceptable desde el punto de vista católico, no omitieran aclarar que si la Democracia defiende el "vox populi vox Dei", pierde toda legitimidad.
Las personas vamos evolucionando a lo largo de la vida e incluso cuando uno discrepa del Magisterio su propia discrepancia va evolucionando nunca es la misma, y es imprescindible tener un ancla a la que aferrarte.
Pero te entiendo...
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LF:
Una vez que ya los han leído ellos, lo borro, :D
Sin ningún tipo de duda en Jesucristo se halla la Verdad, el Camino y la Vida.
Nuestra conciencia humana debe ir transformándose y acercándose, más y más, a la Conciencia que residía en Jesús como Cristo. Es pues, un camino que debemos recorrer para nuestra salvación, purificando nuestro corazón y perfeccionando nuestra alma. Así vamos, paso a paso, transformando nuestra conciencia y uniéndonos cada vez más a Dios, al seguir el Gran Ejemplo de Jesús, en nuestro sentir, en nuestro pensar y en nuestro actuar día a día. Para ello debemos sentir la Presencia de Dios, en cada instante de nuestra vida, y conversar con Él y darLe a Dios nuestra aceptación para que en nuestra vida se haga Su voluntad, siguiendo también así el Gran Ejemplo de la Virgen María. Pero todo ello debe ser con la máxima intensidad, con la máxima receptividad a Dios, pues de otra manera, el demonio nos tentará de una manera sutil y caeremos en el engaño que nos conduce al infierno, a la apertura de todos los pesares. Como escribía un gran santo oriental:
“La verdadera práctica de la religión consiste en permanecer inmóvil en meditación y conversar con Dios. Pero tu intensidad no alcanza el grado necesario, ni te concentras lo suficiente, y por ello permaneces en el estado de engaño.”
Es pues muy importante sentir a Dios de una manera intensa con la máxima concentración y comunión con Él. Así es como la Fuerza del Espíritu Santo permanece en nosotros para vencer el mal que siempre está al acecho.
Creciendo cada día en Sabiduría y Amor, con humildad, nos acercaremos, a buen ritmo, a Dios.
Ánimo y un abrazo.
Por tanto, si somos discípulos, hemos de seguir al maestro (Cristo) y no él a nosotros; obvio ¿verdad? Pues algo tan simple como esto, parece estar más allá de la capacidad de comprensión de muchos católicos, incluidos bastantes considerados "sabios".
Contaba L. Alonso Schökel que "en un barrio de La Habana era muy popular la fiesta de San Lázaro. La solemne procesión anual congregaba innumerable multitud de devotos. Un obispo, considerando abuso semejante veneración,intentó suprimir el abuso. ¿Abuso? - Sí porque el San Lázaro festejado era no el de Betania, hermano de Marta y María, sino el Lázaro mendigo que desea las migas en la parábola del rico Epulón" ("El hombre de hoy ante la Biblia",Barcelona - 1959 - 111).Así se podrían multiplicar los casos, donde el bruto número no llega a la verdad. Basarse en "votaciones", no siempre asegura al mejor gobierno. Los Apóstoles y toda la Iglesia en el concilio de Jerusalén no dijeron: "LA MAYORÍA votó y determinó". Sino: "El ESPÍRITU SANTO Y NOSOTROS MISMOS hemos decidido..."(Hech 15,28).
Al Santo Padre esto no le gusta, como a muchos católicos no le gustan algunas afirmaciones del Santo Padre (siempre las mismas, por cierto). Con el tiempo veremos qué de lo inamovible se mueve, como ya ocurrió en el pasado, y qué permanece.
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LF:
Hace 5 siglos un monje agustino decidió que no tenía intención alguna de aceptar la autoridad del Papa y de los concilios en cuestiones doctrinales. Millones de bautizados católicos le siguieron. Naciones enteras le siguieron. Nació el protestantismo. Su presencia no solo no hizo que cambiara un punto de la fe católica, sino que sirvió para que la Iglesia afirmara dogmáticamente algunas cuestiones.
