La música sacra ante el nuevo pontificado

Los que estamos especialmente interesados en la cuestión de la música litúrgica de la Iglesia tuvimos en Benedicto XVI a un pontífice casi a nuestra medida.  Desde mucho antes de ser elegido Papa escribió profundas y acertadas reflexiones que han quedado como referencias imprescindibles para cualquiera que quiera abordar la cuestión con un mínimo de seriedad. Durante su pontificado la liturgia en general y la música en particular fueron objeto de una atención notable, aunque su proyecto restaurador no pudo llegar al término que seguramente él quería.

No sabemos cuál será la atención que estas cuestiones reciban de parte del nuevo Papa Francisco. Sus primeros gestos en el balcón de San Pedro, cuando salió llamativamente desprovisto de los ornamentos tradicionales, han sido interpretados como primicias de un nuevo estilo que va a dejar de lado muchas de las llamadas pompas pontificias. Ahora bien, ¿serán incluidas la belleza de la liturgia y su música dentro de estas tradiciones que pueden conocer el ocaso en este nuevo pontificado?

Obviamente a día de hoy no se puede saber. Hasta ahora sólo hemos visto al Cardenal Bergoglio recién introducido en su nueva actividad como Papa Francisco. El día de su elección, además de lo escueto de su atuendo, llamó la atención que la bendición no fuera cantada con la tradicional entonación gregoriana, sino pronunciada con voz meramente hablada. Lo mismo ocurrió en la misa del día siguiente en la Capilla Sixtina junto a los cardenales, en la que el Papa no cantó ninguna de las oraciones que la propia normativa litúrgica de la Iglesia recomienda que se canten. ¿Es esto búsqueda de una mayor sencillez o simplemente una costumbre suya, derivada quizá de que se siente desprovisto de lo que él cree que es la mínima destreza musical necesaria? Hay que decir que esto es algo extendidísimo entre los sacerdotes actuales y muy especialmente en el mundo hispanohablante: la poca afición a cantar las oraciones propias del celebrante, o el no atreverse a ello por el miedo -con frecuencia exagerado- a desafinar.

Al margen de lo que pueda ocurrir con la música litúrgica en el futuro inmediato, creo que la reflexión más importante que se puede hacer ahora no es la que tiene que ver con los gustos o estilos personales que pueda traer el Papa Francisco, sino con otra cuestión que Francisco ha expresado de un modo especialmente claro y directo en sus primeras alocuciones: la mundanización. Este, el de la mundanización, es a mi juicio el mayor peligro y la mayor debilidad que tiene la defensa de la buena música litúrgica a día de hoy: la tentación de convertir la belleza de la música litúrgica de la Iglesia en un fin en sí mismo, en una cómoda delectación humana, paralela a la vida de fe y a su expresión litúrgica. Es decir, que la buena música en la liturgia no esté unida a ésta desde su misma raíz y haya nacido de su mismo impulso, sino que deba ser aceptada en su seno sólo después de trabajosos argumentos estéticos, históricos o incluso teológicos, que corren el riesgo de parecer las excusas del melómano que busca satisfacer sus sibaritismos estéticos en el marco de la celebración. 

La buena música de la Iglesia está hoy separada de la fe. El patrimonio musical  forjado por la Iglesia a través de los siglos y conservado en los archivos de parroquias y catedrales no recibe prácticamente ninguna atención por parte de los católicos, mientras que sí es objeto de aprecio,  cultivo y atento estudio por parte de personas distantes de la Iglesia cuando no abiertamente hostiles a ella. Hay excepciones, claro, pero pocas.

Por otra parte el canto gregoriano, con su enorme profundidad espiritual que crece según se va avanzando en su conocimiento, corre riesgo cierto de acabar desgajado del cuerpo vivo de la Iglesia, aislado en ámbitos meramente musicológicos, académicos  o meramente culturales. 

Casi puede decirse que hoy la intensidad de la vida cristiana es inversamente proporcional a la calidad de la música preferida. Sobre todo entre los católicos jóvenes, la fe parece vibrar mucho más entre los afectos a la liturgia pop que entre los amantes de la polifonía y el gregoriano. ¿A qué se debe esto? ¿Se equivocó el Concilio Vaticano II al poner a estos dos últimos géneros en primera línea de preferencia de cara a la nueva ordenación litúrgica que estaba por venir? Parece claro que no. 

