¿Sería posible reforzar legalmente el sacramento del matrimonio?

Este es un tema en el que llevo pensando desde hace varios años. Parto de un hecho constatable: la legislación sobre el matrimonio y el divorcio en España -y en tantos otros países del mundo- ha convertido a la unión matrimonial civil en una farsa que puede desmontarse de un día para otro sin que nada pueda impedirlo. En este país tiene mucha más protección algunos contratos mercantiles, profesionales o de cualquier otro género que el contrato por el que dos personas se comprometen a formar una familia.

De hecho, para que un matrimonio civil desaparezca, basta la voluntad de uno de los contrayentes. Una voluntad que no tiene por qué ser razonada o justificada. Es decir, no se trata que de que Pepita deje a Juanito porque Juanito se ha liado con Robertita. No, más bien es que Juanito se lía con Robertita y además se divorcia de Pepita sin que la justicia defienda a esta del incumplimiento matrimonial de aquel. De hecho, yo he conocido casos en que la parte adúltera en un matrimonio consigue que la parte fiel sea expulsada del hogar conyugal, al cual acaba llegando el amante de la parte adúltera. Es decir, el cornudo o la cornuda se ve no sólo traicionado sino puesto de patitas en la calle por obra y gracia de la legislación democrática aprobada por las Cortes. Y no hablemos de los hijos, principales víctimas de todo este invento.

Por tanto, el matrimonio civil cada vez tiene menos que ver, yo diría que nada, con el sacramento del matrimonio que celebramos los católicos. Es por ello que me planteo si será posible reforzar el matrimonio entre católicos por medio de algún tipo de contrato privado entre los contrayentes que defendiera de forma mucho más eficaz el vínculo matrimonial. Sé que es casi imposible lograr que ese contrato garantice la indisolubilidad del matrimonio, ya que no hay contrato legal que no pueda ser anulado. Pero no sería mala cosa que a través de dicho contrato se penalizara a la parte que opta por la ruptura sin una causa realmente justificada -pe. violencia, adulterio-. Como no soy licenciado en derecho, pido a los expertos que nos digan si es viable esto que propongo.

Es más, creo recordar que hace años el partido Familia y Vida proponía un cambio legislativo por el cual se admitiría el divorcio -y con él la posibilidad de volverse a casar- en un tipo de matrimonios, mientras que en otros sólo sería legal la separación. Los contrayentes deberían de optar por uno u otro caso. De esa manera, la Iglesia podría exigir a sus fieles que optaran por el matrimonio civil indisoluble en caso de que quisieran contraer el sacramento. Es obvio que disminuirían mucho los matrimonios por la Iglesia, pero serían más “auténticos".

Además, los laicistas y anticlericales de turno no podrían acusar a la Iglesia de querer imponer su moral sobre toda la ciudadanía. La misma sólo estaría vigente para aquellos que quisieran ser verdaderamente católicos fieles al evangelio y al magisterio eclesial.

Si estamos en un régimen donde se legisla matrimonialmente en contra de la ley natural para satisfacer a una minoría, ¿por qué no va a poder legislar para dar cobertura a una manera de entender el matrimonio que es conforme a la ley de Dios?

Ahí queda la propuesta, señores. Hagan juego.

Luis Fernando Pérez