Williamson se sitúa de cara a un posible acuerdo entre Roma y la FSSPX
Desde que el Papa levantó la excomunión a los obispos ordenados por Monseñor Lefebvre, Monseñor Williamson ha sido piedra de tropiezo para cualquier intento de solucionar la crisis, cisma o como se quiera llamar, entre el lefebvrismo y la Iglesia Católica. Es cierto que el jaleo montado con las declaraciones del obispo británico sobre el Holocausto tenía poco que ver con el fondo de la cuestión eclesial, y que fueron usadas para atacar al Papa por la osadía de pretender poner fin al problema, pero igual de cierto es que cada vez que ese hombre abre la boca es para complicarlo todo.
Su descripción del diálogo entre la Santa Sede y la FSSPX no puede ser más clara: “O la FSSPX pasa a ser una traidora o Roma se convierte o esto es un diálogo de sordos“. Ante semejante planteamiento, se me ocurren los siguientes escenarios:
1- Monseñor Williamson representa el sentir de toda la FSSPX y entonces el diálogo acabará en fracaso. Antes o después los obispos lefebvristas ordenarán a alguno de sus sacerdotes como obispos y volverán a ser excomulgados.
2- Monseñor Williamson representa el sentir de un sector importante, mayoritario o no, de la FSSPX. Lo cual nos sitúa en otras dos opciones posibles:
a) Hay acuerdo entre la FSSPX y Roma pero Monseñor Fellay prefiere no firmarlo ante la posibilidad de ruptura en el seno de su Fraternidad.
b) Hay acuerdo, se firma, y la FSSPX se rompe. Williamson y Tissier de Mallerais -no sé qué haría Galarreta- vuelan libre y se llevan a los sectores más extremistas y sedevacantistas del lefebvrismo.
3- Monseñor Fellay se harta de Monseñor Williamson y le echa ya mismo de la FSSPX, debido a que no ha obedecido a la orden que se le dio de guardar silencio.
Yo me inclino por la opción 2b, pero sin descartar para nada que se produzca la 2a. Es decir, la duda estaría en si el actual superior de la FSSPX pondría la comunión con el Papa y el resto de la Iglesia por encima de la comunión interna en el lefebvrismo. Mi pálpito es que optará por lo primero, pero a saber.
Lo que sí está claro es que cuando una persona que dice ser católica, y más si es obispo, plantea un escenario en el que “o Roma se convierte” o conmigo no tiene nada que hacer, lo normal es que alguien le diga: “tiene usted de católico lo que Lutero cuando puso su libre examen por encima de la autoridad del magisterio de la Iglesia". Es decir, Monseñor Williamson tiene todo el derecho del mundo a creer que la Iglesia Católica se ha apartado de la verdad. Así lo han creído multitud de herejes y cismáticos a lo largo de la historia. Ahora bien, que no pretenda entonces ser obispo católico. Es más, lo lógico es que sea consecuente y se pase con armas y bagajes al sedevacantismo. O ya puestos, que se haga elegir Papa por los “fieles” auténticos que aún profesan, en su entender, la verdadera fe. Total, antipapas también los ha habido y los habrá.
Yo creo que nadie con un poco de sentido común duda que la Santa Sede no va a aceptar que el Concilio Vaticano II contiene errores doctrinales. Una cosa es dar las aclaraciones pertinentes que sea menester y otra muy distinta decir que un concilio ecuménico ratificado por un Papa, y de paso por sus sucesores, es herético, que es lo que pretende Williamson y sus fans.
Sigo teniendo confianza en que Monseñor Fellay, de lejos el más inteligente y sensato de los cuatro obispos lefebvristas, impondrá el sentido común sobre la mayor parte de la Fraternidad. La Iglesia, y sobre todo el Señor, sabrá agradecérselo.
Luis Fernando Pérez
64 comentarios
En cuanto a Williamson, considero que su escasa devoción por el Papa es un residuo de su pasado anglicano. Semejante actitud hacia el Papado sería incocebible en un católico que lo sea de nacimiento y que haya sido rectamente formado en el catolicismo desde su primera infancia.
Veo que reflexionas sobre la noticia escueta que publicasteis ayer.
Al final he dedicado 15 minutos a escuchar la entrevista de mesa camilla que le hacen a Monseñor Williamson, a quien en otros aspectos admiro. Mis reflexiones son estas.
Para empezar, sus palabras son imprudentes, como las que hizo al respecto del número de judíos muertos en la SGM. En este caso son además improcedentes. NO procede hablar de la "conversión de Roma" así por junto y sin matizar, en una entrevista semipública. Digo semipública porque no me parece que esto sean declaraciones públicas, que romperían el deber de silencio, sino una conversación de mesa camilla grabada. Estaría bien saber por qué se hicieron públicas.