En el postconcilio voces tan potentes en aquel momento como Karl Rahner y Herbert Vorgrimler lanzaron una impugnación a la música litúrgica tal y como la había cultivado la Iglesia en los últimos 1500 años. Para ellos, toda música artísticamente elaborada era un obstáculo para la participación de la asamblea y debía excluirse del uso cultual en la liturgia reformada. Esta opinión nunca apareció en el Magisterio y fue rechazada ya en 1974 por el entonces Joseph Ratzinger, pero acabó permeando amplísimas zonas del tejido eclesial. A partir de entonces las nuevas generaciones de católicos fueron -fuimos- creciendo en un ambiente musical que no dudo en calificar como insalubre, pero que la costumbre acabó por aceptar como lo normal, por ser lo único conocido. Cuando estos jóvenes católicos así educados pasaron a ser profesores, catequistas, párrocos o incluso obispos, transmitieron a las generaciones siguientes el único lenguaje musical que sus mayores les habían dado a conocer. De modo que los católicos perdieron su gran música católica, la que era la suya propia, que quedó sólo para músicos y melómanos. 

La gran música litúrgica, desprovista de su primaria dimensión espiritual, ha perdido su luminosidad y colorido por la escala de grises de una perspectiva meramente “musical”,  de deleite sensible. Por otra parte a los católicos se les ha arrebatado un poderosísimo vehículo para su crecimiento en la fe: tanto por el efecto benéfico que toda belleza y arte verdadero tiene sobre el espíritu del hombre como por la capacidad de la buena música sacra para intensificar la acción de la Palabra de Dios en el corazón de los que la escuchan, afilando más si cabe tal espada de doble filo.

Es impresionante el impulso espiritual del Papa Francisco. Sus primeras palabras han sido de una fuerza y una claridad sorprendentes, y están removiendo muchos corazones dentro y fuera de la Iglesia. Su advertencia contra el pegajoso aburguesamiento de la vida cristiana y su deseo de manifestar inequívocamente la centralidad de Cristo en la vida de la Iglesia difícilmente dejarán sitio para planteamientos de mediocridad espiritual en ningún ámbito. Tampoco en el de la promoción de la buena música litúrgica.


Índice del blog Con arpa de diez cuerdas


24 comentarios

  
José María Iraburu
De acuerdo total con el análisis que haces del estado de la música religiosa, y concretamente litúrgica, en el último medio siglo y en el presente.

En cuanto al futuro, es decir, en cuanto a la previsión de lo que la transición de Benedicto XVI al Papa Francisco pueda traer consigo en la música de la Iglesia no tenemos bola de cristal en la que poder adivinar nada.

Todos los que llegan a la Sede de Pedro tienen un buen número de cualidades y un número también considerable de limitaciones y deficiencias. Como decía aquel: "perfectos somos muy pocos". Uno es gran teólogo especulativo, otro no lo es en absoluto, pero tiene un sentido de la fe muy profundo y seguro. Uno ha tenido mucha experiencia de vida pastoral directa con el pueblo, otro casi ninguna, fue siempre hombre de curia o de universidad. Uno es de carácter sumamente prepotente, otro es muy tímido y le cuesta mucho enfrentarse, tomar decisiones. Uno... Otro... Y otro. Pero todo eso tiene una importancia muy relativa en el ministerio histórico de un Papa.

Puede haber Papas con un oído pésimo y una muy escasa formación musical (o incluso deformados en la música, malmformados) que, por el contrario, si son dóciles al Espíritu Santo, y son humildes para dejarse aconsejar, y les da Dios instinto para elegir buenos colaboradores, pueden promover un levantamiento formidable de la música religiosa, hoy casi completamente caída en el suelo. Y como en esto de la música, habrá que decirlo en todos los campos.

Por otro lado, como bien sabes, en la historia de la Iglesia se comprueba que las grandes reformas vienen impulsadas 1) por el Papa y los Obispos 2) por santos sacerdotes, religiosos o laicos, o 3) por una acción conjunta de unos y otros. Quiero decir con esto que las limitaciones de un Papa, concretamente, en un cierto campo en modo alguno deben hacernos perder la esperanza de que Dios quiera y "pueda" promover, precisamente en ese campo, un gran florecimiento.

Dios hace florecer el desierto, saca de las piedras hijos suyos, convierte una roca en fuente, etc. Ése es el impulso decisivo que promueve todas las reformas que se dan en la historia de la Iglesia: ése. "Es Dios quien da el crecimiento". Es Cristo quien alimenta a su pueblo, partiendo quizá de un mozuelo que sólo tiene "5 panes y 2 peces". Con eso tiene Cristo para bendecirlo, multiplicarlo y dar de comer a la muchedumbre. ¿Y si en vez de 5 y 2 hubiera tenido 3 y 1? Igual. ¿Y si hubiera tenido 50 y 20? Igual.

