Pueri Hebraeórum, música para el Domingo de Ramos
Como preparación al Domingo de Ramos, propongo a los lectores la escucha de uno de los cantos que la liturgia establece para la procesión de este día: el Pueri hebraeorum. Su uso difiere ligeramente entre las dos formas del Rito Romano.
En la Forma Ordinaria es la primera antífona que se propone para la procesión propiamente dicha, después de la bendición de los ramos. Se alterna con los versículos del salmo 23 (Del Señor es la tierra y cuanto la llena) omitiendo el Gloria Patri. En el Gradual encontramos también la indicación de que debe ser cantada por la schola y el pueblo.
En la Forma Extraordinaria se canta durante la distribución de los ramos bendecidos, antes de la procesión. La antífona no aparece alternada con los versículos de ningún salmo, sino con la indicación de repetirse cuantas veces sea necesario hasta que finalice dicha distribución.
El texto dice:
Pueri Hebraeórum, portantes ramos olivárum, obviavérunt Domino, clamántes et dicéntes: “Hosanna in excélsis”.
Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, gritando y diciendo: “Hosanna en el cielo”.
Aquí pueden escuchar la versión original gregoriana, que pertenece al patrimonio más antiguo y venerable del canto litúrgico católico romano, y que ha conservado los primeros signos de escritura musical usados en los códices del siglo IX.
1. Pueri Hebraeorum,
portantes ramos olivarum,
obviaverunt Domino,
clamantes et dicentes:
Hosanna in excelsis.
2. Pueri Hebraeorum,
vestimenta prosternebant in via,
et clamabant dicentes:
Hosanna filio David:
benedictus qui venit
in nomine Domini.
11 comentarios
Muchas veces he visto que se comete el error de continuar durante la Misa con el carácter festivo y triunfal que tuvo la procesión precedente. Incluso me ha tocado ver que al comenzar la Misa han cantado el Gloria, y la Lectura de la Pasión la proclaman con Aleluya. No corresponde, puesto que la finalidad del Domingo de Ramos es recordar que Jesucristo es nuestro Rey y nuestro Dios, que Él debe reinar en nuestros corazones, y que Él reina desde su Pasión y su Cruz. Los dos momentos son bien contrastantes, pues el pueblo que le aclama al son de "Hosanna", después gritará "¡Crucifícale!". Sólo la verdadera conversión nos permitirá reconocer la auténtica realeza y reinado de Cristo.
Es necesario que se elabore para la Forma Ordinaria el equivalente del Liber Usualis que evita cualquier duda en la Forma Extraordinaria. Y, para ello, que se ofrezca una musicalización digna, completa y práctica del Propio de la Misa en castellano. En este sentido, podría decirse que la reforma litúrgica quedó inacabada.
tienes mucha razón cuando dices que lo más sencillo y perfecto es "obedecer lo que está mandado". Aparte de lo comentado por Felipe y por ti acerca del Gloria y demás, pongo otro ejemplo:
En la procesión el Sacerdote está representando a Cristo que entra en Jerusalén, y el pueblo fiel representa a quienes en la Ciudad Santa lo recibieron con palmas y olivos y mantos por el suelo. No tiene, pues, sentido que el sacerdote lleve también una palma o un ramo.
1. Vaticano II, hablando de los diversos modos de la presencia de Cristo: ..."está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro", etc. (Sacrosanctum Concilium 7). El Obispo o presbítero, p. ej., sentado en la sede, pre-sede la asamblea, y está re-presentando al Cristo glorioso, sentado a la derecha del Padre. La liturgia de la tierra es un reflejo visible de la liturgia celestial (SC 8).
2. En este mismo sentido, en la procesión del Domingo de Ramos, el Obispo o presbítero está re-presentando a Cristo, y por lo mismo no lleva ramo o palma. Pero cuántas veces hemos visto llevarla a nuestro Obispo, párroco... ¡o al mismo Papa! Qué bueno sería que se atuvieran a lo dispuesto en el Misal romano: acertarían aun sin, quizá, conocer la razón profunda.