Considero inoportuno repicar esta noticia. Que hay diferencias sustanciales en pastoral y liturgia entre la FSSPX y "Roma" no es noticia, que yo sepa, aunque aquí se añade un matiz muy importante: serían irreductibles. Yo no lo creo. Me gustaría que el obispo desarrollara el razonamiento, antes de calificarlas definitivamente. Hubiera esperado a ello antes de echar las campanas al vuelo.
* * * * *
Por otro lado, es innegable que hay cosas que "Roma" está haciendo mal, incluso muy mal. Por ejemplo, dejar que en la ceremonia de la visita del Papa a la Sinagoga de Roma nuestros "hermanos mayores en la fe" recitaran un rechazo definitivo de Cristo al despedir a su Vicario:
Creo con un total convencimiento
en la venida del Mesías
Y aunque se haga de rogar
esperaré por el, venga cuando venga.
Para rematarlo, ZENIT llama a esto: "himno de profesión de la fe, “Anì Maamin”". Desde luego, la blasfemia es una declaración de fe a su manera. Esta es una de las negaciones de Cristo mas radicales que conozco.
Lo trato aquí: http://layijadeneurabia.com/2010/01/17/visita-de-benedicto-xvi-a-la-sinagoga-de-roma/
No he visto que en Infocatolica se toque este tema, aunque sí hay varias referencias a la visita, casi todas elogiosas. O pasó inadvertido a editores y blogueros, o no se le dio importancia, o se prefirió poner sordina.
Me parece injusto que se denuncie y arremeta contra el cisma de quienes comparte con nosotros TODO el contenido teológico del catolicismo antes de conocer sus razones y se acepte o elogie el diálogo, incluso las celebraciones semiliturgicas con quienes rechazan a Cristo de forma obstinada. No tengo palabras para la aceptación de la blasfemia como declaración de fe. Esto último se refiere a Zenit, no a Infocatólica.
Voy a acabar como acaban los artículos que Radio Cristiandad publica de Monseñor Williamson: Señor, ten piedad. De todos nosotros, por supuesto. Y de mi el primero, y no lo digo por repetir frases hechas.
Cordialmente.
Fue Juan Pablo II el que dijo que la Esperanza de los judios en la venida del Mesías, no es en vano. La Segunda Venida de Cristo es dogma de Fe, aunque ya no vendrá como cordero de Misericordia sino como Rey y Juez.
Se perdieron el Rey de Amor y tendrán, al igual que nosotros que pasar por el aro del Rey de Justicia.
Podríamos meditar muchísimo sobre eso, y qué ocurrirá con los musulmanes que tambien esperan esa venida. Sobre todo, porque antes tiene que venir el Anticristo... que convencerá a muchos.
Con los judíos ocurre como con los protestantes (no evangélicos) si te acercas a ellos con cariño y buena voluntad: son más ellos los que se convierten al Catolicismo que al revés.
1Co 9,20
Con los judíos me he hecho judío para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley, como quien está bajo la Ley - aun sin estarlo - para ganar a los que están bajo ella.
Y con eso me basta.
En relación a la venida del Mesías, dado que san Pablo habla en Romanos de una conversión final de los judíos, no es una barbaridad pensar o sugerir que en la Segunda Venida de Cristo los judíos todos, esta vez sí, le acepten como Mesías.
No obstante, el núcleo duro del lefevbrismo rechaza de plano todo el concilio vaticano II, no sólo abusos generalizados del postconcilio, o algunas de sus ambiguas expresiones. Lo rechazan por entero, lo consideran inválido (¡un concilio de 2400 obispos!) y lo que pretenden es que el papa lo repruebe formalmente. Así, por sus narices. Estos son los de la dura cerviz que decían las escrituras, como los judíos a los que tanto les gusta criticar.
Esta gente va camino de convertirse en una reedición de los veterocatólicos y acabar desapareciendo, marginados y ahogados en su propia soberbia. Con todo, creo que el Papa hace muy bien negociando, pues muchos de ellos son perfectamente recuperables: católicos llenos de amor por la Tradición de su Iglesia. Y además, con el asunto de la misa tridentina y los abusos litúrgicos, tienen bastantes argumentos razonables.
Pero está claro que con seguridad va a quedar un reducto de gente como Williamson (rezo por que no sea así), tercos y rebeldes a la autoridad apostólica, que se van a condenar ellos solitos.