Ni nos deslumbren las cualidades del Papa, llenándonos de optimismo, ni nos desanimen sus limitaciones y deficiencias, cortando las alas de nuestra esperanza. El que salva a la Iglesia en todos los tiempos es el Señor, que se ha comprometido a "rogar por Pedro, para que pueda confirmar en la fe a sus hermanos". A Él sea la gloria, el honor y la acción de gracias por los siglos de los siglos. Amén.

Perdón por alargarme.
Abrazo y bendición + JMI

16/03/13 7:52 PM
  
Ricardo de Argentina
Excelente planteo de la situación litúrgica y musical, Raúl.
Va a ser muy útil para evaluar lo que suceda de aquí en más.
16/03/13 8:00 PM
  
José Luis
Cuando teníamos al Santo Padre Benedicto XVI, no todas las parroquias acogieron siquiera la música sacra, de mi ciudad hay dos parroquias al menos, que aceptan la música sacra, y esto ayuda mucho al recogimiento y a la devoción, se pone mas atención al Señor.

Pero en donde ponen música de tipo protestante u otro tipo de música moderna, que su Santidad Benedicto XVI, ha dicho que no son válida, algunos quieren hacer las cosas a su manera, terminando con resultados terribles, la fe ¿qué ha sido de ella? se ha dejado de creer en la Presencia de Cristo, comulgan pero como si nada. Los abusos, la pereza, la desgana en todo lo que corresponde al Señor y a la fe, y al bien de las almas.

La música sacra es necesaria, no debe perderse. Por eso, es necesario que le roguemos al Señor insistentemente que se cumpla su Voluntad en todos los corazones bien dispuesto.
16/03/13 8:53 PM
  
elba
estoy de acuerdo con el informe ya q en mi capilla la musica en la misa es con guitarras ,pero ya pasa a ser un misical...se canta casi enteramente la misa ...se utilizan la musica de canciones mundanas y se le realiza la letra adaptada a las circunstancias de la misa...se canta hasta en la consagración,"dios mio y señor mio",aunq ahora en estos ultimos tiempos se lo dice hablado,esperemos q en algun momento se deje solo el santo silencio...deseo como católica argentina q el papa francisco sea el papa q necesitamos en estos momentos a pesar del progresismo q se le atribuye en ciertos temas y con el cual no estoy de acuerdo como muchos...acá creo q estan mal los q piensan q va a ser el papa para latinoamerica ...el ,ya no es el papa de un sector es el vicario de cristo para la humanidad .
16/03/13 9:14 PM
  
Lluis
Con Francisco no tendremos música sacra, sino guitarras, globos de colores, jolgorio, y... tango!
16/03/13 10:22 PM
  
María A.A.
Estimado Lluis:

Estoy con el Padre Iraburu: no tenemos bola de cristal. Y con Elba también: no se trata de un papa para latinoamérica sino el vicario de Cristo para la humanidad entera.

Sé que hay imágenes del entonces Cardenal Bergoglio presidiendo una misa en la que la música fue atroz y antilitúrgica. Cabría preguntarse si él mismo escogió los cantos o se encontró con aquello y no pudo hacer nada. Cabe también la posibilidad de que lo atroz sea su oído...¿hay imágenes de alguna misa en la que cante algo, aunque sea un tango? Así saldríamos de dudas. También, cómo no, existe la posibilidad de que el Papa Francisco sea un hijo de su cultura litúrgico-musical, la latina, que es un auténtico desastre y posee el cantoral tal vez más pobre litúrgica y musicalmente hablando de todo el orbe católico. Tal vez no ha conocido otra cosa. No olvidemos que nuestro querido Benedicto es alemán y recibió una muy buena formación musical, más frecuente en su ámbito geográfico que en el nuestro.

Tengamos paciencia. Y recemos con intensidad para que no llegue el día en que los papas se contradigan, en que lo que para uno fue parte esencial e inseparable del culto para otro sea un elemento carca prescindible. Ahí sí tendríamos un problema: si dos verdades se contradicen una no es verdad. ¿Y tendremos que coger la guitarra? ¡Quién sabe! Me remito a la bola de cristal...
16/03/13 11:29 PM
  
José Luis
Hay demasiadas alarmas, pero necesitamos crecer más en la confianza en el Señor. Pues el tentador nos provoca esos temores,

No hay que olvidar en sus homilías, principalmente la primera que hizo ya como Papa Francisco: "Caminar, edificar, confesar" Y ahí lo explica todo, no es una vuelta a la corrupción mundana. Caminar...

• « Caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque en el caminar, en el construir, en el confesar, a veces hay sacudidas, hay movimientos que no son precisamente movimientos del camino: son movimientos que nos tiran para atrás.» (podemos leer la homilía completa aquí: http://www.zenit.org/es/articles/si-confesamos-a-un-cristo-sin-cruz-no-somos-discipulos-del-senor-somos-mundanos)

Movimientos que tiran atrás, pero con la fuerza del Espíritu Santo, esos movimientos, no tienen tanto poder, y muere, las costumbres del hombre viejo siempre puede ser vencidas por la oración. Más aún que toda la Iglesia Santa, así como el bienaventurado Benedicto XVI, está rezando por el Papa Francisco, todos los hijos e hijas de la Santa Madre Iglesia Católica, tenemos que hacerlo, y esas preocupaciones dejarán de serlo, pero insisto, la oración es importante.



Por eso, es preciso recordarlo, y ya veremos como las tentaciones del demonio, termina por ser descubierto, ya que nos puede hacer que no nos acordemos de estas intenciones.

Luego, también hizo su trabajo en la...:
Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos
http://www.aciprensa.com/santasede/cultodivino.htm



Leer estos datos, vemos que se interesa por la música sacra también, no creo que cambie el Catecismo de la Iglesia Católica ni los documentos del Concilio Vaticano II, cuando nos habla tanto de la música sacra, y sobre todo, de retornar al espíritu de los santos fundadores de ordenes religiosas, y ya ha comenzado, como hemos visto, y lo ha explicado el motivo del nombre para el Papa Francisco, en honor a San Francisco de Asís.

Yo pienso, que no debemos temer, sino alegrarnos en el Señor, y sobre todo, mucha oración y confianza. las preocupaciones podrían deberse a que no le entregamos nuestro corazón entero, sin división a Dios, ese es el problema, según veo, aferrarnos a costumbres mundanas.

Hay otros, que se sienten aliviados, porque se imaginarán, "este Papa es amigo del deporte", y es que no han comprendido el sentido de la homilía. Supliquemos al Espíritu Santo, que séa Él, quien diriga al Papa.

"Orar, esperar y tener fe", decía algo así, el Santo Padre Pío de Pietrelcina.

¡Bendito sea Dios!
17/03/13 8:30 AM
  
CARLISTA SEVILLANO
Partiendo de la base de que me encanta, por ejemplo, la Misa de Perosi, creo que no es bueno en ningún momento, (al menos, en nuestros niveles), "dogmatizar" sobre estos asuntos. ¿Qué es más válido, el "Salve Regina" ó el "Salve Madre"?. Las dos son exáctamente igual de válidas, de litúrgicas y de inspiradoras. ¿Se puede cantar la misma Misa en un Pontifical en la Catedral de Sevilla que en una Misa de campaña en el camino del Rocío?. A ver quien es el guapo que se lleva un órgano por las arenas del camino. Cada cosa tiene su momento y cada circunstancia tiene la suya. Vamos a dejar ya de demonizar las guitarras y vamos a tomar consciencia de lo que es una Misa cantada en una Función Solemne y de lo que es una Misa cantada según qué momento y circunstancia. Después dicen que los carlistas somos extremistas pero veo que los hay más extremistas que nosotros. Después vienen los equívocos sobre el término "tradicionalista". He estado seis años en el Coro de la Hermandad del Rocío de Triana y estoy orgullosísimo de ello y del tipo de Misa que hemos cantado siempre. No seamos tan "blanco ó negro", (al menos en estos asuntos), y sepamos bien donde nos movemos y en qué circunstancias.
17/03/13 9:27 AM
  
Juan Ramon
Magnífico artículo y estoy completament de acuerdo con él. En rigor no debería haber sido malo haber introducido "nuevas estéticas" para "abrir el abanico" a diferentes aproximaciones espirituales. Pero fue un error pensar que su uso exlusivo haría triunfar el mensaje de la Iglesia dentro de estas "nuevas estéticas". Al final, no vamos ni los unos ni los otros.
17/03/13 10:28 AM
  
Tulkas
A decir verdad, prefiero el Liber Usualis en español porteño, con guitarra y bandoneón, a ritmo de tango y bachata, que todo el bodrio de Cantoral Litúrgico Nacional y equivalentes que han asolado la Misa a lo largo y ancho del orbe.

No es cuestión de estilo musical, es más bien cuestión de respeto al texto litúrgico.

Pero como ya he dicho muchas veces: la folclorización de la música litúrgica ha sido la excusa para abolir, de facto, el texto litúrgico per se.

YO me quedaba hoy sorprendido por la riqueza inmensa del Poprium Missae del Domingo de Pasión, y lo irracional que ha sido su abandono.

