El pan de vida... que a veces mata. La recepción eucarística en un villancico hispánico del siglo XVII
En estos tiempos en que eminentes prelados, con inaudita audacia -como se diría en el lenguaje eclesiástico de antaño-, vienen deslizando caliginosas sugerencias respecto a la recepción eucarística, puede ser una buena idea acercarnos a uno de los tantos villancicos de tema eucarístico que en lengua castellana se compusieron a lo largo y ancho del mundo hispano.
Si algo caracteriza a la música litúrgica de la España peninsular y americana entre los siglos XVI y XVIII es el predominio de dos temas: lo mariano y lo eucarístico. Al igual que ocurría desde tiempo atrás en Navidad, también en estas festividades los maestros de capilla se dieron a la composición frecuente de villancicos. Estos villancicos, en lo que al uso litúrgico se refiere, son composiciones en lengua vernácula y de estilo musical más cercano a lo popular. Se admitían en el oficio de Maitines como sustitución de los responsorios latinos previstos por el ritual como contestación -responsorium- a las lecturas bíblicas y patrísticas.
No es difícil deducir que el predominio de lo mariano y lo eucarístico tiene mucho que ver con el denodado esfuerzo mantenido por España frente al protestantismo. Por especial impulso de los Reyes Católicos, y muy especialmente de Isabel, había sido corregido en sus reinos el indudable marasmo de mediocridad espiritual, moral e intelectual que aquejaba a la Iglesia en los finales del siglo XV. De este modo, España hizo su propia Reforma católica antes de Trento, lo cual le concedió un papel destacado tanto en el concilio como en la gestión geo-política del terrible enfrentamiento acaecido en Europa a resultas de la rebelión germánico-luterana.
Como consecuencia de ello, el espíritu de afirmación de aquellos puntos de la fe católica rechazados y ridiculizados por el protestantismo informó fuertemente la cultura hispánica, sobre todo en el tránsito del siglo XVI al XVII.
Es en este momento histórico cuando encontramos al importante músico catalán Joan Pau Pujol. Nacido en Mataró en 1570, Pujol fue maestro de capilla en lugares tan importantes como la catedral de Tarragona, la basílica del Pilar de Zaragoza (1595-1612) y la catedral de Barcelona (1612-1626).
Además de música compuesta en un excelente estilo litúrgico (polifonía vinculada al canto gregoriano), Pujol, al igual que sus compañeros de oficio de la España de entonces, también escribió cerca de cien villancicos, de los que tan sólo se han conservado dos decenas.
Uno de ellos es el que les presento a continuación. Trata acerca del daño que causa al alma recibir la comunión fuera del estado de gracia. Como es propio del género del villancico, lleva su letra en lengua vernácula (en este caso el castellano). Para ubicar mejor su comprensión, recordaremos brevemente algunas referencias sobre el tema, que sin duda estaban en la mente de Joan Pau Pujol y los contemporáneos que interpretaron y escucharon este villancico.
La doctrina expresada en el villancico la encontramos reflejada, por ejemplo, en la conocida oración post-Missam de Santo Tomás de Aquino:
(…) Et precor, ut haec sancta communio |
(…) Y te suplico que esta santa comunión |
non sit mihi reatus ad poenam, |
no sea para mí causa de castigo |
sed intercessio salutaris ad veniam. (…) |
sino intercesión saludable para el perdón. (…) |
Los protestantes, entre otras cosas, atacaron fuertemente la doctrina católica sobre la Eucaristía, lo que llevó al Concilio de Trento a definir (canon XI sobre la Eucaristía):
Si alguno dijere, que sola la fe es preparación suficiente para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía; sea excomulgado. Y para que no se reciba indignamente tan grande Sacramento, y por consecuencia cause muerte y condenación; establece y declara el mismo santo Concilio, que los que se sienten gravados con conciencia de pecado mortal, por contritos que se crean, deben para recibirlo, anticipar necesariamente la confesión sacramental, habiendo confesor. Y si alguno presumiere enseñar, predicar o afirmar con pertinacia lo contrario, o también defenderlo en disputas públicas, quede por el mismo caso excomulgado.
Después del concilio tridentino fue reformado el Breviario Romano, en el que se contiene el Oficio Divino. En la liturgia de los maitines del Corpus Christi estaban incluidas algunas referencias a las condiciones para acercarse a la comunión.
Así, la tercera lectura del primer nocturno recoge el conocido pasaje de San Pablo en el que se expresa tal doctrina (1Corintios, 11, 27 y ss.):
De modo que quien comiere el pan o bebiere el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.
Pero pruébese cada uno a sí mismo, y así coma del pan y beba del cáliz, porque el que come y bebe, no haciendo distinción del Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.
Y más adelante, en la segunda lectura del tercer nocturno, San Agustín insiste en la misma idea (Tractatus 26 in Ioannem):
(…) Y por eso, el que no permanece en Cristo, y en quien no permanece Cristo, no hay duda de que ni come espiritualmente su carne ni bebe su sangre, aunque carnalmente y visiblemente muerda con sus dientes el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo.
Por el contrario, es más bien para su juicio que come y bebe tan alto sacramento, porque no estando limpio se atreve a acceder al sacramento de Cristo, el cual nadie toma dignamente sino quien esta limpio; de los cuales se dice: dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.