Otro tanto sucedería tras Nicea con los semiarrianos y, bueno, allá cada cual.
Aquí la cuestión sangrante es que el Papa está dando mucho, demasiado, a todos estos desalmados obispos que tiene a uno y otro lado, desde Williamson hasta el de Viena, pasando por algunos casos intermedios que completan todo el intervalo, con todos los matices, de la infidelidad al Sucesor de Pedro.
El Papa ha reconocido dos posturas de la FSSPX: la Liturgia (permitiendo el Usus Antiquor, que nunca fue abolido, pero como si lo hubiera sido) y la continuidad doctrinal (hermenéutica de la continuidad). Ahora los lefevrianos están en la tesitura de ser ellos generosos y ceder ante la nueva inclinación pastoral, estrictamente pastoral, de la Iglesia tras el Concilio.
Y si no son generosos, pues bien están fuera.
Porque aquí, lo único deseable de la unión de los lefevrianos con la Iglesia es el propio bien de éstos.
"En relación a la venida del Mesías, dado que san Pablo habla en Romanos de una conversión final de los judíos, no es una barbaridad pensar o sugerir que en la Segunda Venida de Cristo los judíos todos, esta vez sí, le acepten como Mesías."
A mí esta reflexión me parece dudosa. ¿Qué impide que este argumento lo usemos también para musulmanes, para otras religiones o incluso para ateos? A mí las Escrituras me sugieren constantemente que el momento de la conversión es nuestro paso por la Tierra, y que a partir de ese momento todo queda a expensas de la misericordia de Dios. Las enseñanzas de Cristo urgen constantemente a la conversión inmediata, porque "el Reino de los Cielos está cerca", mientras que cuando habla del Juicio Final, siempre lo describe como un proceso de purificación, recompensa o castigo, y así lo enseña el Magisterio. No se desprende en ningún caso una laxitud de "ya te convertirás cuando veas al Hijo del Hombre en su plena Gloria".
LF:
nachet, ese argumento no se puede usar para musulmanes y ateos porque la Escritura habla de la conversión final de todos los judíos -que sospecho que debe ser milagrosa- y no de la de aquellos. El Catecismo recoge también ese punto.
Tu interpretación es confusa, y, peor, puede justificar las equivocidades judaizantes de consentir hablar del Mesías como no advenido, el gran riesgo de toda judaización o complacencia con la Sinagoga. Como dice Santo Tomás, se ha de evitar toda palabra o gesto que sugiera que el Mesías no ha venido. Incluso con los judíos.
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LF:
No es "mi" interpretación. La leí por primera vez en una web católica de EEUU bastante buena y plenamente ortodoxa. Además, una cosa es que se pueda pensar que los judíos que vivan en la Segunda Venida de Cristo le reconozcan y otra muy distinta pensar que los que viven hoy no tienen que hacerlo para ser salvos. En ese sentido, un judío tiene que hacer exactamente lo mismo que un no judío: creer en Cristo, bautizarse y profesar la fe su Iglesia.
Para empezar, el hecho de que despidieran al Papa con esa horrorosa (al menos para mí) insistencia en el rechazo a Cristo refuta la pretensión de que el acercamiento da sus frutos. Desde luego, pensar que el Mesias a que se refieren los judios en esa "declaración de la fe" es el Cristo de la Parusía es pensar en lo excusado. Tras Cristo, la esencia del Judáismo ha sido el rechazo de Cristo. Como muestra pongo la aversión que disienten por los "judíos mesiánicos" (los Jews for Jesus). Todos los judíos, incluidos los ateos, están de acuerdo en que estos han dejado ipso facto de ser judíos.
Seré mas concreto. ¿Porqué esa condena fulminante de la FSSPX cuando se paga tanta obsequiosidad a quienes insisten en rechazar a Cristo de plano?
¿No es más escandaloso que se acepte semejante rechazo a Cristo en un acto oficial del Papa su Vicario?
¿No es más escandaloso que una agencia católica de noticias califique a esa blasfemia (en mi opinión) de "profesión de la fe"?
No os sintáis obligados a responderme, no tenéis ninguna obligación. Solo os pido que reflexionéis sobre ello. No obstante, si respondéis, os rogaría que fuérais al quid de la cuestión.
No trato de discutir por discutir. Tengo gran interés en comprobar la calificación razonada de la conducta del Papa (o, en su caso, de quien acordó el protocolo de la visita) y la de Zenit. Como he dicho, para mí, son escandalosas, pero estoy abierto a pruebas y razonamientos que me contradigan.