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Más allá de las reflexiones de Raúl, acertadas en líneas generales, pero harto tímidas como casi siempre, yo me atrevo a la siguiente comparación:

La situación de la música católica litúrgica en la actualidad queda bien ejemplarizada por esa escena de los Simpson en la que Homer se somete a una cirugía de bypass aortocoronario. El teatro quirúrgico es uno de esos antiguos en los que podía haber espectadores observando desde un piso superior, a través de unos ventanales. Arriba está toda la familia Simpson: Bart, Lisa, Maggi y la señora Simpson. En el quirófano está Homer y el personaje que en la traducción española es un médico que habla con fuerte acento argentino (no recuerdo el nombre). El caso es que éste comienza a operar y realmente no sabe qué hacer ni cómo hacerlo. Como el mismo dice en ese mismo episodio o en otro, se pasó la carrera recetando anticonceptivos a sus compañeras de clase. Comienza a operar y no da pie con bola, pero el auditorio está bastante sorprendido. En ese momento Lisa saca un libro de cirugía cardiaca y se pone a leer el capítulo correspondiente sobre la técnica del bypass aortocoronario. Lisa detecta que el cirujano sólo está haciendo barbaridades y se pone a leer en voz alta, paso a paso, la técnica. Entonces, el médico argentino sigue al dictado lo que Lisa lee y la operación sale bien.

Pues eso mismo pasa con la música litúrgica. Los sacerdotes, en los seminarios, no han recibido ni un atisbo de formación litúrgica ni musical práctica. A la hora de la verdad no saben por dónde han de ir ni dan, en general, pie con bola en lo que a la puesta en práctica de la liturgia se refiere. Hacen lo que les sale, lo que buenamente saben, o lo que les dicen. Cualquier niño que sepa leer puede leer el Vaticano II, la Ordenación General del Misal Romano, el Summorum Pontificum, las Rúbricas, la Sacramentum charitatis... y percibir que lo que se celebra todos los domingos en su parroquia NO TIENE NADA QUE VER con lo que la Iglesia dice, salvando el "ex opere operato".

Y es que, señores, la gente no es tonta. Lo que pasa es que la gente, los cristianos de a pie, entramos a nuestro trabajo a la siete de la mañana y no salimos hasta las siete de la tarde, tenemos la familia y las otras cosas, que son nuestra consagración. No tenemos tiempo para hacer el tonto en las sacristías. Pero cuando vamos el Domigno a Misa, ay!!, eso NO TIENE NADA QUE VER con lo que la Iglesia dice, salvando el "ex opere operato". Pero tontos, de tontos, ni un pelo.

Lo que falta es curas y obispos que tengan lo que caracteriza al médico argentino de los Simpson: humildad y docilidad. Y no digo docilidad al parecer de sus feligreses, sino a lo que la Iglesia manifiesta y desea, aunque lamentablemente no sea ni con la claridad ni con la contundencia suficientes.

Yo no creo que al Papa Francisco le quite el sueño el bajo continuo... pero tampoco que vaya a dar ejemplos tontos de práctica litúrgica (como es el "altar benedictino", a-tradicional y absurdo donde lo haya).

Probablemente lo que haga falta es que el Papa "pase" de la Liturgia, porque si Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI hubieran "pasado" de la Liturgia, no estaríamos tan mal como estamos.
17/03/13 1:13 PM
  
Eduardo Martínez
Acertado el texto y acertados los comentarios. Igual la solución puede estar en lo que apunta María A.A.


"Sé que hay imágenes del entonces Cardenal Bergoglio presidiendo una misa en la que la música fue atroz y antilitúrgica. Cabría preguntarse si él mismo escogió los cantos o se encontró con aquello y no pudo hacer nada".

Igual ahí está la clave: son los fieles, algunos fieles, los que tienen que hacer como aquellos famosos soldados de la foto de la Batalla de Iwo-Hima: Coger la bandera de la buena música y alzarla en lo más alto.

Está claro que un sacerdote no tiene porqué saber qué productos de la limpieza son los mejores para dejar un templo reluciente. Pero al menos ha de saber escoger a una persona responsable, para evitar tanto que el templo ahuyente a los fieles por sus suciedad, como que en el intento de limpiarlo, los suelos acaben comidos por los productos de limpieza.

Pues en el tema de la música litúrgica, puede pasar lo mismo: Igual la solución pasa porque gente que entienda de música, cree las schola cantorum en lugar a esperar a que las cree la propia iglesia. Sé de un pueblo de Valencia en la que un grupo de gentes insatisfechas con la actual situación, se pusieron manos a la obra.

Quiero imaginar, que por mucho que el sacerdote de un determinado lugar, sea una persona impermeable a la buena música, pueda frenar una iniciativa de un grupo de feligreses, que quiera llevar a cabo una música litúrgica, que no ha sufrido ninguna prohibición ni ha sido anatemizada por ningún papa. Eso si, si el párroco les deja solamente la misa del domingo a las 8h, pues habrá que ir a esa misa, preparar bien los cantos, preparar lo que corresponda para el día, y hacerlo lo mejor que pueda, y la gente irá escuchando e irá reclamando (naturalmente, si lo hacen bien), que pasen a otra misa a horas menos intempestivas.