Es probable que hoy haya millones de bautizados católicos que están en esa tesitura. Pues bien, el camino que han de seguir es exactamente el mismo que Lutero, Calvino y compañía. Si han dejado de ser católicos, que dejen la Iglesia, que se constituyan como comunidades eclesiales acatólicas, y que hagan el favor de dejarnos en paz a los que sí aceptamos la autoridad doctrinal del Papa. Porque una cosa es segura. No cabemos en la misma Iglesia. Y o nos separamos por las buenas, o nos separaremos por las malas (obviamente sin violencia).
Usted dice:
Al Santo Padre esto no le gusta, como a muchos católicos no le gustan algunas afirmaciones del Santo Padre
Y el Concilio Vaticano II enseñó:
Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de modo particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión al parecer expresado por él, según su manifiesta mente y voluntad, que se colige principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea por la frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por la forma de decirlo.
Lumen Gentium 25
Al que no le guste, lo tiene fácil. Coge la puerta y se larga.
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LF:
El espíritu dice: "Pensad lo que os venga en gana que pa eso sois hijos de Dios".
¿a que sí?
Ocurre lo mismo, en este tiempo con ciertos comportamientos que se quieren ahora "oficializar": ordenación de mujeres, rechazo a la moral sexual católica de siempre, manoseo de la liturgia debido a un rechazo íntimo a la divinidad de Cristo y su presencia real en la eucarístía. Todo ello impulsado mediante un lenguaje pedante, autocomplaciente y dado de alta de su propio examen.
Sin embargo, sería una falsificación reducir la Iglesia de Dios a estos abusos y errores. Porque lo mejor y más granado de la santidad en el mundo sigue estando en ella. Hay que hacer un dibujo total de la realidad, no ser negativista por sistema y mostrar el trigo abundante que hay en el catolicismo.
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LF:
El Papa no pidió perdón por la existencia de la Inquisición y sí por los medios que se usaron. Cosa lógica. No creo que haya nadie que esté a favor de torturar y quemar herejes.
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LF:
Aquí no hablamos de poder mundano alguno. Hablamos de autoridad doctrinal. Y esa la tiene TODA el Papa y los obispos en comunión con él. Una autoridad que, por supuesto, está al servicio de todos y que no se pone por encima de la Palabra de Dios sino más bien como garante de una interpretación verdadera de la misma.
El que eso no lo entienda o no le guste, no sabe lo que es ser católico.
Y por cierto, eso de que en la primera iglesia no se daban las circunstancias actuales de autoridad doctrinal y moral, no se lo cree ni usted. Los apóstoles fueron ROTUNDOS y CONTUDENTES a la hora de condenar y castigar tanto la herejía como las desviaciones morales. En el NT vemos excomuniones tanto por errores doctrinales como por comportamientos amorales. Así que su tesis queda en nada.
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LF:
Bueno, tampoco es San León Magno como para pasar a la historia por su rotunda oposición a la herejía, je je.
Este fragmento, sin ser decir que no estoy de acuerdo con su contenido, me parece sumamente falto de caridad. Se expresa cual si los que llegan a interpretar su fe de un modo distinto fuera otra especie casi de animales. Me parece una especie de opinión infantil.
Nunca he de entender a quienes permaneciendo tan fieles a la doctrina y al magisterio permanecen tan lejos de lo esencial de la caridad que el mismo Jesús nos ha pedido.
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LF:
Ya, sí, claro. Falta de caridad. O sea, a los que se pasan la vida arremtiendo contra la fe católica desde dentro de la propia Iglesia; a los que pretenden aprovecharse del daño que ellos mismos han causado entre millones de fieles para exhibir la tendencia hacia la apostasía dichos fieles como arma contra la autoridad de la Iglesia; a los que no profesan, ni de lejos, la fe católcia, les llamo herejes y heterodoxos y les aviso de que el Papa permanece firme como una roca en la fe católica... y eso es faltar a la caridad.
Pues mire, es mejor que no me entienda. Yo tampoco le entiendo a usted. Estamos empatados.
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