Respecto de los musulmanes, también reservaron "al profeta Jesús" el anuncio del final de los tiempos. Curiosamente, eso solo tendría lugar tras la desaparición de los judíos, no necesariamente tras su conversión, es suficiente su eliminación física:
Hadiz 13. 1822: Se transmitió de Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
"No llegará la Hora hasta que los musulmanes no combatan a los judíos. Y los judíos se escondan tras las rocas y los árboles. Pero, las rocas y los árboles dirán:
‘¡Oh musulmán, aquí hay un judío tras de mí, ven y mátalo!’ Exceptuando de entre los árboles al ‘garqad’* que es un árbol de los judíos."
Tremendo. Es de Webislam.
> Aceptación de declaración de rechazo a Cristo en un acto oficial del Papa.
> Calificación por una agencia católica de noticias de una blasfemia (a mi entender) como "profesión de la fe".
El trato diferente, obsequioso a unos frente a más que desabrido a los otros, lo dejo al criterio moral de quienes lo practican. No seré yo su juez, que también tengo lo mío.
En cuanto a la Fraternidad de San Pío X, yo asisto al Santo Sacrificio de la Misa en una de sus parroquias, ya que el obispo local le tiene inquina a la forma Extraordinaria y ha autorizado UNA misa por año, a la
que también asisto. En esta diócesis, el motu propio duerme el sueño de los justos. Yo tengo plena confianza en el Santo Padre , pero en la curia son muy marrulleros, el día menos pensado, vuelven a abolir, prohibir, suprimir o condenar el usus antiquor y éso sí no se va a poder. Los revolucionarios no van a parar. Quizás se están tomando una vacación, pero ya se han oído rumores del V 3 y está de dar miedo. Peor si queda como papa un Sistach, un Schoenborn o un Mahoney. Tenemos plena confianza en Monseñor Fellay. Y rezamos para que las pláticas lleguen a feliz término, a pesar de los profetas del desastre.
Ahora bien ¿y qué? Saberlo lo sabemos y actuar actuamos en consecuencia porque que yo sepa la oración del Viernes Santo por la conversión de los judíos no ha desaparecido nunca del Novus Ordo, aunque a veces haya que animar al cura a que la haga porque el Novus Ordo permite formas abreviadas de casi todo (yo mismo le he "animado" alguna vez).
Ni el Papa ni nadie con dos dedos de frente se espera que un judío le recite el Credo de Nicea. Esa ""profesión de Fe"" es un simple acto de claridad por parte de los rabinos de Roma de cara al mundo judío. Me dirás: claridad de la que carece la Iglesia. Bien, puede ser...
Yo ya he dicho en varias ocasiones que lo de "hermanos mayores en la fe" me parece un desacierto del anterior Papa. Lo de la visita a las sinagogas es también un error, creo que las "conversaciones" se deben llevar a cabo en otro plano y en otros ámbitos (como por ejemplo el fascinante intercambio de ideas entre Ratzinger y un rabino en su "Jesús de Nazareth").
La Iglesia debe desear la conversión de los judíos igual que san Pablo lo deseaba, sin paliativos, sin medias tintas.
Por razones de discreción ahorraré nombres y detalles, pero una persona cercana, que conoce a algún judío y le trata asuntos de dinero y legales, me contó en una conversación que le había confesado ese judío que ellos, en cierta manera, "saben" que lo de Jesús debía ser cierto, pero que por no renegar de su identidad, su propia mente les prohibe reconocerlo.
Seguro que debe ser exagerado el cuadro, pero igual aquel judío contaba algo de verdad, o intuía cambios en su pueblo.
Jesrusalem está así, así, pero Israel ha vuelto a su Patria al cabo de 2000 años. La cuenta atrás ha comenzado.
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Un cuadro gracioso, antes de la 2ª venida:
Viene el anticristo, lo aceptan musulmanes, judíos, budistas, hindúes, no digamos los masones y New Agers, así como tropocientos católicos light (ese seguro que deja abortos, divorcios, sexo barra libre, nada de confesiones etc, etc). Sólo unos pocos de ultracavernícolasfascistoidestridentinosmachistasyxenofobosfranquistas lo rechazamos en solitario.
La que nos va a caer! :-)
Estoy convencido de que si el Papa mañana decretase la adhesión de la Santa Sede al marxismo-leninismo, no faltaría quien interpretase esa decisión "a la luz de la Tradición", hablándonos sobre la tan manida y dúctil "hermenéutica de la continuidad", que todo lo justifica.
No tiene nada de gracioso, pues ese pensamiento tuyo, ese desprecio respecto a los demás y esa soberbia respecto de lo propio, ya es darle la mano a Satanás. No te olvides que los fariseos se consideraban limpios, puros y los únicos dignos de Dios, estando convencidos que los otros no eran agradables a Dios.