Y si el cura se empeña en no dejarles pasar, pues que canten en gregoriano en la calle, en la puerta de la iglesia, antes de la misa, lo que corespondería a ese día, que lo canten bien, y ya hablará la gente con el cura para que los deje cantar en el templo. Tal vez estemos en un tiempo en el que haya que ser osados. Desde luego, si esperamos que esto se solucione "desde arriba", apañados vamos (por mucho que pueda haber un papa que recupere la mejor música litúrgica para sus celebraciones, y pueda haber otro que decida introducir el grupo de guitarras, los mariachis o lo que nos queramos imaginar, en San Pedro de Roma.
17/03/13 5:22 PM
  
José Luis
Al Papa Francisco le gusta la música sacra, ve algo bueno en ella.

TEDEUM - FUNDADORES CON EL CARDENAL BERGOGLIO
http://www.youtube.com/watch?v=WY1t-Qm4M1w
17/03/13 6:36 PM
  
Tulkas
Me hiciste reír, Eduardo.Gracias.


El problema es que sí extrapolamos tu recomendación a otros ámbitos laborales (porque al final el sacerdocio ministerial es un ámbito laboral como cualquier otro, cuyo ejercicio requiere profesionalidad y arte), llegamos al ridículo.

Tienen los pacientes que ponerse a leer en voz alta las guías de práctica clínica delante de la consulta de su cardiólogo? El Lancet delante de la consulta de su médico de familia? El Código de derecho civil delante de su abogado? El manual de la caldera de calefacción delante de la casa de su fontanero?

Porque sí yo voy al médico, al gestor, si contrato un calefactor para la revisión anual obligatoria, un diseñador para una página web, un coro para mi boda, cialquier cosa... Confió de entrada en un mínimo de profesionalidad por parte de esos profesionales.

Eso vale para todos, por lo visto, menos para los curas. Señores, es que es necesario que un cura sea también un profesional, más o menos brillante, pero profesional al fin y al cabo.

Es intolerable que se asuma como normal que no sepan nada de nada y que todo lo tengan que delegar. Podrán delegar el control del aspecto jurídico, del aspecto económico, de la limpieza, del mantenimiento técnico de la parroquia. Pero como van a delegar la celebración sacramental? Ellos son los primeros responsables de la misma.

Y bsta ya de hacer el idiota, que se apliquen las rubricas y que se instruya a la gente. Basta ya de acudir a Misa y tener la sensación de estar en algo totalmente ajeno a lo que dicen los documentos de la Iglesia.
17/03/13 7:36 PM
  
José Ignacio Zuloaga Gener
Pamplona, 17 de marzo de 2013

Cuidado con la diabólica mundanidad a la que en forma velada, por ósmosis, nos dejamos introducir por no pocos medios de comunicación. No se propaga la verdad sino una amorfa indefinición que desencadena juicios falsos. En lugar de atender al Papa como Vicario de Cristo (Cristo la Cabeza, el Papa SU instrumento visible), captamos de él sólo una persona respetabilísima, cuyos actos juzgamos según nuestro “yo”. Cuidado con caminar, edificar la Iglesia y confesar a Cristo crucificado con nuestra medida, absorbiendo al Papa Francisco en nuestro criterio personal.

Cuidado con alterar el orden correcto; cuidado con estar atentos a qué postura tomará el Papa Francisco, por ejemplo, respecto de la música, antes que a desentrañar qué querrá el Espíritu Santo, manifestándolo a través del Papa Francisco. No es el Papa quien decide, sino el Espíritu Santo a través del Papa. Invirtiendo este orden, se facilita el campo para situarnos en igualdad como para juzgar las decisiones del Papa Francisco, en lugar de disponernos a acatar lo que el Espíritu Santo nos dice a través del Papa Francisco. Este sutil desorden es un ardid de la mundanidad diabólica.

Cuidado al discernir el punto de equilibrio: hasta dónde llega mi particularidad personal, para no convertirla en patrón y medida objetiva. Cuidado, que la música no es finalidad, sino sólo un medio. Los medios deben ser proporcionados a y estar con-figurados por la finalidad. La música no es “lo bello”, sino una herramienta para manifestar “belleza”. Convertir la música en finalidad es un desorden: es alterar la realidad, al cambiar de sitio un nivel de manifestación contingente (como son las bellas artes), colocándolo en un nivel real.