Decíamos antes que los villancicos traen su origen de la función de sustituir los responsorios en latín por composiciones en la lengua coloquial. En muchos casos se percibe cómo la letra del villancico reproduce más o menos las mismas ideas que contiene el responsorio al que sustituye. Esto no parece ocurrrir aquí, al menos si atendemos a los responsorios de los maitines del Corpus Christi.
Puede deberse a que este villancico no fuera concebido para los maitines del Corpus, sino para cantarse en algún otro momento. O podría ser también que, dado que los villancicos estaban destinados especialmente al pueblo -que asistía numeroso a las grandes solemnidades y muy especialmente el día del Corpus-, el autor hubiese decidido primar una catequesis directa y práctica. Así, mientras los responsorios latinos van meditando de un modo más profundo los pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento en los que se prefigura o se habla de la Eucaristía, este villancico se centraría en recordar algo básico que debían saber los fieles sin especiales conocimientos de latín o teología: las condiciones en que debían estar para poder acercarse a la comunión.
En lo musical, el villancico del Joan Pujol muestra diversas características propias de la música española del barroco temprano. Encontramos un ritmo ternario ágil con alternancia frecuente y un tanto abrupta entre el ritmo larga-breve (“blanca” - “negra”) y el ritmo breve-larga (“negra” - “blanca”).
Otro elemento muy característico es el llamado ritmo de hemiolia, frecuentísimo en la música de corte popular y paralitúrgico en la España del siglo XVII. Consiste este ritmo en que, en el compás ternario, en lugar de agruparse los tiempos de 3 en 3, como es habitual, se agrupan de 2 en 2. Es decir, que un grupo de dos compases, en lugar de ser 3 + 3, lleva los acentos de modo que los tiempos se agrupan 2 + 2 + 2. Esta explicación será seguramente un poco difícil de entender para aquellos que no tengan conocimientos de música, pero les aseguro que se trata de un ritmo fácilmente reconocible en la música popular. Ciertamente no tanto en esta música, que, a pesar de su inspiración popular, entra dentro de la categoría de la música “sabia”, escrita por músicos profesionales y destinada a intérpretes de cierta cualificación como eran los miembros de las capillas de música de las catedrales e iglesias importantes.
Por lo demás, es una pieza musical de muy buena factura, en la que Pujol demuestra su absoluta competencia como compositor en el manejo del contrapunto. Es un ejemplo representativo del estilo musical propio y característico cultivado en los reinos de España antes de que el triunfo de la Ilustración de corte francés trajera la uniformización estilística a todos los países según el modelo italiano.
En este vídeo pueden escuchar esta hermosa composición. Un recuerdo más de cuando la belleza tenía un lugar propio dentro de la liturgia de la Iglesia para la comunicación nítida de la verdad. Justo debajo aparece la letra, para que la puedan seguir mejor.
10 comentarios
El nos ama y nos quiere junto a Sí, pero nos ha dado los medios para quitar el mayor obstáculo que nos separa de su Amor: el Bautismo y la Confesión o Reconciliación, o Penitencia con las condiciones requeridas.
Desea que todos nos salvemos, y lo recibamos en la Comunión, pero arrepentidos y limpios de nuestras miserias personales. La Unión con Dios la impide el pecado mortal, no arrepentido y perdonado en el Sacramento de la Penitencia. Y Así, la Comunión MATA, no vivifica.
Hemos llegado a esto, porque nos hemos olvidado de los Novísimos y solo pensamos egoístamente en nuestra satisfacción. Y por no haber verdadera fe en la presencia real, verdadera y sustancial, Los Pastores, solo quieren agradar a los hombres, no Adorar, respetar agradecer y cuidar con verdadero Amor dela Eucaristía. No buscan la Salvacion de las almas, sino su prestigio, y son pastores ciegos que guian a la condenación.
No giramos alrededor del Sagrario a todas horas, sino a la "ley del gusto".
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RdT: De acuerdo en general con lo que dice, pero creo que se ha excedido con su juicio universal sobre "los pastores", así, sin distinguir. Es de justicia reconocer la existencia y acción de pastores buenos, aunque de los otros haya no pocos, y bien locuaces.
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RdT: Muchas gracias, Eduardo. La verdad es que ha sido una alegría poder atender de nuevo el blog.
Es una alegría muy grande que pueda estar,de nuevo en el Post. es muy hermoso, todo, y muy cierto, cuando se medita que la SAGRADA EUCARISTIA, ES DIOS MISMO, FRUTO de SU PASIÖN Y MUERTE,con la Santisma Virgén Maria, como corredentora, por excelencia, a ese amor infinito, le corresponde un infierno infinito, muy bueno lo de San Agustín!!!
Es asi!!!!!Permanecer en CRISTO, y en Su Palabra extendida, a través de siglos, en el divino Magisterio.En La Iglesia.
Poder escuchar la belleza es una alegria!!!!!Inmensa, saludos a sus hijos.
Que Dios lo bendiga y lo haga con la Iglesia!!!!!!
He leído mucho sobre historia, y nunca me había dado cuenta de esto, me parece un hallazgo importantísimo.
Siempre nos hemos fijado en las medidas de gobierno de los RRCC como base de la prosperidad española posterior, pero esta claro que esas mismas medidas aplicadas al rigor en la Iglesia y a desterrar comportamientos decadentes en las órdenes, sin duda tuvieron que contribuir en gran medida a la potencia espiritual de España en fechas posteriores.
De una buena siembra se recogió una gran cosecha. Que grande la Reina católica.
El Señor le bendiga y le guarde junto a su querida familia.
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