Un cordial saludo.
Si tu crees igual el seguir al anticristo que al Cristo, o que las diferencias son pocas, hale con ello. Pero yo no tengo confusión al respecto.
Quien está mirando siempre a Roma, al Vicario de Jesucristo y bajo el manto de la Iglesia que tiene su Roca en Roma, se sabe completamente a salvo de todo. Y ello por gracia de Dios, que no mérito propio.
Los que andan como cañas que mece el viento, ávidos de novedades, detrás de uno y de otro, serán carne de cañón facilona para todos los anticristos que ya están entre nosotros. Jesús fue clarísimo al respecto, y durísimo tambien. Algunas no aguantaban la espera, y se les apagaron las velas.
De soberbia nada, de gratitud a Dios y sano y legítimo orgullo, todo. Estar seguros, segurísimos, es exactamente lo que quiere Dios. Y "nuestro Dios, no es un Dios de confusión".
Su postura es discutible, pero tal postura hay que entenderla desde una sincera e insobornable lealtad a sus convicciones, informadas a su vez por una absoluta ortodoxia católica. No detecto, por tanto, sombra alguna de soberbia, a menos que se entienda por soberbia señalar las incompatibilidades que él observa entre la Tradición de la Iglesia y su situación actual. Y, al menos en parte, me parece indudable que tiene razón.
Aunque algunas de sus actuaciones repito que me parecen discutibles, no pienso formular ninguna censura contra él mientras Masiás, Torres Queirugas, Lehmanns, o Josep Mª Solers sigan en sus puestos. Personajes como ellos son justificaciones permanentes para las afirmaciones de M. Williamson.
No, yo no creo eso, pero lo que sí que creo es que yo no soy quién para emitir juicios de salvación o condenación eterna, más aún cuando la misma Iglesia ya ha dicho que personas que no conizcan a Cristo pueden salvarse. Y si ni siquiera la misma Iglesia se ha permitido nunca la afirmación de que alguien en concreto se ha condenado, ¿como se puede hacer eso respecto a miles de millones de personas?.
Recuerda además que según juzgues, serás juzgado; aunque solo fuera por eso, yo tendría más precaución y dejaría esos temas a Dios.
Un cordial saludo.
El que se consideraba justo a sí mismo daba gracias a Dios con legítimo orgullo por no ser como "los otros", los pecadores. ¿Te suena a algo?
LF:
Qué cantidad de cismáticos lefes se cuela por el portal; cismáticos a quienes todo lo relacionado con Benedicto XVI, con la misma hermenéutica de la continuidad y, claro, el CVII, les causa erisipela y diarrea. Pero claro, se creen listos, pues van de anguila escurridiza.
Y hasta es capaz de detectar diarreas...
La "hermenéutica de la continuidad" de voluble no tiene nada.
Quiere decir simplemente que las palabras del Vaticano II han de entenderse sólo a la luz de la Tradición de la Iglesia y nunca en contra de ella ni fuera de ella.
Me parece que Benedicto XVI tiene un plan que si por gracia de Dios se le da, permitirá la integración de lo más rescatable del lefebrismo y esto, a su vez, impulsará definitivamente la consolidación de la re-reforma.
A mi juicio Mons. Williamson no integra lo más rescatable del lefebvrismo.
a-Te voy a cobrar derechos de autor.
b-¿Qué tiene de malo conversar con cismáticos y lefes?
No veo que los lefevristas tengan nada que aportar a la Iglesia, para eso hay otros movimientos tradicionalistas fieles a la Iglesia y nunca cismáticos, que a mi parecer constituyenla verdadera "PRIMAVERA DE LA IGLESIA" (en contraposición a esa pseudoprimavera: kikos, legionarios, opus, lumen Dei, etc).
En tdo caso la Iglsia les aportará a los lefevristas aquéllo de lo que carecen por culpa propia: la catolicidad.
Por eso, por eso...
Ricardo:
A mi también me llama la atención, igual que a Yolanda, y no es entrar en juicios; como me llama la atención en otro lado que se cuelen de otro tipo...
Un cordial saludo a ambos.
Tantas veces pongas lo de Elías, tantas veces te lo borraré.
23/01/10 6:35 PM
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-Dame una razón válida. Y lo aceptaré.
Yo hablo de lo que sé, pese a quien pese. Y ni tú ni nadie, hasta la fecha, me hecho callar.