Cuidado con juzgar la bondad de una celebración litúrgica por la música bella en ella utilizada. Otra cosa es juzgar que en una celebración litúrgica hay ausencia de un bien, si la música en ella utilizada no manifiesta la belleza adecuada a lo que se celebra; pero siempre dependiendo de las habilidades personales por las cuales responden los participantes (lo bueno). En la celebración litúrgica deben ponerse al máximo esas habilidades, comenzando por las del celebrante: esto es dar-se, esto es amar, como amar es lo que explica a Cristo Crucificado. La música no es el quid de la celebración eucarística, es sólo un complemento no necesario; el quid está en la actualización del sacrificio de Cristo en la Cruz, que, para nada necesita de la música.

Si la música es bella, si es una de las posibilidades que permite la Iglesia, aunque no sea la que a mí me agrada, la celebración no deja de ser buena. Si la música no es bella o si no es la adecuada, algo bueno falta a la celebración. Cuidado, que una celebración litúrgica sin música tiene el mismo valor que con música bellísima.

Cuidado con los juicios a las actuaciones del Papa. Cuidado con comenzar a elaborar suposiciones: que si el miércoles 13 no utilizó tal o cual atuendo, que si expresó de tal o cual manera la bendición… No extraigamos conclusiones personales que normalmente suelen ser adaptadas a nuestro “yo” y, por tanto, subjetivas: cuidado con el relativismo, cuidado que nos estamos dejando engolfar por la peligrosa mundanidad. Prestemos atención a lo que en forma expresa señala el Papa: si no confesamos a Jesucristo, confesamos la mundanidad del diablo. Cuidado que éste es muy astuto y uno de sus ardides podría ser que confundamos los niveles y hagamos de lo que es un medio -como la música- una finalidad. El Papa añadió que debemos caminar, construir y confesar a Cristo crucificado. Éste es el centro, lo que in-forma nuestros actos humanos. Cristo Crucificado no lo deja de ser por el nivel de belleza de la celebración; que el quid de Cristo Crucificado es el amor y éste implica dar-nos al máximo con nuestras potencialidades: si las mías son la música de tipo “Z”, pues al 100% con “Z” siempre y cuando “Z” sea una de las que permite la Iglesia.
17/03/13 7:45 PM
  
Isabel
Unos apuntillos de lo que he leido:

Según un extracto del libro-entrevista El jesuita, que publicaron los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti en el 2010, (que próximamente se re-publicará como El Papa Francisco):

"(..)¿Cómo prefiere enterarse de las noticias?
Leyendo los diarios. La radio la enciendo para escuchar música clásica.(...)
¿Una composición musical?
Entre las que más admiro está la obertura Leonora número tres de Beethoven, en la versión de Furtwängler; es, a mi entender, el mejor director de algunas de sus sinfonías y de las obras de Wagner.(...)"

Así que parece que tenemos otro amante de la música clásica. Genial!

Y en las palabras que dirigió a la prensa, habla de la la belleza en la comunicación como acompañante de la verdad y el bien:

"la comunicación tiene que estar basada en la búsqueda de "la verdad, la bondad y la belleza" al igual que hace la Iglesia."

Y digo yo que lo que es válido para la comunicación, lo será más para la Divina liturgia.

un cordial saludo, isabel



18/03/13 3:23 AM
  
Eduardo Martínez
Tulkas, buenos días.

Si la mayoría de cirujanos fueran en cirugía, como muchos curas con la música, me iba al curandero filipino que me quedara más cerca de casa, para que me sacara gusanos y serpientes, en lugar de operarme.

Es evidente que los curas deberían tener cuanto menos una mínima formación musical, pero no es el caso en la gran mayoría. Y en este caso, no nos podemos hacer luteranos por ese motivo.

Algo habrá que hacer. Si tienes sugerencias para mejorar este aspecto, estoy a la escucha. Saludos.

P.D. Por cierto, hace unos días tuve la oportunidad de escuchar una música de ofertorio. En ella no se ofrece el vino y el pan, o nuestra juventud. Simplemente, no se tiene nada que ofrecer y se canta que no se tiene nada que ofrecer. Igual al final el que se salva de la parábola es el que enterró el único talento que le dieron (y nosotros sin enterarnos).
18/03/13 10:35 AM
  
Tulkas
Eduardo:

La canciòn que mencionas es herética. Así de claro, simple y contundente, si realmente dice lo que tú dices. Basta conocer los textos del ofertorio del Rito Tradicional.

En otro orden de cosas, lo que los curas deben hacer es pedir ayuda. Entiéndase que delegar NO es lo mismo que solicitar co- laboracion. El que delega se desentiende, y en materia de celebración el sacerdote es el sacerdote (mediten, señores, la palabra y su grandeza: sacerdos).