El Misal establece que el sacerdote "rocía con agua bendita los ramos" (n. 7) Hecha la lectura del Evangelio, comienza la procesión: turiferario, cruz alzada, velas a su lado. "A continuación el sacerdote con los ministros, y por último LOS FIELES, QUE LLEVAN LOS RAMOS EN LAS MANOS".
Pues ya verán Uds. el próximo Dominco de Ramos en cuántos lugares se infringe el sentido litúrgico exacto indicado en el Misal bien claramente. No se cumple la norma muchas veces porque no se conoce, pero más veces porque falta en el sacerdote auto-conciencia de que está re-presentando a Cristo en la asamblea congregada en su nombre.
Lo que dices, Raúl: lo más sencillo y perfecto es "obedecer lo que está mandado en el rito litúrgico". Aunque no se entienda. Pero tampoco estaría de más formarse suficientemente en la liturgia para entenderlo. Se obedece mejor cuando se entiende bien el sentido de los ritos.
A un nivel más sencillo, esto es lo que a día de hoy está pasando en muchos sitios: las personas encargadas del canto tienen que leer en sus casas las lecturas del día para luego escoger la mejor opción posible -o la menos mala- entre el repertorio de canciones disponible.
La verdad es que a día de hoy no tienen otra opción, y es muy meritoria esa actitud.
Ahora bien, lo correcto sería que la Iglesia hubiese puesto a su disposición un repertorio asequible y práctico pero auténticamente litúrgico: el Propio de la Misa, ordenado por esencia según el sentido profundo espiritual y teológico de cada celebración.
Por una parte el acierto doctrinal estaría garantizado,y por otra el siempre necesario esfuerzo de comprensión abriría unos horizontes infinitamente más amplios y fructíferos que los meros tanteos personales, por muy bienintencionados y/o acertados que puedan llegar a ser.
Raúl: la reforma quedo incompleta no por falta de música nueva, sino precisenta por el abandono de la vieja.
Respecto de que el Papa Francisco no hizo genuflexión en la misa del día 14:
Tan sólo para señalar lo siguiente que me ha acaba de ser comunicado por una persona que conoce muy de cerca al Papa Francisco:
"El Papa tiene problemas de articulaciones. Utiliza zapatos ortopédicos y camina con dificultad. A veces no puede arrodillarse. No se trata de nada más que eso".
Continuemos rezando por su persona e intenciones, que es el Vicario de Cristo en la Tierra.
Ahí se ponen a las claras los diferentes papeles de los hombres dentro de la Iglesia: el sacerdote, el monje, el elegido y el laico. El laico no es una rata de sacristía, el sitio del laico es el mundo, la santificación del mundo. Los sacerdotes y monjes son los custodios del lugar santo. El lugar santo es ante todo Casa de Dios, pero por supuesto también es casa del culto y lugar donde se recurre a su Presencia y a su Ayuda.
La depauperización litúrgica, tan crónica y tan grave en la Iglesia de Occidente, que llega a extremos A-CATÓLICOS E INCLUSO ABERRANTES Y SACRÍLEGOS (paradojas de la vida, otra vez) al final lo que va borrando de la faz del ancho y dolorido mundo es esa realidad de la CAsa de Dios, de la Tienda de Dios en medio de su pueblo.
La herejía de Lutero aplicada al sacerdocio ministerial, a saber, que el sacerdote no es nada en esencia, sino sólo en virtud de su función, la predicación, está hoy muy en boga pero aplicada a los Templos. Éstos han dejado de ser algo esencialmente, han dejado de ser "locus terribles, domus Dei, porta caeli" para convertirse meramente en el lugar donde se hace algo, pero que no son nada fuera de esa actividad. La depauperización de la Liturgia ha conseguido ocultar el Rostro de Dios en la celebración, volver a poner el velo que se rasgó en su momento. Queda la eficacia sacramental, el ex opere operato, pero nada más.
Precede el turiferario con el incensario humeante... el ministro que lleva el báculo del Obispo, después el Obispo con mitra y con el ramo en su mano; un poco más atrás de él, dos diáconos que lo asisten, y detrás los ministros del libro y de la mitra, por último los fieles. Todos, sean ministros sean fieles, llevan ramos.
http://www.youtube.com/watch?v=k23PLEuG-h8
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