Por lo demás: porqué me provocas con tus comentarios que no entiendes: Tales como la que sigue,.."no es una barbaridad pensar o sugerir que en la Segunda Venida de Cristo,..
a- Eso de los derechos de autor, ¿por qué lo dices? Mi no comprender...
b- No, si dialogar en sí no tiene nada de malo a priori. Pero luego ves los resultados de tanto diálogo y... Fíjate en los ejemplos: algunos empiezan dialogando con ellos y acaban siendo de ellos; dicen que no, pero lo son, se les nota mucho, mucho, mucho, sólo que, como van de anguila escurridiza, hacen como que no, pero se les nota igual. Sobre todo en la erupción de una placa eritematosa purpúrea con denso infiltrado inflamatorio dérmico, hasta con pústulas y abscesos en la cara... que les produce el CVII.
;)
No me sonrojes, hombre. Recibir ese reconocimiento (está feo que yo misma diga que es merecidísimo)de parte nada menos que del único ser humano, fuera del Nuestro Señor y Nuestra Señora, que puede tirar la primera piedra y todas las piedras del mundo.... ¡es tanto honor! ¿Ves? Ya has conseguido que me emocione, snif...
Pero sí, para qué vamos a engañarnos, Infocatólica está de enhorabuena al contar con esta humilde comentarista tan lista; pero no exagere, que nunca he dicho que mi catolicómetro sea infalible, aún tiene fallos, pero lo estoy perfeccionando. De momento no falla detectando cismáticos, pero acabará detectando falsos no-pecadores. Todo se andará.
Yolanda, para ti la hermenéutica de la continuidad.
____________
¡Gracias! Pero, ¿para mí sola? No, ¿verdad? ¿Podré compartirla con todos los católicos , con los de verdad, con los no cismáticos?
Con eso te digo todo... o parte.
Para que veas la gracia que me haces.
Como correctivo que es, no es en sí más que un instrumento intelectual provisorio, que tarde o temprano, cuando se vuelva a la normalidad, deberá ser descartado. Tampoco es valido universalmente, sino para aquellos que han sido seducidos por el espíritu del concilio. Quienes siempre se han mantenido en la profesión de la fe ortodoxa y la praxis ortodoxa no requieren dicha hermeneutica.
¿¿¿¿Qué?????. ¡A ver, a ver, aver...!. ¿Que mandan correos para que contestes??. A ver, calma...voy a dar un vistazo.
Un cordial saludo.
Parece que vienes con ganas de discutir por discutir. Yo ni he hablado ni siquiera estaba en mi mente hablar de condenaciones. Tan solo era un vistazo terrenal a la que se puede "formar" cuando el Anticristo llegue y ENGAÑE a casi todos... menos unos pocos.
Y eso si es que es una persona y los relatos de los santos son acertados.Pero mira, con tal de no discutir contigo... lo borro todo!.
"Dije buho!, dije buho!"
Dos cosas malas no hacen una buena.
Comentario de Álvaro
Yolanda, a mí el Concilio Vaticano II me produce la misma repulsión que a ti toda la Tradición católica previa. Ni más ni menos. Y sí, para ti el modernismo. A mí no me interesa.
23/01/10 9:30 PM
_____________
A mí toda la Tradición católica previa al Concilio no me produce repulsión ninguna.
Ergo...
Pues yo creo que mientras existan los problemas de interpretación de la letra del Concilio Vaticano II la hermenéutica de la continuidad va a ser necesaria.
Prueba palmaria de ello es la propia declaración Dominus Iesus.
En fin, el CV-II está ahí y ahí estará para siempre con todas sus virtudes y con sus defectos, que necesitan y necesitarán siempre de la hermenéutica de la continuidad.
No es una mera herramienta metodológica, es imprescindible.
Sigo teniendo confianza en que Monseñor Fellay, de lejos el más inteligente y sensato de los cuatro obispos lefebvristas, impondrá el sentido común sobre la mayor parte de la Fraternidad. La Iglesia, y sobre todo el Señor, sabrá agradecérselo.
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Ojalá. Pero, si lo pensamos despacio, ¿qué justificación ha habido para todo lo que ha hecho Lefebvre?
¿Qué piensan realmente del Concilio Vaticano II? Ergo, de la misión del magisterio de la Iglesia...
¿Qué piensan realmente sobre la validez de la reforma litúrgica?
Es que al final, los cismas suelen terminar en herejías.
Mons. Fellay me parece una persona sensata. ¿Le seguirán los suyos?
El texto del Concilio está diseñado, igual que la SSC, para desarrollarse dentro de la Tradición, en continuidad y sin ruptura.
Lo que pasa es que a una parte del mundo católico el V-II le trató como a adulto, pero esa parte no estaba preparada para tal trato, y la respuesta ha sido nefasta.