El párroco ha de decir: "estimados feligreses, la práctica musical en esta parroquia no se acomoda a lo que la Iglesia, para bien de las almas y salvación del mundo, solicita, desea y pide en sus documentos y en el testimonio de la Tradición. Dado que yo no sé más, o no puedo más, preciso la ayuda de personas que tengan conocimientos musicales, voluntad, generosidad y ánimo de servicio. Yo, como pastor, se lo que hay que hacer, y bajo mi supervisión nos vamos a ceñir estrictamente a la voluntad manifiesta del Magisterio de la Iglesia, etc. Seamos dóciles en lo fácil y obedientes en lo fácil."

"Construir" dice el PApa. Y los cimientos, la roca, es el gregoriano.
18/03/13 2:59 PM
  
Tulkas
Recordemos la visión de san Bernardo:

"Me lo has ofrecido todo, Bernardo. Ofréceme ahora lo que te queda: tus pecados".
18/03/13 3:03 PM
  
Eduardo Martínez
Tulkas, me ha gustado lo que has escrito. Lo suscribo al 100%.
18/03/13 3:49 PM
  
ALFONSO GERONA LÉRIDA
Aprovecho para comentar que me preocupa -salvo que sea una indisposición física transitoria o definitiva- ver al Santo Padre cómo NO HACE las dos genuflexiones pertinentes cuando consagra el pan y el vino en la misa. Si no es un impedimento físico, creo que el Santo Padre debería dar ejemplo de respeto y veneración por la Eucaristía y la consagración haciendo la preceptiva genuflexión.
A mi, sinceramente, me ha parecido muy muy extraño, máxime viniendo del Pastor Supremo de la catolicidad. Si él no da ejemplo en ese asunto, creo que vamos mal.
19/03/13 7:36 PM
  
Percival
El problema principal no me parece que sea sólo el del conocimiento musical del sacerdote, sino el del conocimiento y sensatez litúrgicos (permítaseme esta expresión).
Muchos laicos pueden asesorar en el aspecto musical. Como en otros. Pero el final lo decisivo es el capítulo litúrgico. Y allí es un verdadero escándalo que el sacerdote sepa poco o no sepa casi nada.
Hay un problema no sólo de calidad musical, sino el desencuentro de la liturgia y la música en general.
20/03/13 5:36 PM
  
José María Iraburu
Para ALFONSO GERONA LÉRIDA
Tengo entendido que el Papa sufre de artrosis o algo semejante, lo que a su edad no es cosa rara. Y que por eso, aunque puede arrodillarse en un reclinatorio, y aún eso laboriosamente, anda muy mal para hacer genuflexiones. Sencillamente, no puede.
No hay, pues, ningún motivo de alarma.
26/03/13 1:03 PM
  
carlos
Estimados hermanos e integrantes del Cuerpo Místico:Como siempre en la espiritualidad del Carmén Observante.Hay reflexiones de Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús.Atended hermanas,cuando uno trata con Nuestro Señor,nosotros no somos NADA,el TODO,lo contrario es suma barbarie.Camino de Perfección.Pretender que Nuestro Señor,atendiendo la terrible realidad del Pecado Original,no en la manzanita sino en Nosotros,comenzando por mí.Se acerque a nosotros, es conociendo la INDIGNIDAD profunda propia.Todo lo que uno observa es un terrible maltrato,no de una persona común,sino de DIOS.Como amaremos al prójimo etc sin él.es un chiste.A Cristo,por Maria con el Papa.
17/07/13 11:11 PM
  
carlos
Estimados Hermanos y Miembros del Cuerpo Místico.

El que suscribe,siguiendo a Santa Teresa de Jesús,en Camino de Perfección,tratando de la oración,La Santisima Liturgía,es la oración por excelencia.Le manifiesta a sus hijas,en Camino de Perfección."Estimadas hremanas,sabed que cuando trataís con Nuestro Señor,el es TODO,nosotros Nada,sigue exponiendo la santa."lo Otro es suma Barbarie",se debe entrar en puntas de pié a una Iglesia,el maltrato a Nuestro Señor,está difundido por todos lados.Orar en una Misa "Solemne",hacer el exámen de Conciencia,ponernos en Presencia de Dios,es practicamente Imposible,salvo a alguna Gracia en Particular.La Sacramentus Caritatis,documento del Señor brilla,por su ausencia.Si entramos a una Misa y Salimos,sin haber cambiado algo,por la Presencia de Señor en nuestra alma,el trato con los demás es un humanismo modernista.Se Habla de la Beata Teresa de Calcuta,pocos hablan de su intensa vida interior.La Liturgia no es un gustito espiritual,es de una Transcendecia sin Igual para la vida personal,de la Iglesia,y también del Mundo.Respeto.Respeto y Más respeto. A Cristo por Maria y con el Papa.
18/07/13 3:08 PM

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