LF:
Bueno, no he hablado de que la excomunión sea automática, pero si se penó así a Lefebvre me parece que se penará igual a Williamson o cualquier otro obispo lefebvrista que ordene a otro obispo contra la autoridad del Papa.
Sólo plantear esos "casos de necesidad" frente a toda la Iglesia es ya una injuria.
Para ser honestos, no fue así. La idea del Concilio fue mal concebida, el Concilio fue mal preparado (se tiraron a la basura los documentos preparados por la Curia), mal organizado y mal informado. Los peritti conciliari cuentan con nombres, como redactores de los esquemas, tales como Schillebexc, Kung, Haring, Congar, etc.
Los textos fueron escritos en forma deliberadamente ambigua, para poder hacerlos susceptibles de la interpretación posterior "a la luz del Espíritu del concilio". De hecho, el "evento" Concilio fue la excusa para darle un giro antropológico a la religión teandrica catolica: el Concilio se inauguró con una diatriba de Juan XXIII contra los "profetas de calamidades", es decir, arrojando a los perros toda la resistencia intelectual del catolicismo al pensamiento moderno; y se clausuró con un discurso de Pablo VI, aclarando que "nosotros también tenemos el culto del hombre", y diciendo que entre el humanismo ateo y el humanismo cristiano no había ocurrido la confrontación.
En fin, tenemos que enterrar, de una vez y para siempre, la etapa conciliar. Los textos no contendrán herejías, pero están empapados, intoxicados, de un espíritu de claudicación, de palabras innúmeras, de falta de un norte claro, de una redacción unívoca. No hay mayor problema en prescindir, gradualmente, de ellos, como quien abandona una etapa traumática de su vida. No de otra forma, la Iglesia superó la crisis arriana, dejando de lado los esquemas mentales y verbales que presidieron el oscurecimiento del pensamiento católico.
Pese a todo y pese a las frases sacadas de contexto de Juan XXIII y Pablo VI, el Concilio Vaticano II es un Concilio Ecuménico en donde se debatieron numerosos temas que inquietaban al orbe católico. El comentario de Luis me parece que no aprecia ni los esfuerzos que se desarrollaron en dicho concilio ni, por supuesto, que dicho concilio y sus disposiciones fueron "iluminadas" por el Espíritu Santo.
En este tipo de cosas a veces caemos en la trampa de observarlas como un "negocio" de los hombres obviando la presencia de Dios en la Iglesia.
Este es un gravisimo error y una evidente contradicción de esos lefebvristas o lefebvrianos que se dicen fieles católicos.
Por lo demás y despues de leer el excelente análisis de Luis Fernando a mi me queda la impresión de que, si Dios no lo remedia, los lefebvristas correrán la misma suerte de esos veterocatólicos que rechazaron las disposiciones del Concilio Vaticano I. Actualmente estan en comunión con la Iglesia Anglicana y con la ortodoxa, niegan la Inmaculada Concepcion, la Asuncion de María y no tienen inconveniente en ordenar mujeres como presbiteras.
Al igual que hacen los lefebvristas rechazan todas las disposiciones de la Iglesia después del Concilio Vaticano I ( los lefebvristas rechazan las del Vaticano II) y de igual modo estos veterocatolicos basan sus propuestas en la Tradición de la Iglesia.
Por supuesto, y al igual que los lefebvristas, se consideran católicos.
Un saludo,
Rovirosa.
En cuanto a los lefebvrianos, en mi modesta opinión, algunos de ellos están haciendo un flaco favor a la Tradición con esa manía de pretender que Roma peregrine penitente a Econe.
...................
Por favor, no compare un concilio dogmático con uno pastoral. Los lefebvrianos cometen unos cuantos errores, pero ninguno doctrinal: no niegan ningún dogma, ni concilio dogmático alguno.
Todo Concilio implica enfrentar y superar una crisis de paradigma catolico, enfrentado con el mundo. Los concilios, habitualmente, han inaugurado una etapa de postcrisis, en la cual la tensión de la Iglesia queda absorbida por las bases programáticas de ese Concilio. Por supuesto que los aciertos de ordinario superan a los side-effects, pero hasta Trento los tuvo. Cristalizó y sistematizó en forma un poco recortada la doctrina y sobre todo la moral católica, racionalizó quizas demasiado el mysterion, le quitó el aspecto más oriental a la praxis católica. El balance es bueno, pero ciertamente la etapa postconciliar tridentina tuvo varias deficiencias.
El Vaticano II, en parte reaccionó contra cierta esclerosis y cierto espíritu del concilio tridentino, no del concilio en sí, sino del barroco, la escolástica decadente, el casuismo moral, y en fin, el espíritu de guetto y la clausura del catolicismo pacato decimonónico. Desgraciadamente, la reacción consistió en pasar del "desprecio del mundo" a la "postración frente al mundo", como observó en su mea culpa El paisano de la Garona el progre arrepentido Maritain.
Dejar abierta una etapa conciliar en forma indefinida no es Lo ideal es salir de la crisis, no eternizarse en ella.
Hay que cerrar la etapa conciliar. El Concilio ya es viejo, quizás más viejo que cualquier otro Concilio, por lo mismo en que porfió en ser moderno. El mundo cambió enormemente en estos cincuenta años.
Hablar de la Guerra Fría, los viajes interplanetarios o la descolonización es más viejo que definir la naturaleza cristológica ortodoxa, o la posibilidad de nuetra razón de acceder a la existencia de Dios. No hay nada más transitorio que lo actual, y eso marcó fuertemente de temporalidad un Concilio que quiso ser una estrategia de apertura a un hombre moderno que en realidad no existía. El humanismo no floreció en humanosmo integral, siguió la deriva del antropocentrismo moderno y devino humanismo antropolátrico y ateo.
Esa fue la apuesta fallida de Maritain y Pablo VI, y la estamos pagando. Sencillamente, se equivocaron.
El dogma católico prevé la asistencia necesaria del Espíritu Santo para que no ingresen errores en las declaraciones dogmáticas. No previene que la Iglesia sufra en diversos estamentos, intoxicaciones con el espíritu del mundo, judaizaciones, paganizaciones o simplemente errores estratégicos o tácticos, o se equivoque en la apreciación de las circunstancias históricas del mundo.
De hecho, basta recurrir a diversos trances históricos para advertir hasta qué punto se puede ofuscar la verdad y la praxis católica sin por ello comprometer la indefectibilidad del magisterio catolico.
Algunos creen que la Historia es la Voluntad de Dios, y la Historia de la Iglesia, la Historia de la Voluntad de Dios. Pues tendrían que matizar un poco, so pena de caer en un hegelianismo enragé.
Y leer más Historia de la Iglesia, que parece muy prolija desde Trento hasta aquí, pero que en algunas épocas muestra hasta donde se puede llegar.
Dogmático o "meramente" pastoral, el Vaticano II es un Concilio Ecuménico donde miles de jerarcas presididos por el Papa y en plena comunión con él, desarrollaron una serie de Constituciones, Decretos y disposiciones no con la intención de aconsejar u orientar a sus fieles sino como medio de definir muchos aspectos de nuestra fé y con la pretensión de que toda la Iglesia, unida con Pedro, siguiese la misma senda.
En cuanto al sufrimiento de la Iglesia y sus terrenales tribulaciones no pretendo que el Espíritu Santo ilumine todos y cada uno de los actos de sus obispos y papas pero te recuerdo que estamos hablando de un Concilio Ecuménico.
En cualquier caso las disposiciones de este Concilio fueron tomadas por un amplisimo consenso ( solo hace valta observar los resultados de las votaciones) y se espera de los fieles católicos que atiendan al buen criterio de sus pastores con la confianza de la que son merecedores.
No puede ser que nuestros pastores nos guien en una dirección y el pueblo camine a su antojo por senderos tortuosos e inciertos que no se sabe a donde conducen.
Ah, estupendo, si hubo un amplísimo consenso entonces todo tiene que ser bueno a la fuerza, ¿no? Ya se sabe, cuando la mayoría se pronuncia, ahí está la verdad.
Me encantan las mentalidades demo(nio)cráticas.
es de personas inteligentes desandar el camino cuando se advierte que se han desviado. No creo que ni el consenso, ni el criterio de los pastores de hace cuarenta años, ni la influencia de los peritti conciliares Kung, Schillebexc, Haring, Congar et alii, justifique seguir insistiendo por vías que han probado su ineficacia y su infecundidad.
Al Concilio, ni derogarlo ni exaltarlo. Simplemente dejarlo ahí nomás, en su lugar en la procelosa historia de la Iglesia, como tantos eventos complejos en los cuales reinó la confusión, sino en los textos, sí en la forma de redactarlos y sobre todo de "venderlo" en una siniestra simbiosis medios-jerarcas progres que produjo la sensación de un "giro antropológico" en la fe católica.
Y cerrar ya la etapa conciliar. No hace falta pasar la fe católica por el cedazo de un Concilio que quiso adaptarse y dialogar con una época ya muerta y enterrada.
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